La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su más enérgico repudio y condena al derrocamiento del gobierno Constitucional del entonces Presidente Hipólito Yrigoyen, con motivo de conmemorarse el 6 de Septiembre un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1930, que usurpara el poder democrático y que fuera el primero en romper con el sistema democrático.

Señor presidente:

Este mes, más precisamente el 6 de Septiembre, se recuerda un hecho trágico para nuestra historia reciente y para la vida democrática. Estamos hablando del Golpe de Estado perpetrado contra el Gobierno de Hipólito Yrigoyen en el año 1930.

Al cumplirse un nuevo aniversario surge la necesidad de recordar este triste suceso, puesto que fue la puerta de entrada al poder militar para erigirse en árbitro del sistema democrático, restaurando el conservadurismo por la vía autoritaria cada vez que lo creyeron necesario, avasallando la voluntad popular y la Constitución.

Luego de la victoria por una amplia mayoría del radicalismo en 1928, el sector económico y los distintos partidos opositores se veían lejos del poder por un largo tiempo, por lo que comenzaron a pensar en una salida rápida, que acortara los tiempos del acceso al poder, encontrando en la figura de Jose Félix Uriburu a la persona capaz de romper con el gobierno democrático.

El fin del gobierno de Yrigoyen era la el objetivo planteado. Los sectores de la oligarquía veían mellado su poder por un Presidente que no pertenecía a su clase y que representaba los intereses de las clases populares. El poder económico (terratenientes, banqueros, las compañías petroleras, empresas extranjeras, etc.) veía en Yrigoyen la traba para sus proyectos de dominación.

La crisis internacional, las ideas fascistas en boga, partidos políticos dispuestos a acompañar y una persona capaz de encabezar el proyecto eran las condiciones necesarias para que los conservadores dieran la estocada final: la creciente campaña de descrédito hacia Yrigoyen. Todo tipo de adjetivaciones negativas eran válidas.

La escalada mediática denostando al presidente tuvo sus frutos: los militares estaban encaminados a usurpar el gobierno y distintos sectores estaban dispuestos a acompañarlos. Así lo demuestra la acordada de la Corte Suprema firmada el 10 de septiembre, que avaló el golpe.

Es realmente importante tener en cuenta la gravedad de este hecho en la historia Argentina. No sólo por los años posteriores al golpe, conocidos como la “Década Infame”, sino también porque inauguró un período oscuro para nuestro país. La constante ruptura del sistema democrático, la represión como método, la Constitución violentada y los sectores populares desplazados se hicieron una insana costumbre en la política argentina teniendo un desenlace cada vez más nefasto para el país.

El golpe del 1930 no terminó con un gobierno, sino que encarnó la inmoralidad de un conservadurismo capaz de imponer sus planes por vías autoritarias

Por lo expuesto solicito la aprobación del presente proyecto.