El Senado y Cámara de Diputados...

Artículo 1º. - Declárese el día 2 de noviembre de cada año como el “Día del Trabajador Golondrina”, en homenaje al nacimiento de Daniel Solano, trabajador nacido en Tartagal que desde el 5 de noviembre de 2011 se encuentra desaparecido, tras reclamar contra la empresa Agrocosecha, operadora de la multinacional belga Expofrut.

Artículo 2º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Señor presidente:

Todos los años, más de 350 mil trabajadores se desplazan por el país para trabajar en las temporadas de cosecha de diferentes productos agrícolas. Conocidos como “trabajadores golondrinas”, son reclutados por terceros que trabajan para las empresas. Muchas veces viajan en pésimas condiciones y bajo la condición de “turistas”. En sus lugares de trabajo, durante la cosecha, llegan a vivir en galpones donde se apiñan en camas cuchetas, usando letrinas y duchas sin agua caliente.

Daniel Solano, un joven trabajador salteño, nacido en Tartagal, había viajado tres años seguidos desde Salta a Río Negro a trabajar en la cosecha de la manzana. Al Alto y el Valle Medio de Río Negro viajan todos los años cerca de 40 mil de trabajadores. En esta región, la empresa que domina el negocio de la fruta es la multinacional belga Expofrut Argentina S.A. (ex Univeg Expofrut S.A.), que terceriza en empresas como Agrocosecha —ahora llamada Trabajo Argentino— la contratación de los trabajadores.

El viernes 4 de noviembre de 2011, a Daniel Solano le habían hecho el primer pago, por veinte días de trabajo. Si bien en Salta le habían prometido 200 pesos por jornada, sólo le entregaron 870 pesos, equivalentes a 43 presos por día trabajado. Ese mismo día reclamó ante el capataz y avisó a sus compañeros sobre la estafa y la necesidad de pedir reintegro. Por la tarde llamó a su padre, Gualberto Solano, y le comentó que el lunes exigirían el reintegro. Esa misma noche, en la madrugrada del 5 de noviembre de 2011, a los pocos días de haber cumplido 27 años, fue sacado por la fuerza por la Policía de Río Negro del boliche Macuma. Desde entonces, se encuentra desaparecido.

La versión de la empresa Agrocosecha, es que Daniel Solano se fue a Neuquén en busca de otro trabajo. La compañía incluso brindó asistencia jurídica a la familia Solano, pero la abogada, María Cecilia Constanzo sólo intentó convencerlos de que su hijo estaba en Neuquén, valiéndose de falsos testimonios.

Gualberto Solano y el abogado Sergio Heredia dejaron Salta y se instalaron en Choele Choel. Luego de meses de investigación, denunciaron una red de complicidad que incluía a policías, jueces, fiscales, dueños del local bailable, empresarios y falsos testigos. Se los acusaba de abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público, privación ilegítima de la libertad y apremios ilegales seguidos de muerte, y falso testimonio.

El involucramiento de otros abogados, y de organizaciones sociales y personas del lugar, mostraron que los policías operaron por orden de la empresa, que el fiscal Miguel Flores nunca investigó y que la jueza Marisa Bosco, del Juzgado 30 de Choele Choel, actuó a favor de la multinacional.

En 2012, Victor Soto, juez subrogante en la causa, ordenó el procesamiento y la detención de siete policías, que intervinieron en la noche en que desapareció Solano. Sin embargo, en 2015, cuando se cumplieron tres años de prisión sin condena, los policías fueron liberados y volvieron a la actividad. La familia denunció que nunca se avanzó sobre el resto de los responsables: comisarios, miembros del Poder Judicial y los dueños de la empresa Agrocosecha Argentina, Pablo Andrés Mercado Navarro, Gustavo Lapenta y Adrián Lapenta.

Hace pocos días, el 3 de abril de este año, falleció Gualberto Solano, padre de Daniel. Murió sin poder encontrar el cuerpo de su hijo ni ver a los responsables de su desaparición juzgados y condenados.

En homenaje a un trabajador que lleva casi siete años desaparecido por reclamar condiciones de trabajo dignas para él y sus compañeros, como forma de concientizar sobre las infrahumanas condiciones laborales que padecen miles de trabajadores estacionales en nuestro país y para exigir que se tomen medidas efectivas para impedir este tipo de explotación, proponemos definir el 2 de noviembre de cada año como el “Día del Trabajador Golondrina”. Solicito a los señores diputados acompañen el presente proyecto de Ley.