Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo Nacional, a través del ANSES y de las áreas respectivas, tenga a bien disponer la realización de un relevamiento de los beneficiarios del “Plan de Vivienda Pro.Cre.Ar Bicentenario”, a los fines de conocer el estado de avance en el que se encuentran las obras y las dificultades evidenciadas con motivo de la variación de costos de construcción. Asimismo, se solicita tenga a bien arbitrar los medios necesarios para instrumentar el otorgamiento de créditos complementarios u otro medio idóneo, para las familias beneficiarias que se hubieren visto imposibilitadas de concluir sus viviendas.

Señor presidente:

El acceso universal a la vivienda digna se puede mencionar como uno de los grandes desafíos ante los que se enfrenta el sistema de políticas públicas argentino. Reconocido como un derecho humano y con rango constitucional (Art.14 bis y 75 Inc.18, 19 y 22), el mismo se materializa en deberes por parte de las agencias estatales con el objeto de garantizar el uso y goce, pero además exige la asunción de responsabilidades a los fines de planificar y ejecutar políticas de acceso y dignidad habitacional. Aquí, el sistema de prioridades, se debe para con los grupos sociales en mayor situación de vulnerabilidad, debe corresponder a criterios de tipo objetivo y propender a la satisfacción de las necesidades humanas esenciales.

Es por esto, que desde el regreso de la Democracia, en nuestro país han existido múltiples iniciativas, llevadas a cabo desde los diferentes niveles federales, a los fines de transformar o paliar el déficit habitacional social imperante.

En esta línea, se inscribe el Programa de Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar (Pro.Cre.Ar), puesto en marcha hace exactamente cuatro años. Propuesto como un plan masivo de financiación para la edificación de viviendas, por medio de su instrumentación coordinada con el Banco Hipotecario Nacional, se aspiraba a disminuir y unificar los costos de construcción para alcanzar la meta de 400.000 viviendas nuevas en todo el país.

Sin embargo, por defectos en el cálculo de costos de construcción y por falta de previsión respecto a variables económicas, las metas originalmente propuestas no se pudieron alcanzar, y hoy en día se torna necesario que desde las áreas gubernamentales se reafirme el compromiso de dar respuesta a las dificultades que encuentra la ciudadanía para ver hecho realidad el sueño de la casa propia.

La falta de previsión del Programa en cuanto a los mecanismos de actualización de los montos otorgados, derivados del aumento de precios de materiales y mano de obra de la construcción, tornó insuficiente el crédito previsto originariamente. Tal es así que sólo en 2015 se calcula, de acuerdo al índice de la Construcción, que el aumento de precios rondó el 40%.

De esta las familias se encuentran en situación de desamparo, pues en algunos casos no han podido acceder a los subsiguientes desembolsos por no haber podido concluir las primeras etapas, mientras que en otros, debieron mudarse a viviendas sin terminar pues no puede hacer frente a los costos que irroga los detalles de terminación (aberturas, cerámicos, entre otras). Finalmente, también apremia a las familias, el verse compelidas a pagar el crédito cuando aún no han podido finalizar la vivienda y habitarla, con el consecuente doble impacto en sus ingresos.

Por lo dicho, se torna necesario arbitrar medidas para que por medio de un análisis minucioso, permita contar con información precisa del estado de desarrollo en el que se encuentran las viviendas de los beneficiarios, a los fines de complementar los créditos existentes y de esta forma abonar a que muchas familias puedan habitar dignamente las viviendas en cuestión.

Es por todo lo antes expuesto, que solicitamos a esta Honorable Cámara la aprobación de este proyecto, que mejorará la calidad de vida de miles de ciudadanos argentinos.