La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Expresar profundo pesar por el fallecimiento del referente de la lucha contra los agrotóxicos Fabián Tomasi, trabajador rural que falleció víctima del envenenamiento causado por haber estado en contacto con esas sustancias.

Señor presidente:

Fabián Tomasi trabajó como fumigador en la localidad entrerriana de Basavilbaso desde 2005. El contacto con los venenos le causó una polineuropatía tóxica metabólica severa que desencadenó una disfunción del sistema nervioso periférico. En los últimos días, debió ser internado por una neumonía de la que no pudo ser salvado. Tenía 53 años y pesaba menos de 40 kilos.

Luego de dar su testimonio para varios medios de comunicación y el libro “Envenenados”, del periodista Patricio Eleisegui, Tomasi se convirtió en un símbolo de la lucha mundial contra los agrotóxicos.

Según contó él mismo, estuvo contratado por la empresa de fumigación aérea Molina en su Basavilbaso natal. Su tarea consistía en abrir los envases que contenían las sustancias químicas –entre las que había glifosato–, volcarlas en un recipiente de 200 litros de agua, y enviarlas por una manguera hacia la aeronave para que rociara los campos sembrados con soja.

Las condiciones de trabajo eran inhumanas. Por el calor agobiante, Tomasi trabajaba descalzo y sin remera. Nadie le exigía usar un traje aislante. “La única instrucción que yo recibí fue hacerlo siempre en contra del viento, así los gases no me afectaban”, comentó en entrevistas.

En los últimos años, mientras su enfermedad tomaba todo su

cuerpo, Fabián se dedicó a brindar su testimonio para dar a conocer las consecuencias de los agrotóxicos, especialmente el glifosato.

Actualmente, el uso de estos químicos para cultivo están permitidos en Argentina, principalmente debido a las presiones de las empresas fabricantes de agroquímicos y los holdings propietarios de plantaciones de soja. Sin embargo, no son los hijos de los directivos de estas empresas quienes mueren, sino los trabajadores rurales que aceptan exponerse a condiciones inhumanas de trabajo para llevar el sustento a su hogar.

En agosto de 2018, por primera vez, un jurado de California (Estados Unidos) condenó a Monsanto a indemnizar con 289 millones de dólares a un hombre que enfermó de cáncer a causa de su exposición a un producto de la multinacional que contiene el herbicida glifosato.

Fabián Tomasi puso su cuerpo al servicio de la concientización de la letalidad del uso de agrotóxicos. "Voy a llegar al último día y voy a decir 'yo intenté defender la verdad'. El que se calló, que se haga cargo de qué decirle a su hijo", reflexionó hace unos años Tomasi en un panel que se realizó en la Universidad de Buenos Aires. Como legisladores, es nuestro deber es levantar la voz de Fabián y no permitir que su lucha haya sido en vano.

Con profundo pesar por el fallecimiento de este referente, solicito a mis pares la aprobación de este proyecto.