La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Declaración de interés. La Honorable Cámara de Diputados de la Nación reconoce a María Antonia de Paz y Figueroa, Mamá Antula, como “Madre de la Patria”.

Señor presidente:

El presente Proyecto tiene como fin declarar “Madre de la Patria” a María Antonia de Paz y Figueroa (1730-1799), conocida popularmente como Mama Antula, trabajadora incansable por mantener viva la presencia jesuítica en el Virreinato del Río de la Plata luego de la expulsión de la Compañía de Jesús decretada por mandato del rey de España, su labor se vio reflejada en la toma de decisiones de los gobernantes de la época, sosegando sus almas por medio de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.

En lo político se evidenció un mejor cumplimiento en sus deberes y mayor honradez de los hombres que ocupaban cargos en el gobierno. Por la Santa Casa de los Ejercicios Espirituales pasaron los hombres de Mayo y los próceres de nuestra Historia Nacional, entre quienes podemos mencionar a Liniers, Saavedra, Belgrano, Castelli, Moreno, Frías y Gorostiaga como algunos de los congresales de Tucumán de 1816 que declararon la Independencia. Mujeres destacadas como Mariquita Sánchez de Thompson, Camila Rolón, Benita Arias y Tránsito Cabanillas. Se sabe que por entonces la sociedad era muy creyente y casi todo habitante del Virreinato acudía a esta Casa algunos días al año para retirarse y reflexionar.

En su niñez y juventud, Mamá Antula recibió formación espiritual de los Jesuitas, razón por la cual hizo los votos de obediencia, castidad y pobreza de la Compañía de Jesús en calidad de beata (laica consagrada, diríamos hoy). Cuando en 1767 los Jesuitas son expulsados del Virreinato del Río de la Plata por el rey Carlos III de España se les privó de seguir su obra espiritual; debido a esto la primera actividad apostólica que ella emprendió fue la de continuar con los Ejercicios Espirituales según el método de San Ignacio. Así comenzó su peregrinaje por la provincia de Santiago del Estero y continuando por Catamarca, Jujuy, Salta, Tucumán, La Rioja, Córdoba, para pasar a Buenos Aires donde residió casi veinte años y de allí a Colonia del Sacramento y Montevideo, y este camino de 1.400 km. lo realizó en su mayor parte a pie, apoyada en una cruz y con un mate para beber agua en el trayecto.

El objetivo de sus caminatas y punto central de su evangelización fue impedir que desaparecieran los Ejercicios Espirituales por ser fuente de conversión y santificación para el pueblo. Mamá Antula consideraba que éstos aumentaban la virtud y la disminución de la vida pecaminosa en todas las clases sociales, desde el mismo virrey y su mujer hasta el más pequeño de los nativos.

Para la promoción de éstos Ejercicios fundó una Casa en Buenos Aires para continuar su obra, la que proseguieron las “Hijas del Divino Salvador”, sociedad que asimismo se dedica a la educación y a las misiones rurales.

A fines de 1794 gestionó ante el Cabildo de Buenos Aires la aprobación para la construcción de esta Casa con el propósito de ofrecer al público los Ejercicios Espirituales, y el Virrey Arredondo concedió la licencia solicitada. La idea tuvo eco en dos familias que donaron los terrenos para que pudiera realizarse esta obra, la que fue inaugurada en 1795 con el nombre de Santa Casa de Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.

Mamá Antula fue quien gestó los valores sobre los que se fundó la Nación; es más, la primera moneda y la misma Bandera Argentina llevan el Sol de la Compañía de Jesús, lo mismo que el escudo del Papa Francisco, jesuita y argentino, gran devoto suyo que, comprobado el milagro por la comisión de médicos del Vaticano, decretó su beatificación.

La vida ejemplar de la Beata María Antonia de Paz y Figueroa excede la dimensión religiosa, pues fue la primera en luchar y promover los derechos humanos en la Argentina a través de la difusión de los Ejercicios Espirituales, en asistir a las víctimas de las distintas formas de explotación de su época, negros, esclavos y hasta se encargaba de rescatar a las mujeres que eran vejadas por ejercer la prostitución en inmediaciones del puerto de Buenos Aires: las recibía y les buscaba trabajo digno para que por necesidad no tuvieran necesidad de recaer.

Fue la primera escritora rioplatense, sus cartas con los jesuitas exiliados en Europa la posicionan como una intelectual destacada de la América del siglo XVIII, pues –contemporáneamente a ella- esta correspondencia fue traducida a diversos idiomas que representan la acogida que ella tuvo en su tiempo: Italia, Rusia, Alemania, España, Inglaterra, Francia y Roma. Rusia es el único país que acogió a los jesuitas expatriados, Francia difundió sus escritos en la corte en época anterior a la revolución, y la presencia del latín otorgó universalidad a sus cartas.

El Santo Padre Benedicto XVI en 2010 la proclamó Venerable y en el año 2016 el Papa Francisco la beatificó. Su consagración fue celebrada jubilosamente en su provincia natal.

Por todo lo expuesto solicito a mis pares acompañen el presente proyecto.