PROYECTO DE TP


Expediente 2654-D-2019
Sumario: EXPRESAR RECONOCIMIENTO A LOS PUEBLOS, OBREROS Y ESTUDIANTES QUE INTERVINIERON EN LA GESTA POPULAR "EL CORDOBAZO", OCURRIDA EL 29 Y 30 DE MAYO DE 1969.
Fecha: 22/05/2019
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 63
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Expresar, en este Cincuentenario del Cordobazo, su reconocimiento a los pueblos, obreros y estudiantes que intervinieron en la gesta popular "El Cordobazo" acontecido los días 29 y 30 del mes de mayo del año 1969.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


En mayo de 1969, durante el gobierno de facto de Onganía y tras un paquete de medidas de ajuste impuestas por el Ministro de Economía Krieger Vasena comenzó a evidenciarse una crisis social con estallidos en distintos puntos del país, como Corrientes y Rosario. En Córdoba, donde existía una estrecha relación entre estudiantes y trabajadores, al descontento general se sumó la decisión del gobierno provincial de suprimir el “sábado inglés”, es decir, la media jornada laboral. La Provincia de Córdoba poseía una extensa trayectoria en organización sindical de marcado origen peronista, con antecedentes históricos como la recuperación de la “CGT” intervenida por la Revolución Libertadora en 1956, además de organizar los históricos plenarios de trabajadores y trabajadoras en La Falda (1957) y Huerta Grande (1962) logrando presentar a todo el país programas de gobierno reivindicativos de los movimientos populares con banderas históricas de Soberanía Política, Independencia Económica y Justicia Social, el primer paro nacional en 1957 al gobierno de facto que había perseguido a dirigentes políticos y gremiales por el solo hecho de expresar su condición ideológica, al frente de ese proceso histórico estuvo el secretario general de la “UTA” Córdoba, Atilio López.
A partir de la supresión del “Sábado inglés”, el SMATA (sindicato de los obreros de la industria automotriz) y el sindicato de Luz y Fuerza convocaron a un paro activo con movilización para el 29 de mayo. Los estudiantes adhirieron a la medida de fuerza y pronto la ciudad fue controlada por los manifestantes, quienes lograron su ocupación durante unas veinte horas. Se produjeron incendios y ataques a las principales empresas multinacionales. La represión consiguiente fue brutal y dejó como resultado veinte manifestantes muertos y cientos de detenidos, entre ellos Agustín Tosco, Atilio López y Elpidio González. La relación entre estos dirigentes y sus bases le aportaron al movimiento sindical una dinámica política fundamental para organizarse y defender sus derechos ante el avance de las políticas liberales impulsadas por la Revolución Argentina.
Las dos CGT nacionales decidieron una huelga general para el 30 de Mayo, porque Onganía se negaba a restablecer la negociación colectiva y la actualización salarial, suspendidas en el ´67. En Córdoba lo adelantaron un día y adoptaron la modalidad propuesta por Agustín Tosco del Sindicato de Luz y Fuerza, que implicaba el abandono de los lugares de trabajo desde las 10 hs hasta el día siguiente -es decir por 36 hs, en lugar de 24- y la movilización hasta un acto en el local de la CGT. Los sindicatos UTA y SMATA aportaban masividad a cada acción que se llevaba a cabo y Luz y Fuerza aportaba el nexo entre diferentes actores ajenos al mundo sindical. La convergencia y participación de los estudiantes en estas jornadas históricas del movimiento trabajador tiene que ver con esa relación solidaria construida por Agustín Tosco y Luz y Fuerza.
El movimiento Estudiantil venía movilizándose para reclamar frente a las intervenciones en las Universidades. Los estudiantes de Corrientes habían sido reprimidos luego de una protesta que culminó con la muerte de uno de ellos y esto a su vez produjo una serie de marchas del silencio que causaron dos muertes más en Rosario.
Las columnas que marchaban pacíficamente fueron detenidas en puntos estratégicos, por parte de la policía provincial y federal que comienzan a atacarlos para evitar que lleguen al centro. Esto desembocó en una generalización de la protesta en lo que junto a Brennan denominamos en nuestro libro Córdoba Rebelde como rebelión popular e insurrección urbana.
La marcha representaba un rechazo al régimen y a la sensación de injusticia generalizada que afectaba a diversos sectores sociales. Los gremios cordobeses venían desarrollando una estrategia de contra poder y de resistencia popular en contra de la Dictadura gobernante esto despertaba adhesión porque había un fuerte repudio a las muertes estudiantiles y a la permanencia de la dictadura en el poder -que no presentaba plazos de restitución democrática ni medios para canalizar las protestas-. La proscripción del peronismo aumentaba el malestar social y político, el movimiento contaba con fuerte arraigo entre las masas trabajadoras que participaron en las jornadas del mayo cordobés.
Las columnas que son interceptadas se desbordan por los barrios para llegar al centro. Allí reciben el apoyo de los vecinos, a través de la protección de los manifestantes, armando barricadas para que la policía montada no pueda ingresar e incluso se sumaron a la acción.
Fue una insurrección urbana, porque se abandonó el objetivo inicial de marchar y concentrarse en el centro, y la manifestación pasó, en cambio, a ocupar los distintos barrios de la ciudad, principalmente los estudiantiles, pero también trabajadores como Alta Córdoba -cerca de los talleres- o Ferreyra -en zona de fábricas-.
La policía se vio desbordada y se replegó en la central. Aquí se da otro rasgo distintivo del Cordobazo, que es una violencia que se manifiesta en la destrucción de símbolos que representan el poder político o económico al que repudiaban. Destruyen grandes concesionarias de autos –la automotriz era una de las principales industrias en Córdoba-, el Casino de suboficiales o el Círculo de oficiales –que representaban al poder militar-. Es decir, tiene un fuerte contenido político, en contraste con otras formas de violencia que se vieron en otros momentos de la historia.
Una movilización pacífica que se volcó hacia la violencia en respuesta a la represión. Un hecho definitorio fue el asesinato de Máximo Mena, del SMATA. Cuando esta columna intenta ingresar al centro es interceptada por la policía con balas de plomo, en lugar de goma. Tras el acuartelamiento de la policía, si bien no hay cifras oficiales, había cerca de quince muertos y la ciudad estaba en manos de la gente. El gobernador pidió la intervención del ejército y declaró estado de sitio. La ciudad se vació y la resistencia se concentró principalmente en el Barrio de Clínicas. El sindicato Luz y Fuerza decidió un corte de luz en ese sector para dificultar el ingreso del ejército y aparecieron algunos francotiradores. Se produjeron enfrentamientos y finalmente el ejército redujo la resistencia. Tampoco se informó la cantidad de detenidos, pero hubo muchos, entre ellos dirigentes sindicales, como Agustín Tosco y Elpidio Torres, entre otros.
Las particularidades iníciales de que se produjera en Córdoba respondían a reivindicaciones locales, como el rechazo a la derogación por parte de Onganía de la ley provincial de sábado Inglés -que establecía que este día se trabajaba media jornada pero se cobraba completa-. Esto significó un gran malestar, asambleas e incluso episodios de represión policial. Además, el gobernador de Córdoba era Carlos José Caballero que tenía un perfil muy conservador, en oposición a las tradiciones populares cordobesas con un alto grado de conciencia trabajadora. Además, durante toda la década tanto estudiantes como trabajadores –con sindicatos de tradición muy combativa y autonomía frente a sus centrales- se fueron organizando y constituyendo en canales de protesta.
La acción directa mostró ser exitosa: renunció Caballero y se reabrieron las negociaciones colectivas. Se inauguró un ciclo de protestas en ascenso y comenzó a resquebrajarse la imagen de unidad y orden que mostraba el régimen. También tuvo lugar una crisis de las autoridades en diversos ámbitos, como por ejemplo en las conducciones sindicales que no estuvieron a la altura de lo que la situación y las bases trabajadoras demandaban, por ello se agiganta la figura de los dirigentes como López, Torres y Tosco que con sus organizaciones lograron conducir el proceso político y enfrentar las políticas de ajuste.
Si bien Onganía no renunció inmediatamente, para el primer aniversario del Cordobazo Montoneros hace su primera aparición con el secuestro y posterior ejecución de Aramburu. Esto culmina con la renuncia de Onganía. Finalmente, este ciclo de protesta obrera y la acción de las organizaciones armadas confluyen y llevan a restituir la democracia y levantar la proscripción del peronismo.
Queda de esa gesta una historia que reúne todos los indicadores de lo que el movimiento popular organizado puede lograr, los colectivos de identificación y los vínculos de solidaridad entre compañeros y compañeras que a pesar de sus matices supieron construir la unidad necesaria para defender sus derechos. La tradición de la militancia y la organización como cuestiones que trascienden lo individual y el Cordobazo como símbolo disponible para ser recuperado como advertencia de lo que la movilización popular frente a la injusticia puede lograr.
Por todo lo expuesto, solicito a mis pares acompañen la sanción de este proyecto.
Muchas gracias.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
ESTEVEZ, GABRIELA BEATRIZ CORDOBA FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
LEGISLACION GENERAL (Primera Competencia)