La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo Nacional, a través de la autoridad de aplicación en materia de turismo, diseñe un programa específico destinado a consolidar la dotación de servicios básicos homogéneos vinculados a la actividad turística, a lo largo del corredor turístico de la Ruta 40, tales como: despacho de combustibles, auxilios mecánicos, señalización turística, gastronomía, alojamiento y acceso a telefonía celular e internet. Todo ello sugiriendo el oportuno relevamiento de los servicios actuales, la participación de las autoridades provinciales y municipales en materia de turismo, y el diseño de los mecanismos idóneos (asignación de fondos y créditos) para la concreción del objetivo indicado.

Señor presidente:

Además de resultar una de las más importantes estructuras viales de comunicación nacional, la Ruta 40 se constituye en uno de los más extraordinarios productos turísticos del país, cuya potencialidad quizás no pueda apreciarse aún en su total dimensión.

Presenta un aspecto federal particular al enlazar once provincias. Desde su punto de origen en Cabo Vírgenes, Provincia de Santa Cruz, continúa por las provincias de Chubut, Rio Negro, Neuquén, Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta y termina en La Quiaca, provincia de Jujuy, con un recorrido de más de cinco mil kilómetros. Atraviesa variados paisajes y su riqueza no es tan sólo paisajística, sino también histórica, cultural y económica.

Un viaje a través de esta ruta emblemática de la República Argentina, permite al turista nacional y extranjero conocer una muy variada gama de escenarios naturales, costumbres, actividades, lugares históricos, ciudades, pueblos y parajes, como muy pocos destinos turísticos pueden ofrecer.

La gestión de este producto turístico viene mostrando indudables avances, especialmente desde la promoción y la realización de infraestructura vial. Sin embargo, todavía es plausible seguir aportando esfuerzos y acciones continuas para el desarrollo completo del mismo.

Teniendo en cuenta los principios que establece la Ley Nacional de Turismo (25.997) el desarrollo de la actividad turística debe ser equilibrado, cualitativo, sustentable y accesible (artículo 2°, Ley 25.997). Si bien la diversidad es una de las características de este corredor turístico particular, lo cual fue dicho anteriormente, es necesario trabajar hacía una calidad más homogénea en cuanto a las prestaciones básicas que requiere el turista que lo transite en su extensión. Ello importa considerar los aspectos relativos a la vía de comunicación y los servicios adicionales vinculados, tales como: despacho de combustibles, auxilios mecánicos, señalización vial y turística, gastronomía, alojamiento, comunicación telefónica, internet, etc. En tal sentido, un mínimo de prestaciones básicas homogéneas tienden a consolidar la progresiva integración real del corredor, evitando que el mismo se desarrolle de manera fragmentada, parcial o desequilibrada.

Por tal motivo resultaría de gran utilidad que la autoridad nacional elabore un programa específico destinado a la implementación de estos servicios básicos para facilitar la actividad turística sin que el trayecto por la Ruta 40 se convierta una aventura de riesgo o genere contratiempos que empañen el disfrute normal de este recorrido.

Entendemos que resultaría adecuado realizar un relevamiento completo de los servicios turísticos a lo largo de todo el corredor y se coordine con las distintas autoridades locales (provinciales y municipales) los requerimientos en esta materia. A partir de dicha información se diseñe un conjunto de acciones tendientes a consolidar una red homogénea de servicios a lo largo de todo el corredor y se dispongan los mecanismos idóneos (fondos, créditos, etc.) para concretar el objetivo, de manera que puedan volcarse en el presupuesto nacional.

De tal manera anhelamos que en los próximos proyectos de presupuesto pueda contemplarse un programa específico para la Ruta 40 tendiente a lograr esa calidad de producto, variable en sus paisajes y manifestaciones culturales, pero más homogéneo en la calidad de la prestación de los servicios vinculados al turismo.

Me permito citar el caso de la emblemática Ruta 66 de los Estados Unidos de Norteamérica, que si bien es tenida en cuenta como un símbolo casi mítico de las rutas turísticas, sólo mantiene su atractivo turístico en sectores muy limitados de su extensión gracias a la conformación de organizaciones independientes nucleadas como "asociaciones de la Ruta 66", quienes mantienen algunos lugares simbólicos. Ello por cuanto la ruta fue descatalogada de la Red de Autopistas Interestatales y por ello solamente algunos tramos quedaron señalados como “Histórica Ruta 66”. De tal manera, resulta imposible practicar el famoso recorrido de Chicago hasta Los Ángeles de manera ininterrumpida. Al contrario de esta situación, nuestra Ruta 40 como producto turístico, debe propender a posibilitar su recorrido en forma total ya que en ello radica uno de sus principales atractivos, por lo que el asegurar una prestación más homogénea de servicios turísticos sin lugar a dudas ayudará a ese propósito y de tal manera generará ingresos a lo largo de toda su extensión, con un poder dinamizador de las economías locales evidente.

Sin dudas, la conformación del programa que se propicia, dedicado exclusivamente a analizar y concertar las mejores acciones para el desarrollo del corredor, redundará en beneficio de las provincias por las que atraviesa la ruta y también del país que consolidará otro atractivo turístico digno de aprecio en el concierto nacional e internacional.

Por ello solicito el acompañamiento de mis pares.