PROYECTO DE TP


Expediente 2902-D-2018
Sumario: DECLARASE EL 30 DE NOVIEMBRE DE CADA AÑO COMO "DIA NACIONAL DE LA TRASHUMANCIA".
Fecha: 14/05/2018
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 47
Proyecto
El Senado y Cámara de Diputados...


DÍA NACIONAL DE LA TRASHUMANCIA
ARTÍCULO 1.- Declárase el 30 de noviembre de cada año como "Día Nacional de la Trashumancia".
ARTICULO 2.- Facultase al Poder Ejecutivo Nacional a adoptar las medidas necesarias a fin de implementar actividades específicas referidas a la conmemoración del Día Nacional de la Trashumancia y realizar la más alta difusión de las mismas, a través de los mecanismos de comunicación oficial.
ARTÍCULO 3.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


La trashumancia es una práctica ancestral relacionada con la actividad ganadera que constituye una forma productiva particular del clima mediterráneo frío. En nuestro país se realiza en diversas zonas cordilleranas, desde el sur de la provincia de Mendoza hasta el centro de la provincia de Chubut y con mayor densidad en las provincias de Neuquén y Rio Negro; observándose el fenómeno de la trashumancia, en su máxima expresión, en la provincia del Neuquén, en el noroeste de la Patagonia.
Llevada adelante por los crianceros, la trashumancia, consiste en el traslado de animales -arreos- en verano a los campos altos de la cordillera (veranada) y en invierno a los bajos de los valles (invernada), en busca de las mejoras pasturas para alimentar al ganado. El circuito productivo que genera esta práctica, está formado por la invernada, la veranada y la ruta pecuaria o “huella de arreo” como la denominan los propios crianceros. Este sistema produce principalmente carne y fibras (mohair y lana) pero también otros productos como cueros, animales de refugio y cashemere.
La trashumancia es un movimiento recurrente, pendular y funcional. La periodicidad del movimiento está regulada por el ritmo cíclico de las estaciones y las actividades desarrolladas en las unidades domésticas de producción se ajustan a ellas. Esto origina un cambio temporal de asentamiento seguido por una situación de retorno que da comienzo a un nuevo ciclo. El sistema trashumante queda eslabonado con el relieve, con el clima y con la receptividad de los campos, destacándose otrora tres o cuatro momentos, hoy dos: veranada e invernada con el objeto de complementar diferentes pisos ecológicos; de ahí también que se puede clasificar el movimiento como una trashumancia vertical (movilidad de arreos, de ascenso y de descenso).
La palabra criancero denomina a un amplio conjunto de productores familiares que se dedican fundamentalmente a la cría de ovinos y caprinos. Con mayor precisión, el territorio en el cual los crianceros llevan a cabo sus actividades se extiende desde el sur de la provincia de Mendoza hasta el centro de la provincia de Chubut y mayoritariamente en las provincias del Neuquén y de Río Negro. Dicho territorio comprende valles de altura en la cordillera sur y precordillera de los Andes, y zonas áridas de monte y estepa en la meseta patagónica y hacia el norte del área. En estos ámbitos, hay unos 7.500 crianceros. El tamaño de sus rodeos, constituidos por "majadas" de ovinos y "piños" de caprinos, con algunos yeguarizos y/o bovinos, medidos en unidades ovinas (UO) puede llegar hasta 1000 unidades, siendo éste el umbral de capitalización; y el valor modal se ubica en el estrato de 200-1000 UO. El objetivo principal de sus actividades productivas es la esquila, la venta de la lana ovina y del pelo caprino (mohair y cashemere) y de los "chivitos" y corderos (carne). Una parte de su producción se destina al consumo familiar, aunque es mayor la producción que se destina al mercado de productos.
Los crianceros siguen manteniendo firme la costumbre y el trabajo de arrear sus animales 2 veces al año. El circuito arranca entre noviembre y diciembre, con el movimiento hacia la zona de veranada, en la cordillera; entre marzo y abril, se inicia el regreso a la invernada, buscando lugares más cálidos para empezar el circuito reproductivo. Durante 20 a 30 días arrean sus animales por lugares inhóspitos, con viento, calor, lluvia o frío a esa zona cordillerana próxima a la frontera, donde engordan su ganado; la estancia en la veranada, permite la recuperación y reserva de los campos de invernada, para la época invernal.
La veranada se realiza en los valles de altura. Este ambiente brinda pastos y aguadas al rodeo durante el estío. Su estadía varía en función de la distancia a los campos de invernada y la altitud de los campos de veranada, pudiendo variar entre tres y cinco meses. La invernada se desarrolla en la meseta y valles inferiores en donde la escasez de agua y de pasturas se hace crítica a fines de la primavera. El circuito no tiene una longitud regular; las distancias varían considerablemente según la zona, desde unos pocos kilómetros hasta más de 200. La velocidad de circulación está condicionada a la alimentación del ganado, a la composición del rodeo, a la cantidad de cabezas, a las características del relieve. Los crianceros acompañan el traslado a caballo con "cargueros" (mulas con chihuas) o con camionetas o camiones de modelos viejos que les permiten poder mudar todas las cosas de las casas necesarias para pasar el tiempo que dure la veranada. De esta actividad participa la familia completa, desde el padre y la madre hasta los más chiquitos.
En mi provincia, Neuquén, la trashumancia, entre la meseta árida y semiárida y la cordillera de los Andes abarca aproximadamente 2.000 productores que con sus familias constituyen más del noventa por ciento de la población rural del área de los departamentos cordilleranos de Minas, Norquín, Chos Malal, Loncopué, Picunches y Aluminé, y los departamentos de meseta, Añelo, Catan Lil, Pehuenches y Zapala. Para nosotros se trata de una actividad productiva de gran importancia que comprende el traslado -entre veranada e
invernada- de más de 1 millón de cabezas de ganado al año, de los cuales el 80 % son caprinos, el 12 % ovinos y el resto bovinos y yeguarizos.
Las actividades que giran alrededor de la trashumancia son diversas. Hacen a la vida, a la cultura y a las prácticas productivas de las familias de crianceros trashumantes. Se trata de una tradición muy arraigada en el norte neuquino. La gran mayoría de los arreos se dirigen hacia la Cordillera de los Andes (de norte a sur). El tiempo que llevará trasladar su ganado dependerá de la zona en la que resida. Los crianceros de Chihuidos por ejemplo, tienen hasta un mes de viaje, con aproximadamente 300 kilómetros de trashumancia. La luz del alba señala la hora del mate, del aprovisionamiento y de la partida hacia la inmensa cordillera que será el destino en el que año tras año pasarán las fiestas. Carnean algún chivito y el resto del piño se alínea para continuar su larga marcha hacia la frontera en búsqueda de los mejores pastizales. Por el puente que se bifurca en tres caminos que comunica a Andacollo con Las Ovejas, Los Miches o Huinganco, los arrieros se suceden unos tras otros con sus piños y la sola ayuda de sus fieles y adiestrados perros. Llevan adelante una tarea ancestral en la que estos baqueanos se asombran cuando algún interesado ahonda en los quehaceres cotidianos, porque para ellos lo extraño es aquello en lo que no interviene los ciclos de la madre naturaleza.
La actividad requiere de mano de obra capacitada para la producción de animales, la cual se adquiere con la experiencia y sabiduría a través de generaciones, siempre está presente el trabajo en familia. La trashumancia es también una forma de vida, que define la vestimenta, la música, el baile, las comidas, la confección de las viviendas y la educación de las comunidades rurales.
Aunque desconocida por muchos y valorada por pocos, la Trashumancia ha sido el eje cultural, social y económico de gran parte de la provincia de Neuquén por cientos de años, logrando mantenerse viva, gracias a su geografía y lejanía de los principales centros urbanos de la región.
Para nosotros, los neuquinos, la trashumancia es materia constante de política pública. Nuestro gobierno provincial siempre ha trabajado para jerarquizarla. Así, en el año 1991, se sancionó la Ley 1934, que estableció trazas de rutas de arreo en la zona norte y las condiciones para su uso.
El 25 de julio del 2012 fue sancionada por la Legislatura de Neuquén la Ley 2809, la cual tiene por objeto garantizar el derecho de los crianceros a transitar libremente con sus animales y contar con lugares de descanso necesario durante el proceso de trashumancia. Desde el año 2012 se desarrolla el Programa Provincial de Trashumancia, que permitió, entre otras cosas realizar el relevamiento
a campo de más de 3.000 kilómetros de huellas de arreo, elaborando un mapa GIS (Sistema de Información Geográfica), con información detallada respecto a la Red de Huellas de Arreo. Esta tarea permitió identificar las huellas y preservarlas mediante 46 resoluciones y avanzar en obras de infraestructura en zonas por las que circulan las familias trashumantes. En todo ese trabajo participaron técnicos de organismos del gobierno provincial junto a organizaciones de pequeños productores y otras instituciones.
Así, la Cámara de Diputados aprobó el 22 de agosto de 2016, por amplia mayoría la Ley 3.016 de Trashumancia, que deroga la sancionada en el 2012. Esta nueva norma garantiza el derecho de familias trashumantes a transitar por las huellas de arreo durante los períodos de invernada y veranada. Esta normativa revaloriza a la trashumancia como práctica productiva y cultural, la vincula al desarrollo turístico y difunde los fundamentos de su realización.
Se trata de la primera ley provincial que otorga una solución integral a esta ancestral práctica productiva y cultural. Con esta nueva norma se define a la ruta de arreo o callejón de arreo como la franja de terreno de treinta metros de ancho mínimo que permite el libre tránsito de animales desde los campos de invernada a los de veranada y viceversa; se le otorga naturaleza jurídica y se define como servidumbre administrativa de tránsito o dominio público a las huellas de arreo. Los corredores de arreo, principalmente los ubicados en las zonas centro y norte de la provincia, se encuentran perfectamente delimitados, merced al trabajo realizado por el Ministerio de Desarrollo Territorial de la provincia, durante la anterior gestión.
La Autoridad de Aplicación junto con los productores y organizaciones involucradas coordinan su implementación el mantenimiento de callejones de arreo y la construcción de la infraestructura necesaria para el resguardo y protección de la familia criancera y sus animales.
A partir de la aprobación de la Ley de Trashumancia, estos lugares van a ser exclusivamente destinados al arreo, en los casos en que dichos corredores se superpongan con caminos o rutas, la ley previene estrictas normas de seguridad tanto para los crianceros y sus animales, como para el tránsito en general, implementadas a través del Operativo Trashumancia, que ya se implementa en la provincia, en rutas nacionales, provinciales o caminos de uso público coincidentes con huellas de arreo, involucrando patrullajes, puestos de información, campañas de difusión, prevención y concientización.
La Ley contempla, además, declarar a la cultura de la trashumancia como patrimonio histórico de la provincia del Neuquén.
Desde el poder ejecutivo provincial se desarrolló el Plan de Desarrollo Turístico Provincial 2011-2015, que permitió complementar la trashumancia con alternativas turísticas que posibilitan diversificar las economías locales, esto les ha permitido a los veranadores comenzar a utilizar el arreo de animales, como un producto turístico, ofrecido fundamentalmente como Ecoturismo, organizando excursiones a caballo por todo el recorrido, que les permite a los turistas vivenciar costumbres y mitos de una de las actividades con mayor tradición del norte Neuquino.
El Ministerio de Salud provincial desarrolló el proyecto “La trashumancia mueve a la salud pública” que permitió acceder a más y mejor cobertura de salud para la familia criancera trashumante, brindando atención no solo en la veranada o invernada, sino durante la travesía, movilizando a los agentes sanitarios.
Lo que nació como una alternativa a la economía agropecuaria de los crianceros se transformó con el correr de los años en un hecho cultural de gran envergadura para la identidad de los habitantes de la zona y de un gran atractivo turístico. Como neuquina, orgullosa de mis tradiciones, estoy convencida de que debemos trabajar para que esta forma de vida no sólo no se extinga, sino que se la revalorice continuamente, por eso es que creo fundamental declarar el 30 de noviembre, como el día Nacional de la trashumancia, para que no se apague una de las tradiciones más loables y ancestrales de la zona cordillerana de nuestro país.
Por todo lo expuesto solicito a mis compañeros legisladores que me acompañen con la aprobación del presente proyecto de ley.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
SAPAG, ALMA LILIANA NEUQUEN MOV POP NEUQUINO
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
LEGISLACION GENERAL (Primera Competencia)
AGRICULTURA Y GANADERIA