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RECONOCIMIENTO A MARIA ANTONIA DE PAZ Y FIGUEROA CONOCIDA COMO MAMÁ ANTULA, COMO “MADRE DE LA PATRIA”

ARTICULO 1º: reconocesé a María Antonia de Paz y Figueroa, Mamá Antula, como “Madre de la Patria”.

ARTICULO 2º: de forma.

Señor presidente:

El presente Proyecto tiene como fin declarar Madre de la Patria a Mamá Antula trabajadora incansable por mantener viva la presencia jesuita en el Virreinato del Rio de la Plata luego de la expulsión de la Compañía de Jesús, su labor se vió reflejada en la toma de decisiones de los gobernantes de la época, sosegando sus almas por medio de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.

En lo político se notó un mejor cumplimiento en sus deberes y mayor honradez de los hombres que ocupaban cargos en el gobierno. Por la Santa Casa de los Ejercicios Espirituales San Ignacio pasaron hombres de Mayo y próceres de nuestra historia entre quienes podemos mencionar: Liniers, Saavedra, Belgrano, Castelli, Moreno, Rivadavia y, más tarde, Rosas entre mucho más. Se sabe que en esa época la sociedad era muy creyente y casi todo ciudadano acudía a esta casa, algunos días al año para retirarse y meditar.

La Sociedad “Hijas del Divino Salvador” surge por iniciativa de una mujer, nacida en Santiago del Estero, en el año 1730: María Antonia de Paz y Figueroa.

En su niñez y juventud Mamá Antula recibió formación espiritual de los Jesuitas, razón por la cual hizo los votos de Obediencia, Castidad, y Pobreza de la Compañia de Jesús. Cuando en 1767 los Jesuitas son expulsados del Virreinato del Río de la Plata por el rey de España se les privo de seguir su obra espiritual, debido a esto la primera actividad apostólica de esta laica consagrada fue continuar con los Ejercicios Espirituales, según el método de San Ignacio de Loyola. Así comenzó su peregrinaje por la provincia de Santiago del Estero, siguiendo por el norte Argentino, para pasar después de Córdoba a Buenos Aires y de allí a Colonia del Sacramento y Montevideo. El objetivo de sus caminatas y punto central de su evangelización fue impedir que los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola desaparecieran, por ser fuente de conversión y santificación. Mamá Antula veía que ellos aumentaban la virtud y la disminución de la vida pecaminosa en todas las clases sociales.

Para la promoción de los Ejercicios Espirituales funda una Casa en Buenos Aires perpetuando su obra, que al día de hoy la continúan la “Sociedad Hijas del Divino Salvador”. Dicha Sociedad también se dedica a la educación y a las Misiones Rurales.

A fines de 1794, María Antonia de Paz y Figueroa luego de su peregrinación por Córdoba gestionó ante el Cabildo de Buenos Aires, el permiso para la construcción de una casa para dar al público de los Santos Ejercicios Espirituales. El Virrey Arredondo concedió la licencia solicitada por Mamá Antula. La idea tiene eco en dos familias que donaron los terrenos para que pueda realizarse esta obra, inaugurándose en 1795, con el nombre de Santa Casa de Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.

La Santa Casa es el único ejemplo de su tipología que aún subsiste, es un convento conformado por claustros, patios y capillas de fines del siglo XVII y principios del siglo XIX. La normativa otorga protección edilicia al inmueble con el fin de regular las posibles intervenciones en el edificio.

El Santo Padre Benedicto XVI en 2010 la proclamó Venerable y en el año 2016 el Papa Francisco la beatifica. Su consagración fue celebrada jubilosamente en su provincia natal.