La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar preocupación por la crítica situación que están atravesando los establecimientos lecheros.

Señor presidente:

La lechería nacional sigue inmersa en una profunda crisis. La misma se agravó con la última devaluación, que ha provocado una suba en los costos de producción y la decisión del gobierno de aplicar retenciones y bajar los reintegros a las exportaciones. Ni el actual gobierno ni tampoco el anterior, han mostrado señales de querer revertir tal situación.

Datos del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA) muestran que en lo que va del año ya cerraron 604 tambos, mientras que en los años anteriores el número osciló entre 200 y 300 tambos.

El fenómeno de la concentración productiva explica todo esto en materia de “litros producidos”, donde las unidades productivas tienen más vacas, con mayor producción individual y con sistemas de producción más intensivos. Esto, sin embargo, no soluciona el hecho de que queden muchos empleados (y sus familias) sin trabajo; además, hay que considerar que cuando un tambo cierra sus puertas y vende sus animales, difícilmente pueda volver a la actividad lechera en un futuro. Asimismo, el factor climático ha provocado serios problemas, y muchos tambos no hubiesen cerrado si se hubieran realizado los canales y las obras para prevenir inundaciones.

En julio el precio al productor fue de $7,24 y en agosto se ubicó entre $7,50 y $7,60.

La última devaluación produjo importantes efectos: aumento de costos relacionados a la alimentación de las vacas, fertilizantes y agroquímicos (el 70% de los insumos del tambo están dolarizados), y no así, del precio que recibe el tambero. Las exportaciones aumentaron un 30% en volumen y aprovechan mejor el tipo de cambio; esto también significa que la capacidad de pago de la industria es mejor. Sin embargo, el productor sigue con un bajo precio. Para hacer frente a los costos, el tambero debería estar recibiendo $8,50 por litro de leche.

Al aumentar las exportaciones se espera que se descomprima la oferta doméstica y eso hará que se consiga un mejor precio al productor; pero si tenemos en cuenta el mercado interno, el poder adquisitivo del salario es bajo y por ende los niveles de consumo sufren su impacto, ya que encontramos que los consumidores eligen productos de menor agregado de valor.

Desde las industrias lácteas explican que los derechos de exportación a las ventas globales de leche en polvo y quesos les “restan margen” para retribuir el precio que reclaman los productores.

Los referentes de los tamberos y las industrias lácteas, que en general “pulsean” por el precio de la leche cruda, en este punto están de acuerdo: las retenciones a las exportaciones de leche en polvo, quesos, sueros y concentrados de leche, entre otros productos, podrían agravar la crisis que atraviesa a la cadena lechera.

Por las razones expuestas, solicito a mis pares acompañen el presente proyecto de resolución.