La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Expresar su más enérgico repudio y preocupación por el accionar de la Secretaria de Agroindustria, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y del Gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, a la hora de gestionar la crisis producida por la suspensión por parte del Gobierno de la República Federativa del Brasil, de la importación de las frutas frescas de pera, manzana y membrillos procedentes de la República Argentina.

Señor presidente:

La decisión del Gobierno de la República Federativa del Brasil de suspender unilateralmente la importación de frutas frescas de pera, manzana y membrillos argentinos, pone en peligro la totalidad de la cadena de producción frutícola nacional.

El cierre del mercado internacional más importante para la fruticultura nacional pone en jaque a nuestra emblemática y fundamental economía regional, ya debilitada por los sucesivos recortes presupuestarios aplicados por el gobierno de Mauricio Macri. La magnitud del golpe a este sector productivo se vuelve claro y contundente si tenemos en cuenta los datos de exportación de peras y manzanas del INDEC, en enero pasado el 65% de las peras exportadas tuvo como destino Brasil, mientras que del total de las manzanas exportadas el 44% tuvo como destino el mercado brasileño.

Actualmente, la falta de rentabilidad que viene padeciendo la cadena frutícola a partir de las políticas económicas del gobierno de Mauricio Macri, ha provocado una disminución en la rentabilidad de las chacras productoras de peras y manzanas: actualmente el costo de producción de ambas frutas ronda los $12. Sin embargo, los productores de manzanas reciben apenas $4,20 por kilo, mientras que los de peras cobran solo $6 por kilo. Esta disminución de la rentabilidad provoca pérdidas ingentes para los productores y un consiguiente impacto fitosanitario en los productos.

Sin embargo, las políticas de ajuste del Gobierno Nacional no se limitan únicamente a la pérdida de rentabilidad de los productores, la vulnerabilidad económica a la que se sometió el sector colisiona con la disminución o cese de los trabajos destinados a contener y eliminar la presión de la carpocapsa sobre el monte frutal. Dejando sin protección estatal las producciones frutícolas de Neuquén, Mendoza y Rio Negro.

Los recortes presupuestarios alcanzan no solo a los productores que trabajan día y noche para lograr los productos de más alta calidad del continente, sino que impacta, de manera más lenta y paulatina, en los propios organismos de control. Organismos de control que bajo este gobierno se han convertido en agentes de desregulación y negocios privados. El Senasa ha sido brutalmente ajustado, de no haberse desarticulado y reducido al mínimo este organismo, las cargas rechazadas por el personal sanitario brasilero hubieran sido detectadas por el personal del SENASA en nuestras provincias.

Alarman las declaraciones del Vicepresidente del SENASA, Guillermo Rossi, por las que entiende que la suspensión de las importaciones “son una luz amarilla que nos pone Brasil”, la luz amarilla deberían haberla encendido nuestras instituciones especializadas cuando más de 200 toneladas de frutas no pudieron cruzar la frontera de Brasil durante enero y los primeros días de Febrero. Las alertas tempranas y “luces amarillas” deben ser accionadas por nuestras instituciones, no por gobiernos extranjeros.

Por otro lado, las nefastas declaraciones del Gobernador de la Provincia de Río Negro, Alberto Weretilneck, no aportan tranquilidad ni buscan alguna forma de mitigar la crisis desatada desde el conocimiento del bloqueo, en contra de toda lógica que busque solucionar los problemas que atraviesan los productores frutícolas busca criminalizar a "siete y ocho exportadores irresponsables". Esta caza de brujas desatada por Weretilneck no soluciona el problema de los productores y de los exportadores y divide a la sociedad rionegrina, con el único objetivo de tapar la ineptitud e ineficiencia de las políticas dirigidas al sector durante sus dos gobiernos. Gobiernos que terminarán con la principal economía regional de la provincia en emergencia.

De igual manera, expresamos preocupación por la inacción tanto del Secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, cómo del Ministro responsable del área, Dante Sica, esperando que trabajen para solucionar el grave problema que atravesamos.

Para salir de esta profunda crisis, el complejo frutícola rionegrino necesita de un Estado presente, con un fuerte rol de articulador, cuyas gestiones hagan eje en la transparencia y en la comercialización y desarrollo económico de la actividad.

Es por todo esto que repudiamos el accionar de las autoridades competentes para resolver con agilidad y eficiencia el problema y solicito el acompañamiento de mis pares a este proyecto de declaración.