El Senado y Cámara de Diputados...

DESIGNAR CON EL NOMBRE DE MALVINAS ARGENTINAS AL ACTUAL AEROPUERTO INTERNACIONAL DE EZEIZA

ARTÍCULO 1.- A partir de la presente ley se establecerá con la denominación “Aeropuerto Internacional Malvinas Argentinas” al “Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini” y se dispondrá en el mismo predio un recordatorio a los caídos en la Guerra de Malvinas.

ARTICULO 2.- De forma

Señor presidente:

El Aeropuerto Internacional es la carta de presentación de nuestro país ante la cual se encuentran quienes ingresan al país. Creo fervientemente que el hecho de colocar el nombre “Malvinas Argentinas” al mismo es un posicionamiento que refleja nuestra actitud de no ceder, ni bajar los brazos en la reivindicación de nuestra soberanía sobre las Islas, desde todo punto de vista, desde lo geográfico como de lo histórico, por nombrar los ejemplos más contundentes en los que se basan nuestros derechos, este proyecto de Ley lo presente bajo el número de expediente 6968-d-2012 correspondiendo al periodo parlamentario 2011 por su fecha de presentación, y nuevamente volvimos a insistir con el tratamiento del Presente Proyecto mediante Expediente 0035-D-2017.

Del mismo modo que en nuestra Constitución Nacional se ratifica la “reclamación de la soberanía y la recuperación de las Malvinas como un objetivo permanente e irrenunciable del Pueblo Argentino” es que entiendo ineludible dejarlo de manifiesto como reflejo de nuestra resistencia y como homenaje a quienes en su lucha dejaron la vida, pasando a la inmortalidad como soldados de la historia argentina.

Entre las denominaciones de importantes aeropuertos internacionales bautizados con nombres de personajes paradigmáticos que calaron hondo en el imaginario colectivo, identificando territorios, con el patrimonio cultural e histórico de sus pueblos, y generando en ellos sentimientos de unidad y mensajes claros de identidad hacia los restantes pueblos del mundo, podemos destacar como ejemplos, el “Leonardo da Vinci” de Roma, el “Marco Polo” de Venecia, “José Martí” de La Habana, “Simón Bolívar” de Caracas, “Federico García Lorca” de Granada y “Benito Juarez” de la Ciudad de México, entre otros.

Ese mismo sentimiento se genera cuando a un argentino le nombran “Las Islas Malvinas”. No importa cuál sea la ideología de cada uno. Todo queda en un segundo plano para fundirse en la consigna “Las Malvinas son Argentinas”.

Desde 1965, que el Comité de Descolonización de la ONU formuló el primero de sus pronunciamientos, instando a Gran Bretaña y Argentina a reanudar negociaciones para una solución pacífica del conflicto por la soberanía de las Islas Malvinas ocupadas por el Reino Unido desde 1833 y hasta la fecha, la ONU conserva el mismo lineamiento en el conflicto.

Actualmente se incrementó la tensión bilateral, por la actitud del Reino Unido, que suma a su negativa de cumplir con las resoluciones de ONU, una creciente militarización de la zona, utilizando para ello, el antecedente de la guerra iniciada por nuestro país en 1982, por una demencial, mesiánica e inconsulta decisión de quienes ejercían un poder dictatorial en Argentina. Frente a ello, nuestro país cuenta con el apoyo latinoamericano e internacional a su reclamo de soberanía sobre las Malvinas, con la prohibición del Mercosur y otros países para que buques con bandera de las islas entren a sus puertos.

No obstante el claro reclamo nacional e internacional contra el colonialismo, Gran Bretaña lejos de asumir las obligaciones determinadas por la Asamblea General, despliega una provocativa y peligrosa estrategia, destinada a cambiar el status jurídico establecido por el organismo internacional, al realizar un referéndum entre los habitantes de las islas, sin sustento jurídico alguno. No se puede hablar de libre determinación en un territorio en disputa, colonizado, y con una población implantada a la fuerza que representa los intereses del Reino Unido. Pero además, con la espuria intención de abrirse paso con idéntica prepotencia, respecto a los derechos argentinos y americanos sobre la Antártida.

Por ello, como un claro mensaje del pueblo argentino al mundo, se justifica el cambio de denominación del aeropuerto internacional, y pido a mis pares el acompañamiento del presente proyecto.