PROYECTO DE TP


Expediente 2301-D-2018
Sumario: DECLARAR DE INTERES DE LA H. CAMARA EL XIV CONGRESO PROVINCIAL DE EDUCACION "ESCUELAS SIGLO XXI : METAS Y DESAFIOS", A REALIZARSE LOS DIAS 3 Y 4 DE AGOSTO DE 2018 EN EL DEPARTAMENTO GENERAL ALVEAR, PROVINCIA DE MENDOZA.
Fecha: 23/04/2018
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 34
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Declarar de su interés el XIV Congreso Provincial de Educación “Escuelas Siglo XXI: Metas y Desafíos”. El mismo se realizará los días 3 y 4 de agosto en el Departamento General Alvear de la Pcia. De Mendoza

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Si hay un punto en el que todos coincidimos es en el de la importancia de la educación. Es la base del desarrollo humano, de la integración y crecimiento de toda sociedad y también del progreso de cualquier país. Pese a ello y a su valor declarado, con frecuencia es ampliamente desatendida o postergada, convirtiéndose así en uno de los conflictos recurrentes, conflicto que, desafortunada y mediáticamente, suele quedar sujeto a cuestiones salariales y/o de estructura edilicia que si bien son importantes no representan ni muestran su magnitud.
La educación incide en todos los aspectos de nuestras vidas y es el único medio con que las sociedades cuentan para resolver los conflictos y mejorar la calidad de vida. La erradicación de la pobreza, el trabajo cualificado, la equidad de género, el desarrollo sustentable, la no discriminación, la aceptación del otro, el crecimiento intelectual, la preservación del ambiente, la inclusión, la seguridad y hasta la tan anhelada y lejana Paz Mundial se relacionan íntimamente y directamente con la educación. Tanto es así que al aprobarse “La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” la comunidad
internacional reconoció que la educación es fundamental para el éxito de los 17 objetivos escogidos.
Demás está decir que la legislación de nuestro país siempre estuvo orientada en ese sentido y que la sociedad en su conjunto es consciente del valor de la educación pero esto no siempre se traduce en los hechos. En Argentina, como en la mayoría de los países, la educación sigue constituyendo una deuda que se presenta como lejana y difícil de saldar.
El XIV Congreso Provincial de Educación a realizarse en el Departamento de General Alvear en la Pcia de Mendoza es una instancia más en ese camino de aprendizaje y hacer que debemos continuar transitando hasta lograr que la educación, definitivamente, deje de ser sólo un derecho declarado y reconocido para pasar a ser un derecho garantizado.
Anexamos a la propuesta el informe presentado por los organizadores.
Proyecto

ANEXO

XIV CONGRESO PROVINCIAL DE EDUCACIÓN: “ESCUELAS SIGLO XXI: METAS Y DESAFÍOS”
Desde el año 2014 Argentina, en consecución con compromisos asumidos internacionalmente, amplió la obligatoriedad de la educación que ahora comprende desde sala de 4 años en nivel inicial hasta el secundario inclusive. Sin embargo, lejos de ser una realidad, la situación educativa del país arroja datos que alarman.
Las estadísticas más recientes sobre la situación de la niñez y adolescencia indican que hay más de 650.000 niños, niñas y adolescentes en edad escolar que no concurren a clases[1]. De ellos, más de 40.000 son menores de 11 años mientras que en los adolescentes solo 1 de cada 2 que empieza el secundario logra terminarlo. La situación de las mujeres es aún peor: cada año más de 55 mil niñas y adolescentes abandonan la escuela por transitar un embarazo o estar al cuidado de sus hermanos.
Estos datos, por sí mismos impactantes, conllevan una enorme desigualdad. La mayoría de los ausentes de la escolaridad obligatoria provienen de los hogares más vulnerables y empobrecidos tanto de sectores urbanos como rurales.
La escuela argentina está lejos de ser una herramienta igualadora y capaz de reducir la enorme brecha entre los que más tienen y los que luchan por sobrevivir. Es una realidad que los miembros de hogares más vulnerables registran peores trayectorias escolares y mayor retraso educativo: más inasistencia, más abandono y más rezago escolar. Esta ecuación de suma cero se traduce en peores oportunidades presentes y futuras. Los ausentes de hoy tendrán mañana peores empleos en términos de estabilidad y formalidad y más dificultades para romper el círculo de pobreza y vulnerabilidad. Es urgente, entonces, enfatizar el rol del Estado como garante no solo del acceso a la educación sino también, y fundamentalmente, de la calidad de los procesos y trayectorias escolares y de los resultados a los que se arriban.
Las diferencias de clase se traducen en un diferencial educativo cada vez más expulsivo para los niños, niñas y adolescentes que crecen en hogares pobres y que en Argentina son más de 6 millones. Mientras en un extremo de la cadena acceden a idiomas, laboratorios, tecnologías, recreación y experimentación en el otro extremo apenas si cubren la cuota de clases obligatorias. En otras palabras, no basta con los principios de obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza. La política educativa debe generar las condiciones para que todos puedan alcanzar similares resultados educativos.
La educación es mucho más que aprender a leer y a escribir o prepararse para una –necesaria- integración al mercado laboral. Es también desarrollar la personalidad e identidad y las capacidades físicas e intelectuales, es aprender a respetar las diferencias, los derechos humanos, es entrenar el ejercicio a la participación. La educación es la institución pública que por excelencia debe crear las bases y generar las condiciones para un ejercicio pleno de la ciudadanía.
La calidad educativa no puede ser un servicio más que se ofrece en el mercado. En tanto Derecho debe ser una política de Estado prioritaria. Para lograrlo es necesaria una mayor inversión y presencia del Estado. No se trata solo de generar más vacantes sino de mejorar la infraestructura, los recursos materiales y didácticos, pero también es fundamental apoyar a las familias para que puedan acompañar y sostener la escolaridad de los niños y niñas bajo su cuidado.
En tal sentido desde el gobierno municipal y considerando la educación, como bien público asumimos el compromiso de promoverla como un derecho de cada niño y adolescente porque entendemos que es el Estado quien tiene la responsabilidad de garantizarla, redoblando los esfuerzos para quienes más lo necesitan. Calidad educativa es ofrecer las oportunidades de acceder a los mismos resultados aun proviniendo de contextos bien distintos.
Por ello, en el marco del XIV congreso Provincial es que se propone debatir sobre la educación en el nivel secundario y la articulación con el nivel primario, considerando el diagnóstico tanto cuantitativo como cualitativo a lo largo de su desarrollo histórico en el sistema educativo.
Luego de arduos debates y de la participación amplia de múltiples sectores, el 28 de diciembre de 2006 fue publicada la Ley de Educación Nacional en el Boletín Oficial de la República Argentina. En ella se declara que: “La obligatoriedad escolar en todo el país se extiende desde la edad de cinco (5) años hasta la finalización del nivel de la Educación Secundaria.” (Ley 26.206 de Educación Nacional, Art.16).
Esta determinación de obligatoriedad de la educación secundaria, abrió en nuestro país un desafío difícil de conmensurar. No sólo aumentó la responsabilidad del Estado en lo que respecta a la oferta educativa que brinda en forma gratuita, sino que implicó un cambio copernicano en el sentido de la educación secundaria. Modificó su razón de ser y su concepción, y obligó a una redefinición de su organización curricular e institucional.
Pasó de ser la formadora de las elites medias, a ser la responsable de los más altos niveles de la formación básica de toda la ciudadanía.
Si bien la demanda social y la del mercado laboral hicieron que, en las últimas décadas, el acceso se ampliara a nuevos sectores sociales, que tradicionalmente no lo lograban, el reconocimiento legal posicionó la situación en otro nivel de complejidad en la definición de la oferta y en su escala de alcance.
Hoy, la escuela secundaria, logra en promedio, que sólo la mitad de los adolescentes finalice sus estudios, y buena parte de ellos lo hace con sobreedad
Aún entre los que lo logran, los conocimientos adquiridos no son los mismos, varían en circuitos diferenciados de calidad, en alta coincidencia con sus niveles socioeconómicos.
Sobre este nivel de logro, los cambios que exige la obligatoriedad agregan nuevos desafíos, dado que:
- Las estructuras de los sistemas educativos son insuficientes, costosas y se hallan organizadas y administradas con todas las limitaciones conocidas del modelo burocrático.
- El núcleo de habilidades y conocimientos básicos mínimos para el desempeño de un ciudadano pleno, crece y se complejiza con los cambios sociales, los avances del conocimiento y la tecnología; a un ritmo que hace que los contenidos escolares, tal como hoy se estructuran y emplean, pierdan representatividad y significación en corto tiempo.
Hasta ahora hablar de Educación Secundaria, era hablar de una escuela, compleja, pero de una organización. Hoy ya no, no es sólo el terreno conocido y circunscripto de la escuela. Exige salir de ella, conocer nuevas realidades, e ir a buscar a aquellos adolescentes que por una u otra razón están afuera de la escuela.
Por otra parte, la cultura adolescente se fortalece con una identidad propia, y múltiples focos de interés, en algunos casos opuestos, a los de la cultura escolar.
Esta situación, sumada a la magnitud de los cambios requeridos, así como a la ausencia de claridad y consenso en las estrategias a llevar adelante, a escala de sistema y en forma sostenida, ameritó que, en septiembre de 2008, UNICEF Argentina, en alianza con las Oficinas de UNICEF Chile y Brasil, invitara a un encuentro internacional de intercambio de conocimientos y debate sobre la gran empresa de universalizar la educación secundaria.
A ello, es oportuno agregar dos comentarios realizados por los representantes de
UNICEF que realizaron la apertura del Seminario. El primero es que “la calidad no es moneda de negociación: Un título logrado por trayectorias de distinta calidad se convierte en un papel obsoleto, y el esfuerzo de docentes y alumnos se desvaloriza; por lo que inclusión y calidad tienen que convertirse en dos caras de una misma moneda”.
Y el segundo refiere a los elementos de la escuela como ente protector: “Se habla mucho de lo que ocurre en la calle y en las instituciones; sin embargo, donde más se encuentra violencia contra los niños y los adolescentes es en el hogar y en la escuela. Los dos entornos formativos de los primeros años de vida se han convertido para muchísimos niños y adolescentes en factores de desprotección.
Por lo expuesto anteriormente Axel Rivas plantea que, el rol de la política es de suma importancia, pero que la misma debe tener una planificación y ejecución. Teniendo la suficiente experiencia de ampliación de la jornada escolar en toda la República, que han sido muy poco planificadas, muy poco aprovechadas y que terminan siendo –para decirlo muy rápidamente– más de lo mismo. Y eso es un gran riesgo, ya que supone una gran inversión del Estado y una gran oportunidad de transformación de la vida de los alumnos, que termina siendo desaprovechada. Dicho esto, creo que una buena planificación tiene que tener en cuenta un criterio de garantía social de defensa de derechos de las poblaciones más vulnerables y por eso debe priorizar a los sectores que tienen una situación social más adversa. En segundo lugar, la planificación tiene que tener una concepción muy clara de cuál es el sentido de la propuesta de la extensión de la jornada escolar en términos pedagógicos, curriculares y organizativos. Todo proyecto escolar debe ser una oportunidad de revisión y cambio profundo de las pedagogías, para que el mayor tiempo permita que los docentes de la escuela puedan trabajar más integrados, con un proyecto más sólido, con mayor apoyo a los alumnos y que esto redunde en la posibilidad de repensar en qué falla la escuela. No se habla de la escuela individual, sino de la escuela como sistema, para que los alumnos no fracasen, para que vayan a la escuela con entusiasmo, aprendan y sean capaces de defender sus propios derechos.
La escuela secundaria necesita cambios. Su matriz selectiva y enciclopédica fue diseñada para unos pocos, a diferencia de la primaria que fue concebida para todos. Su formato tradicional se basó en muchas disciplinas, profesores y exámenes: un régimen meritocrático donde el fracaso dependía de las posibilidades de los alumnos.
Este modelo fue cambiando con los años. Se amplió su frontera a los sectores populares, se conquistó como un derecho universal en las leyes, se esparcieron ideas de inclusión que en algunos casos se tradujeron en prácticas pedagógicas. Pero esto no alcanza. Los alumnos viven una experiencia de aprendizaje fragmentaria, desligada de la vida real, superficial y memorística. Por eso se debate la renovación de la escuela secundaria. En su traducción política esto tiene cuatro grandes estaciones.
Primero: destrabar. Crear la unidad escuela con docentes de tiempo completo, conectividad a internet, menor carga administrativa y buenos sistemas de gestión para prevenir el ausentismo. Segundo: potenciar. Hay que sistematizar, validar, reconocer y comunicar las experiencias destacadas de las escuelas. Los docentes podrían tener una carrera profesional que les dé puntaje por su producción de guías y proyectos de enseñanza. Tercero: rediseñar el aprendizaje. El bastión más complejo es llegar a las pedagogías a gran escala. Esto requiere combinar materiales de gran calidad, una plataforma digital con proyectos para trabajar en las aulas, apoyo por escuela y redes de directivos y supervisores. Cuarto: formar. Hay que redefinir el trabajo docente del siglo XXI desde la raíz de los institutos formadores, con uso de la tecnología, prácticas innovadoras con sentido y visión de justicia social.
Para avanzar en las dos primeras estaciones se requiere un período de crecimiento económico y gestiones ordenadas, bien lideradas y con sentido común para dar coherencia y hacer uso de lo bueno que ocurre en el sistema. No es poca cosa. Ir en camino de las estaciones 3 y 4 requiere una muy clara visión pedagógica, una teoría de su incorporación en las prácticas, conocimiento de la cultura institucional en los contextos reales del sistema y lecciones de reformas logradas en otros sistemas.
Cuanto más profundas sean las reformas educativas más consensos requieren. Hay que traducir ideas complejas a prácticas muy concretas creando una visión renovadora transitable a la escala completa de un sistema. Eso requiere liderazgos, recursos y, sobre todo, tiempo y retroalimentación. No hay dudas que tenemos que llegar a las estaciones 3 y 4. Para hacerlo hay que comenzar por formar grandes equipos estables en los ministerios, consolidar materiales y capacitaciones de calidad, aprender de las buenas prácticas, dialogar y avanzar con las escuelas. Ese camino es largo y puede ser transitado sin grandes conflictos.
En las escuelas también es necesario dar los debates por la misión, el sentido y las prácticas. Caer en la resistencia sin todavía una línea clara de políticas puede anular la reflexión crítica, la fase propositiva donde los estudiantes pueden repensar el sistema desde adentro. ¿Qué escuela sueñan? ¿Cómo evitar caer en la protección de un orden conservador que excluyó a los sectores populares y diseñó una experiencia de aprendizaje forzada? ¿Cómo unir las voces de una nueva visión de la enseñanza y el aprendizaje que deje atrás la reproducción de las desigualdades y la expulsión del deseo de aprender de las aulas?
A modo de conclusión, y como reflexión compartimos el pensamiento del pedagogo argentino Juan Carlos Tedesco:
“Pero también sabemos que la escuela secundaria obligatoria no es solo un proyecto educativo sino un componente importante del proyecto de construcción de una sociedad justa, de una sociedad donde todos estén incluidos, todos tengan acceso a los saberes que permitan un desempeño ciudadano reflexivo, todos dispongan de las mismas posibilidades de participar. La inclusión social, hoy, pasa por la educación. Por eso creemos que el debate sobre la escuela secundaria es un debate que debe involucrar al conjunto de la sociedad: a los profesores, a los académicos, a los ministros, a los que estamos en el mundo de la educación, pero también tienen que participar en esta discusión los ciudadanos, los trabajadores, los empresarios, las organizaciones sociales, los medios de comunicación, el conjunto de la sociedad, porque lo que está en juego es mucho más, insisto, que un proyecto pedagógico”.
OBJETIVOS:
-Comprender el concepto del rol docente en un contexto complejo, caracterizado por la desigualdad, la diversidad y las nuevas prácticas socioculturales.
- Reflexionar prácticas conjuntas que permitan coordinar estrategias para establecer hábitos, contenidos mínimos necesarios, técnicas de estudio, estrategias de enseñanza y de aprendizaje que faciliten a los alumnos el ingreso al Nivel Secundario.
-Enfatizar la importancia de la investigación y la formación profesional permanente para el desarrollo de las prácticas áulicas en relación al logro de las metas propuestas.
-Promover el advenimiento de un sujeto crítico y reflexivo para la construcción de una sociedad justa y participativa.
-Analizar y reflexionar sobre el rol de la escuela secundaria como constructora de subjetividad.
-Aportar herramientas teóricas y metodológicas analizando los cambios socioculturales sobre los procesos educativos formales y diseñar estrategias como respuesta de los mismos.
-Debatir la evaluación no sólo como aparato de medición sino como pregunta social y política acerca de las funciones y efectos de las instituciones educativas.
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
ZAMARBIDE, FEDERICO RAUL MENDOZA UCR
NAJUL, CLAUDIA MENDOZA UCR
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
EDUCACION (Primera Competencia)
Trámite
Cámara Movimiento Fecha Resultado
Diputados MOCION APARTAMIENTO DEL REGLAMENTO (AFIRMATIVA) 04/07/2018
Diputados MOCION SOBRE TABLAS (AFIRMATIVA) 04/07/2018
Diputados CONSIDERACION Y APROBACION 04/07/2018 APROBADO