La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Declarar de interés de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, la película argentina de carácter documental titulada “Hay un fusilado que vive…”, realizada por Laura Lagar y Mario Salvado, producida por Vacasagrada Audiovisual, en homenaje a las compañeras y compañeros víctimas de los fusilamientos de José León Suárez, al cumplirse el 60° aniversario de aquellos trágicos acontecimientos.

Señor presidente:

“Hay un fusilado que vive…” es una película argentina de carácter documental realizada por la Productora Audiovisual “Vacasagrada”, la cual tiene por objeto homenajear a las víctimas de los fusilamientos de José León Suárez, al cumplirse 60 años de aquellos trágicos acontecimientos.

En la mañana el 16 de junio de 1955, un grupo de militares y civiles se sublevaron al gobierno constitucional del presidente Juan Domingo Perón, intentado asesinarlo y llevar adelante un golpe de estado. Escuadrones de aviones pertenecientes a la Aviación Naval, bombardearon y ametrallaron a la población civil que se encontraba en los alrededores de la Plaza de Mayo, la Casa Rosada, el edificio de la CGT y la residencia presidencial. En la plaza y sus alrededores quedaron los cuerpos de 355 civiles muertos, y los hospitales de la ciudad colapsaron con más de 600 heridos.

El 16 de septiembre del mismo año finalmente se concreta el golpe de estado que derrocó al gobierno de Juan Domingo Perón imponiendo una dictadura cívico-militar que se autodenominó Revolución Libertadora, dirigida por el general Pedro Eugenio Aramburu y el almirante Isaac Rojas.

La dictadura de Aramburu llevó adelante una política sistemática de “desperonización”, deteniendo y despidiendo a miles de trabajadoras y trabajadores acusados de simpatizar con el peronismo. También en el mundo de la cultura, los medios de comunicación, las universidades y el sistema educativo, se utilizaron listas negras para excluir a los peronistas.

En la noche del 9 de junio de 1956 el Movimiento de Recuperación Nacional, al mando de los Generales Juan José Valle y Raúl Tanco, iniciaron un levantamiento armado para derrocar a la dictadura de Aramburu. La sublevación estaba planificada para las 23 horas, en el momento en que comenzarían a transmitir por radio, para todo el país, una importante pelea de boxeo en el Luna Park. Las órdenes eran escuchar la pelea por el título sudamericano entre Eduardo Lausse y el chileno Humberto Loayza y esperar oír la proclama revolucionaria para empezar actuar. Pero algo falló antes de iniciarse, porque los encargados de instalar la radio en Buenos Aires fueron detenidos.

Uno de los puntos de encuentro fue la casa de Florida, en la zona norte del Gran Buenos Aires. En este lugar se reunió un grupo de militantes peronistas para esperar la señal del levantamiento de Valle. A la hora señalada se encontraban Juan Torres, Carlos Lizaso, Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Vicente Rodríguez, Mario Brión, Horacio Di Chiano, Noberto Gavino, Rogelio Díaz y Juan Carlos Livraga, pero la señal nunca llego.

La casa fue allanada personalmente por el jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires teniente coronel Desiderio Fernández Suárez, acompañado del jefe de la Unidad Regional San Martín inspector Rodolfo Rodríguez Moreno y el subjefe inspector Cuello. Las fuerzas de seguridad se llevaron detenidos a todas las personas mencionadas, menos a Juan Torres quién logró escapar. A su vez detuvieron también a Miguel Ángel Giunta, quien no tenía ningún tipo de conexión con los hechos, pero se encontraba en la casa vecina.

Todos los detenidos fueron trasladados violentamente a la Unidad Regional San Martín, a donde poco después arribaron Julio Troxler y Reinaldo Benavidez, quienes fueron apercibidos en la casa de Florida por policías que se habían quedado esperando la aparición de otros militantes.

En pocas horas se implantó la Ley Marcial y el jefe de la Unidad Regional San Martín inspector Rodolfo Rodríguez Moreno junto con el subjefe inspector Cuello, recibieron al teléfono la orden de fusilar a los detenidos, por parte del jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires teniente coronel Desiderio Fernández Suárez.

Por la madrugada fueron trasladados en un camión perteneciente a las fuerzas de seguridad con dirección a los basurales de José León Suárez. Es allí donde los 12 detenidos fueron bajados y fusilados clandestinamente en manos de la Policía Bonaerense. Cinco (Mario Brión, Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Carlos Lizaso y Vicente Rodríguez) murieron bajo el ardor de las balas, mientras que otros siete, por impericia de los verdugos, lograron salvar sus vidas. Tres días más tarde también es fusilado el Teniente General Juan José Valle (líder del fallido levantamiento cívico-militar) en la Penitenciaría Nacional de la Ciudad de Buenos Aires.

“Hay un fusilado que vive…” escuchó Rodolfo Walsh una calurosa noche de fines de 1956, mientras jugaba ajedrez en un café de la ciudad de La Plata. Esas palabras eran reales, y entonces salió al encuentro de Juan Carlos Livraga, el único sobreviviente hasta ese momento que contó lo sucedido aquella noche de junio en los basurales de José León Suárez. A partir de este testimonio se abrió la puerta a la historia silenciada.

A sesenta años de aquellos hechos este documental protagoniza un vital aporte para recuperar nuestra memoria y sobre todo reflexionar acerca de los procesos de lucha que el pueblo argentino ha ido organizadamente protagonizando para conquistar derechos a lo largo de la historia.

Por los motivos expuestos solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de resolución.