La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su más enérgico repudio y preocupación por los hechos de intolerancia sufridos por la periodista María Eugenia Duffard en la 45° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, durante la cobertura televisiva de la presentación del libro “Sinceramente” de Cristina Fernández de Kirchner.

Su solidaridad con dicha profesional, el ferviente apoyo a la libertad de expresión y a la pluralidad de opiniones, en un marco de diálogo y respeto mutuo.

Señor presidente:

El presente proyecto tiene como fin expresar total repudio y preocupación por el hostigamiento sufrido por la periodista María Eugenia Duffard en la 45° Feria del Libro, realizada entre el 25 de abril y el 13 de mayo del corriente año en Buenos Aires.

Los hechos de intolerancia ocurrieron el día jueves 9 de mayo, en el marco de la presentación del libro “Sinceramente” de autoría de Cristina Fernández de Kirchner, en donde la periodista María Eugenia Duffard, se encontraba cubriendo dicha presentación transmitida por los canales televisivos Todo Noticias y Canal 13.

Durante la transmisión se puede observar como la profesional del periodismo es agredida verbalmente por simpatizantes políticos que concurrieron a la presentación del libro de la ex presidenta Fernández de Kirchner, en donde se oyen expresiones tales como “tarada", "basura, vos sos la dictadura", "caradura, mentirosa". Como relata la periodista, este tipo de manifestaciones se producía cada vez que se encendía la cámara, con el único justificativo de que el equipo periodístico pertenecía al grupo Clarín.

Sin dudas este lamentablemente hecho no se agota en el terrible ataque sufrido por una mujer en su espacio laboral, sino que va mucho más allá, lesionando derechos reconocidos en nuestro país tanto por nuestra Constitución Nacional como por diferentes tratados internacionales de derechos humanos tales como la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Plan de Acción de Naciones Unidas sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad, entre otros.

Hablamos en particular del derecho a la libertad de prensa, el cual, como lo expresa Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, “es la piedra angular de las sociedades democráticas. Todos los Estados, todas las naciones, se fortalecen mediante la información, el debate y la confrontación de puntos de vista. En un momento en que se multiplican los discursos de desconfianza y deslegitimación de la prensa y la labor periodística, resulta fundamental garantizar la libertad de opinión mediante el libre intercambio de ideas y de información basada en verdades fácticas”.

Sin embargo, no nos quedan dudas, que en este caso particular no sólo se vio vulnerado el derecho a la libertad de prensa sino también el derecho al trabajo, a la dignidad y la libertad de pensamiento y expresión.

Específicamente la libertad de expresión, elemento fundamental de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es ampliamente considerada como la base sobre la que se sustentan otros derechos democráticos, como el derecho a formar partidos políticos, a intercambiar ideas políticas y a controlar las acciones de los funcionarios públicos. En este mismo sentido es que también otorga sustento a la buena gobernanza y a la rendición de cuentas democrática.

Es indispensable que los medios de comunicación cuenten con protecciones especiales que les permitan operar libremente. Nuestros comunicadores deben tener la libertad y la seguridad necesarias para generar los contenidos que luego serán difundidos a partir de diferentes plataformas mediáticas. Son estos contenidos los que representan una de las formas de ejercicio de la expresión pública de nuestros derechos colectivos.

Por todo lo anteriormente expuesto, consideramos que se produjo una vulneración directa de derechos humanos fundamentales que no podemos permitir como sociedad democrática. Por ello, repudiamos enérgicamente todos los hechos de esta naturaleza y reivindicamos los valores del respeto, la tolerancia y la diversidad ideológica, como pilares fundamentales de un Estado de Derecho y solicitamos a nuestros pares la aprobación del presente proyecto de declaración.