PROYECTO DE TP


Expediente 2226-D-2019
Sumario: EXPRESAR PREOCUPACION POR LOS PROYECTOS DE INSTALACION DE CENTROS DE CULTIVO DE SALMONIDOS EN EL CANAL DE BEAGLE.
Fecha: 06/05/2019
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 51
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Expresar preocupación por los proyectos de instalación de centros de cultivo de salmónidos en el Canal de Beagle por los daños graves e irreversibles que provocaría sobre los valores ecológicos, económicos, culturales y estéticos de uno de los sectores más sobresalientes del ecosistema marino patagónico.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


El desarrollo económico de un país requiere de un planificado análisis que asegure su sustentabilidad. Existen inflexiones entre la velocidad del desarrollo económico y las necesidades de dar trabajo digno que es responsabilidad de todo gobernante, y con el cual estamos comprometidos. El desarrollo económico debe implicar posibilidades para hoy, con proyección y responsabilidad hacia el mañana.
Por ello se observa con preocupación ciertas políticas de desarrollo que fomentan el cultivo de especies exóticas, como los salmónidos, en aguas argentinas.
En la Argentina, la acuicultura no tiene la relevancia que ha alcanzado en otros países, incluso en la región del Cono Sur. Sin embargo, el contexto de desarrollo a nivel nacional está cambiando. Por un lado, se encuentra vigente la iniciativa “Innovación Acuicultura Argentina – INNOVACUA” gestionada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (MinCyT), que ha firmado un acuerdo de colaboración y cooperación técnica con el Gobierno fueguino para instalar una granja multitrófica integrada para el cultivo de diversas especies marinas, entre ellas, truchas. Por otro lado, la República Argentina ha firmado en el año 2018 un convenio con el Reino de Noruega para llevar adelante el “Proyecto de Acuicultura Nacional”, y evaluar la factibilidad del desarrollo de acuicultura basada en salmones en Tierra del Fuego.
En base a datos existentes en experiencias similares, se ha demostrado el impacto negativo de la salmonicultura, particularmente la desarrollada en jaulas abiertas, tanto en lagos como en el mar, y en ecosistemas donde las especies blanco son introducidas, como sería el caso de la Argentina.
Es conocido que ya existen especies introducidas de peces en el sistema fluvial y lacustre del país, y que algunas especies podrían completar ciclos de vida que involucran los ambientes marinos. También se sabe de la existencia de especies introducidas que ya afectan al sistema marino bajo jurisdicción nacional. Sin embargo, el planteo de una actividad de salmonicultura a gran escala en el mar no tiene antecedentes en el país y vendría a engrosar los errores ya cometidos en el pasado.
El Código de Conducta para la Pesca Responsable desarrollado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación - FAO según sus siglas en inglés- ha dado lineamientos específicos para el desarrollo responsable de la acuicultura. Este documento constituye un instrumento legal de amplio consenso internacional, finalmente adoptado tras una larga negociación por los Estados Miembros en la Sesión Nº 28 de 1995. Si bien el Código de la FAO - en adelante CCPR/FAO- es de naturaleza voluntaria, ciertas partes de este instrumento están basadas en reglas relevantes del derecho internacional, tales como la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR). Por ello el Código de Conducta es una referencia central para analizar una actividad como lo es la acuicultura.
El artículo 9.4 del CCPR/FAO expresa genéricamente que “Los Estados deberían promover prácticas acuícolas responsables, con el fin de apoyar a las comunidades rurales, las organizaciones de productores y los acuicultores”. Seguidamente, en su artículo 9.4.1 rescata - en relación a la promoción de prácticas y actitudes responsables para la acuicultura - que “Las tendencias registradas dentro de muchos países hacia el uso de sistemas de acuicultura más intensivos y de especies de más alto valor, en muchas ocasiones en zonas costeras vulnerables, podrían aumentar las posibilidades de daño ambiental y representar una presión adicional para la estructura socioeconómica de las comunidades locales, si no se adoptan planteamientos basados en el desarrollo sostenible”.
Los salmónidos son nativos de los países del hemisferio norte. Todos los salmones y truchas que se encuentran en la Argentina son especies exóticas, introducidas a un ecosistema al que no pertenecen naturalmente.
Los escapes de salmónidos en jaulas provocan un importante impacto ambiental. Ejemplo de este impacto es la competencia con peces nativos por alimento y hábitat, pero también ocurren efectos de más largo plazo sobre la biodiversidad acuática nativa. Esto se debe a que las especies exóticas desplazan a las nativas representando la segunda causa de pérdida de biodiversidad luego de la pérdida de hábitat. Este potencial efecto de largo plazo puede ser de gran impacto para la biodiversidad mundial, considerando el alto nivel de endemismo propio de los peces locales.
El escape de especies anádromas, con ciclo de vida en agua dulce y salada, tiene efectos adicionales como es el flujo de nutrientes marinos a ambientes dulceacuícolas. Esto se produce dado que aquellas especies de salmones que mueren en los ríos y lagos luego de desovar, introducen nutrientes marinos en estos sistemas dulceacuícolas. El escape de estos peces desde las granjas al medio natural es un problema crónico desde el momento en el que se inicia la actividad. Los escapes se producen por eventos puntuales como tormentas, vandalismo, fatiga de materiales, acción de depredadores, error humano y manejo inadecuado. También ocurre lo que se denomina “goteo”, que no es otra cosa que un escape persistente de peces de las jaulas, sin que esto sea reportado a las autoridades o servicios competentes. Para dar una idea de la magnitud de este problema se han registrado escapes por rotura de las jaulas de hasta un millón de peces en un solo evento. Las tasas de recaptura de estos salmónidos normalmente no sobrepasan el 2%.
Una vez en mar abierto, los salmónidos alteran los ecosistemas naturales al depredar sobre especies nativas y competir por alimento con ellas. Se ha demostrado que los salmónidos se alimentan de especies nativas de insectos, crustáceos, moluscos y peces, funcionando como un depredador tope. Al ser depredadores introducidos, afectan las cadenas tróficas por lo general resistiendo al control biológico natural. Pocas especies de la cadena, con excepción de algunas aves (cuando los peces son pequeños) y el lobo marino de un pelo, depredan sobre los salmones.
Hay una importante diferencia en el impacto de salmónidos exóticos que se escapan en operaciones en el hemisferio sur, con respecto a escapes de salmónidos nativos en los países productores del hemisferio norte. En estos países, los peces escapados afectan a las poblaciones silvestres de diferentes maneras, siendo una de las más importantes la transferencia de genes de “cautiverio” a las poblaciones silvestres como producto de la hibridación. Otros efectos relevantes son la depredación sobre otras especies nativas, competencia por espacio y recursos, transmisión de enfermedades y parásitos, y la destrucción del hábitat de las especies de salmónidos locales.
Las altas densidades de peces enjaulados favorecen la propagación de enfermedades parasitarias e infecciosas. Para su control, los productores utilizan antibióticos y antiparasitarios en dosis elevadas que pueden afectar la salud humana. Además del costo económico, el uso de pesticidas tiene asociado un costo ambiental y sanitario que no es considerado por la industria ni por las autoridades. La concentración de desechos orgánicos bajo las jaulas, producto del alimento no consumido por los peces y de las heces que precipitan, conlleva a la destrucción del hábitat natural del fondo marino y como consecuencia a la pérdida de su biodiversidad. Favorece además florecimientos de microalgas, incluyendo al fitoplancton tóxico causante de las mareas rojas que afectan la salud pública y el estado sanitario de las poblaciones naturales.
La actividad industrial genera también basura contaminante: desechos plásticos flotantes, pinturas tóxicas y estructuras hundidas que afectan a los fondos y a su biodiversidad. Entre otros daños, los deshechos de la industria salmonera constituyen un riesgo para la navegación y perjudican la belleza escénica de sitios con enorme potencial turístico.
El gran espacio utilizado por la industria salmonera, la contaminación química, los desechos industriales, el tráfico de embarcaciones y la contaminación acústica, impactan también negativamente sobre el hábitat y/o rutas migratorias de mamíferos marinos, provocando en muchos casos la exclusión de estas especies. Se registran además enmalles incidentales en redes y matanza ilegal de lobos marinos y delfines asociados directamente a esta actividad.
Los gobiernos de La Nación y de la Provincia de Tierra del Fuego podrían dar un ejemplo de responsabilidad en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), a los cuales la provincia adhirió en 2016, prohibiendo la acuicultura de especies introducidas, como es el caso de los salmónidos, que conllevaría impactos ambientales, sanitarios, sociales y económicos de alta gravedad.
Las aguas patagónicas marinas o lacustres no son el ambiente natural para estas especies. Su introducción voluntaria representaría a su vez desoír los aportes de la ciencia en cuanto a los costos de estas prácticas. El impacto de las especies exóticas sobre las especies nativas es indiscutible y bien conocido (UICN77, Convenio sobre la Diversidad Biológica78, FAO79). En el caso especial que nos concierne no existe una línea de base biológica que nos permita evaluar el impacto a futuro. La acuicultura de salmónidos es una actividad que requiere inversión y desarrollo de capacidad institucional, así como de un cuerpo normativo y un control efectivo de posibles impactos. En vista de la fragilidad, riqueza y carácter prístino de las aguas circundantes a la Isla de Tierra del Fuego, la inserción de una industria de alto impacto ambiental representa una importante amenaza a la conservación de sus especies y ecosistemas.
Por las razones anteriores, someto a consideración de mis pares la expresión de esta preocupación destinada a proteger los ambientes de las graves consecuencias del cultivo de salmónidos exóticos. Su objetivo es el de asegurar la prohibición por parte de los organismos competentes de esta particular forma de acuicultura en las aguas del sector argentino del Canal de Beagle y en cualquier otro sitio del litoral marino nacional.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
SCHMIDT LIERMANN, CORNELIA CIUDAD de BUENOS AIRES PRO
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
RECURSOS NATURALES Y CONSERVACION DEL AMBIENTE HUMANO (Primera Competencia)