La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

"Expresar su hondo pesar por el fallecimiento de María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani, fundadora de Abuela de Plaza de Mayo, a la edad de 94 años, sin haber podido encontrar a su nieta Clara Anahí”.

Señor presidente:

El día 20 de agosto recibimos con profunda tristeza la noticia del fallecimiento de nuestra Abuela Chicha Mariani, quien nos deja a los 94 años sin poder abrazar a su nieta Clara Anahí. Chicha fue una de las 12 fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo. Ella, con Alicia "Licha" Subaznabar de De la Cuadra, comenzaron a reunirse en ciudad de La Plata para junto a otras madres buscar la manera de encontrar a sus nietos y nietas. La nuera de Chicha, Diana Teruggi y su nieta Clara Anahí, de apenas tres meses, fueron desaparecidas luego de un brutal operativo en la casa que vivían. Por testimonios se supo que de la casa sacaron a la niña con vida. A partir de ese entonces Chicha se convirtió en un símbolo de la lucha por los derechos humanos, gracias a la búsqueda incansable de su nieta.

Chicha era docente de la escuela secundaria y su vida cambió para siempre aquel 24 de noviembre de 1976, cuando la casa de su hijo Daniel Mariani y su nuera, Diana Teruggi fue destruida en un megaoperativo llevado a cabo por fuerzas del Ejército y la Policía Bonaerense, quienes durante 4 horas la sometieron a todo tipo de armas de fuego. En el ataque fue asesinada su nuera Diana y otros 4 militantes de Montoneros. Su nieta, Clara Anahí, fue secuestrada y apropiada, con tan solo 3 meses de vida. Su hijo Daniel no se encontraba en la casa en el momento del bombardeo: sería asesinado un año después, el 1 de agosto de 1977.

Hacia noviembre de 1977 Chicha fundó Abuelas de Plaza de Mayo, organismo del cual ejerció la presidencia. En el año 1989 Chicha dejó Abuelas pero continuó su lucha: convirtió a la casa de la calle 30 en un símbolo de la resistencia y la memoria, desde la cual articuló todas las tareas vinculadas a la búsqueda de su nieta. Chicha transformó esa casa en un fiel testimonio de los hechos, dejándola intacta, exactamente como la dejaron luego de aquella noche: los agujeros del bombardeo, el derrumbamiento casi por completo de la pared de afuera, todo permanece como hace 32 años atrás, como símbolo de la brutalidad con la que las fuerzas de seguridad llevaron adeleante la represión. Allí tiene su sede la fundación Anahí, desde la cual Chicha llevó adelante la búsqueda incansable de su nieta.

Chicha Mariani fue además una de las principales querellantes durante el juicio, en el año 2006, al genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz, responsable del bombardeo el día 24 de noviembre de 1976 a su vivienda.

Chicha nos deja sin haber conocido a su nieta, luego de una vida dedicada a la lucha incansable por los derechos humanos. Por el recuerdo de Chicha y con el fiel compromiso en la búsqueda de los nietos que aún permanecen apropiados, les pido a mis colegas diputados que me acompañen con este proyecto.