P.31
Melé, Juan
La composición de P.31 se basa en un delicado sistema de relaciones entre líneas que mantienen la tensión sin necesidad de conformar figuras cerradas. La organización diagonal dominante introduce un movimiento que se percibe simultáneamente ascendente y dispersivo. Las líneas no se agrupan por cercanía, sino por afinidades direccionales: forman microestructuras que se atraen y se dislocan, generando un ritmo visual en el que cada segmento parece modular el desplazamiento del siguiente. Esta disposición evita cualquier eje central estable, produciendo un equilibrio sostenido por la alternancia entre inclinaciones y distancias.
El uso del color funciona como un mecanismo de orden interno. Los rojos, azules y amarillos se distribuyen de manera que ninguno imponga un centro de gravedad cromático; más bien, actúan como pulsos que marcan la cadencia del recorrido visual. La composición logra así un balance entre levedad y precisión: las líneas parecen flotar, pero su ubicación responde a una lógica estricta de compensaciones. El resultado es un espacio dinámico donde el vacío juega un rol estructural, permitiendo que la obra respire y que la tensión entre dirección, longitud y color sostenga la cohesión general.
Fue donada por la Fundación Mundo Nuevo en el año 2007.