Período:134 Reunion:24 Fecha:22/12/2016 MODIFICACIÓN DE LA LEY DE IMPUESTO A LAS GANANCIAS


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Corresponde considerar los dictámenes de la Comisión de Presupuesto y Hacienda Orden del Día N° 1259 recaídos en las modificaciones introducidas por el Honorable Senado en el proyecto de ley que le fuera pasado en revisión por el que se modifica la Ley de Impuesto a las Ganancias (expediente 0036-pe-2016).

ORDEN DEL DÍA N° 1259

SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.


SR. RECALDE, HECTOR PEDRO (BUENOS AIRES): Señor presidente: de acuerdo con el artículo 127, inciso 10, formulo moción de que la Honorable Cámara se aparte de las prescripciones del reglamento a fin de alterar la consideración de los dictámenes, y tratar, en primer término, el dictamen de minoría.

- Varios señores diputados hablan a la vez.

SR. RECALDE, HECTOR PEDRO (BUENOS AIRES): Solicito que la votación se practique en forma nominal, señor presidente.


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Se va a votar nominalmente la moción de apartamiento del reglamento planteada por el señor diputado por Buenos Aires. Se requieren las tres cuartas partes de los votos que se emitan.

- Se practica la votación nominal.2016/134EE02_02_R24.pdf

- Conforme al tablero electrónico, sobre 205 señores diputados presentes, 51 han votado por la afirmativa y 141 por la negativa, registrándose además 12 abstenciones.

SR.(SECRETARIO (INCHAUSTI)) Han votado 51 señores diputados por la afirmativa y 141 por la negativa, registrándose además 12 abstenciones.


aquí votación nominal

SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Queda rechazada la moción.
Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.


SR. LASPINA, LUCIANO ANDRES (SANTA FE): Señor presidente: hoy venimos a considerar las enmiendas introducidas por el Honorable Senado en el proyecto que le fuera pasado en revisión por el que se modifica la Ley de Impuesto a las Ganancias. Esto viene a reparar una situación de injusticia histórica, así como también las profundas inequidades y distorsiones que se fueron generando en los últimos años, ya que los trabajadores vieron cómo aumentaba cada vez más este impuesto sin que el tema fuera tratado por el Parlamento. En ese sentido, cabe señalar que la cuarta categoría del impuesto a las ganancias en los últimos cinco años pasó de recaudar medio punto del producto bruto interno al 1,5 por ciento. O sea que un punto del PBI argentino salió de los bolsillos de los trabajadores sin que este Congreso pudiera hacer nada al respecto. Como todos sabemos esto fue consecuencia del efecto de la inflación que el gobierno anterior se dedicó a negar durante años, pero que en el caso de este impuesto implicó que hoy casi dos millones de trabajadores paguen el tributo.
A esa situación debemos agregar otra enorme injusticia, porque de esos casi dos millones de trabajadores el 40 por ciento abona la alícuota máxima del impuesto a las ganancias. Es decir, que el presidente de un banco paga la misma alícuota marginal en concepto de ganancias que la que paga el gerente o el cajero de ese mismo banco.
Como dije, con este proyecto venimos a resolver esa injusticia, esa inequidad y esa falta de respeto a las instituciones y al Parlamento por parte de una administración que buscó la forma de aumentarle los impuestos a la gente sin la intervención del Congreso.
La historia en torno de este tema se inicia en una difícil sesión que tuvimos en esta Cámara, ya que no pudimos llegar a un acuerdo que nos permitiera resolver las diferencias. Así, la oposición logró imponer un proyecto que a nuestro juicio no era el mejor ni el más adecuado para los tiempos que hoy vive la Argentina. Pero el juego de la democracia indica que hoy tenemos que volver a tratar esta cuestión a partir de las modificaciones introducidas por el Honorable Senado que fueron fruto de un llamado al diálogo que se disparó a partir de la falta de consenso que hubo en oportunidad de considerar el proyecto en esta Cámara. Quiero remarcar que ese espacio de diálogo involucró a los trabajadores nucleados en la Confederación General del Trabajo, a los gobernadores –cuyas provincias son socias del gobierno nacional en el financiamiento de esta propuesta, al gobierno y a los representantes de los distintos bloques legislativos.
En mi opinión hubo una decisión valiente y de liderazgo por parte del presidente de la Nación Mauricio Macri, en primer lugar, al convocar al diálogo y, en segundo término, al avisar que no iba a vetar la norma oportunamente aprobada por esta Cámara. De este modo dejó en claro que la dirigencia debía hacerse cargo de sus decisiones.
Creo que eso colaboró a que toda la dirigencia política y sindical se pusiera a trabajar en pos de un diálogo responsable y equilibrado. Por supuesto que dentro de esa dirigencia incluyo a los sectores de la oposición que no acompañaron nuestra postura en ocasión de tratar el proyecto aprobado por esta Cámara, pero que estuvieron abiertos a responder satisfactoriamente a ese llamado, respetando la opinión de los trabajadores, de los gobernadores, de los integrantes del gobierno nacional y la voluntad de todos los argentinos de que a través del diálogo tenemos que encontrar los consensos necesarios para la sanción de las normas.
Las modificaciones introducidas por el Senado respetan lo que se estableció en oportunidad de aprobar el presupuesto para el ejercicio del año 2017 en relación con el costo que tiene esta mejora para los trabajadores. Además, este es un proyecto que cuenta con amplio consenso; ha sido aprobado por una mayoría de más de dos tercios en el Senado.
Ayer, en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, se ha anticipado por una amplia mayoría la votación que se llevará a cabo en el día de hoy.
¿Cómo es el nuevo proyecto? Elevamos el mínimo no imponible al 23 por ciento, y lo hacemos después de haber elevado hasta 160 por ciento el mínimo no imponible a lo largo de 2016, que es el más alto de Latinoamérica.
El proyecto actualiza las escalas del artículo 90, congeladas desde 1999, dando progresividad a la estructura del impuesto pero, además, alivio al bolsillo de los trabajadores.
Se incorpora una deducción por viáticos, que es un viejo reclamo de la Confederación General del Trabajo.
Se incorpora la deducción por alquileres, un viejo reclamo de la clase media que no puede acceder a su primera vivienda y desde hace años viene reclamando una deducción especial en función del esfuerzo que hace para pagar el alquiler.
Se incorpora la exención adicional por material didáctico a los docentes, que también constituye un viejo reclamo de los gremios docentes.
Se incorpora la exención por el plus de horas extra en días no laborables, otro viejo reclamo de la Confederación General del Trabajo.
Además, se instruye en el proyecto la distribución del impacto de este impuesto en los doce meses del año a los efectos de que no repercuta fuertemente en los meses de julio y diciembre, y evitando también un salto en las escalas.
Subimos el mínimo no imponible para los jubilados, que también ha sido un viejo reclamo de muchos sectores, para tratar de dar un alivio al sector pasivo alcanzado por el impuesto a las ganancias.
Elevamos el mínimo no imponible de las jubilaciones mínimas. Es decir, no pagarán impuesto a las ganancias aquellos jubilados que reciban como haberes hasta seis veces las jubilaciones mínimas.
Introdujimos una deducción adicional del 22 por ciento para la Patagonia, la provincia de La Pampa y la ciudad de Carmen de Patagones, en la provincia de Buenos Aires.
Hemos dado un paso muy importante en función de un reclamo de toda la sociedad, que sentía que existía una enorme injusticia por el hecho de que los jueces de nuestro país no tributaban impuesto a las ganancias. Entonces, a partir de ahora, los nuevos jueces y empleados del Poder Judicial que se incorporen van a pagar impuesto a las ganancias como el resto de los argentinos.
Elevamos las escalas del monotributo en un 75 por ciento y le dimos movilidad automática a las escalas y al mínimo no imponible, cerrando de esta forma años de conflicto donde el impuesto subía simplemente por la inflación. Por lo tanto, nunca más en la Argentina se va a engañar a los trabajadores subiéndoles los impuestos mediante el artilugio de la suba de la tasa de inflación.
Quiero dar algunos ejemplos rápidamente, porque ya me queda poco tiempo. Para tener conciencia del impacto de esta ley, un trabajador que tiene una familia tipo, que recibe un salario bruto de 50.000 pesos y tributa 4.737 pesos, hoy va a pagar 1.583 pesos; es decir, casi un 70 por ciento menos de lo que paga hoy. La alícuota media sobre el salario pasa del 9,5 al 3 por ciento.
En el caso del trabajador soltero que recibe 50.000 pesos de sueldo bruto y tributa 6.868 pesos, hoy va a pagar 3.545 pesos; es decir, la mitad.
Dicen que el proyecto venido del Senado es peor que el original que envió el Poder Ejecutivo. Con todo respeto, quiero decir a muchos de mis colegas diputados que en la CGT no comen vidrio. Desde 1945 que defienden a los trabajadores. Por lo tanto, los que hacen esa cuenta se olvidan de las deducciones por viáticos, por horas extra, por alquileres de los beneficios para la Patagonia, entre otras cuestiones. La CGT no come vidrio; está firmando un proyecto que beneficia a los trabajadores.
Ahora quiero apartarme un momento de las formas habituales para hablar a esos dos millones de trabajadores que hoy pagan impuesto a las ganancias y a los argentinos en general. Quiero decirles que este es el primer gobierno y el primer Parlamento, a partir de esta nueva mayoría que hoy se conforma, que baja el impuesto a los trabajadores en los últimos veinte años. No se dejen engañar. (Aplausos en las bancas.) Hemos buscado un equilibrio que tal vez no sea el mejor, pero es el posible.
También quiero hablarles a los millones de argentinos que no pagan impuesto a las ganancias. A ellos les digo que cuando discutimos este proyecto también pensamos en ellos. A los trabajadores que están en blanco y que no pagan impuesto a las ganancias; a los trabajadores informales; a los trabajadores desocupados; a los beneficiarios de planes sociales; a los millones de argentinos que nada tienen que ver con el impuesto a las ganancias, les digo que también pensamos en ellos cuando debatimos esta iniciativa porque muchos de ellos dependen de los recursos del Estado para llegar a fin de mes. Entonces, no podíamos avalar un proyecto ni ninguna medida que desfinanciara las arcas provinciales o nacionales y dejara sin recursos para destinar a esos millones de argentinos que hoy necesitan vivir de una ayuda del Estado. En ellos también pensamos cuando discutimos este proyecto.
Buscamos un equilibrio que, como dije, no es perfecto pero es posible. Creo que lo logramos. (Aplausos en las bancas.)


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Tiene la palabra el señor diputado por Misiones, que comparte su tiempo con la señora diputada Lospennato.


SR. PASTORI, LUIS MARIO (MISIONES): Señor presidente: fue muy preciso el señor miembro informante al exponer acerca de todas las cuestiones que abarca este proyecto venido en revisión del Honorable Senado sobre la sanción que hace pocas semanas diera esta Cámara.
Creo que ha primado la sensatez. Hoy escuchaba a varios periodistas, alguno de los cuales me hacían la clásica pregunta: ¿quién cree que ha sido el ganador y el perdedor en este tema? La respuesta –al menos la mía- fue la siguiente: creo que aquí ha habido un solo ganador, que es la política con mayúsculas. (Aplausos en las bancas.)
Este proyecto que estamos tratando en este momento nunca lo habríamos podido discutir si no hubiese sido por el triunfo de la política con mayúsculas. Me refiero a que un gobierno de un signo político integrado por varios partidos, la Confederación General del Trabajo, partidos y bloques de la oposición junto con los gobernadores provinciales –la gran mayoría de ellos, como todos saben, del Partido Justicialista o del Frente para la Victoria- han consensuado un proyecto que satisface a todos, que viene a poner justicia y equidad en un impuesto que fue bastardeado. El mejor impuesto que tiene el sistema tributario argentino en cuanto a su técnica y progresividad y el segundo más importante en recaudación después del IVA se había convertido en un impuesto regresivo, transformándose casi en un impuesto al consumo, básicamente por no aumentar adecuadamente los mínimos no imponibles. Pero, lo que es peor, al haber dejado desactualizada la escala del artículo 90 por más de 16 años. Dentro de poco se van a cumplir 17 años desde la última adecuación de la escala del artículo 90.
Esta escala del artículo 90 es la que otorga el sesgo de progresividad a este impuesto, que hace que quienes más ganan, más paguen. Esto hace de este impuesto el mejor tributo redistributivo de la riqueza, el mejor instrumento para redistribuir el ingreso en la Argentina: el que más gana, más aporta en beneficio de los que menos tienen.
De modo tal que al dejarlo caer de la manera en que se lo hizo, en las alícuotas y en los parámetros, realmente produjo una enorme inequidad, que se comienza a reparar con este proyecto.
Tenía previsto referirme a las cuestiones técnicas, pero ya lo hizo muy bien el miembro informante. Para ir terminando y dejarle el tiempo que queda a mi colega, quiero decir que ayer hubo –y podríamos decir “con suerte”- en la reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda diputados de la izquierda que reivindicaban el proyecto original del Poder Ejecutivo nacional, y decían que era el mejor. Es cierto que tenía una mejor adecuación de la escala del artículo 90. En cambio, este proyecto pone más énfasis en el mínimo no imponible y en las deducciones a las ganancias sujetas al impuesto.
También escuchamos a algunos diputados que manifestaban desconocer la representatividad de la CGT, de los trabajadores. Y lo decía un diputado del Frente para la Victoria, lo cual llamaba mucho la atención. Y diputados de las provincias del Chaco y de Entre Ríos decían que no iban a acompañar este proyecto porque sus propios gobernadores habían sido quienes entre otros, la gran mayoría, veintiuno, habían aprobado ese consenso.
Hoy se decía muy bien que nadie es dueño de la verdad, nosotros tampoco lo somos, pero sin ninguna duda con este proyecto que estamos a punto de votar daremos un poco más de justicia y equidad a cientos de miles de trabajadores en todo el país, que hoy están siendo gravados en muchos casos de una manera hasta abusiva.
Apoyamos enfáticamente este proyecto venido en revisión, e instamos a nuestros pares a acompañarlo. (Aplausos en las bancas.)


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.


SRA. LOSPENNATO, SILVIA GABRIELA (BUENOS AIRES): Señor presidente: llegamos hasta acá atravesando como dirigencia política momentos difíciles, en los que creímos que tal vez empezábamos a retroceder en un camino por el que veníamos avanzando durante este año, que era del diálogo y del consenso. Sentíamos que se había empezado a resquebrajar ese capital que no es de una fuerza política, sino de todos los argentinos, que es la recuperación del valor de la palabra.
Porque nosotros damos la palabra en cada sesión cuando tomamos decisiones sobre la vida, sobre la libertad y sobre la propiedad de nuestros conciudadanos. Damos la palabra cada vez que nos comprometemos a abandonar para siempre la mala praxis de no escuchar al que piensa distinto, diga lo que diga, siempre que lo haga con respeto.
Pero lo más importante es que damos la palabra cuando nos comprometemos ante el mundo a garantizar que la Argentina es un país confiable para invertir, y que somos muchos, la mayoría, tanto del oficialismo como de la oposición, los que no queremos ver más una Argentina aislada del mundo y, mucho menos, obviamente, aliada a gobiernos que violan sistemáticamente los derechos humanos y la dignidad de los hombres.
Somos más los que queremos esta Argentina integrada a la región, abierta al mundo, que ha traído inversiones y ha sido competitiva y confiable.
También somos más los que queremos un país federal en serio. Este deseo no queda en la declamación, ya que este gobierno ha empezado a construirlo en conjunto a partir de algunas decisiones importantes. Por ejemplo, el señor presidente Macri ha avanzado en la devolución a las provincias de los aportes que durante tantos años les fueron injustamente retenidos, para que no tuvieran que comenzar a transitar un largo camino en la Justicia.
Se actuó con responsabilidad a partir del acuerdo con los gobernadores. Empezó a desandarse un camino que en definitiva implicó recuperar el federalismo, la república y los valores garantizados en el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional.
Por suerte, la Argentina ha empezado a transitar ese camino. Quiero pensar que lo que nos pasó la semana pasada fue simplemente una recaída y que después de ella podremos arrancar con más fuerza. No se va a tirar por la borda lo que se hizo hasta el momento sino todo lo contrario; hemos reconocido aún más el valor del diálogo responsable y sincero con todos los actores políticos y de la vocación de gobernabilidad en la Argentina.
Luego de la sesión celebrada en la Cámara de Diputados, lo que vivió la dirigencia política fue muy bueno. Al decir esto pienso en la participación central de la dirigencia sindical, que por supuesto efectuó sus reclamos pero con toda racionalidad, en el rol de los gobernadores, quienes defendieron sus intereses provinciales pero no por ello desconocieron las necesidades de la Nación y de los ciudadanos, y también en la dirigencia opositora tanto en el Senado como en esta Cámara, que una vez que encontró un canal de diálogo se sentó a la mesa de discusión para arribar a un consenso y hacer posible el tratamiento de este tema.
Es sabido que en una negociación, donde se plantean legítimas pretensiones, por lo general se consigue el punto óptimo cuando es posible combinarlas con la realidad.
Sin duda, a algunos este proyecto les parecerá menos de lo que esperaban; pero de acuerdo con lo ocurrido en el Senado –que espero que en unas horas más se repita en la Cámara de Diputados entiendo que para la mayoría es una iniciativa que nos permite dar un paso enorme para resolver una inequidad y hacernos cargo de una promesa de campaña de la que nos hicimos cargo desde el primer momento, primero con el incremento del mínimo no imponible y ahora con la modificación de las escalas. Por supuesto, nos hubiera gustado hacer mucho más, pero lo haremos progresivamente en la medida que las cuentas fiscales lo permitan. Actuaremos siempre con responsabilidad y sin demagogias, pensando que un país tiene que avanzar todos los días.
No existen los saltos milagrosos; eso no puede pasar. Luego de las discusiones, entendimos que hay una dirigencia responsable –tanto en la oposición como en el oficialismo- que quiere que la Argentina avance, que sea confiable y que se convierta en un lugar donde se promueven las inversiones, se genera empleo y la propiedad de cada uno de nosotros está resguardada por los principios de nuestra Constitución Nacional.
Terminamos este año celebrando el acuerdo. Recordemos siempre todo lo que falta hacer, pero sintámonos orgullosos de todo lo que hemos hecho. (Aplausos en las bancas.)


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.


SR. DAER, HECTOR RICARDO (BUENOS AIRES): Señor presidente: más allá de haber sido parte de la discusión y del acuerdo final, como miembro de la Confederación General del Trabajo quiero referirme en términos políticos a lo que pasó.
Desde agosto o septiembre los dirigentes sindicales venimos reclamando al Poder Ejecutivo conocer y debatir la reformulación que se iba a hacer este año del impuesto a las ganancias para el ejercicio 2017. Lo hicimos no solo por las promesas de campaña del actual presidente de la Nación sino también porque nosotros creemos que ningún trabajador involucrado en los convenios colectivos de trabajo debe estar alcanzado por este tributo.
Sin embargo, como la realidad es marcada por los hechos, por la realidad misma, consideramos fundamental avanzar en este debate que por error político de este gobierno no se llevaba a cabo.
La verdad es que después de que varios bloques el Frente Renovador, el Partido Justicialista, el GEN, Barios de Pie, los compañeros del socialismo pidieran una sesión especial y se hiciera la presentación de un proyecto que generaba adjetivos de todo tipo pero que querían debatir este tema en esta casa, desgraciadamente tuvimos que forzar el tratamiento del proyecto con un pedido de sesión especial que no se llevó adelante por prudencia de todos los que la habían pedido. Con esa misma prudencia aceptamos que usted, señor presidente, y el Poder Ejecutivo generaran la posibilidad de discutir el tema en sesiones extraordinarias.
Sin embargo, a partir de allí nos encontramos con la negativa a discutir este asunto. Apareció un proyecto del oficialismo y al día siguiente, otro distinto no debatido ni consultado con el movimiento obrero ni con este Parlamento.
Vinimos a una sesión donde como dirigente sindical debo reconocer a todos los bloques de la oposición aun a aquellos que no comprenden que la democracia es esto y desgraciadamente no nos están escuchando que gracias a ese dictamen llegamos a un punto en el que pudimos debatir.
Esto es mucho más democrático. Es mucho más aceptable para la democracia no encontrar discursos con ira sino con palabras tan agradables como las que acaba de pronunciar la señora diputada preopinante.
Así llegamos al Senado, donde podían darse dos situaciones: que se dividiera el bloque mayoritario o que hubiera una puja entre los propios gobernadores entre quienes estaban de acuerdo con este dictamen y quienes no lo estaban.
Debo decir que hubo algunos gobernadores que sobreactuaron en contra de lo que habíamos dispuesto acá, cosa que también es reprobable. Finalmente, los senadores posibilitaron el tratamiento, pero pusieron un coto al asunto. Propusieron que se abriera una mesa de discusión para alcanzar un consenso y que en caso de no arribarse a él se aprobara el dictamen que habíamos elaborado y sancionado en esta Cámara. Fue así como el Poder Ejecutivo comprendió que teníamos que discutir.
También debo decir que en ese momento el Poder Ejecutivo reconoció que se había equivocado y que tenía que ser flexible con la rigidez fiscal que había manifestado anteriormente, dos cuestiones fundamentales para permitir que este acuerdo pudiera efectivizarse.
Por supuesto que nosotros –hablo como dirigente sindical no queríamos debatir en un contexto donde se nos tirara sobre la mesa la cuestión de la estabilidad o de la situación fiscal de las provincias. Gratamente creemos que las provincias deben ser sustentables. En este país aún nos debemos un esquema que permita la sustentabilidad y viabilidad de todas las provincias con un marco mucho más federal y menos centralista de distribución de los recursos.
Sin embargo, este no era el caso. De lo que aquí estábamos hablando era del dinero que los trabajadores pagábamos injustamente, con unas distorsiones totalmente erosivas de nuestros salarios.
También es verdad que pudimos discutir las escalas, que no se actualizaban desde hace más de una década porque sistemáticamente el poder de turno se negaba a hacerlo.
La discusión versó sobre tres pilares fundamentales. El primero, elevar el mínimo no imponible, que fue la discusión más dura porque por cada peso que se incrementa el mínimo no imponible, las consecuencias fiscales se multiplican por millones, pero lo pudimos hacer y el Poder Ejecutivo cambió su posición de un mínimo de 32.000 pesos a uno de 37.000 pesos.
En segundo lugar, pudimos reformular las escalas, no solo respecto de los valores de cada tabulación sino también en relación con los porcentajes de cada una de las franjas de la tabla.
Pero por sobre todas las cosas incorporamos una fórmula de actualización, que es una cuestión importante, porque siempre los gobiernos de turno quisieron llevar la discusión sobre el impuesto a las ganancias al momento en que los trabajadores negociamos paritarias, utilizándolo como moneda de cambio para que nuestros salarios sean discutidos a la baja. En realidad, creo que este era el objetivo, no digo de todo el gobierno, pero sí de un sector que no comprendió que había que actuar de otra manera. Pero, repito, esta situación no se da solamente en este gobierno, sino que vino siendo así en forma sistemática en los últimos años.
Entonces, señor presidente, que hayamos podido discutir este tema tiene que ver con gestos políticos de muchos miembros de esta Cámara, y que hayamos podido alcanzar un consenso significa que el Poder Ejecutivo se dio cuenta de que la política es la que tiene que resolver estas cuestiones.
Quiero referirme a las palabras que en verdad me dolieron de un diputado del bloque del Frente para la Victoria, cuando dijo que las cosas se acuerdan extramuros, en una casa particular.
Me hago cargo de que mi organización sindical el viernes de la semana pasada tuvo una reunión con funcionarios del Poder Ejecutivo y un grupo de dirigentes de la Confederación General del Trabajo. Pero quiero aclarar que esa es la casa de los trabajadores de la Sanidad, no es una casa particular.
Si el señor diputado habla de extramuros cuando se refiere a la relación entre la Confederación General del Trabajo y el Poder Ejecutivo, creo que debe volver a leer a Perón, que planteaba que el movimiento obrero argentino es el eje y la columna vertebral del movimiento social.
Señor presidente: convencidos de que fuimos por el buen camino y de que encontramos un punto posible –que no era el que queríamos lograr, porque reivindicamos que ningún trabajador en convenio colectivo esté alcanzado por este impuesto, venimos a ratificar lo que dijimos públicamente y en las discusiones con los ministros del gobierno, y personalmente lo hago como miembro de esta Cámara y como secretario general de la Confederación General del Trabajo. (Aplausos en las bancas.)

SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.


SR. ROMERO, OSCAR ALBERTO (BUENOS AIRES): Señor presidente: corresponde reflexionar un poco sobre cómo llegamos a esta situación luego de haber sancionado en esta Cámara un proyecto de ley que fue consensuado por todo el arco opositor.
Sobre el impuesto a las ganancias había más o menos cuarenta y ocho proyectos. Se hizo un trabajo realmente fuerte. Es más: debimos comenzar su tratamiento cuando nos dimos cuenta de que el oficialismo no estaba dispuesto a considerar este tema en el presente período legislativo. La oposición veía que el período de sesiones ordinarias se terminaba, pero el tratamiento de la modificación del impuesto a las ganancias no llegaba al recinto. Fue así como un grupo de presidentes de bloque decidimos pedir una sesión especial para considerar este tema. De ahí que dos importantes ministros del Poder Ejecutivo se acercaran a esta Cámara para acordar la realización de la sesión con un asunto concreto: el vinculado con la modificación del impuesto a las ganancias. Nos llamó la atención que a pesar de ese consenso el oficialismo apareció con un proyecto que, como ocurrió durante todo este año, no fue consensuado con nadie y menos con los trabajadores, que son los afectados directamente por este impuesto.
Reitero que trabajamos de manera ardua en comisión. De los cuarenta y ocho proyectos surgieron cuatro dictámenes: uno por el oficialismo y tres de la oposición. Sin embargo, la oposición también trabajó venciendo prejuicios y egos personales para llegar a un dictamen que luego fue aprobado por la mayoría de los integrantes de esta Cámara. ¿Qué pasó después? El gobierno tomó una actitud que para nosotros fue desmedida, haciendo mención a quienes votamos dicho proyecto de ley. Se nos trató de irresponsables, de desfinanciar el Estado, de atentar contra el federalismo nacional y muchas cosas más. La verdad es que en nada contribuyeron a lo que debían haber hecho de entrada: tratar de discutir las cosas y consensuar. En esta Cámara hay un diputado que suele decir que a veces el oficialismo entra al quirófano con un serrucho. Creo que en esa oportunidad procedieron así.
Gracias a Dios y a la política se pudo arribar a este acuerdo, aunque –lo debo decir- no es el que queríamos, porque estamos convencidos de que el proyecto que sancionamos en primer término era más amplio que el que vamos a votar hoy. Se trataba de una iniciativa que establecía pilares concretos sobre la problemática de los trabajadores. Esto tiene que ver con nuestra concepción peronista, fundamentalmente con lo relativo al aguinaldo, que no debe tributar el impuesto a las ganancias, al igual que las horas extra y los viáticos. No puede ser que una persona que paga un alquiler o que quien está pagando un crédito del Procrear tengan que pagar el impuesto a las ganancias.
Este impuesto se desvirtuó tanto que se hizo necesario dar una respuesta a la gente. Por eso debemos reconocer que en forma tardía, y con un poco de torpeza, el oficialismo comenzó a llamar para dialogar a los que debió haber llamado primero, es decir, a los representantes de los trabajadores.
Aquí quiero hacer una salvedad. Todos saben también mis compañeros del movimiento obrero que yo integro un espacio que no está en esa CGT, o al menos en la conducción, pero respetamos el acuerdo que se alcanzó. Podemos tener profundas diferencias, pero quienes muchas veces hemos tenido que discutir convenios colectivos de trabajo y condiciones salariales sabemos que en una discusión no nos podemos llevar todo. Eso no sería una negociación sino una imposición.
El movimiento obrero ha tratado de llegar a lo mejor que se podía alcanzar. En este momento estamos en esta situación, ante un proyecto de ley que no es el que queríamos, que si bien contempla cuestiones que nosotros planteamos, como el aguinaldo, los viáticos, las horas extra y los alquileres, debe ser sancionado por cuanto estamos en la última sesión y no podemos quedarnos sin ley.
Es por ello que estamos aquí asumiendo nuestra responsabilidad, a pesar de las diferencias que tenemos con el proyecto que se va a votar y a pesar de lo dolidos que estamos por la actitud que han tenido algunos de los gobernadores con quienes hemos trabajado fuertemente.
Como he dicho en algún lugar, también tendremos que reflexionar sobre qué pasa en la sociedad. Aquí hemos sancionado una ley que impedía despedir a trabajadores y, como bien señaló una señora diputada, en la calle no había nadie; lo hicimos en absoluta soledad. Sin embargo, hemos votado otras leyes en las que hemos visto muchas manifestaciones. Algo debe estar pasando en la sociedad, cuyos valores o prioridades se manifiestan en un caso de una manera y quizás en otro caso, de un modo diferente.
En esta soledad en la que hoy nos encontramos, nosotros asumimos la responsabilidad que nos corresponde porque consideramos que hay que llevar una solución a los trabajadores. Quizás no sea la mejor solución, la que muchos de ellos están esperando, pero es lo máximo que hemos podido lograr, y con la responsabilidad con la que hemos actuado durante todo el año nuestro bloque acompañará el texto sancionado por el Honorable Senado. (Aplausos en las bancas.)


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Tiene la palabra la señora diputada por Santa Fe.


SRA. CICILIANI, ALICIA MABEL (SANTA FE): Señor presidente: el Interbloque Progresista acompañará con mucha satisfacción el acuerdo logrado, que consideramos que mejora la situación de los trabajadores. Ese es nuestro norte y nuestra clara posición. Cuando un proyecto de ley apunte a favorecer a los que menos tienen, obtendrá el voto del socialismo. No importa quién esté en la foto; nosotros no queremos discutir quién está en la foto ocasionalmente. El que está en la foto se tiene que hacer cargo de su historia, de su ideología y de su pasado. Nosotros analizamos las cuestiones de acuerdo con nuestras ideas y valores. Jamás nos vamos a equivocar si concedemos un derecho o mejoramos la vida de quienes menos tienen.
Ese fue el sentido de nuestra posición cuando en febrero presentamos nuestro primer proyecto de ley en esta materia, en el que fijábamos un mínimo no imponible de 40.000 pesos. ¡Vaya si pasaron cosas en todo el año, como un 43 por ciento de inflación, que pagaron los trabajadores!
En ese sentido, consideramos absolutamente rescatable que hoy finalicemos el año legislativo en el marco del diálogo y del consenso que primó en todos los proyectos que hemos votado en forma conjunta, con una mayoría muy amplia. No sabemos por qué, en la última sesión, el oficialismo creyó que ese método se había terminado. A pesar de ello logramos un importante consenso y creemos que este es un buen inicio.
No es el proyecto de ley que más nos satisfaga. En este sentido, tenemos que insistir con las retenciones a la minería y pedir a la AFIP que deje de pescar en la pecera de los inscriptos en la ANSES y en su propia base de datos. Lo que debe hacer es buscar en los enormes bolsones de trabajo de la economía no registrada; no hay pobreza, sino pobreza y explotación feudal en el piso de esa economía.

- Ocupa la Presidencia el señor vicepresidente 3° de la Honorable Cámara, ingeniero Felipe Solá.

SRA. CICILIANI, ALICIA MABEL (SANTA FE): Hay mucha riqueza no registrada en los sectores que se quedan con la parte del león. La AFIP tiene que ir a buscar allí a las multinacionales, aquellas que facturan en la Argentina y pagan impuestos en lugares donde las tasas son mucho más bajas. Europa está emprendiendo este debate y esta investigación, y nosotros, como argentinos y como miembros del Grupo de los 20, debemos buscar esas exteriorizaciones de riqueza. También debemos gravar los activos improductivos.
Este es nuestro compromiso y nuestra tarea. El de hoy es un buen comienzo. (Aplausos en las bancas.)


SR. PRESIDENTE(SOLÁ) Tiene la palabra el señor diputado por Tucumán.


SR. MASSO, FEDERICO AUGUSTO (TUCUMAN): Señor presidente: hoy estamos pagando en parte una gran deuda que teníamos con los trabajadores del sector medio en la República Argentina. Esto lo digo porque más allá de la promesa que habían hecho los candidatos a presidente en las elecciones de 2015 en el sentido de que el impuesto a las ganancias iba a dejar de ser un impuesto al trabajo, hoy iniciamos el camino de subir una escalera desde el primer peldaño. Pero esta no debe ser la última vez que lo hagamos.
Es claro que los trabajadores van a estar mejor; estamos hablando de casi 500.000 trabajadores que dejarán de pagar el impuesto a las ganancias. El resto pagará mucho menos, porque ese 35 por ciento que era el “cuco” cuando se pasaba un peso del mínimo no imponible hoy será gradual y lo pagarán quienes ganan 350.000 pesos de sueldo o más.
En este sentido, debe entenderse que cuando devolvemos el poder adquisitivo a los trabajadores estamos generando la oportunidad de que la economía se reactive. En nuestro país, el 70 por ciento de la economía se mueve a través del consumo, y este se genera cuando mejora el poder adquisitivo de los trabajadores y de los argentinos en general.
Por eso creo que estamos terminando un año legislativo muy importante que no podía quedar oscurecido por no sancionarse una ley tan fundamental como la de reforma del impuesto a las ganancias. A su debido tiempo el gobierno nacional ha sabido reaccionar, ha sabido autocriticarse y como se dijo en este recinto volvió a hablar con los que nunca tendría que haber dejado de hacerlo porque son los mismos actores con los que ha hablado a lo largo y a lo ancho de este año legislativo, haciendo posible que este Congreso sin mayorías automáticas haya podido sancionar más de cien leyes.
Hoy, los argentinos que tienen un trabajo, una pequeña y mediana empresa o comercio están esperando esta ley para poner en marcha una economía que se encuentra paralizada. (Aplausos en las bancas.)


SR. PRESIDENTE(SOLÁ) Tiene la palabra la señora diputada por Río Negro.


SRA. HORNE, SILVIA RENEE (RIO NEGRO): Señor presidente: no quiero referirme al proyecto de ley sobre ganancias sin antes hacer mención de la situación que hoy vive el sector de la ciencia y la técnica, concretamente el Conicet es la tercera vez que lo hago-, que está pidiendo una reconsideración de la asignación presupuestaria.
En el día de ayer se resolvió constituir una comisión, que va a continuar con la ocupación del edificio, a fin de que ingresen los quinientos agentes que rindieron satisfactoriamente su examen. Nos solidarizamos con ellos y reiteramos este pedido imperioso porque la Argentina no puede retroceder en un año lo que demoró décadas en construir. Un ejemplo de esto es que se ha detenido la construcción del ARSAT 3.
También quiero referirme a la gravísima situación por la que están pasando nuestros abuelos. El PAMI está dejando de cubrir el ciento por ciento de los medicamentos, las farmacias están dejando de entregar medicinas que son indispensables y el presupuesto que el PAMI va a volcar para los insumos indispensables es de un tercio del monto que realmente se necesita. Solicito que por favor se revise inmediatamente esta cuestión y que se trate antes del receso.
Ahora sí voy a referirme al asunto que nos compete. Esta mañana, cuando venía para aquí, escuché que los índices de la recesión en la Argentina siguen aumentando, el crecimiento continúa detenido, las importaciones son ilimitadas, el salario real cayó de manera grave y la industria se ha comprimido. En este contexto en la última sesión debatimos un proyecto que modificaba el actual régimen del impuesto a las ganancias. Evidentemente, ese acuerdo no cerró, no fue suficiente y hoy nuevamente estamos debatiendo la cuestión.
Además, durante esta semana aparecieron en escena los gobernadores, que lamentablemente no se presentaron a reclamar por los recursos cuando se discutieron otros cercenamientos que también involucraban a las arcas provinciales.
El gobernador de mi provincia no dijo nada respecto de la disminución del fondo sojero, el IVA o la merma de ingresos cuando votamos la ley sobre pymes. Ahora aparecieron absolutamente todos. Sé que es parte de la realidad que estamos viviendo. Pero también es parte de la realidad inocultable el papel que está jugando hoy el movimiento obrero organizado. Es muy importante que haya sido un órgano de consulta, y que se esté constituyendo desde la calle –no solo desde estas bancas- el acuerdo posible que pueda permitir salir adelante en el marco de una concepción social que tiene como primeros protagonistas a los trabajadores.
Quiero remitirme a ellos, porque nuestro bloque ha sido y es partícipe directo de esta construcción que se logró en las movilizaciones más importantes que tuvieron lugar este año en la Argentina. Me refiero a la del 29 de abril, a la gran marcha del 7 de agosto, día de San Cayetano, y a la del último 18 de noviembre. En esos actos se fue construyendo el compromiso de considerar al conjunto de los trabajadores como tal y también comenzaron a sellarse acuerdos que nos fortalecen. Por eso vamos a respetarlos. No se trata solo de considerar a los trabajadores de la economía popular como nuevos sujetos sociales sino también de que ellos puedan recuperar su estatus de trabajadores, no solamente mediante la sanción de la ley de emergencia social, el cuidado de los puestos de trabajo y ahora esta posibilidad de modificar el impuesto a las ganancias.
Particularmente quiero señalar que la iniciativa que estamos considerando contiene algunos aspectos que nos satisfacen, aunque a medias. En este sentido, es muy importante que en las deducciones se incorpore el alquiler de la vivienda única, aunque hubiéramos preferido que se hiciera por un porcentaje mayor. Sin embargo, consideramos que esta modificación es valiosa. Del mismo modo, estamos conformes, a medias, con la incorporación del costo patagónico, que está establecido por una ley, y que además involucra a todos aquellos trabajadores de la Patagonia y de La Pampa, con excepción de los rurales de Río Negro, de los que se dedican al empaque de la fruta y al hielo en la misma provincia. Menciono estos aspectos porque considero muy importante recuperar la posibilidad de que esos trabajadores accedan a los beneficios por la zona, como se plantea ahora con las deducciones en el impuesto a las ganancias.
También nos parece importante que se haya incorporado el régimen de trabajadores de la ciencia y la técnica como jubilados. Se ha planteado una excepción en el artículo 79 para todos los jubilados que provienen del ámbito de la docencia y de la ciencia y la investigación, con lo cual nos sentimos satisfechos.
Algunos sindicatos y compañeros dirigentes que apreciamos y respetamos mucho nos han hecho llegar su visión respecto de que esta iniciativa es solo un maquillaje, porque ellos pretenden que se elimine el impuesto a los trabajadores. Cariñosamente quiero decir a esos amigos y compañeros que si bien esta norma no es todo lo que esperábamos, no es un maquillaje, puesto que 800.000 trabajadores dejarán de tributar el impuesto. Evidentemente, esta situación nos pone en mejores condiciones que la norma que estuvo vigente hasta ahora.
Por todo lo expuesto, acompañamos esta iniciativa y desde nuestro bloque adelanto el voto afirmativo. (Aplausos en las bancas.)


SR. PRESIDENTE(SOLÁ) Tiene la palabra el señor diputado por Santiago del Estero.


SR. OLIVA, CRISTIAN RODOLFO (SANTIAGO DEL ESTERO): Señor presidente: en nombre del Frente Cívico por Santiago vengo a fijar nuestra postura. Adelanto que vamos a acompañar con nuestro voto favorable las modificaciones introducidas por el Honorable Senado.
Por otra parte, creo que es una buena noticia para los trabajadores argentinos llegar a esta instancia del año –a escasas horas de la Navidad y de tener que despedir el año 2016 pudiendo sancionar este proyecto de modificación de la ley de impuesto a las ganancias. Esto lo quiero remarcar porque a partir de la iniciativa aprobada por esta Cámara se generó una fuerte expectativa en toda la ciudadanía. Por lo tanto, no hubiera sido una buena señal por no decir que habríamos defraudado esas expectativas si hubiésemos terminado el año no pudiendo aprobar esta norma.
También corresponde resaltar –tal como lo han hecho otros colegas- el ámbito de trabajo que se abrió en el Senado de la Nación, adonde se convocó a todos los gobernadores y a los representantes del Poder Ejecutivo y de los trabajadores nucleados en las centrales obreras para que a partir de la defensa irrestricta de los intereses que cada uno de ellos representa y del aporte que pudieran efectuar se pudiese alcanzar este acuerdo.
Esta metodología de trabajo en la que hemos coincidido casi arrinconados contra las últimas horas de este año debería ser un buen ejemplo para volver a aplicarla en ocasión del tratamiento de otros proyectos de ley. Digo esto porque muchas veces nos sentimos presionados por la urgencia frente a la diversidad de los temas que tenemos que considerar, lo que nos impide generar este tipo de ámbitos de trabajo donde podamos receptar con precisión las opiniones de los diferentes sectores.

- Ocupa la Presidencia la señora vicepresidenta 2ª de la Honorable Cámara, profesora Patricia Viviana Giménez.

SR. OLIVA, CRISTIAN RODOLFO (SANTIAGO DEL ESTERO): Además, cabe señalar que este acuerdo fue posible gracias a las concesiones que han realizado los trabajadores, los legisladores que en su momento presentaron alguna propuesta en relación con este tema y el Poder Ejecutivo. Por supuesto que estas concesiones implican que cada uno tiene que resignar algo de las aspiraciones iniciales. De esto se trata la política y el trabajo parlamentario.
Este proyecto significa una mejora sustancial de lo que es el régimen actual del impuesto a las ganancias, ya que tal como se ha señalado en este recinto la propuesta bajo análisis viene a reparar una injusticia histórica.
Creo que todos los bloques presentaron en algún momento una propuesta en esta materia. Seguramente algunos se sentirán más satisfechos que otros por la forma en la que sus iniciativas han sido receptadas en el proyecto en tratamiento. Lo importante es que esto representa un avance sustancial.
Particularmente desde nuestro bloque celebramos algunas de las modificaciones introducidas por el Senado, ya que en nuestro espacio hemos recibido muchísimos reclamos para que se pudiera deducir del cálculo del impuesto el gasto de los alquileres. Es más, creemos que en el futuro también habría que contemplar la posibilidad de incluir entre las deducciones el gasto de las expensas, porque en función de los ajustes que últimamente se han realizado en relación con determinados servicios, este componente –que antes era prácticamente inexistente o poco considerado respecto de los montos de los alquileres hoy es cierto que tiene un impacto importante en el bolsillo del trabajador.
Inclusive, esta propuesta tenía un carácter excluyente del beneficio de poder deducir los alquileres como ocurre, por ejemplo, en algunos casos en donde determinadas familias son inquilinas, pero, sin embargo, tienen ganancias importantes medidas en términos anuales, pero su condición de inquilinos no obedece precisamente a no contar con determinados bienes patrimoniales.
En líneas generales, quiero adelantar que nuestro bloque va a acompañar el proyecto en tratamiento. Nos sentimos absolutamente satisfechos porque no dudamos de que esta iniciativa constituya un avance sustancial para los derechos de los trabajadores, ya que alivia enormemente la carga impositiva sobre el salario.


SRA. PRESIDENTA(GIMÉNEZ) Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.


SR. GIUSTOZZI, RUBEN DARIO (BUENOS AIRES): Señora presidenta: en el mismo sentido, para adelantar nuestro apoyo a este proyecto, quiero resaltar algunos aspectos que tienen que ver con este tema que ha sido debatido a nivel nacional en los últimos años.
Esta cuestión, que nació como un requerimiento inicial a partir de la demora en la actualización, se fue convirtiendo en una necesidad a gritos por parte de un sector del movimiento obrero, cada vez más creciente en cuanto al universo de trabajadores. Así, a medida que fue pasando el tiempo, se convirtió en una necesidad política del conjunto del pueblo argentino, que de una manera u otra observaba que desde el gobierno no estaba dando respuesta a lo que había empezado a incorporarse como una especie de atmósfera en materia impositiva, por la que los gobiernos financian al Estado avanzando irreductiblemente cada vez sobre más trabajadores.
Este no es un tema menor y ha sido parte de una agenda política desde hace más de cuatro años. Además, estuvo en el centro de la campaña política de 2013, cuando fue una de las cuestiones más comprometidas.
Fíjense la importancia que tiene hoy, tanto tiempo después, porque parece poca en el transcurso de la vida de un gobierno, pero es muchísima si se piensa en términos mensuales, por lo que se percibe y por la sensación que le toca a quien es alcanzado por un impuesto de estas características.

- Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Honorable Cámara, doctor Emilio Monzó.

SR. GIUSTOZZI, RUBEN DARIO (BUENOS AIRES): Por eso adquiere una enorme importancia el rol de las distintas fuerzas políticas y, especialmente, las fuerzas de la oposición, cada una con su propio perfil, características y necesidades, y merced a su rol inductor en este libre juego de la democracia. Enriquecido por la diversidad de esta Cámara, el Poder Ejecutivo ha acelerado el tratamiento de un proyecto al que cualquier gobierno le resulta incómodo desde el punto de vista de sus finanzas, y mucho más si hablamos de un primer año de gobierno.
A pocos días de esa vocación inductora de la oposición y tomando las buenas intenciones del gobierno tendientes a debatir en sesiones extraordinarias, esta iniciativa está a punto de convertirse en realidad.
Advertimos que hay algunos que plantean que esto tiene sabor a poco. Sin embargo, existe una distancia entre lo que tenemos actualmente en materia impositiva en este denominado impuesto a las ganancias para estos sectores y lo que vamos a tener a partir del 1° de enero y durante el transcurso del año que viene. Asimismo, la actualización automática tiene una enorme importancia política e implica un salto de calidad.
Debemos advertir que es de necios no darnos cuenta de que aquí hay un salto de todo el espacio político, de todos los sectores, para lograr este objetivo.
Al mismo tiempo, nuestro sistema de gobierno, que es representativo, republicano y federal, se expresó en la atmósfera reinante en estas últimas horas en la República Argentina. Es representativo porque están los legisladores en sus distintas instancias, sin que nadie pueda hegemonizar. Es republicano porque están los poderes, cada uno por su lado: el Ejecutivo y el Legislativo, con sus roles. Es federal porque las provincias hacen lugar a sus demandas y, al mismo tiempo, encolumnan demandas conjuntas, equilibradas, con un sentido de responsabilidad, en un tiempo que no es simple y que todos anhelamos que sea mejor en el futuro.
Por eso, desde nuestro humilde espacio, vemos que, aun con tropiezos en el camino, esta iniciativa es un gran salto de calidad de la política; es muy importante para los trabajadores, para la democracia argentina y para el futuro de este bendito país.


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Tiene la palabra el señor diputado por San Luis.


SR. LUSQUIÑOS, LUIS BERNARDO (SAN LUIS): Señor presidente: en primer lugar, quiero transmitir la enorme felicidad que tiene todo nuestro bloque por los avances y logros que han tenido los trabajadores. Asimismo, felicito a quienes han trabajado desde el movimiento obrero organizado –la CGT- para arribar a estos logros. Nos pone muy contentos.
Por otra parte, obviamente, quisiera que no den por cumplida la promesa de campaña de eliminar el impuesto a las ganancias, porque le cambian el nombre. Supongo que no harán ese chiste.
En tercer lugar, quisiera hablar sobre la coparticipación federal. La ley 23.548, de coparticipación federal, se sancionó también en extraordinarias en enero de 1998.
Hay muchos economistas, en particular aquellos liberales o ultraliberales, que la denuestan, la tratan de perversa, de nefasta, de retorcida, de ser la causante de todos los males que sufre la economía argentina.
Quiero hacer una reivindicación de la coparticipación federal para que se entienda qué significado tiene en nuestra historia reciente pos dictadura militar.
Quiero rendir un homenaje muy particular a Raúl Alfonsín, que en aquel momento presidía la República Argentina, y a cada uno de los gobernadores que participaron durante cuatro años en todos los diálogos y negociaciones para llegar a tener una ley de coparticipación.
En la década del 30, cuando nace, la coparticipación o distribución de impuestos era del 83 por ciento para la Nación y del 17 por ciento para las provincias. Cuando llega el general Perón, entre los años 1946 a 1955, asciende al 48 por ciento para las provincias y al 52 por ciento para la Nación.
Después la coparticipación entró en la oscuridad de los tiempos hasta que, en 1983, al comienzo de la era radical, se llega a un acuerdo –ley de coparticipación federal- por el cual el 56 por ciento era para las provincias y el 44 por ciento para la Nación.
A posteriori, en la última década, se llegó al 73 por ciento para la Nación y al 27 para las provincias. Hoy se aspira, según palabras del ministro Frigerio, a llegar al 70 para la Nación y al 30 para las provincias. Como se podrá apreciar, es una curva perfecta de crecimiento y declinación en la relación Nación-provincias.
Quiero mencionar a cada uno de los gobernadores que trabajaron para lograr esta ley que significó la unidad nacional de todos los argentinos. Fue el único verdadero “Pacto de la Moncloa” que existió en la Argentina. Fue lo que signó una suerte de tratado de paz en la relación Nación-provincias. No es una ley perversa, sino la que fija el código de relaciones entre la Nación y las provincias, que son anteriores a la Nación.
Los voy a nombrar: el doctor Armendáriz, de la provincia de Buenos Aires; Ramón Saadi, de Catamarca; el doctor Angeloz, de Córdoba; “Pocho” Romero Feris, de Corrientes; Florencio Tenev, del Chaco; Viglione, radical, de Chubut; Montiel, radical, de Entre Ríos; el Floro Bogado, de Formosa; Carlos Snopek, de Jujuy, abuelo y tío abuelo de dos diputados colegas nuestros en esta Cámara; Álvarez Guerrero, de Río Negro; Romero padre, de Salta; Leopoldo Bravo, de San Juan; Adolfo Rodríguez Saá, de San Luis; Puricelli, de Santa Cruz; Juárez, de Santiago del Estero; el “Tati” Vernet, de Santa Fe, y don Fernando Riera, de Tucumán. Vaya mi homenaje para todos ellos, que construyeron una ley que signó el devenir de la República en los últimos treinta años.
Ahora bien, ¿qué pasó con esa bendita coparticipación? Todos los gobiernos, desde la década del 90 hasta la fecha, han tratado la coparticipación –y lo voy a decir de forma poco académica- como si fuera un salame al cual todos los días hay que sacarle una feta o una rebanada.
Para ser un bueno ministro de Economía hay que pensar en dos cosas: cómo sacar plata a las provincias y cómo endeudar la Nación. Esta es la triste historia de la República Argentina de los últimos años.
Entonces, tenemos que revalorar nuestra coparticipación federal, debemos dar curso a la Constitución Nacional, que nos obliga a hacer un tratamiento y retocar lo que haya que retocar para adaptar la coparticipación a los nuevos tiempos.
Acompañamos los éxitos de los trabajadores que avanzan con esto, pero no nos gusta que la Nación siga manoseando y toqueteando los fondos provinciales. Esto sí es nefasto y perverso. Por eso, queremos anunciar que nosotros vamos a abstenernos, para acompañar a los trabajadores, pero anunciamos que de aquí en más nuestro bloque va a votar en forma negativa todas aquellas cláusulas incluidas en proyectos de ley que impliquen delegación de facultades al Poder Ejecutivo o que vayan en desmedro de la coparticipación federal para las provincias.


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.


SR. PITROLA, NESTOR ANTONIO (BUENOS AIRES): Señor presidente: hoy tenemos otra horrible noticia para el movimiento obrero argentino: el impuesto al salario continúa. Se votará un proyecto de ley que es peor que el que mandó inicialmente el gobierno de Macri. Después de las paritarias van a pagar, como mínimo, un millón y medio de trabajadores, y esta cifra se puede extender; van a pagar centenares de miles de jubilados y seguirán pagando los monotributistas.
El aval de la CGT no habilita a que esta Cámara apruebe semejante confiscación. Es una entrega de la conducción de la Confederación General del Trabajo, que se suma al ajuste que está sufriendo el movimiento obrero. El gobierno ha tenido una victoria absolutamente gratuita, la que jamás le pudo dar la representación del movimiento obrero argentino en una reivindicación que ha llevado años de lucha.
Han cambiado el nombre de este tributo, llamándolo impuesto a los ingresos, para meter mejor el perro; le han puesto otro collar, porque lógicamente violenta que se aplique un impuesto a las ganancias a los salarios. Con la sanción de este proyecto, los salarios pagarán ganancias bajo el nombre de “impuesto a los ingresos”.
Entonces, creo que no hay un solo impostor en la política argentina, sino muchos. En nombre de nuestro proyecto de abolición del impuesto a las ganancias en los salarios de convenio y en las jubilaciones, por lo que viene luchando todo el movimiento obrero, votaremos en contra de la iniciativa en consideración.
En primer lugar, no es cierto que el año que viene el impuesto lo pagarían 400.000 trabajadores menos. Es una mentira y paso a explicar por qué, pese a que algunos quieren que haya pocos minutos de debate para que no podamos hacerlo.
Se comparan los salarios de hoy con las cifras correspondientes a los nuevos mínimos no imponibles para el año 2017, cuando no sabemos cuál será la inflación, cuando existe una amenaza de tarifazos dolarizados y cuando los combustibles van a aumentar cada tres meses. Se habla de un aumento del mínimo no imponible del 23 por ciento; es decir que si se cierra una modestísima paritaria del 25 por ciento, más trabajadores pagarán el impuesto a las ganancias. Esta es la realidad.
Por otro lado, hemos hecho algunos cálculos y podemos afirmar que se viene una estafa. En la reunión reservada de presidentes de bloque, en la que no se permitió la entrada de la prensa, preguntamos al señor ministro Frigerio cuál sería el costo fiscal de esta medida. La respuesta fue 37.000 millones; es decir, 10.000 millones de pesos más que el contemplado en el presupuesto que, a nuestro juicio, debió tratarse junto con este proyecto.
En ese momento nos pareció raro que el costo fiscal fuera mucho menor y nos preguntamos dónde estaba la magia. Luego advertimos que la magia estaba en el incremento de los mínimos no imponibles y en la alteración de escalas y alícuotas. Esto lo va a descubrir el trabajador en los meses de marzo, abril y mayo cuando comience a cobrar las cuotas correspondientes a las paritarias.
De acuerdo con nuestros cálculos, un salario neto de 27.000 pesos iba a pagar 4.826 pesos anuales de haberse sancionado el proyecto original. Con esta iniciativa, pagará 7.115 pesos. De la misma manera, en el caso de una persona soltera, un salario neto de 30.000 pesos mensuales hubiera pagado con el proyecto oficial 8.115 pesos; con esta nueva norma que se sancionará hoy, pagará 12.905 pesos. Esta es la magia.
La CGT y el peronismo negociaron en el campo indicado por el presidente Macri: el campo de no desfinanciar al Estado tocando el bolsillo de los trabajadores. Cuando defendíamos nuestro proyecto de abolición del impuesto a las ganancias, pedimos que se terminara con este impuesto al salario y se discutiera una reforma tributaria.
Aclaro que no estoy hablando de la renta derivada de los plazos fijos, sino de la renta financiera de los bancos, que este año –en medio del ajuste han ganado miles de millones de pesos más que el año pasado. Hay exenciones impositivas a los grupos económicos por 314.000 millones de pesos en el presupuesto que sancionó el Congreso, a lo que debemos agregar la rebaja del impuesto a las automotrices y las ventajas otorgadas a las mineras y al sector exportador. En suma, no quieren tocar el bolsillo a los capitalistas.
La abolición del impuesto a las ganancias hubiera sido apoyada por cualquier asamblea. Así lo señalaron los sindicatos que trataron el tema: La Bancaria, la Federación Aceitera y el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino se pronunciaron en favor de eliminar la cuarta categoría, de impulsar el proyecto del Partido Obrero y de que se deje de aplicar el impuesto a las ganancias en los salarios de convenio. Esto quedará inscripto en la lucha del movimiento obrero argentino, que demasiada historia tiene como para aceptar semejante entrega que ahora queda ría legitimada por una ley.
Lo que antes hacía Kicillof y lo que ahora hace Prat-Gay quedará fijado por ley del Congreso de la Nación. La confiscación queda consagrada con un índice RIPTE que es menor al índice del costo de vida. Ahora que tenemos IPC, no se aplica cuando corresponde y podría beneficiar a los trabajadores; se aplica el RIPTE, que será a la baja en la medida en que aumente la evasión patronal.
Aquí escuché a representantes de SMATA reclamar esto a Frigerio: que se aplique el RIPTE al menos semestralmente. Le dijeron que no de plano, in limine. Esto no eliminará la lucha del movimiento obrero.
En este proyecto no entraron las horas extras y el aguinaldo, que era exceptuado por los presidentes en los últimos tiempos; así lo hicieron la propia Cristina Fernández y el presidente Macri. Ahora entraría por ley. Debemos olvidarnos de esas excepciones.
Esto quedará inscripto en la lucha del movimiento obrero, que seguirá la batalla. Esto no cerrará la crisis política ni la lucha del movimiento obrero.
Finalmente, quiero hacer una reflexión. Con el IVA, ingresos brutos, impuestos a los combustibles y con el impuesto a los ingresos, cuando los trabajadores finalmente cobran un salario más o menos significativo están sosteniendo y gastando la mitad de su salario en impuestos. Quiere decir que están sosteniendo al Estado.
La clase dueña de los medios de producción se ha desembarazado de la responsabilidad ineludible de mantener al Estado. Por lo tanto, tendrán que gobernar los trabajadores. Esa es la lección que queda de este debate y de esta rapiña capitalista, que han venido convalidando todas las fuerzas políticas a cargo del Estado en los últimos años. (Aplausos en las bancas.)


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Tiene la palabra el señor diputado por Misiones.


SR. CLOSS, MAURICE FABIAN (MISIONES): Señor presidente: más allá de que algunos valoren lo ocurrido, no puedo disimular que tengo enormes incógnitas. La primera es por qué un Congreso de la Nación como el nuestro somete a tratamiento leyes como esta o la de la emergencia social, luego de haber aprobado el presupuesto.
Permítanme decir modestamente que desde una visión provincial entendemos que esto no tiene lógica; más aún cuando en el proyecto que sanciona esta Cámara se genera, además, una enorme reforma fiscal. El momento para discutir el impuesto a las ganancias hubiera sido cuando se discutía el presupuesto de la Nación Argentina, que además determina el presupuesto de todas las provincias.
Me preocupa que últimamente no solo con esta sanción, sino también con otras como la reforma electoral o la ley de tarjetas de crédito, por citar algunas el proyecto que eleva el Poder Ejecutivo llega al Congreso, las comisiones modifican su redacción, se sanciona en general en el recinto y luego en particular se sigue modificando, pero pareciera que las leyes que se sancionan en la Cámara de Diputados terminan siendo meros ensayos que luego deben ser ratificados o pontificados por el Senado de la Nación.
Ya pasé la época del debate en la estudiantina, cuando era un adolescente, pero por lo menos en los últimos tiempos el Senado pareciera tener la última palabra en la política argentina. Eso me preocupa como diputado de la Nación.
También me preocupa cómo en algunos casos y en este debate, nuevamente desde la más alta magistratura, se ha atacado el ejercicio de la política, incluso diciendo que vivimos en un microclima y, por sobre todas las cosas, en algunos momentos, más allá de que tuviéramos o no razón, se pronunciaron adjetivos calificativos impropios refiriéndose a colegas de la Cámara de Diputados de la Nación.
Aquellos que creen que con el resultado de esta iniciativa la política sale fortalecida, les digo que no es así. Permítanme darles tres ejemplos que afectan a cada una de las tres fuerzas políticas principales que se movieron en este tema.
En primer lugar, el debate de este proyecto de ley dejó absolutamente en claro que cuando el actual presidente era candidato faltó a la verdad en su propuesta electoral, porque los trabajadores siguen y seguirán pagando el impuesto.
En segundo término, me refiero a quienes hoy han dejado sus bancas vacías, personas que en conjunto me ayudaron a gobernar cuando teníamos la responsabilidad de dirigir la Nación y la provincia de Misiones.
Les pregunto cuál hubiera sido el resultado de la política si el Frente para la Victoria, en mayo o en junio de 2015, hubiera votado este proyecto de ley. Quizás el actual presidente sería otro, porque solo faltó que cambiaran de sentido 350.000 votos para que hubiera otro presidente. Entonces, cuando un propone algo, tiene que ver qué hizo en el pasado.
Ya me referí a que faltó a la verdad quien gobierna y que si los que gobernaron hubieran tenido hace un año la misma actitud de hoy, probablemente seguirían gobernando. En tercer lugar, me quiero referir a los que todavía no gobernaron y que también fueron fundamentales en este debate. Quiero decirles que la política tiene archivos y uno no asume con beneficio de inventario. Si un día llegan a ser gobierno de la Nación, ni ahí van a poder cumplir con todas las propuestas que están haciendo desde un cómodo rol de opositores.
Más allá de estas advertencias, quiero concluir expresando mi posición de que la política sí ha logrado una mejora en este caso, que fue resolver los errores que había cometido la política. Espero que en adelante la política pueda anticiparse para resolver los problemas de la gente.
Entonces, habiendo consenso por parte de los gobernadores, del presidente de la República y, por sobre todo, de los gremios y de la Confederación General del Trabajo, entiendo que hay que acompañar el resultado de esta tarea, que es este proyecto de ley sancionado por el Senado, pero sin olvidar cómo se ha llegado a esta situación.


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


SRA. ARGUMEDO, ALCIRA SUSANA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): Señor presidente: es sabido que la verdadera orientación de la política, más allá de declaraciones y promesas, se mide por los montos que un presupuesto destina a cada rubro.
Por eso, con referencia a este impuesto al salario –que es el verdadero nombre de este impuesto, no a las ganancias ni al ingreso, y sin tener en cuenta las famosas promesas electorales, queremos hacer algunos cálculos muy simples.
Mientras se hacían declaraciones acerca de la irresponsabilidad que suponía dar determinados beneficios porque afectaban los recursos del Estado, incrementaban el déficit fiscal, etcétera, sin demasiado escándalo el Poder Ejecutivo tomó una serie de decisiones que sistemáticamente favorecieron a los grupos más concentrados.
Por ejemplo, en ese mismo presupuesto y con ese mismo déficit, a las empresas privatizadas de gas y electricidad, en concepto de subsidios, perdón de deudas y similares, se les otorgó, a las gasíferas –Chevron, Exxon Mobil, Pan American Energy y Total, 16.000 millones de pesos; a las eléctricas –Edesur, donde tiene intereses, entre otros, el amigo Nicolás Caputo, Edenor y otras, y a pesar de haberles permitido un incremento del 400 por ciento en las tarifas, 19.000 millones de pesos; a las exportadoras de cereales y manufacturas agropecuarias, 60.900 millones; a las exportadoras de manufacturas industriales, 12.400 millones, y a las mineras, 11.400 millones por la eliminación de retenciones. Sin contar la disminución del impuesto a los autos de alta gama y a los bienes personales, estamos en 119.700 millones de pesos. Este mismo presupuesto quiebra la carrera científica de 500 jóvenes investigadores del Conicet, cuyos costos serían de 130 millones de pesos al año. Comparemos que hay 119.400 millones para estas corporaciones y 130 millones para los investigadores del Conicet.
Dejemos de lado el hecho de no querer pagar impuesto a la renta financiera, siguiendo la filosofía y las concepciones del ministro Martínez de Hoz y su sucesor Cavallo. Acá el tema tiene que ver con el gran escándalo de las mineras, porque las retenciones se arman en nombre de la seguridad jurídica de una República.
Además, estas mineras ya cuentan con algunas prebendas como, por ejemplo, cuando se les otorgó una estabilidad fiscal por treinta años, están exentas del pago de gran parte de los impuestos, incluidos el del cheque y el gasoil. También pueden importar sin carga fiscal todos sus equipos e insumos. Pagan un 3 por ciento en concepto de regalías en base a una declaración jurada, sin ningún control. Corresponde aclarar que de esas regalías pueden descontar gastos de extracción, de molienda, y fletes y seguros hasta los puertos de exportación. Como si esto fuera poco, las exportaciones, según una declaración jurada sin ningún control, permitieron un gigantesco defalco a la Nación argentina y a las provincias.
En 2012, en la minera Bajo de la Alumbrera, hubo dos geólogos de la universidad de Tucumán –Miguel Gianfrancisco y Guillermo Vergara- que presentaron una denuncia sobre la estafa al país y al pueblo argentino en la composición de los metales exportados.
Minera Bajo de la Alumbrera declara bajo juramento que exporta tres metales: oro, cobre y molibdeno. Además, exporta sin declarar cromo, titanio, circonio, cerio, cobalto, cesio, hafnio, lantano, lutecio, uranio, terbio, tungsteno y otros más. Esto significa que con los cálculos de los investigadores se ha producido una estafa de 4.000 millones de dólares anuales al pueblo argentino. Se trata del contrabando anual de minera Bajo de la Alumbrera.
Ahora bien, consideramos que la Barrick Gold no es mucho más honesta. Esto sucede con las demás mineras que están en los 600 emprendimientos de la Cordillera. A esto debemos agregar el carácter depredador de la minería, que todos saben ha sido prohibida por el Parlamento Europeo por considerar que tiene consecuencias catastróficas e irreversibles.
Así como condenamos la represión que ocurrió en Jujuy contra las mujeres, acá se ha silenciado la que se produjo con chicos y mujeres en Jáchal, quienes protestaban contra la contaminación y la impunidad de la Barrick Gold.
El gobierno de San Juan y la Barrick Gold niegan que exista contaminación, mientras la Universidad Nacional de Mendoza está denunciando los niveles inaceptables de cianuro. Es más, hay chicos con detección de plomo y mercurio en sangre. Piensen en el futuro de esas criaturas.
Cuidado porque acá se habla de seguridad jurídica en nombre de la República, pero permitir la continuidad de las mineras en la Argentina hace más bien referencia a un sometimiento colonial y al saqueo de una “republiqueta bananera”.
Saquen cuentas: se ha estafado en 120.000 millones de dólares a la Argentina, con las mineras. A ellas se les quitan las retenciones en base a la seguridad jurídica.
Si bien existe un beneficio para los trabajadores, creo que hay una extorsión y ciertas condiciones para las mineras. Por ello, adelanto mi abstención en la votación.


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.


SR. PLAINI, FRANCISCO OMAR (BUENOS AIRES): Señor presidente: las contundentes cifras que dio la diputada preopinante no hacen más que reafirmar el concepto de aquellos que, además de revestir la condición de diputados, provenimos de la dirigencia sindical y tenemos responsabilidades en este aspecto, tanto en la central como en nuestras propias organizaciones de base.
Considero injusto que se siga gravando con un impuesto -cualquiera sea su denominación- el salario que se obtiene con el trabajo. Desde el sector sindical seguiremos defendiendo que el salario no es una ganancia y que tampoco puede ser gravado como ingreso.
Entiendo que hemos dado un paso, ya que no cabe duda de que, frente a los números que presentaba recién la diputada Argumedo, hay sectores de nuestro país que tienen gran capacidad contributiva y que hoy no están siendo gravados. Es injusto entonces que los trabajadores tengamos que pagar impuesto a las ganancias, y ni qué hablar de aquellos 4.900.000 trabajadores registrados que ni siquiera tienen un salario digno como el de aquellos que tributan el impuesto.
Es por eso que planteamos que solamente estamos dando un paso, y seguiremos bregando para que el presidente de la Nación respete el compromiso asumido durante la campaña.
En este sentido, recuerdo que el Congreso ha sancionado una ley para que en cada elección presidencial se lleve a cabo un debate obligatorio entre los distintos candidatos. ¿De qué sirve una ley de este tipo si luego los candidatos no cumplen con su palabra cuando asumen el Poder Ejecutivo nacional? Cuando se pierde el valor de la palabra, la política empieza a perder credibilidad.
Lamentamos que algunos gobernadores, sobre todo los que se dicen peronistas, no hayan sabido interpretar esto y se hayan limitado a cuidar mezquinamente sus intereses, sin atender los de la mayoría, es decir, los de los trabajadores. Para nosotros el peronismo es una estrategia de poder de la clase trabajadora, y esos gobernadores que hablan en nombre de los trabajadores tendrían que haberlo entendido.
El gobierno nacional debe saber interpretar el error que ha cometido.
Por razones de salud, no pude asistir a las últimas sesiones, pero si lo hubiera hecho, habría apoyado el proyecto de la oposición que finalmente fue sancionado. Considero que ese era un mejor proyecto que el que tenemos en consideración y que ahora estamos solamente ante el mejor proyecto posible. Esto es así porque al menos quisimos lograr que miles de trabajadores dejaran de pagar este impuesto.
Por las razones expuestas, obviamente votaré a favor del proyecto en consideración, pero solamente como un paso, ya que seguiremos bregando para que el salario no sea considerado como ganancia.


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Tiene la palabra el señor diputado por Chubut.


SR. TABOADA, JORGE (CHUBUT): Señor presidente: no podemos referirnos a este impuesto sin al menos hacer un poco de historia respecto de los trabajadores que prestamos servicios en la Patagonia.
Allá por el año 2007, en el recibo de sueldo de los trabajadores se empieza a notar un nuevo descuento que se denominaba “Impuesto a las ganancias de cuarta categoría”. Frente a esa situación, vinimos a formular la denuncia correspondiente en el seno de la CGT, porque inocentemente pensábamos que, mediante ese descuento, el gobierno nacional pretendía quedarse con el medio aguinaldo de los trabajadores. Sin embargo, nos equivocamos de punta a punta, ya que la realidad indica que, al día de la fecha, mediante este impuesto el Estado nacional se queda con dos o tres sueldos de los trabajadores por año.
Se hicieron entonces los reclamos y peticiones correspondientes, pero nunca fuimos escuchados. De hecho, la anterior conducción de la Confederación General del Trabajo dispuso cinco paros nacionales e innumerables cantidad de marchas, actos y petitorios a efectos de que este impuesto distorsivo sobre el trabajo se eliminara.
En ese momento, los que hoy no están y que antes estaban de este lado, que eran los responsables de dar una solución a este problema, no lo hicieron y cada vez que había que discutir el tema del impuesto a las ganancias en este recinto se escondían debajo de las butacas o salían corriendo porque recibían un llamado de la Casa Rosada. Por otro lado, los que hoy sostienen que no pueden deshacerse de esta caja, que ocupan el lugar del oficialismo, perdieron hasta la dignidad por salir en la foto de los actos que hacía el compañero Hugo Moyano en ese momento.
Repito: hubo cinco paros nacionales e innumerables marchas y actos para derogar y terminar con el impuesto al trabajo. Hoy, con el proyecto de ley que sancionó esta Cámara y que envió el Senado, se mezclaron todos los tantos y los que antes eran oficialistas o defensores de la eliminación de este impuesto, hoy lo quieren imponer utilizando los mismos argumentos que el ex ministro que hoy se embandera como defensor de los trabajadores.
Las modificaciones introducidas por el Senado, resultado de un trabajo muy bien hecho por el gobierno nacional alineando a los gobernadores a través de la chequera, constituyen un proyecto absolutamente deshilachado, cuya redacción a mi entender es malintencionada. La iniciativa que hoy estamos considerando habla de horas extra, como las de los días sábados, domingos y feriados, pero no las incluye al ciento por ciento, sino solo una parte, siendo menor el dinero que podrá deducir el trabajador.
El proyecto también habla de los viáticos, pero no elimina todos los viáticos, sino que solo es una parte lo que puede deducirse. Para aquellos que no lo saben, los trabajadores del transporte de larga distancia reciben viáticos que representan el dinero que se les da a los choferes de camiones para que coman cuando andan fuera de su residencia habitual.
Lo mismo sucede con el aguinaldo, que no queda exceptuado, ya que el trabajador tiene que pagar más durante los doce meses del año prorrateándose el dinero que debería pagar y que termina pagando en esos meses. O sea que estamos exactamente en lo mismo.
Todo lo que ha pasado esta última semana por el tema del impuesto a las ganancias ha dejado al desnudo quién es quién en la política argentina. Lo que tenemos que dejar en claro es que de esa fabulosa cifra que ponen los trabajadores en concepto de impuesto a las ganancias, ni el gobierno anterior ni este se quieren deshacer, con el argumento de que si lo hacen van a desfinanciar al Estado, a las provincias y demás. Lo cierto es que esa recaudación y ese dinero son ilegítimos y nunca debió haber sucedido que un trabajador pagara por trabajar.
No obstante lo expuesto, vamos a acompañar este proyecto porque entendemos que es una mejora, muy pequeña, pero mejora al fin. Como decía anteriormente un diputado de origen gremial, la lucha va a continuar y nosotros vamos a seguir sosteniendo que el salario no es ganancia.
Asimismo, hacemos propias las palabras de otro señor diputado que me antecedió en el uso de la palabra, en el sentido de que hoy son los trabajadores los que llevan la carga impositiva para sostener al Estado. Tenemos la obligación de realizar, en algún momento, un debate profundo sobre la carga tributaria. De esta manera, dejamos de poner sobre las espaldas no solo de “doña Rosa” sino también de “Juan Pueblo” y, como decía Tato Bores, de “José Fratacho” y de “José Volante”, la carga de sostener el Estado. Esto no puede seguir así por mucho tiempo. (Aplausos en las bancas.)


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Tiene la palabra el último orador…


SR. GIORDANO, JUAN CARLOS (BUENOS AIRES): Pido la palabra.


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) La Presidencia explica al señor diputado Giordano, que es nuevo, que hay una lista de oradores en la que debe anotarse para hacer uso de la palabra.
Tiene la palabra el señor diputado por Salta.


SR. OLMEDO, ALFREDO HORACIO (SALTA): Señor presidente: considero crucial el tema que hoy estamos tratando; me hubiese encantado que el recinto estuviera completo, pero falta la mitad de los diputados. (Aplausos en las bancas.) ¿Qué pasa? ¿No defienden a los trabajadores? Hace unas semanas se trató el proyecto de algunos de ellos y ahora no están. ¿Se encapricharon y se fueron? (Aplausos en las bancas.) Esto no es un juego. Este es el Congreso de la Nación, donde se discuten las leyes que la gente pide.
Sin embargo, señor presidente, no se quede tan tranquilo porque tengo una de cal y una de arena. En Salta, el 2 por ciento de su población paga impuesto a las ganancias, lo demás es pérdida; es decir que estamos tratando el problema del 2 por ciento de los salteños. Quizás en Buenos Aires muchos pagan ese impuesto. Es curioso, el Congreso mira hacia el puerto cuando tendría que mirar hacia la Argentina profunda. ¿Saben dónde está mi provincia? Al fondo, a la derecha. Espero que esto cambie.
Con todo respeto digo a los diputados que estamos considerando el proyecto de ley por el que se modifica el impuesto a las ganancias de los trabajadores, muy bien implementado por la oposición, por quienes presentaron distintos proyectos que fueron consensuados, pero no estamos tratando el problema de los laburantes, que ni soñando llegan a pagar ganancias; es más, ni siquiera llegan a fin de mes. Entonces, espero que el año próximo solucionemos el problema de los que trabajan, de los que le ponen el hombro al país.
Se envían las ganancias y las riquezas a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero muchas veces son mal distribuidas o quedan dando vueltas en algún bolso, como sucedió durante el gobierno pasado. Curiosamente, hoy nos enteramos de que una empresa internacional dio nombres y apellidos de las personas a las que les llenaron los bolsos. Espero que la Justicia actúe y sea clara con quienes llenaron los bolsos con esa plata, no sé si sucia o limpia, con la “burocoima”. Acá se paga “burocoima”, y esto tiene que terminar en nuestra Argentina.
Celebro que estemos tratando el proyecto de ley sobre modificación del impuesto a las ganancias, pero quiero agregar dos cuestiones. Hablamos de dinero; sin embargo, nos olvidamos de los pobres jubilados que no tienen medicamentos. ¿Qué solución les vamos a dar? Hoy, más de un jubilado se debe estar muriendo porque PAMI no le entrega los medicamentos. Espero que tratemos esta cuestión en forma urgente o que el presidente de la Nación la resuelva por decreto.
Con todo respeto, quiero aclarar que al presidente Macri le pedí que enviara un proyecto de ley de emergencia sobre adicciones. Después, se lo solicitó la Iglesia y firmó el decreto. Me hubiera encantado que lo hiciera el Congreso de la Nación porque así se respetan las instituciones. No tenga duda, señor presidente, que yo lo apoyaré porque sé lo que está pasando con las adicciones en mi provincia y en el resto de nuestro país.
Hace unos días me encontré con el encargado de un barrio de trescientas viviendas y me comentó que en noventa y siete de ellas se vende droga. Esto significa que se vende droga en el 33 por ciento de las casas. Esto sucede en Salta y en la Argentina; es nuestra realidad. ¿Por qué no declaran la guerra al narcotráfico? ¿Por qué no declaran la emergencia en esa materia?
Ayer, los narcos le robaron la camioneta al juez Federal de Orán dentro del Juzgado, delante de la guardia. Tenga cuidado, señor presidente, porque quizás le pueden robar el auto cuando está en el recinto. El narcotráfico está manejando el país. ¿Hasta dónde quieren llegar? Falta que roben el helicóptero. El “narco-Estado” en la provincia de Salta –lo digo claramente- muchas veces ya está sustituyendo al Estado. ¡Ojo con lo que está pasando! La camioneta desapareció ayer y apareció hoy, como para decir “acá mandamos nosotros”. ¿Cuándo vamos a tratar este tema, señor presidente? Espero que ello sea lo antes posible.
Me enteré de que se ha prorrogado el período de sesiones extraordinarias hasta el 2 de enero. Como yo laburo, si usted quiere, no tengo problemas en venir ese día, señor presidente; incluso, puedo venir con una pala; acá me tendrá presente, si quiere.
Me quedan treinta segundos. Con todo respeto, pido simplemente treinta segundos de silencio por las leyes importantes que no tratamos este año. (Aplausos en las bancas.)


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.


SR. GIORDANO, JUAN CARLOS (BUENOS AIRES): Señor presidente: quiero sumar el voto en contra de esta iniciativa de la bancada del Frente de Izquierda. Evidentemente, se trata de un proyecto que deviene de un pacto celebrado entre el gobierno nacional de Macri con la CGT, el Frente Renovador, el Frente para la Victoria y los gobernadores, que consolida el robo salarial a un millón y medio de trabajadores, jubilados y monotributistas.
Cuando se trató en el Senado hubo festejos de la UIA y de los bancos de inversión por la racionalidad de este consenso. El dato de que dejarían de pagar cuatrocientos mil trabajadores no es cierto, porque cuando reciban el primer aumento, en 2017 volverán a tributar.
Estamos a favor del único proyecto que se hizo valer en la Cámara de Diputados: el del Frente de Izquierda, para que ningún trabajador bajo convenio pague impuesto a las ganancias. Los que hacen ganancias y se las llevan en pala son los bancos, las megamineras, los usureros internacionales, las multinacionales; y los que pierden siempre son los trabajadores. ¿Cómo va a pagar impuesto a las ganancias un maestro que hace doble turno, un médico que trabaja todos los días en el hospital público o un trabajador de la industria que gana poco más de lo que cuesta la canasta familiar? Es siniestro que se quiera cambiar el nombre por “impuesto a los altos ingresos”, porque en pleno siglo XXI todo el mundo sabe que el salario no es ganancia.
Para justificar esta medida, muchos han hecho referencia a los paros generales. Efectivamente, la izquierda y el sindicalismo combativo apoyaron los paros generales del gobierno anterior. Debemos recordar que hay trabajadores petroleros de Las Heras que tienen cadena perpetua por haber luchado, con la realización de asambleas, contra el impuesto a las ganancias. Según el diario La Nación, hay un 81 por ciento de la población –la mayoría de los trabajadores- que considera que el salario no es ganancia, por lo que no deberían pagar dicho impuesto.
Otra mentira absoluta es que se esté haciendo el máximo esfuerzo posible. Los 35.000 millones de pesos que insumiría, entre comillas, este proyecto nada tienen que ver con los 150.000 millones de pesos que se pagaron a principio de año a los fondos buitre, con el acompañamiento del Frente Renovador, el Frente para la Victoria, los senadores e incluso los gobernadores, entre ellos, los del kirchnerismo duro, como Alicia Kirchner. Esto significa que se priorizan los pagos de la deuda externa y supuestamente no queda plata para eliminar el impuesto a los salarios de los trabajadores.
En el presupuesto de 2017 se dispone de 6.000 millones de dólares para pagar los intereses de la deuda externa. Se sigue priorizando a los usureros internacionales y, evidentemente, el salario de los trabajadores queda en la lona.
Lo que ocurrió con la megaminería es todo un síntoma. No haber restablecido el impuesto a esa actividad es dejar que la Barrick Gold no solo no tribute más impuestos sino que siga sacando. En este contexto resulta una vergüenza que hace una semana hayan llevado presos a madres y niños por luchar contra esas empresas.
Aquí se ha hablado mucho del diálogo y el consenso, pero en mi opinión la CGT prácticamente se ha convertido en la vocera de este proyecto. Lamentablemente, la central de los trabajadores ha firmado una tregua con el gobierno, lo que permitió que en el curso de este año el robo sobre el salario fuese colosal. Esto se suma al robo del 10 o 12 por ciento que sufrieron los trabajadores como consecuencia de los aumentos establecidos en las paritarias. Digo esto porque en promedio cada trabajador perdió aproximadamente 15.000 pesos. Además, la CGT no brindó su apoyo a las rebeliones que en el primer semestre de este año se dieron en Tierra del Fuego, Santa Cruz y Santiago del Estero, y el 29 de abril organizó una marcha contra nadie y lanzó un paro sin fecha. ¡Fue algo realmente inédito! Es más, el paro que esta semana dispusieron los gremios del transporte estuvo al servicio de una negociación con el gobierno para seguir robando a un millón y medio de trabajadores.
La escena es muy clara: está el proyecto de Macri, el de la oposición, los impostores, el gobierno del ajuste y sushi de por medio sale esta propuesta que la quieren vender como un proyecto que está al servicio de los trabajadores. ¡Esto es una mentira!
Por estas razones adelantamos nuestro voto negativo. Sostenemos que ningún trabajador debe pagar ganancias; que el impuesto lo paguen los ricos, los grandes empresarios y las multinacionales. Es más, creo que se tendría que convocar a un paro nacional por un aumento inmediato de emergencia para todos los trabajadores. Para un jubilado que cobra 6.000 pesos un bono de 1.000 pesos es una vergüenza. En lugar de destinar los recursos del Estado al pago de la deuda externa habría que fomentar programas que se traduzcan en más trabajo, educación y viviendas, que es lo que hace falta en nuestro país.
Por lo tanto, reitero que nuestro voto será por la negativa y que nuestra posición contraria a la sanción de este proyecto no guarda relación con ninguna otra similar que se haya adelantado en esta sesión, porque nuestros fundamentos son totalmente contrarios. Tanto es así que el único proyecto que establece con claridad que los trabajadores no deben pagar impuesto a las ganancias es el que presentó el Frente de Izquierda.


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Tiene la palabra el señor diputado por San Juan.


SR. GIOJA, JOSE LUIS (SAN JUAN): Señor presidente: pareciera que siempre me toca bailar con la más difícil, pero quienes estamos en estado físico para hacerlo, debemos bailar.
No debe llamar la atención que los cuatro diputados del Frente para la Victoria por la provincia de San Juan estemos presentes; estamos aquí para hacer unas breves reflexiones.
Lamento la difícil situación en la que hoy me encuentro, porque todo esto se hubiese solucionado si el diálogo que se abrió a último momento se hubiese iniciado cuando se presentó el proyecto de modificación del impuesto a las ganancias o cuando se trató el presupuesto para el año próximo, tal como se había acordado en su oportunidad. Si hubiésemos procedido de esa manera nos habríamos ahorrado un montón de palabras, mucha tinta de diarios y muchos minutos de televisión. Lamentablemente, eso no ocurrió y nos dejó una enseñanza: no se gobierna con el látigo ni creyendo que somos los dueños absolutos de la verdad.
Por suerte, aparecieron como interlocutores sectores interesados que también hicieron un esfuerzo en pos de lograr un acuerdo. El hecho de que quienes participaron del diálogo –me refiero a los compañeros del campo popular, que por más que alguno se enoje fueron representados por la CGT, y a los gobernadores- hayan podido llegar a un acuerdo, no significa que estén todos felices por lo que establece esta propuesta. Considero que esta no es la mejor iniciativa; es más, creo que deja mucho que desear. Pero sin duda hoy se va a sancionar un proyecto de modificación del impuesto a las ganancias porque en su momento la oposición logró imponer un dictamen que luego pasó a la Cámara de Senadores. Quiero reivindicar la tarea de todos los que estuvieron sentados en estas bancas y ahora no están presentes, a quienes reconozco la tarea que han llevado a cabo.
Los técnicos del gobierno de la provincia de San Juan dicen que lo que vamos a votar hoy es mejor que el mezquino proyecto que envió el Poder Ejecutivo originalmente. No soy técnico en la materia, pero todavía tengo olfato político, aunque padezca de algunos achaques. Por sobre todas las cosas, reivindico permanentemente la escala de valores a la que se refiere la octava verdad peronista: “Primero, la patria; después, el movimiento, y luego, los hombres”. Por eso, estamos sentados en nuestras bancas y venimos a dar la cara para decir bien fuertemente en este recinto que si se grava alguna actividad, no se lo haga únicamente con la que ha hecho posible que mi provincia creciera; es decir que también deberá gravarse la Pampa Húmeda y el complejo agroindustrial. Lo que se aprobó en este recinto –nosotros no coincidimos fue el gravamen que se impondría nuevamente a la actividad productiva minera.
A pesar de que considero que le falta muchísimo a lo que hoy se va a aprobar, no me siento el dueño de la verdad y respeto a todos los compañeros que han decidido no estar en este momento en el recinto. No voy a aceptar ningún mote; actúo en función de los intereses del pueblo de San Juan, representado por los legisladores Tovares, Caselles, Castro y quien habla, que somos parte de un frente político que gobierna nuestra provincia. En nombre de ese frente político y del pueblo de San Juan, que es el que me ha elegido y me ha dado mandato, estoy sentado en este recinto para votar. (Aplausos en las bancas.)


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Se va a votar nominalmente el dictamen de mayoría de la Comisión de Presupuesto y Hacienda por el que se aceptan las enmiendas introducidas por el Honorable Senado en el proyecto de ley que le fuera pasado en revisión, sobre modificación de la Ley de Impuesto a las Ganancias. (Orden del Día N° 1259).


- Se practica la votación nominal.2016/134EE02_03_R24.pdf

- Conforme al tablero electrónico, sobre 175 señores diputados presentes, 166 han votado por la afirmativa y 5 por la negativa, registrándose además 3 abstenciones.

SR.(SECRETARIO (INCHAUSTI)) Votaron afirmativamente 166 señores diputados, y en forma negativa, 5, habiéndose registrado además 3 abstenciones. (Aplausos en las bancas.)


SR. RAFFO, JULIO (CIUDAD DE BUENOS AIRES): Señor presidente: quiero dejar constancia de mi voto por la afirmativa.


SR. PRESIDENTE(MONZÓ) Así se hará, señor diputado.
Habiendo sido aceptadas las enmiendas introducidas por el Honorable Senado, queda definitivamente sancionado el proyecto de ley.
Se comunicará al Poder Ejecutivo y se dará aviso al Honorable Senado.



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