DIA DE LA RESISTENCIA INDIGENA

ARTÍCULO 1.- Derógase el Decreto 7112/1.917 que declara el día 12 de octubre como "Fiesta Nacional".

ARTÍCULO 2.- Declárase feriado nacional el 12 de octubre en conmemoración del "Día de la Resistencia Indígena y de la Dignidad de los Pueblos Originarios".

ARTÍCULO 3.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Señor presidente:

El Decreto 7.112 dictado el 4 de octubre del año 1917, declara el día 12 de octubre como "Fiesta Nacional", y si bien no se refiere en ninguno de sus apartados al "Día de la Raza", así fue como se lo conoció después, dado que la opinión pública lo asoció a esa idea porque de esa manera se lo festejaba en España. (Al cumplirse el cuarto centenario del descubrimiento, en 1892, la reina de España, Doña María Cristina de Habsburgo firmó un real decreto en el que se expresaba el propósito de instituir como fiesta nacional el aniversario del día en que Colón había llegado a América.).

La decisión tomada por el gobierno de Yrigoyen, de promulgar dicho decreto se basó en la solicitud realizada, en primer lugar, por la Asociación Patriótica Española junto a otras instituciones tanto hispanas como argentinas.

Entre sus considerandos, el decreto sostiene que el descubrimiento fue el acontecimiento de mayor trascendencia de la humanidad, que dicho "prodigio" se consolidó con la conquista, empresa ardua y ciclópea que "obró el milagro" de civilizar una inmensa heredad. Que el milagro al que se refiere sólo fue posible por el aporte de la sangre de los guerreros, el denuedo de los exploradores, la fe de los sacerdotes, el preceptismo de los sabios y la laboriosidad de sus artesanos.

Texto del Decreto de Yrigoyen:

"1º. El descubrimiento de América es el acontecimiento más trascendental que haya realizado la humanidad a través de los tiempos, pues todas las renovaciones posteriores derivan de este asombroso suceso, que a la par que amplió los límites de la tierra, abrió insospechados horizontes al espíritu.

"2º. Que se debió al genio hispano intensificado con la visión suprema de Colón, efemérides tan portentosa, que no queda suscrita al prodigio del descubrimiento, sino que se consolida con la conquista, empresa ésta tan ardua que no tiene término posible de comparación en los anales de todos los pueblos.

"3º. Que la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático el magnífico valor de sus guerreros, el ardor de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, la labor de sus menestrales, y derramó sus virtudes sobre la inmensa heredad que integra la nación americana.

"Por tanto, siendo eminentemente justo consagrar la festividad de la fecha en homenaje a España, progenitora de las naciones a las cuales ha dado con la levadura de su sangre y la armonía de su lengua una herencia inmortal, debemos afirmar y sancionar el jubiloso reconocimiento, y el poder ejecutivo de la nación:

"Artículo primero: Se declara Fiesta Nacional el 12 de octubre.

"Artículo segundo: Comuníquese, publíquese, dése al Registro Nacional y se archive".

En España, el rey Alfonso XIII estableció esta fecha como "Fiesta de la Raza" y "Fiesta Nacional" para todas las ciudades españolas. Más tarde, un decreto de la Presidencia del Gobierno de España del 9 de enero de 1958, decide:

"Dada la enorme trascendencia que el 12 de octubre significa para España y todos los pueblos de América Hispana, el 12 de octubre será fiesta nacional, bajo el nombre de 'Día de la Hispanidad'."

Analizando el contexto histórico y cultural en el que dicha norma fue promulgada y citando a Dora Bordegaray, podríamos decir que la misma responde a la concepción en la que Europa era el modelo de desarrollo al que había que integrarse e imitar, mientras que América era vista como vacía, sin pueblos de los que valiera la pena hacer mención. Era una época en la que la sociedad estaba influenciada por ideas racistas y la "cuestión aborigen" era percibida (tanto en nuestro país como en el mundo occidental) como un problema o, en el mejor de los casos, como una etapa primitiva que debía superarse en el camino de la civilización." (La fiesta nacional del 12 de Octubre de Dora Bordegaray, extracto publicado en www.ctera.org.ar )

Desde aquel 4 de octubre de 1917 han pasado casi noventa años. Hoy reconocemos y expresamos lo que en aquel momento pretendió ocultarse, que el 12 de Octubre de 1492 fue el comienzo del genocidio más grande cometido contra la humanidad, con más de 90 millones de muertos en todo el continente.

Los españoles impusieron una organización social y política de estructura "vertical y autoritaria, donde la conversión impuesta fue condición de sobrevivencia y el estatus social, jurídico y real de los indígenas, muy lejos de las recomendaciones de la Leyes de Indias ejecutadas a su arbitrio por los conquistadores, fue el de verdaderos rehenes, esclavos sometidos a las mitas, encomiendas o yanaconazgos que desde las minas o los campos los exterminaban sometiéndolos sin piedad a las ambiciones sin medida de la conquista depredadora". Son incontables los testimonios de hombres y mujeres, religiosos y laicos, historiadores o simples testigos de ayer y de hoy. Revisionistas, tradicionalistas, o sencillamente historiadores veraces relatan de mil formas las terribles injusticias, las violencias de toda laya y las históricas rebeliones apagadas en sangre como la de Tupac Amarú y su pueblo. Niños, mujeres y ancianos torturados, asesinados y exhibidos para mayor escarmiento de la población. También podemos encontrar documentos indígenas de numerosas comunidades en los cuales se relata, junto a los indicadores de conocimiento, ciencia, desarrollo social, cultural, arquitectónico, político y organizativo de los pueblos muy mal llamados "primitivos" cuando se organizaban en sociedades de varios cientos de miles de habitantes con acueductos, silos, sistemas de redistribución alimentaria que evitaron sistemáticamente las hambrunas que causaban estragos en la Europa "civilizada" que, sin ninguna duda les llevaba grandiosas ventajas en el armamento y la preparación para la guerra, más específicamente en el uso de la pólvora y las armas con las que sometieron y esclavizaron a los habitantes de estas tierras.

¿No sorprende hoy, después de 500 años de dominación, que los descendientes de aquellos pueblos mantengan su lengua, su cosmovisión, su cultura? Hay que comprender que si hubieran sido pueblos atrasados la nueva cultura hubiera hecho desaparecer rápidamente las culturas anteriores como lo demuestran otros múltiples procesos de conquista y dominación.

Hay una enrome bibliografía alrededor de los temas aquí planteados no solo en diversos documentos de las propias comunidades sino en todos los autores e historiadores, poetas, juristas, políticos y pensadores de América y del mundo que nos permiten conocer sin la mentida fábula tradicional, buena parte de lo sucedido y rescatar y honrar nuestros verdaderos orígenes sin desmedro alguno por nuestra actual condición cultural devenida de la evolución, la mezcla y la transformación cultural operada en nuestro país a partir de los procesos revolucionarios que originaron nuestra propia historia y nos fuerzan a reconocernos como un Estado multicultural, multilingue y con distintas cosmovisiones que han sido felizmente capaces de convivir en un presente sin violencias estridentes.

La colonización de América truncó la posibilidad de evolución de las culturas que habitaban estas tierras, imponiéndoles un modelo social político, cultural y económico basado en principios y valores que les eran totalmente ajenos. El año 1492 representa la ruptura de un proceso histórico, desconocido para Europa y la imposición durante cientos de años de un nuevo proceso civilizatorio sostenido en el trabajo y la explotación de los invadidos, legitimado por las leyes de "occidente" y las Bulas Papales, un impacto de dimensiones todavía vigentes que se constituye el momento más impactante en la historia de lo que luego sería América Latina.

En boca de Eduardo Galeano en "Úselo y tírelo": "El 12 de octubre de 1492 había nacido esta realidad que hoy vivimos a escala universal: un orden natural enemigo de la naturaleza y una sociedad humana que llama "humanidad" a la quinta parte de la humanidad. "

Ese día es vivido como el último día de libertad por todos los pueblos indígenas argentinos y de América. Todos los 12 de octubre las distintas comunidades reclaman el respeto por sus derechos y piden que se derogue el Decreto 7.112. Con respecto a este sostienen que "no se corresponde con el verdadero sentido de la historia y lo consideran discriminatorio pues privilegia una raza, la hispana, sobre la única existente la humana."

¿Por qué mantener vigente un decreto con semejante significado? ¿ Porqué festejar el exterminio, el despojo y la explotación?

Este proyecto propone derogar el festejo del Día de La Raza e instituir, en su lugar, el "Día de la Resistencia Indígena y de la Dignidad de los Pueblos Originarios".

Consideramos que es hora de escuchar los reclamos de las comunidades originarias, de sincerar la historia y reconocer la lucha de millones de héroes y mártires que murieron defendiendo su tierra y su identidad como Chumay; Chalemín; Viltipoco; Kalfucura; Aracané; Cacique Com Moreno; Tupac Katari; Tomás Katari; Tupac Amaru; y tantos otros.

Se tiene como antecedente el reconocimiento efectuado por la República Bolivariana de Venezuela, en el año 2002. Mediante un Decreto cambió el denominado "Día de la Raza" por el de "Día de la Resistencia Indígena" como homenaje a 500 años de Resistencia a la dominación cultural y al sometimiento padecido por los pueblos indígenas. El nuevo día de la resistencia indígena reconoce el avasallamiento y la injusticia a que fueron sometidos y rescata conmemorando la resistencia de los nativos americanos a la crueldad y desconocimiento practicado por muchos conquistadores. El Presidente Hugo Chaves firmó el Decreto y la Asamblea Nacional lo sancionó, estableciendo además el día 9 de agosto como: "Día Internacional de las Poblaciones Indígenas".

A pesar de todos los embates, crueldades y discriminaciones de los que fueron y son sometidos, los pueblos indígenas han subsistido física y culturalmente manteniendo su dignidad y su identidad fuertemente vinculada a la naturaleza y sostenida en una cosmovisión tolerante, humanitaria, plural, fraterna y cooperativa de la que todavía todos tenemos mucho que aprender.

Por todo lo expuesto solicito de los Res/Sras. Diputados/as apoyen con su voto positivo esta iniciativa.