PROYECTO DE TP


Expediente 5180-D-2019
Sumario: EXPRESAR BENEPLACITO POR LA ELECCION DEL ARGENTINO EMBAJADOR RAFAEL GROSSI COMO DIRECTOR GENERAL DEL ORGANISMO INTERNACIONAL DE ENERGIA ATOMICA (OIEA), PARA EL MANDATO 2020-2024.
Fecha: 19/11/2019
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 169
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Expresar beneplácito de esta H. Cámara por la elección del argentino Embajador Rafael Grossi como Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), para el mandato 2020-2024.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


El Organismo Internacional de Energía Atómica fue creado en el año 1957, en un contexto signado por el fin de la Segunda Guerra Mundial, luego de que el mundo conociera el terrorífico poder destructivo del armamento nuclear a partir del lanzamiento de las dos bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki por parte de los Estados Unidos. Eran la época de la Guerra Fría, donde se iniciaba la carrera por el dominio de la tecnología nuclear y el desarrollo del armamento atómico como el mayor recurso de poder en el sistema internacional.
En ese contexto, los objetivos de su creación fueron al mismo tiempo promover y controlar ese desarrollo tecnológico, promoviendo su uso con fines pacíficos, a partir de la contribución que dicha tecnología podía hacer a la industria médica, alimenticia, energética y científica, entre otras, y controlando su utilización con fines bélicos.
Con el nacimiento de la OIEA se institucionalizaron acuerdos de cooperación para usos pacíficos de la tecnología, que irían edificando el régimen internacional de no proliferación nuclear, creando una serie de herramientas para promover el desarme y generar cooperación para el control y monitoreo de los elementos más sensibles de la industria nuclear.
Con el Tratado de No Proliferación (TNP) como principal herramienta, la OIEA estableció un sistema de salvaguardias internacionales, aplicable tanto a los materiales nucleares como a los equipos e información de interés nuclear, quedando autorizado a aplicarlas. En conclusión, una de las funciones principales de la OIEA es aplicar el sistema de salvaguardias en las instalaciones nucleares de los países alcanzados por sus compromisos internacionales, realizando visitas técnicas, informes periódicos y monitoreos constantes en todas aquellas, asegurando su uso apropiado, seguro y pacífico.
A fines del mes de octubre de 2019, una mayoría de dos tercios de la Junta de Gobernadores del OIEA, compuesta por 35 países, elegía al Embajador argentino Rafael Grossi como Director General del organismo. Era la primera vez que un latinoamericano llegaba a ese puesto, obteniendo un voto de confianza para dirigir los destinos de la institución internacional más relevante en materia de desarrollo nuclear y no proliferación nuclear.
Rafael Grossi es Doctor en Relaciones Internacionales, Historia y Política Internacional, por la Universidad de Ginebra. Diplomático, egresado del Instituto del Servicio Exterior de la Nación en el año 1984 y formado en la entonces recientemente creada Dirección de Asuntos Nucleares y Desarme (DIGAN), a cargo del Embajador Adolfo Saracho. Desde ese momento se convirtió en un especialista en desarme y no-proliferación del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina.
Su trayectoria profesional incluye haberse desempeñado como Director General Adjunto y Jefe de Gabinete de la OIEA, Jefe de Gabinete de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), Presidente del Grupo de países proveedores nucleares (Nuclear Suppliers Group) y más recientemente como Presidente de la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación nuclear 2020 y Embajador de la Argentina en Austria y Representante Permanente de la Argentina ante las Organizaciones Internacionales con sede en Viena, entre ellas el OIEA. Es el sexto Director General del OIEA desde su fundación.
La formación y experiencia del Embajador Grossi, forjada con el impulso decidido y estratégico del Estado argentino a través de su cancillería, sintetiza los más de sesenta años de historia nuclear argentina. Podemos decir que este logro personal del Emb. Grossi se asienta en un recorrido de la Argentina en la materia, construida sobre una visión largoplacista, que lamentablemente no cultivamos en otras áreas.
La historia argentina se ha caracterizado por transitar cambios y rupturas traumáticas: gobiernos democráticos derrocados por feroces dictaduras militares, épocas de fuerte desarrollo científico-tecnológico seguidas por tiempos de censura, desinversión y “bastones largos”, momentos de crecimiento y desarrollo económico seguidos de profundas crisis y restricciones estructurales. En fin, la lista de antagonismos puede ser infinita. Lo que queda claro es que una constante en la historia de nuestro país fue la trayectoria pendular en el desarrollo de determinados sectores: tecnológicos, industriales, productivos, etc.
Sin embargo, no todo fue arrasado por esa inestabilidad que a simple vista pareciera estructural. La cuestión nuclear ha sido una excepción y un ejemplo claro de una exitosa política de Estado sostenida en el tiempo, lo que permitió alcanzar el desarrollo de un cluster tecnológico nacional con conocimientos de avanzada, prestigioso y competitivo internacionalmente.
A partir de la década de 1950 comenzaron a constituirse las instituciones sobre las cuales se edificará el sector nuclear argentino: Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Centro Atómico Bariloche, Instituto Balseiro, etc. Este temprano desarrollo cimentado sobre las premisas de desarrollo autónomo e integrado con la industria nacional, llevó a la Argentina a construir y poner en marcha el Reactor de investigación RA-1, primer reactor nuclear de América Latina y del Hemisferio Sur, en 1958.
Comenzaría luego el desarrollo de la tecnología atómica para la generación nucleoeléctrica, a partir de la cooperación internacional y el acompañamiento de industrias nacionales propias del sector. En el año 1974 fue inaugurada la planta de generación de energía Atucha I, en 1984 se finalizó la Central Nuclear Embalse y, finalmente, en 2014 se puso en marcha Atucha II.
La creación de empresas como INVAP y los conocimientos tecnológicos acumulados permitieron empezar a mirar hacia el exterior y concretar las exportaciones de tecnología más importantes de la Argentina, como por ejemplo, la exportación a Perú de un reactor experimental (RP-0) y de un centro atómico “llave en mano” dotado de otro reactor (RP-10), a Argelia un reactor experimental (NUR) en 1989, a Egipto un reactor de investigación y producción de radioisótopos en 1998, a Australia se exportó el reactor de investigación y producción OPAL inaugurado en 2007, y siendo la más próxima en el tiempo, en 2018 se firmó la venta de un reactor a Holanda.
Esta lista seguramente se ampliará, con casos como el del reactor de potencia CAREM, producido y diseñado íntegramente en la Argentina.
Paralelamente, un constante, profundo y exitoso trabajo diplomático fue anotando resultados contundentes. Con las democracias recuperadas y los liderazgos de Alfonsín y Sarney, los acuerdos nucleares de 1985 entre Argentina y Brasil fueron la punta de lanza para el inicio de un proceso de construcción de confianza y cooperativo bilateral sin precedentes, cuyo resultado emblemático fue la creación de la Asociación Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control (ABACC), como una institución bilateral de control nuclear mutuo.
Argentina jugó un papel importante para que Latinoamérica fuera la primera región libre de armas nucleares a través del Tratado de Tlatelolco, en el trabajo por el desarme internacional y la no proliferación internacional, incidiendo en procesos conflictivos como el de India y Pakistán, en acuerdos internacionales como el de Irán, o en la respuesta global ante los accidentes nucleares en la central Fukushima de Japón.
Estos más de sesenta años de desarrollo nuclear y trabajo diplomático sostenido son un claro reflejo del prestigio internacional de la Argentina y de sus credenciales de no proliferador y proveedor confiable de tecnología atómica, lo cual le permitió ser uno de los pocos países en desarrollo partícipe y con capacidad de incidencia en los grupos, foros e instituciones internacionales vinculadas al sector, como puede ser la OIEA, la Cumbre de Seguridad Nuclear o el Grupo de Proveedores Nucleares. Un verdadero soft power que posibilitó la colaboración argentina en el diseño y gestión de la gobernanza nuclear internacional.
Por lo expuesto, invito a los Sres. Diputados a acompañar esta iniciativa.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
RICCARDO, JOSE LUIS SAN LUIS UCR
HUMMEL, ASTRID SANTA FE PRO
MENNA, GUSTAVO CHUBUT UCR
INCICCO, LUCAS CIRIACO SANTA FE PRO
SELVA, CARLOS AMERICO BUENOS AIRES FEDERAL UNIDOS POR UNA NUEVA ARGENTINA
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
RELACIONES EXTERIORES Y CULTO (Primera Competencia)