RELIEVE 867

La obra organiza su estructura a partir de la intersección de planos geométricos que se superponen dentro de un cuadrado rotado, recurso que intensifica la sensación de expansión centrífuga. El fondo negro opera como un campo de contención que realza la vibración cromática, permitiendo que los planos rojos, naranjas y azules funcionen como unidades de energía visual. La composición se sostiene en el choque entre direcciones oblicuas, que generan un movimiento interno continuo y evitan cualquier lectura estática.

Las relaciones de tamaño, inclinación y proximidad entre los planos construyen una arquitectura visual precisa: cada forma parece empujar o sostener a la siguiente, creando un equilibrio tenso pero estable. Los tonos azules introducen un contrapunto frío que modula la intensidad del rojo y el naranja, aportando profundidad sin necesidad de gradaciones. El resultado es una estructura compacta, articulada por contrastes y alineaciones mínimas, donde la espacialidad emerge de la fricción entre color, forma y dirección.

Fue donada por la Fundación Mundo Nuevo en el año 2007.