PROYECTO DE TP


Expediente 2432-D-2019
Sumario: DECLARAR NULO DE NULIDAD ABSOLUTA EL ACUERDO FIRMADO EN MAYO DE 2018 CON EL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL (FMI).
Fecha: 14/05/2019
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 57
Proyecto
El Senado y Cámara de Diputados...


Ruptura con el FMI y no pago de la deuda externa
Artículo 1º: A partir de la presente ley, la República Argentina desconoce el acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunciado en mayo de 2018, por parte del gobierno nacional presidido por el actual presidente Mauricio Macri (Cambiemos) declarándolo nulo de nulidad absoluta, como así también todos los actos, condicionamientos y disposiciones que se desprendan del mismo.
Artículo 2º: A partir de la presente, se suspenden todos los pagos en concepto de deuda externa, tanto de capital como de intereses, atento a que se trata de una deuda ilegítima, fraudulenta y usuraria contraída en perjuicio del pueblo trabajador.
Artículo 3º: Procédase a destinar ese dinero que generan millones de trabajadores a salarios, jubilaciones, trabajo, salud, educación y vivienda y demás necesidades populares, combatiendo los graves males sociales.
Artículo 4º: El Estado Argentino deja de ser miembro del Fondo Monetario Internacional (FMI), exigiendo la inmediata devolución de la cuota parte depositada en dicho organismo.
Artículo 5º: De forma.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Argentina es víctima de un brutal ajuste, condicionamientos perjudiciales y enormes privaciones, como consecuencia del acuerdo firmado por el actual gobierno de Cambiemos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ese acuerdo ha sido pactado a espaldas del pueblo trabajador y va en su perjuicio. Apenas fue anunciada la intención de pactar con el FMI, en mayo de 2018 (cuando una encuesta ya daba que el 75% está en contra de volver al Fondo), nuestro partido, Izquierda Socialista, señaló: “El anuncio del acuerdo con el FMI vuelve a la postal de una Argentina sometida a mayores ajustes antiobreros y pagos de la deuda. Va a significar un nuevo salto en el ajuste, el saqueo y la entrega del país a manos del imperialismo y los banqueros internacionales. El gobierno pediría un préstamo millonario que terminarán pagando los trabajadores. Significará más endeudamiento, ajuste, tarifazos, techos salariales y reforma laboral.” (El Socialista, 09/05/2018).
Lamentablemente, a un año de ello, se cumplieron con creces estos males que sigue pagando el pueblo trabajador con más ajuste, mientras aumentó la desocupación, la pobreza, el robo salarial y jubilatorio y la desigualdad social.
Macri hizo campaña diciendo que el FMI “había cambiado”, que ahora hay un “FMI bueno” y que no sería el mismo de otras décadas que imponía ajustes salvajes. Burdas mentiras. El FMI es uno de los tres organismos financieros internacionales del capitalismo imperialista mundial (junto con el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio -OMC-) que responde a las órdenes de los gobiernos de Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, quienes tienen la mayoría absoluta para la toma de decisiones.
Son quienes “aconsejan” el aumento de la edad jubilatoria, los despidos y la reducción del gasto social con recortes en salud, educación y la obra pública, privatizaciones y, por supuesto, más endeudamiento. El FMI nos presta para que se aplique un ajuste permanente y a su vez se pueda seguir pagando esa deuda leonina en beneficio de los banqueros. Un círculo vicioso infernal.
El famoso “volver al mundo” de Macri, prometiendo que iban a venir capitales extranjeros que nos iban a salvar, fue el latiguillo que usó para dar rienda suelta a capitales golondrinas (especulativos), para hacer grandes negocios, o para el saqueo, como en Vaca Muerta. Eso es lo que predomina en el mundo y Macri copia para la Argentina.
“Volver al mundo” significó pagar de contado 10.000 millones de dólares a los fondos buitres apenas asumió este gobierno, ley que se aprobó con el apoyo cómplice del Frente Renovador de Sergio Massa, de los centroizquierdistas Margarita Stolbizer y Binner, de los ex kirchneristas Diego Bossio, e incluso de seis diputados del Frente Para la Victoria. El sector kirchnerista que votó en contra (con Kicillof y Máximo Kirchner a la cabeza), sólo contraponía otro proyecto para “negociar mejor”, aceptando pagarle a los buitres un monto menor al que finalmente se aprobó. Luego Macri se endeudó sideralmente, llegando al extremo de hacerlo en muchos casos, por el término de 100 años.
El endeudamiento desenfrenado de los últimos años llevó a que los próximos vencimientos de deuda entre 2020/2023 sumen la impagable cifra de 150.000 millones de dólares. A esto hay que sumar que en los años de gobierno macrista se fugaron 94.274 millones de dólares.
Esta deuda se suma a la anterior, que viene de la época de la dictadura militar, contraída bajo un genocidio, la cual ya se pagó varias veces y aún se siguen debiendo millonadas. Los distintos gobiernos la pagaron religiosamente y la renegociaron permanentemente, imponiendo severos ajustes. Pasando la deuda externa a ser una bomba explosiva cuyas esquirlas impactan sobre el pueblo trabajador.
Por pagar la deuda, todos los días se va dinero de las escuelas, hospitales, salarios, rutas y caminos. El mayor déficit lo provoca, precisamente, el pago de sus intereses. A tal punto es el compromiso en seguir pagando que el Presupuesto 2019 se votó entre el oficialismo y la oposición patronal del grueso del peronismo y el PJ.
El pacto con el FMI vuelve a redoblar las mismas recetas que ya se aplicaron con la hiperinflación de Alfonsín en los años ´80, la “estabilidad” del 1a1 de Menem-Cavallo en los años 90 (donde se remataron todas las empresas del Estado para pagar en especie), el “blindaje” de De la Rúa-Chacho Alvarez de 1989/2001 y la “inflación controlada” del peronismo kirchnerista.
Cuando se acude al FMI se está perdiendo soberanía económica y política. Nuestro país tiene una larga y triste historia de sometimiento al FMI. Desde su creación, al final de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno del primer peronismo se negó a ingresar a este organismo. La afiliación de la Argentina al Fondo, y el primer préstamo, se haría bajo la dictadura de la “revolución fusiladora” en 1956. Desde entonces, nuestro país pidió infinidad de préstamos y tuvo que someterse a otros tantos planes de ajuste exigidos por el organismo. La sola pertenencia al mismo, además, nos obliga a estar monitoreados por lo que se conoce como "el Artículo IV" del mismo, lo cual significa un flagrante ataque contra nuestra soberanía nacional, por eso planteamos la ruptura y la salida de Argentina con dicho organismo.
Nunca “nos liberamos” del FMI, ni “nos desendeudamos”, como demagógicamente decía el peronismo kirchnerista. En los 12 años de ese gobierno se pagaron 200.000 millones de dólares en concepto de deuda externa y siempre Argentina siguió siendo miembro de ese organismo.
Muchas veces se pregunta qué pasaría si no se paga la deuda o si hay antecedentes de no pago. Los falsos acreedores hacen campaña diciendo que Argentina sería víctima de tremendas consecuencias o boicot internacionales si dejara de pagar. Pero distintos países a lo largo de la historia dejaron de pagar sus deudas para salir adelante.
Los economistas Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart, de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), se han dedicado a contabilizar los defaults de deudas soberanas (las declaradas por los Estados) desde 1800 hasta la primera década de 2000, contabilizado unas 250 cesaciones de pagos en 200 años, es decir, un promedio de más de una por año. Así, por ejemplo, Gran Bretaña nunca pagó la deuda que acumuló con la Argentina al final de la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos, al independizarse, no pagó su deuda con Inglaterra, entre tantos otros innumerables ejemplos. Agregando que en los países donde hubo procesos revolucionarios se repudió la deuda, como Rusia en 1917 y Cuba en 1959, permitiendo combatir el hambre y la pobreza.
El Argentinazo de 2001 impuso el no pago, dinero que se usó para financiar más de dos millones de planes sociales, gozando de superávit durante varios años. Y no quedamos aislados ni bloqueados, nuestro país vendió soja al mundo en valores récord. Además, es posible triangular exportaciones vía varios países, cobrar por otros canales que los hegemonizados por las grandes finanzas o hacerlo en otras monedas.
A tal punto es una deuda fraudulenta, que en el año 2000 el juez Ballesteros emitió un fallo y la catalogó como ilegítima, enviando al Congreso un pedido de resolución política sobre el tema, el cual nunca se llevó a cabo. Mejor dicho, el Parlamento, con mayoría de partidos patronales, siguió haciendo oídos sordos a pesar de las enormes pruebas constatadas que se trata de una deuda completamente ilegal.
Propiciamos la conformación de un Frente de Países Deudores latinoamericanos para que juntos dejemos de pagar, lo que llevaría a que entren en crisis los banqueros y multinacionales.
Por supuesto que el no pago debería ir acompañado de otras medidas, como la nacionalización de la banca y el comercio exterior, un fuerte impuesto a los de arriba y la reestatización de las empresas estratégicas privatizadas, como parte de un plan económico alternativo, obrero y popular, para afianzar las transformaciones necesarias y empezar a combatir de raíz los males capitalistas.
Todos los políticos patronales están por pagar la deuda, Macri y el peronismo opositor. Todos han dicho que hay que respetar el acuerdo y seguir pagando. O, en todo caso, renegociar y reestructurar los pagos. Pero eso significará que siga el ajuste y el saqueo.
Miremos qué significaría renegociar o reestructurar la deuda con el caso griego. A fines de 2018, la troika del Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el FMI definió un nuevo “alivio” de la deuda griega, extendiendo los plazos de repago en 20 años por casi 100 mil millones de euros de préstamos de rescates anteriores. Una “reestructuración” para una economía que acumulaba ocho años de crisis continúa, con tres programas de rescate y sufriendo la peor depresión de una economía europea desde la Segunda Guerra Mundial. Ese pacto significa que el pueblo griego sufrirá un ajuste de las cuentas públicas de 2,2 por ciento en promedio hasta el 2060. O sea, un ajuste permanente para los próximos 42 años. Esas son las recetas del FMI.
No hay futuro para los trabajadores por este camino. La solución es exactamente la opuesta de lo que han hecho los gobiernos capitalistas. Primero, romper con el FMI y todos los organismos financieros internacionales, dejando Argentina de ser miembro del Fondo Monetario, exigiendo la inmediata devolución de la cuota parte depositada en dicho organismo, la cual, de no efectuarse, se deducirá de las empresas estadounidenses que operan en el país, atento a que Estados Unidos es poseedor del mayor número de votos en dicho organismo. Segundo, dejar de pagar la deuda poniendo todos esos recursos al servicio de atacar los graves problemas sociales, dando pasos en lograr la segunda independencia, para sacar al país de la postración por seguir siendo una semicolonia del imperialismo. Solo de esa forma habrá salario, trabajo y fondos para salud, educación y un plan de viviendas populares y de obras públicas.
Por todas estas razones solicitamos a los señores y señoras diputadas el acompañamiento del presente proyecto de ley.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
SCHLOTTHAUER, MONICA BUENOS AIRES IZQUIERDA SOCIALISTA - FRENTE DE IZQUIERDA
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
FINANZAS (Primera Competencia)
PRESUPUESTO Y HACIENDA