PROYECTO DE TP


Expediente 5686-D-2016
Sumario: CORO QOM CHELAALAPI "BANDADAS DE ZORZALES". SE LO RECONOCE COMO PARTE INTEGRANTE DEL PATRIMONIO CULTURAL ARGENTINO.
Fecha: 30/08/2016
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 116
Proyecto
El Senado y Cámara de Diputados...


Artículo 1º: Se reconoce al Coro Qom Chelaalapí "Bandadas de Zorzales", en todas sus variedades, como parte integrante del Patrimonio Cultural Argentino, en los términos establecidos por la Ley N° 26.118, de ratificación de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial; y de acuerdo al artículo N° 17 Capitulo Cuarto - Atribuciones del Congreso (Articulo 75), inciso 17, cuyo texto expresa "Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a un educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería Jurídica de sus comunidades"
Artículo 2º: La Secretaría de Cultura de la Nación, como autoridad de aplicación, promoverá acciones por sí y en articulación con los Gobiernos provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para el cumplimiento de la presente ley.
Artículo 3: Comuníquese al Poder Ejecutivo.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


A través de este Proyecto, se pretende el dictado de una ley que reconozca al Coro Qom Chelaalapí "Bandadas de Zorzales, en todas sus variedades, como parte integrante del Patrimonio Cultural Argentino.
La cultura es la síntesis de la experiencia humana, en el terrestre devenir. El tiempo, en tal sentido, destila el proceso de invención (sólo Dios crea) de la criatura y constituye testimonio probado y comprobado de aquel hecho vital que vive, pervive e intravive en las manifestaciones del pueblo anónimo y unánime.
El erario del patrimonio universal y su legado de herencia intangible en las expresiones de los pueblos originarios, de las etnias primigenias y de las comunidades milenarias, es la prueba viva, viviente y vívida de su capacidad de transmisión y resignificación en el proceso de construcción de humanidad.
Las naciones primordiales comparten y trasladan su saber sapiencial y herencial en orden oral y experiencia vital. Los etnólogos y antropólogos organizan, método mediante, el conocimiento científico de sus procesos sucesivos de construcción inteligible; pero la trascendencia encarnada del conocimiento arcano y antiguo es mandato en movimiento, transmitido y compartido entre los miembros del clan, de manera velada y estricta, a sus pares de etnia,
Ese orbe, propio y suyo, resiste a procesos de alienación, colonización y aculturación de sus esencias con la mismidad de su convicción ancestral. Esa resistencia introyectada, ese "estar en su ser" (de apariencia pasiva), es la certeza activa, profunda y arraigada de su sitio en el cosmos y de su silencio dinámico en orden a un sentido y un designio, entendido, interpretado y compartido desde sus valores y principios fundacionales.
Nuestras etnias del Chaco, como parte de un imperio vasto, denominado del Gran Chaco o Chaco del Gualamba, comprendido entre los Andes incaicos y la selva guaraní, conservan en su data genética y su cifra iniciática los dones de su espíritu, carácter y mandato, indisolubles, de su presencia planetaria.
Los pueblos Qom, Wichí y Mocoí, entendidos como Naciones culturales por la posesión de una lengua, propia y suya, preservada de etnocidios y genocidios, poseen en su prédica y práctica rituales el ejercicio de la traslación de sus conocimientos por trasvasamiento generacional.
El canto étnico, diferente a la manera de cantar y armonizar, de sincretismo criollo, es la voz auroral de sus Padres Primeros, ofrendada como alabanza, entrega y ofrenda, de consonancia contemporánea y de resonancia atávica. La diferencia con el canto artístico, entendido como la reproducción y organización de un tipo de cultura localizada, es que el canto étnico debe ser entendido y estudiado como una rama de la antropología.
Las etnias preservan sus cantos rituales y sus himnos ceremoniales, confiados en la traslación de sus mayores, poseedores del saber patriarcal, y que asume la responsabilidad de guardar y salvaguardar el patrimonio fundacional.
En tal sentido estricto, el Estado debe asumir la protección de los valores y principios rectores de los pueblos amerindios, ante el peligro posible de la manipulación y cosificación de sus testimonios, la precariedad de conservación de los archivos y la organización sistémica de sus obras escritas y grabadas.
Y esa potestad política implica la protección jurídica de sus producciones, ausentes de registros y ediciones organizadas; y el deber imperativo de promover y contener el conocimiento educativo y cultural de sus organismos e instituciones rectores, como propender a su difusión pública a fin de que retorne al seno de la comunidad organizada el testimonio sustantivo y extendido de las manifestaciones auténticas del ser nacional.
Un acto de justicia cultural equivale a un acto de reconocimiento, que se convierte en una homología jurídica por el derecho conferido a sus beneficiarios. En éste caso puntual y específico se trata del Coro Qom Chelaalapí, coral étnico-antropológico, originario de la provincia del Chaco. Es la agrupación aborígen (del plural latino, aborigines, "desde los orígenes", en el sentido de "originario del suelo donde vive"), que comprende a los habitantes chaquenses, pertenecientes a una cultura que ya no es la predominante en un lugar y que ha cedido lugar a una nueva, por factores de violencia, asimilación o cualquier otro proceso histórico de colonización.
En tal sentido estricto, puede aplicarse a la mencionada agrupación, el término Indígena cuya noción, en un sentido amplio, se aplica a una población originaria del territorio que habita, cuyo establecimiento precede al de otros pueblos o cuya presencia es prolongada y estable como para tenerla por oriunda: es decir, originaria de un lugar. De manera análoga podemos aplicar el término, equivalente, Nativo, presente en expresiones como "idioma nativo" y de aplicación extendida para Pueblos Originarios o Naciones Nativas.
El Coro Qom Chelaalapí, cuya traducción remite a "Bandada de Zorzales", es el ensamble nativo más longevo de Suramérica (y, quizá, del mundo) con cincuenta y cuatro años de actividad artística orgánica, ininterrumpida.
Fue fundado por Inés García de Marqués, una docente bilingüe, el 12 de Marzo de 1962, en la escuela del Barrio (ex) Toba, del Gran Resistencia, en la provincia del Chaco. Reconocido, también, como Coro Qom Chelaalapí, integra en su historial las distinciones de Coro Oficial Autóctono, de la provincia del Chaco; Embajador Cultural de la Etnia Qom; Patrimonio Cultural y Símbolo de la Cultura Chaqueña (Poder Ejecutivo-Decreto N° 1491/2002); Patrimonio Cultural Viviente de la provincia del Chaco (Cámara de Diputados del Chaco, propuesto por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura; Declaración de Interés Cultural (Senado de la Nación Argentina-Abril de 2008, respectivamente. A su vez, dos de sus integrantes recibieron sendos premios: Gregorio Segundo, mención de honor por el Museo José Hernández, de la Secretaría de Cultura de la Nación, en 1998, y Mención Honorífica de la UNESCO, a Ignacio Mansilla "Artesanía 2001", para América Latina y el Caribe.
Fundadores y pioneros
Méndez, Zunilda
Segundo, Gregorio
Largo, Rito
Sánchez, Amancio
Núñez, Félix
Oliva, Oscar
Morales, Mario
Lezcano, Florencio
Actuales Integrantes:
Patricio, Rosalía
Oliva, Santa
Largo, Rosa
Núñez, Zulma
Martínez, Erminda
Núñez, Juana
Escobilla, Enriqueta
Morales, Griselda
Rescio, Juan
Mansilla, Ignacio
Mansilla, Elvio
Toledo, Omar
Largo, Claudio
El Coro Qom Chelaalapí "Bandadas de Zorzales", es un grupo coral mixto, integrado por trece (13) miembros, originarios y residentes en la provincia del Chaco, cuya formación, sucesiva, incluye a Zunilda Méndez, Rosa Largo, Rito Largo, Claudio Largo, Ignacio Mansilla, Juan Recio, Sarita Oliva, Herminda Martínez, Mario Morales, Rosalía Patricio, Enriqueta Escubilla, Juana Núñez y Gregorio Segundo.
Los coreutas nativos cantan, tocan y bailan sus temas y danzas, organizadas en un Cancionero propio, de transmisión herencial y tradicional, y con inclusión de coreografías propias. Algunos de sus integrantes fueron, además, artesanos y luthiers de sus instrumentos nativos: Noviké o N´viké (violín de lata, Cordófono, hecho con cuerda tirante de cola de caballo, frotada con un arco o archetto, de cola de caballo, también); Tambor de agua: (Kataquí, Ideófono); Maracas (Idéofono); Sonajas de mate (Idiófono); Calabaza grande (Ideófono); Pezuña de cabra (Ideófono); el Bombo leguero (membranófono, construido en madera, con piel de chivo y oveja) y el Guíro de madera (Ideófono, con raspador de madera), respectivamente.
-Rosa Largo (ejecuta 1 sonaja grande de mate).
-Ignacio Mansilla (ejecuta bombo (leguero), grande de madera, con piel de chivo y de oveja).
-Juan Recio (ejecuta el violín de lata (N ´viké o Noviké), con cuerda tirante hecha de cola de caballo.
-Zunilda Méndez: soprano y fundadora de la agrupación. (Ejecuta la pezuña de cabra).
-Sarita Oliva (ejecuta 1 güiro de madera, con la respectiva raspadura de madera).
-Claudio Largo (ejecuta 2 sonajas grandes de mate).
-Herminda Martínez (ejecuta 1 sonaja grande de mate).
SELECCIÓN DE CANCIONES QUE CANTA EL CORO TOBA CHELAALAPI:
Las canciones que canta el Coro Toba Chelaalapí, puede clasificarse por sus valores vernáculos en dos grupos:
GRUPO I: En la voz y el tema así como en la conducción de la polifonía natural, pueden considerarse con fuerza de pureza y autenticidad las siguientes canciones:
1.-"Sañeia...Sañeia"(Alegría)
Esta canción expresa toda la alegría del aborígen Qoma.
2.-"Paincreerá na Nalá"("Más allá del Sol")
Esta canción tiene fuerza y carácter de Himno:
3.-"Chimigaichik"(Picaflor")
En esta canción se considera al Picaflor, como el principal servidor del genio máximo (Padre Bueno).
Esta canción expresa la alegría por la suerte de tantas almas que se van a reunir con el kad Tahá noón (Padre Bueno).
4.-"Añagachik"("Bienvenida")
Es una canción de la amistad, con ritmo bailable. Una verdadera danza-trenza de la amistad.
5.-"Jhalem sacata quieratapek"
Esta canción evidencia la solidaridad tribal.
GRUPO II: En la voz de la polifonía hay un auténtico sabor Qom, pero en la inspiración se aprecia marcada influencia de la música cristiana; especialmente en las siguientes composiciones:
1.-"La sóm"("La puerta").
Esta canción se refiere a la puerta de la felicidad verdadera, que solo pueden franquear, libremente, los que son buenos en todas partes.
2.-"La cotó"("La paloma").
Esta canción evidencia a la paloma, como la representación del Espíritu Santo.
3.-"Jhaiem sovataiké"("Yo siempre espero").
Esta canción evidencia la firme esperanza, en los futuros tiempos mejores, cuando venga el Reino de Dios y su Justicia.
4.-"Jhaiem kollagasacai"("Perdido").
El contenido de esta canción expresa la restauración espiritual del aborigen perdido. Y lo canta de la siguiente manera:
"Yo antes estaba perdido,
pero hoy voy conociendo la luz.
Doy gracias, porque voy mejorando,
Dios me ve y me cuida de los peligros."
5.-"Comi ya ponagac"("Reunidos").
Esta canción manifiesta toda la alegría que siente el Qom cuando está en reunión fraterna con sus hermanos.
El pueblo Qom rechaza la soledad y huye de la tristeza. La solidaridad y la tristeza son virtudes propias del aborigen chaqueño, y estas se reflejan en sus canciones y danzas.
ETNIA QOM.
Los Qom (pronunciado /kóm/), qom (pronunciado /kóm/, nunca /kuóm/) o tobas (del gentilicio, peyorativo, guaraní, tová: "rostro, frente") son una etnia del grupo pámpido, del tronco central de la etnia Guaicurú, que habita en el Chaco Central. Hacia el siglo XVI comenzaron a habitar gran parte del norte argentino por las actuales provincias de
Salta, Chaco, Santiago del Estero y Formosa y en la provincia de Gran Chaco en el sudeste del actualmente boliviano departamento de Tarija. En la actualidad, muchos de sus miembros perseguidos por la miseria en sus zonas rurales ancestrales se encuentran en la periferia de las ciudades; por ejemplo, Orán, Salta, Rosario, Tartagal, Resistencia y Charata.
Su idioma se denomina qom l'aqtac y desde el punto de vista lingüístico se le suele incluir dentro del grupo de "idiomas guaycurúes", que muchas autores consideran junto con los idiomas matacoanos, de la familia lingüística Mataco-Guaycurú.
DESARROLLO HISTÓRICO
A la llegada de los españoles en el siglo XVI, los Qom habitaban las regiones del Chaco, actualmente salteño y tarijeño, y desde allí se extendían, integrados con otras etnias a lo largo del río Bermejo, y en menor medida del río Pilcomayo. El mayor crecimiento demográfico de los Wichi hizo que los mismos ejercieran mayor presión demográfica para obligarles a un desplazamiento hacia el este, territorio en el que hoy habitan, en su mayoría.
Hasta el siglo XIX, era un pueblo cazador-recolector, seminómade, se desplazaba por sus recursos alimenticios. Existía, entre ellos, una fuerte división sexual del trabajo: los varones, desde muy temprana edad, se dedicaban a la caza y a la pesca y las mujeres a la recolección y a una incipiente agricultura hortícola, en gran medida influida por aportes ándidos y amazónidos. De este modo, en pequeñas parcelas cultivaban nachitek (zapallos), oltañi (maíz), avagha (porotos), batatas y mandioca. Sin embargo, tales cultivos eran solo complementarios para su dieta y no llegaban a tener excedentes como para la acumulación de alimentos, de origen agrícola. Existe una explicación ecológica para este aparente atraso: el clima y la edafología de su territorio no permitían suficientes rindes para sus producciones agrícolas, mientras que el territorio chaqueño, en estado salvaje, les resultaba una gran fuente de recursos alimenticios; en especial, de proteínas de primera calidad. Los Qom cazaban tapires, pecaríes, ciervos, guanacos y gran cantidad de aves. Como complemento solían recolectar miel y gran cantidad de frutos, frutas del bosque y raíces silvestres.
La presencia de los españoles significó una gran revolución para ellos: por una parte, se encontraron con un nuevo y poderoso enemigo; por el otro, los españoles, de manera involuntaria, hicieron un gran aporte a su cultura: en el siglo XVII, los Qom comenzaron a utilizar el caballo y pronto devinieron en un poderoso complejo ecuestre en el centro y sur del Gran Chaco (Chaco Gualamba). Se volvieron hábiles jinetes, pese a que su territorio estaba en gran parte cubierto de bosques y selvas. Al andar a caballo,
bajo los árboles, solían llevar sobre sus cabezas un cuero sujetado a su cuerpo, para prevenirse de las espinas de los árboles y de los ataques de los pumas y yaguares que les podían saltar desde las ramas.
Con la adopción de la equitación pudieron extender sus correrías, transformándose en la etnia dominante del Chaco Central. Aprovechaban los plenilunios para cruzar con sus caballos el río Paraguay y asaltar las poblaciones cercanas a la orilla izquierda de dicho río, actualmente en la nación homónima. El dominio del caballo les permitió avanzar hacia el Chaco Austral y realizar incursiones súbitas en las zonas que corresponden al noroeste de la región pampeana. Desde sus caballos, armados con arco y flecha cazaban no solo animales autóctonos, sino el ganado vacuno de origen europeo.
Los Qom resultaron ser una de las etnias que mayor resistencia opusieron al intento de transculturación y usurpación del hombre blanco en la región chaqueña, llegando en 1858 a amenazar la ciudad de Santa Fe; pero desde 1880, no pudieron afrontar las campañas del Ejército Argentino que les arrinconó en el Chaco Impenetrable, en el ahora sudoeste chaqueño. Fueron disciplinados guerreros que combatieron a los Guaraníes, quienes lo respetaban por su coraje, fuerza y vigor en el combate, cuerpo a cuerpo. Los denominaban "indómitos" o "indoblegables".
En 1924, la última resistencia bélica de los Qom fue abatida en la Colonia Aborigen Napalpí, en la provincia del Chaco, en donde 200 de ellos fueron masacrados en el hecho conocido como Masacre de Napalpí, por orden de Manuel Centeno, interventor del gobierno de Julio Argentino Roca, en el entonces territorio nacional. Muchos fueron obligados a trabajar, explotados y amenazados, en las plantaciones de algodón o como hacheros en los obrajes.
PRENDAS Y VESTIMENTAS
La cultura de los tobas era funcional a sus costumbres y tradiciones: vivían en habitaciones de leños recubiertas de paja; habitáculos que solían medir unos dos metros de diámetro. Fabricaban objetos de cerámica, cestería y tejidos, con finalidad comunitaria.
Durante los meses cálidos, casi no usaban vestimenta, a excepción de simples taparrabos. En los períodos frescos usaban ropas más densas, adornadas para sus celebraciones rituales. Poseían un vestido llamado poto, confeccionado con fibras de caraguatá (Aechmea distichantha), cuero y, tras la invasión española, algodón.
También, durante los períodos fríos llegaban a abrigarse con ponchos. Los varones adultos adornaban sus cabezas con el opaga, especie de tocado realizado con plumas y cuerdas de caraguatá. Mujeres y varones se adornaban con onguaghachik; es decir, con pulseras, que se confeccionaban usando dientes y uñas de animales, semillas, plumas, valvas o conchas, cócleas o caracoles. De confección semejante a estas pulseras eran los colaq o collares. En cuanto a los nallaghachik, eran adornos eminentemente festivos, muy coloridos, compuestos con plumas, flores y hojas.
Por todos los fundamentos esgrimidos, solicito la gentileza de los Señores Legisladores, para que me acompañen en la aprobación de este Proyecto de Ley.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
MARTINEZ CAMPOS, GUSTAVO JOSE CHACO JUSTICIALISTA
MACIAS, OSCAR ALBERTO CORRIENTES JUSTICIALISTA
MADERA, TERESITA LA RIOJA JUSTICIALISTA
RUBIN, CARLOS GUSTAVO CORRIENTES JUSTICIALISTA
KOSINER, PABLO FRANCISCO JUAN SALTA JUSTICIALISTA
TOMASSI, NESTOR NICOLAS CATAMARCA JUSTICIALISTA
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
CULTURA (Primera Competencia)
POBLACION Y DESARROLLO HUMANO