La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su repudio ante el golpe de Estado perpetrado en el Estado Plurinacional de Bolivia.

Expresar su repudio ante los actos de violencia perpetrados por agentes de las Fuerzas Policiales y las Fuerzas Armadas y por los sectores que respaldan al gobierno saliente y, en especial, ante la radicalización y manifestaciones de racismo y discriminación expresadas por los sectores de derecha.

Solidarizarse con las víctimas del pueblo boliviano, esperando que esta grave situación concluya rápidamente, y entendiendo primordial preservar la seguridad de todos los habitantes del Estado Plurinacional de Bolivia.

Instar a los organismos internacionales a arbitrar los medios para preservar la observancia y protección de los Derechos Humanos ante el vacío de poder en el Estado Plurinacional de Bolivia, y a establecer un diálogo entre los actores moderados para reanudar el proceso electoral a fin de reestablecer cuanto antes el Estado de Derecho.

Expresar su rechazo ante cualquier práctica inconstitucional cometida por los gobiernos electos para alterar las reglas democráticas y los resultados electorales.

Señor presidente:

Traemos a consideración de esta Honorable Cámara de Diputados el presente proyecto de resolución ante la imperiosa necesidad de repudiar enérgicamente el golpe de estado acontecido en el Estado Plurinacional de Bolivia el día 10 de noviembre de 2019.

Los acontecimientos que están sucediendo en nuestro hermano país son de extrema gravedad y han puesto en jaque el normal funcionamiento de las instituciones democráticas. Con la renuncia forzada del Presidente en ejercicio Evo Morales Ayma, luego de múltiples amenazas a distintos funcionarios oficialistas y sus familias, se abrió paso al vacío de poder, que como muestra la historia, en contextos de polarización y radicalización, ha sido antesala de las caídas democráticas.

En segundo lugar, consideramos de extrema gravedad los actos de violencia perpetrados por agentes de las Fuerzas Policiales y las Fuerzas Armadas. La violencia promovida por la radicalización de los sectores de derecha, así como de los sectores que respaldan al gobierno saliente, sumado a las manifestaciones de racismo y discriminación expresadas por sectores de derecha, debe repudiarse.

Vemos con preocupación la situación que está sufriendo el pueblo boliviano, al día de hoy la Fiscalía General ha informado de la existencia de 7 víctimas fatales, y por ello nos solidarizamos y esperamos que esta grave situación concluya rápidamente, puesto que la seguridad de todos los habitantes de Bolivia debe salvaguardarse.

Por último, instamos a los organismos internacionales a arbitrar los medios para preservar la observancia y protección de los Derechos Humanos ante el vacío de poder en el Estado Plurinacional de Bolivia, y a establecer un diálogo entre los actores moderados para reanudar el proceso electoral a fin de reestablecer el Estado de Derecho.

Finalmente, es necesario expresar nuestro consenso unánime para rechazar cualquier práctica inconstitucional cometida por los gobiernos electos democráticamente para alterar las reglas y los resultados electorales. El proceso político electoral actual en Bolivia se encuentra viciado de abusos en un contexto de erosión de la independencia de los otros poderes del Estado. Ello provocó el gobierno de Evo Morales llegara a las elecciones de octubre cuestionado, por lo que las denuncias de fraude del conteo provisional, pusieron al país en una crisis social y política, y sobre todo democrática.

Evo Morales y Álvaro García Linera asumieron por primera vez la presidencia tras ganar las elecciones de 2005. Al poco tiempo, un proceso de reemplazo constitucional cambió la Carta Magna. En esa reforma, la oposición había logrado introducir una cláusula que impedía más de una reelección, y estableció que como primer mandato se considere el de 2005 y no el posterior al de la aprobación de la nueva Constitución–, pero con el aval de los tribunales el gobierno lo desestimó. En 2013, consiguió una nueva reforma, que dio paso a una nueva reelección. Y así se llega al actual mandato que vence en enero de 2020. A su vez, apelando al Pacto de San José de Costa Rica el gobierno consiguió una reinterpretación favorable a la reelección considerada como un derecho fundamental, lo que lo habilitó a presentarse por un cuarto mandato.

Las reglas de la democracia no se pueden violar, solamente se pueden modificar con las propias fórmulas que las constituciones otorgan para hacerlo. Cuando esto sucede, la pérdida de legitimidad corroe las democracias. Por supuesto que muchas veces las democracias caminan rengas, pero otras veces, como en Bolivia, se ponen en suspenso. Aquí se vulneran finalmente todos los derechos conseguidos. Aquellos que supusimos que no podrían ponerse en duda en la actualidad: libertades individuales y derechos políticos.

La democracia significa que los gobiernos también pierden elecciones. La democracia necesita de renovación de la dirigencia y liderazgos. Se sostiene con prácticas concretas: tolerancia y respeto a las reglas. También, evitando la polarización y la radicalización. El extremismo pulveriza la tolerancia y la competencia razonable, sustituyéndola por oponentes amenazantes.

Dicho lo anterior, repudiamos enérgicamente el posicionamiento del poder militar en Bolivia por encima del poder civil, y nos solidarizamos con el pueblo boliviano. Consideramos que el único gobierno legítimo es el que surge de las urnas en procesos trasparentes con integridad electoral porque la democracia es la única vía posible para dirimir los conflictos y las crisis políticas.

Es por estos motivos que solicitamos acompañen este proyecto.