El Senado y Cámara de Diputados...

Artículo 1°: Declárase la prohibición de despidos y suspensiones de cualquier trabajador de la Agencia de Noticias estatal Télam, dependiente de la Secretaría de Medios Públicos del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, por el término de veinticuatro meses a partir de la sanción de la presente ley, cualquiera sea la modalidad de contratación del trabajador. La emergencia declarada en esta Ley podrá prorrogarse por otros veinticuatro meses una vez vencido el plazo, si las contingencias que la originaron perduran.

Artículo 2°: Se retrotrae la planta laboral de la Agencia de Noticias Télam al día 1° de enero de 2018, reincorporando a todos los trabajadores despedidos a partir de esa fecha a sus puestos de trabajo, cualquiera sea la modalidad contractual que revistieran a esa fecha.

Artículo 3°: En caso de no acatamiento de lo establecido en la presente ley por parte de la Agencia de Noticias Télam, sin perjuicio de las medidas de fuerza que frente a ello dispongan los trabajadores, ante la simple denuncia por parte del trabajador afectado o de su representación sindical de cualquier nivel, el Ministerio de Trabajo dispondrá la inmediata reincorporación del despedido para que vuelva a cumplir sus tareas normales y habituales.

Artículo 4°: Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Señor presidente:

En estos días los trabajadores de la Agencia Télam fueron notificados de despidos masivos bajo el argumento de una reestructuración de la agencia nacional de noticias. Inmediatamente el gobierno oficializó que despedirá a 354 empleados, lo que supera el 40% de la planta. Como antecedente, hace un mes dos periodistas fueron despedidos sin indemnización por brindar información sobre los dueños de las Lebacs, es decir, por hacer su trabajo: informar y comunicar. No sólo hay un ataque a la fuente laboral de centenares de trabajadores, sino una clara ofensiva contra la libertad de expresión y un intento por reforzar la regimentación de los trabajadores de prensa.

Desde que se conoció la noticia de los despidos masivos, los trabajadores han emprendido un plan de lucha, con paro total y con la ocupación y permanencia pacífica de sus dos sedes, con el acompañamiento de todas las representaciones sindicales de los trabajadores de prensa.

Este recorte de trabajadores está directamente vinculado con la ofensiva capitalista del gobierno nacional, donde la variable de ajuste recae siempre sobre los trabajadores, en este caso, los empleados de la agencia. El ministro de Hacienda y Finanzas y superministro de coordinación económica, Dujovne, anunció que se buscará "acelerar el equilibrio presupuestario de las empresas públicas" y nombró, entre otras, a Radio y Televisión Argentina (RTA) y a Télam. Declaró que, a nivel global, los aportes que hace el Tesoro nacional para mantener la operatividad de las empresas del Estado pasarán de $12.000 millones, este año, a $6000 millones, en 2019.

Por otro lado, un comunicado oficial de la agencia, emitido por sus directivos, ataca fuertemente la actividad sindical. Culpabilizan a los delegados por defender las condiciones de trabajo y realizar medidas de fuerza ante los despidos, suspensiones de compañeros, ataques al movimiento de la mujer -como sucediera luego del 8M, en donde la patronal inició sumarios contra delegadas y trabajadoras, para atacar al poderoso movimiento de las compañeras del Sindicato de Prensa (SIPREBA) quienes concurrieron a la movilización en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora con un paro de actividades. Incluso profundizan su ataque fascistoide afirmando que el sindicato pretende apropiarse la línea editorial de la agencia. De esta manera pretenden un “disciplinamiento social” que abra las vías del ajuste. Esto en el marco de intentos de privatización-tercerización en marcha.

La agencia Télam fue creada en 1945 como una compañía mixta de capitales públicos y privados. En 1959 fue convertida en Sociedad Anónima y privatizada por el gobierno de Frondizi. Con la dictadura de Onganía, en 1968, que se convierte en empresa estatal. Bajo la dictadura cívico militar comandada por Videla fue sometida desde sus inicios a la censura y la persecución de sus trabajadores (con dos compañeros detenidos-desaparecidos). Sufrió ataques por parte de los distintos gobiernos desde el regreso de la democracia, que buscaron avanzar en una política de privatización. Carlos Menem la intervino en 1992 e intentó cerrarla dos años después. En el año 2000 el gobierno de De la Rúa volvió a anunciar el cierre del área de publicidad y la venta de la sede central de la agencia en la ciudad de Buenos Aires -aunque estas medidas finalmente no se concretaron. En la actualidad, la agencia es una Sociedad del Estado (SE) cuyo accionista es la Secretaría de Medios de Comunicación, encargada de designar el directorio, y cuenta con 28 corresponsalías distribuidas en todo el territorio nacional. En el último período la agencia sufrió un importante recorte presupuestario bajo el comando de Hernán Lombardi (director de medios públicos) y los trabajadores han denunciado censuras en su labor periodística. El pasado 26 de junio de 2018, Hernán Lombardi confirmó que despediría cerca del 40% de la planta, es decir, los 354 empleados por los que reclamamos en este proyecto de ley.

Estos despidos aparecen con el doble objetivo de disciplinar a los trabajadores de Télam para tratar de detener la pelea por sus derechos y reivindicaciones, y también para reducir el gasto fiscal que el gobierno ha exacerbado incrementando sideralmente los vencimientos de deuda. Una política mortal que de ningún modo garantiza una estabilidad de la economía argentina, pero sí salvaguardar los intereses económicos de los acreedores internacional y el FMI.

La estabilidad laboral de los trabajadores de la Agencia Télam no existe, y está siendo amenazada por la política de vaciamiento y privatización del gobierno nacional. Esta ley pretende dar una pronta respuesta a los trabajadores que luchan por sus puestos de trabajo y en defensa de sus derechos laborales, como la organización sindical y la libertad de expresión.

El conflicto de Télam es de vital interés para el conjunto de los trabajadores y la libertad de expresión. Por todo lo expuesto, solicitamos a los diputados nacionales la aprobación de la presente ley.