La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar beneplácito por el homenaje rendido por la población argentina a la feminista Julieta Lanteri al elegir su nombre para denominar a la nueva estación de subterráneo de la Línea H, inaugurada en fecha 17 de mayo del presente año.

Señor presidente:

Julieta Lanteri nació en Italia en 1873 pero emigró a la República Argentina con su familia a los seis años de edad.

En el año 1886 se convirtió en la primera egresada mujer del Colegio Nacional de la Plata, y años más tarde, en 1896, logró ingresar en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, habiendo obtenido su título en 1907. Fue la sexta graduada del país.

También se propuso ser profesora universitaria e intentó ingresar como docente adscripta en la Cátedra de Psiquiatría de su facultad, pero se lo negaron basándose, -conforme alegaron-, en su condición de extranjera, aunque es sabido que el verdadero motivo era su género.

A raíz de ello, en 1910 solicitó a la Justicia la concesión de la ciudadanía argentina, la cual, luego de una batalla legal con el procurador fiscal interviniente, y de obtener el permiso de su marido -Alberto Renshaw- para estar en juicio, le fue otorgada. Al día siguiente al dictado de dicho fallo judicial, Julieta Lanteri concurrió a inscribirse en el padrón electoral de la Ciudad de Buenos Aires para votar en las elecciones de renovación de Concejo Deliberante. Debido a que cumplía con los requisitos establecidos en la Ley Nro. 5098, -los que no hacían mención alguna respecto del sexo de los votantes-, debió ser admitida y el día de las elecciones pudo emitir su sufragio, convirtiéndose así en la primera mujer argentina en votar, tanto del país, como de toda Latinoamérica.

En 1904 fundó junto a Cecilia Grierson la “Asociación de Universitarias Argentinas” con el objeto de propender a que cada vez más mujeres accedan a la educación universitaria y practiquen las profesiones y especialidades por ellas elegidas.

A pesar de haber logrado votar a nivel municipal, cuando llegaron las elecciones nacionales del año 1919 su nombre no figuraba en el padrón electoral de dicho comicio. Por ese motivo volvió a recurrir a la Justicia, pero, esta vez su posibilidad de votar le fue vedada debido a que uno de los requisitos para la emisión del acto eleccionario era exhibir libreta de enrolamiento, la cual claramente no poseía por ser mujer. Sin embargo, aprovechando el vacío legal respecto de la posibilidad de que las mujeres se presentaran como candidatas, fundó el Partido Nacional Feminista y se postuló como diputada nacional. En dicha oportunidad recibió votos, pero finalmente no ganó. Aun así, continuó presentándose como candidata hasta 1930.

Lamentablemente, en el año 1932 y en circunstancias no del todo conocidas fue atropellada por un conductor en la intersección de las calles Suipacha y Diagonal Norte.

El nombre de la estación de subte “Julieta Lanteri – Facultad de Derecho” fue seleccionado por concurso digital ciudadano, habiendo contado 174.659 votos totales, de los cuales 78.247 fueron para que se coloque en la estación el nombre de Lanteri (45%), que resultó el ganador; 49.544 votos (28%) para que se coloque el nombre María Angélica Barreda, primera abogada argentina recibida en la UNLP en 1909; y 46.868 votos (27%) para que se nombre a la estación en honor a Celia Tapias, quien fuera la primera abogada recibida en la Facultad de Derecho de la U.B.A. y la primera en ejercer en la C.A.B.A., además de primera doctora en jurisprudencia.

Creemos que es importante destacar este merecido homenaje a Julieta Lanteri, un reconocimiento a sus logros y avances, que allanan el camino en defensa de la igualdad de género en nuestro país. En este momento histórico que como sociedad estamos viviendo, su ejemplo nos anima a seguir la lucha por defender y garantizar la igualdad de derechos y el empoderamiento de la mujer.

En este sentido, la elección del nombre para la estación de subte realizada por votación mayoritaria de la ciudadanía, es de una gran importancia simbólica que no puede pasar desapercibida y, por eso, entiendo es merecedora de este reconocimiento parlamentario.

En virtud de lo expuesto es que solicito a mis pares el acompañamiento del presente proyecto de resolución.