PROYECTO DE TP


Expediente 4573-D-2019
Sumario: DECLARAR AL 2020 COMO "AÑO DEL BICENTENARIO DE LA AUTONOMIA PROVINCIAL DE SANTIAGO DEL ESTERO".
Fecha: 01/10/2019
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 140
Proyecto
El Senado y Cámara de Diputados...


"2020 - Año del Bicentenario de la Autonomía de la Provincia de Santiago del Estero”
El Senado y la Cámara de Diputados de la Nación Argentina…
Artículo 1°: Declárese el año 2020 como el “Año del Bicentenario de la Autonomía Provincial de Santiago del Estero”
Artículo 2° Dispóngase que durante el año 2020, toda la documentación oficial de la administración pública nacional, centralizada y descentralizada, así como en los entes autárquicos dependientes de ésta, deberá llevar la leyenda “2020 - Año del Bicentenario de la Autonomía Provincial de Santiago del Estero”.
Artículo 3°: El Poder Ejecutivo, a través del área que corresponda, instrumentará las acciones necesarias para hacer efectivo lo dispuesto en el artículo 1° de la presente ley.
Artículo 4°: Invitase a los Gobiernos Provinciales y al de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherir a la presente.
Artículo 5° Comuníquese al Poder Ejecutivo.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


En el transcurso del año 2020 se recordara y se celebrara en Santiago del Estero el Bicentenario de la autonomía provincial. Será un día de celebración y reflexión para quienes consideramos seriamente nuestra historia nacional.
La historia de las autonomías provinciales está íntimamente ligada a un proceso de reordenamiento nacional: producida la revolución de mayo, surgió otro conflicto en torno a la discusión sobre la existencia de una o de varias soberanías.
Desde Buenos Aires, la afirmación de una única soberanía, ligada a los saberes porteños llevó a la consolidación de una tendencia unitaria que se contraponía a la sustentada por el resto de las provincias, que argumentaba la existencia de tantas soberanías como pueblos existían. Teniendo en cuenta las categorías usadas en la época, la expresión ‘los pueblos’ hacía referencia a las ciudades convocadas por la Primera Junta a participar a través de sus cabildos.
Desde el inicio de la revolución coexistieron conflictivamente las soberanías provinciales con la del gobierno central que trataba de delimitar una soberanía única. Desde esta perspectiva el federalismo argentino surgió como una ideología opuesta al centralismo porteño, para lograr la igualdad de derechos entre las provincias.
A partir de 1820, surgieron los estados republicanos provinciales. La crisis del año 20 marco el fin del sistema revolucionario de centralización política y el surgimiento del federalismo de hecho, como consecuencia de la Batalla de Cepeda se produjo un doble desgarramiento: El Estado nacional se disolvió y las gobernaciones e intendencias se desintegraron para ser reemplazadas por las provincias federales tal cual las entendemos en el presente.
En la historia de la autonomía de Santiago del Estero podemos distinguir dos momentos: El primero, correspondiente al movimiento encabezado por Juan Francisco Borges, en 1814, y el segundo el liderado por Juan Felipe Ibarra en 1820.
El primero fue producto de un hecho acontecido en el gobierno central, unificado el gobierno nacional en 1814 en la figura de un Director Supremo, Gervasio Antonio de Posadas, el 8 de octubre suscribió un decreto por el que dividía la antigua Gobernación Intendencia de Salta en dos gobernaciones: Salta,
con capital en Salta, e integrada por las provincias de Salta y Jujuy, y Tucumán con capital en San Miguel, conformada por Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca. La consecuencia inmediata de esta decisión fue el comienzo de la lucha de Santiago del Estero -nuevamente considerada subalterna- por independizarse de la cabecera tucumana.
Desde enero de 1815 era gobernador de la provincia, Pedro Domingo Isnardi, simpatizante de Juan Francisco Borges. En abril, el gobernador de Tucumán, Bernabé Aráoz depuso a Isnardi de su cargo y designó jefe militar al comandante Antonio María Taboada, que apoyaba su gestión.
Tanto el cabildo como las milicias santiagueñas no aprobaban esta designación y convocaron a un cabildo abierto que envió un petitorio al Director Supremo, expresándole que estaban dispuestos a sostener a su teniente gobernador ya que, decían “…no tuvimos un día más amargo que aquel aciago en que se estableció Tucumán en cabeza de provincia y se nos sometió a este Gobierno bajo el cuál no hemos experimentado otra cosa que vejaciones, insultos y despotismos”.
El nuevo jefe del ejecutivo, Álvarez Thomas, contestó al ayuntamiento solicitándole que tuviese resignación para esperar que, una vez que se reuniera el Congreso General -que iba a congregarse en Tucumán al año siguiente-, resolviese en forma definitiva la forma de gobierno que conviniera a todos los pueblos.
El 4 de setiembre de 1815 Juan Francisco Borges, a la cabeza de unos setenta hombres, marchó rumbo a la casa de Taboada al que exigió la renuncia, posteriormente se dirigió hacia la plaza principal y convocó al vecindario, quien lo proclamó gobernador provisorio.
Aráoz mandó de inmediato tropas que se enfrentaron con las fuerzas rebeldes en la plaza principal. Borges fue herido y enviado prisionero a Tucumán, provincia de la que logró huir con destino a Salta. Unos meses después el Congreso, reunido en Tucumán en 1816 (ante la contrariedad de Borges y sus seguidores) nomino al sargento Gabino Ibáñez como teniente de gobernador y comandante de armas de Santiago del Estero.
El 10 de diciembre de 1816, Juan Francisco Borges inició su segundo movimiento emancipador. Apresó a Ibáñez, lo envió prisionero a Loreto, asumió nuevamente el cargo de gobernador provisorio y marchó al interior de la provincia.
El congreso, mandó una expedición al mando del comandante Gregorio Aráoz de Lamadrid, para reprimir a Borges. El cual fue localizado y derrotado en Pitambalá. La orden era fusilar a los cabecillas de cualquier rebelión armada. Juan Francisco Borges fue fusilado el 1 de enero de 1817 en el paraje de Santo Domingo.
El segundo momento fundante sucedió en 1820 y fue decisivo para el futuro de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
La Constitución de 1819, centralista y monárquica, rechazada por los caudillos del litoral, Francisco Ramírez de Entre Ríos y Estanislao López de Santa Fe, fue el detonante que determinó la marcha de las tropas federales hacia Buenos Aires, con la misión de derrocar al gobierno de Rondeau. Los ejércitos se enfrentaron el 1 de febrero de 1820 en la Batalla de Cepeda y terminó con el triunfo de López y Ramírez. Como consecuencia el directorio y el Congreso fueron suprimidos. Este hecho marcó el inicio de la organización de las provincias que, en definitiva, revitalizó el proceso revolucionario por la participación de todas y cada una de las partes integrantes de la nacionalidad Argentina.
A fines de 1819, en Tucumán gobernaba Bernabé Aráoz. Mientras las provincias del litoral trataban de organizarse firmando pactos entre ellas, en el norte, Aráoz quería conformar un núcleo territorial autónomo integrado por las provincias de Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero. Por ello el gobernador tucumano instó a las provincias de Catamarca y Santiago para que enviasen sus diputados, a fin de constituir la denominada República del Tucumán.
Para asegurarse una elección favorable envió tropas con el pretexto de escoltar al general Manuel Belgrano, con la salud sumamente quebrantada, en su viaje rumbo a Buenos Aires.
Realizada la elección con la presencia coercitiva de las tropas tucumanas, los partidarios de la autonomía llamaron en auxilio a Juan Felipe Ibarra.
Frente a la intromisión tucumana Ibarra marchó de inmediato rumbo a la capital santiagueña, con el apoyo de tropas santafesinas de Estanislao López. Enterado de su avance, el Cabildo encargó la protección de la ciudad al capitán Echauri e instó a todos los habitantes, a alistarse para la defensa.
En la madrugada del día 31 llegó al ayuntamiento una nota de Ibarra que decía: “No puedo ser ya más insensible a los clamores con que me llama ese pueblo en su auxilio por la facciosa opinión que sufre indebidamente de V. S. para cimentar de mucho su esclavitud. Me hallo ya a las inmediaciones de ese pueblo benemérito y si V.S. en el preciso término de dos horas desde el recibo de esta intimación, que desde luego lo hago, no le permite reunir libremente en un Cabildo abierto a manifestar su voluntad, cargo con toda mi fuerza al momento…”
Ibarra marchó desde el Fuerte de Abipones hacia la capital santiagueña y, en los alrededores del Convento de Santo Domingo, se produjo el combate con el consecuente triunfo de las huestes ibarrianas. Y así, según describe Di Lullo, “el viernes Santo de 1820 mientras Jesús agonizaba en la Cruz, Santiago del Estero nacía como provincia autónoma, consumándose el proceso de liberación en que había sucumbido Borges tres años antes”. Inmediatamente un cabildo abierto lo eligió por unanimidad teniente de gobernador interino y proclamó un nuevo cabildo adicto a la causa de la autonomía.
El nuevo gobernador juró su cargo el 25 y finalmente, el 27 de abril de 1820, los electores, reunidos en el cabildo, proclamaron solemnemente la autonomía de la provincia, para lo cual se labró el Acta correspondiente. En ella se especificaba que no se reconocía otra autoridad más que la del Congreso de todos los estados provinciales y se auspiciaba la reunión de una Junta Constitucional, que debía redactar una constitución provisoria.
El documento contiene una fundamentación doctrinaria que hasta el momento nadie había proclamado. En efecto, fue una clara definición por el sistema federal, pues allí se declaró “…no reconocer otra soberanía ni superioridad sino a la del futuro Congreso que organizaría la federación”. Además, concluía ofreciendo “…amistad a los hermanos tucumanos y el olvido del pasado”.
El movimiento autonómico invocaba los derechos del pueblo de auto gobierno, aunque manteniendo relación de dependencia con un poder central fruto de la organización nacional a partir de la reunión futura de un congreso general constituyente.
Señor Presidente la cuestión de la soberanía provincial aparece, así, relacionada íntimamente con la de la ciudadanía, Santiago del Estero fue protagonista al interpretar los anhelos que el pueblo argentino ya comenzaba a manifestar: la organización de un Gobierno Federal, de esta manera, la emergencia de las soberanías locales fue la respuesta de los pueblos del interior a las pretensiones centralistas de Buenos Aires.
A partir de 1820, Santiago vivió su propia historia participando en Congresos y Asambleas Nacionales que perseguían el ordenamiento constitucional.
Al igual que Santiago del Estero, las provincias no surgieron como parte constitutivas de un Estado central sino como Estados independientes, autónomos, con un nuevo régimen representativo, fueron esos gobiernos locales los que hicieron posible la constitución del poder central en 1853 con la sanción de la Constitución Nacional.
La gesta fundante de la autonomía santiagueña es la historia del federalismo y del respeto de los pueblos, es la historia de hombres y mujeres que dieron su vida para hacer de Argentina el país de todos. Su recuerdo nos trae una enseñanza muy vigente: el esfuerzo mancomunado de todas las provincias es la clave para el engrandecimiento de la patria.
Por todo lo expuesto solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
PASTORIZA, MIRTA AMELIANA SANTIAGO DEL ESTERO FRENTE CIVICO POR SANTIAGO
NAVARRO, GRACIELA SANTIAGO DEL ESTERO FRENTE CIVICO POR SANTIAGO
ABDALA DE MATARAZZO, NORMA AMANDA SANTIAGO DEL ESTERO FRENTE CIVICO POR SANTIAGO
NEDER, ESTELA MARY SANTIAGO DEL ESTERO FRENTE CIVICO POR SANTIAGO
HERRERA, BERNARDO JOSE SANTIAGO DEL ESTERO FRENTE CIVICO POR SANTIAGO
LEDESMA ABDALA DE ZAMORA, CLAUDIA SANTIAGO DEL ESTERO FRENTE CIVICO POR SANTIAGO
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
LEGISLACION GENERAL (Primera Competencia)
CULTURA
Trámite
Cámara Movimiento Fecha Resultado
Diputados SOLICITUD DE SER COFIRMANTE DE LA DIPUTADA ZAMORA, CLAUDIA (A SUS ANTECEDENTES)