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Comisión Permanente

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Reunión del día 11/05/2016

- VISITA DEL GEÓLOGO RICARDO MARTÍNEZ,PRESIDENTE DEL CONSEJO FEDERAL INDUSTRIAL MINERO. DESCRIPCIÓN DE LA ACTIVIDAD MINERA EN EL TERRITORIO NACIONAL.

Aquí comienza la desgrabación de la reunión de la Comisión de Minería realizada el 11 de mayo de 2016:
SR. PRESIDENTE CÁCERES Buenos días a todos; vamos a dar comienzo a la reunión de la comisión prevista.

La idea de convocarnos surge del pedido de muchos señores diputados para estar actualizados con la temática minera. También queremos escuchar las distintas inquietudes, y todo diputado que proponga invitar a alguna persona que pueda nutrirnos de cualquier perspectiva de la actividad, va a ser muy bienvenido.

En esta ocasión vamos a dar la palabra a un geólogo muy importante; un geólogo sanjuanino que se ha destacado en su materia, es graduado en la Universidad Nacional de San Juan y tiene una maestría en la Universidad de Akron, Ohio, Estados Unidos. Fue geólogo para el gobierno de San Juan en la Dirección de Minería, luego en el IPEM que es el Instituto Provincial de Exploraciones y Explotaciones Mineras en San Juan; desarrolló exploraciones geológicas y mineras en toda la República Argentina y en varios países de América y de Asia; ha encabezado el equipo de campo que descubrió el yacimiento de oro de Veladero, provincia de San Juan, allá por 1999. Luego lideró la etapa de estudio de factibilidad final de ese proyecto y gerenció la empresa Promin S.A., que lideró esos descubrimientos. Después ha estado en otros descubrimientos como José María, Vicuña y Los Helados, en Chile.

Tiene un vasto currículum, pero lo principal es que es considerado como una de las personas que más entiende la minería en todos sus aspectos, sea económico, ambiental o impositivo. Así que aprovechemos, los diputados, para sacarnos las dudas y preguntarle sobre cualquier aspecto de la actividad minera.

En la Cámara Argentina de Empresarios Mineros ayer se hizo un anuncio muy importante, en el que Ricardo Martínez estuvo presente. Ayer fue un día importante porque se creó el Consejo Federal Industrial Minero, en el cual eligieron por unanimidad a Ricardo Martínez como presidente.

Tiene la palabra el señor Martínez.

SR. MARTÍNEZ Buenos días. Esto no pretende ser una presentación o una exposición unipersonal; al contrario, pretendemos que sea una conversación totalmente abierta y amplia en todos los temas.

Quizás, Eduardo se excedió un poquito, porque en los temas impositivos toco de oído; en los temas técnicos geológico-mineros podemos adentrarnos un poco más, y en los ambientales, obviamente por el interés y el trabajo que se está desarrollando en muchos de los proyectos en esta época, tal vez sea uno de los más consultados.

Si surgen de la conversación algunos temas en particular tengo presentaciones, por ejemplo, sobre el agua. Esto es un poco para decirles que podemos hablar de cualquier tema. Lo que pretendo hacer es solamente una introducción; si están deseosos de hablar de cualquier tema, lo tocamos abiertamente. No sé cómo es la agenda ni los horarios, pero yo tengo toda la mañana.

La minería -como mucho de ustedes seguramente lo saben- tiene varias etapas. En la Argentina, hasta fines de los 80, principios de los 90, tuvo exclusivamente, en su gran mayoría, minería no metalífera. La minería no metalífera se desarrolló fundamentalmente como economías regionales en el Norte, Centro y Sur del país, con determinados productos que, en general, son de segunda o tercera categoría, en lo que es la clasificación que hace el código de minería. A partir del cambio de la ley inversiones mineras y el cambio de código que se hizo en 1993, empiezan a aventurarse algunos capitales internacionales hacia la Argentina.

El primer modelo o yacimiento que recibió ese tratamiento bajo la nueva ley, o previamente a la nueva ley, fue el Bajo de la Alumbrera, con una licitación internacional de un grupo canadiense que en esa época estaba dedicado a otras actividades mineras. La empresa quería desarrollar el proyecto completamente y, en un primer momento, en el año 1995, vendió el 50 por ciento a una empresa australiana y luego comenzó a buscar capitales para hacer frente a la segunda parte del capital. El "Efecto Tequila" fue bastante complejo para las bolsas; entonces, finalmente la empresa tuvo que vender el otro 50 por ciento, y ahí se desarrolló y abrió la mina, en el año 1997. En ese momento, también se abrió Cerro Vanguardia, ubicado en Santa Cruz, y poco tiempo después, El Salar del Hombre Muerto. Estos fueron los tres proyectos señeros de la actividad en la Argentina y que aún hoy, por suerte, están todos funcionando.

La Alumbrera acaba de anunciar justamente la extensión de su período de explotación por un año más y, cómo ayer fue reflejado, esa extensión, que es de un año o un año y medio más, fue exclusivamente debido a la quita de las retenciones mineras. Obviamente, por una cuestión matemática, dentro de lo que es el flujo del capital y el flujo de los minerales, se pueden explotar minerales de un poquito más baja ley de lo que se pensaba, previo a esa situación, y por eso se extiende esa vida útil del mineral.

La segunda etapa de los 90 o principios de 2000 fue un poco seca en cuanto a apertura de minas, pero rica en desarrollo de nuevos minerales. Podemos citar, como caso prácticamente único, la mina de Veladero, que se descubrió íntegramente dentro de este proceso de inversión iniciado en 1993, empezamos en 1994, en 1999 llegamos al descubrimiento y en 2002 presentamos la factibilidad final del proyecto, casi consecutivamente con el momento en que Barrick Gold compró la empresa, donde yo trabajaba, y adquirió el proyecto Veladero. El proyecto se abrió en 2005 y lleva un poco más de diez años de explotación.

Alrededor de 2009 hubo una serie de interfaces de exploración hasta que comenzó consecutivamente el proceso de construcción de varias minas, como Gualcamayo, un poco después, Casposo, en San Juan, y algunas minas en el Sur, como Mina Marta y Manantial Espejo, que aún hoy, salvo Mina Marta, están en explotación. Hubo una sequía de apertura de minas, producto de la falta de exploración que se suscitó a partir de las crisis en las bolsas de 1997 y luego de 2001, 2002, cuando el país sufrió la crisis y muchas empresas se fueron del país.

Después vino Pascua Lama, que lamentablemente tuvo un desarrollo bastante complejo, y que ha devenido en la suspensión, por lo menos, de los metales. La perspectiva de hoy es que quizás se vienen momentos de precios estables, pero al nivel en el que están. Es decir, no se prevé una suba de metales y tampoco una baja; el mercado internacional está sujeto a esta situación del comportamiento de los papeles con tasas muy bajas en la mayoría de los mercados. Esto hace justamente poco atractiva la variabilidad de inversiones en otros proyectos que puedan tener algún atractivo especial, pero la minería sigue siendo, quizás, una de las pocas actividades que puede ofrecer niveles un poco más altos de rentabilidad de acuerdo, fundamentalmente, con los costos; es ahí donde interviene la situación de la Argentina.

La Argentina, a través de los cambios que se han suscitado en el modelo macroeconómico, está manteniendo un cambio que, a pesar de la inflación, todavía es atractivo si lo vemos a través de los costos internacionales. Obviamente, tenemos otros problemas, como la misma inflación, la energía y la infraestructura. Pero ahí sí -y seguramente ustedes van a compartir el concepto-, una de las pocas cosas que puede crecer hoy en la Argentina, sin requerimientos energéticos mayúsculos, es, por un lado, la minería y, por otro, el agro en la etapa agrícola, no de los mercados derivados aguas abajo de maquinaria agrícola, porque son energías dependientes.

Esta es una posibilidad que vemos -incluso ayer el ministro expuso sobre el tema-, y que también ve el Ministro de Energía y Minería, la Secretaría de Minería y la Cámara, como una potencialidad concreta respecto del desarrollo de nuevos proyectos por esta situación de los mercados donde hay dinero para invertir y la minería puede ofrecer, en algunos casos, buenos niveles de tasas para esas inversiones.

La Argentina está en una posición privilegiada en cuanto a que tiene yacimientos con leyes. Cuando hablo de "leyes" hablo de concentraciones de mineral un poquito por encima de los proyectos medios a nivel mundial. Es decir, cuando aquí hablamos de un proyecto de cobre, y decimos que tiene 0,8 por ciento, en Chile, en Perú, en Canadá y en Australia proyectos similares en volumen, tienen leyes de 0,5 por ciento. Eso, en relación con los números del proyecto en sí, con la factibilidad, implica un diferencial bastante grande.

Si hablamos de oro, la Argentina tiene uno de los mejores portfolios de proyectos de oro sin desarrollar que tiene leyes por encima de un gramo por tonelada. En el mundo esos niveles promedios son de 0,6 a 0,8.

Si hablamos de otros metales base como la plata, el plomo, el zinc, etcétera, también ocurren cosas similares, a pesar de que ese mercado todavía no se ha desarrollada plenamente en la Argentina.

Para dejar cerrada esta introducción y pasar a conversar de todos los temas que ustedes quieran, hago una última observación. Creo que la Argentina hoy está en una posición de privilegio por sus recursos, con una estabilidad macroeconómica que esperemos que mejore, que sean ciertas las expectativas del segundo semestre y que se asiente fundamentalmente el tema inflacionario, con una estabilidad jurídica e institucional mejorada, que fundamentalmente esté abierta a todo tipo de inversiones, pero -y aquí planteamos un "pero" grande, con luces amarillas y rojas-, tenemos que trabajar muy bien y conjuntamente con el sector político, el sector institucional, el sector de los terceros creíbles -llámense instituciones argentinas, universidades, academias en general- en lo que es el mejoramiento de la imagen y la inserción de lo que se llama una licencia para operar o una licencia social.

Así como se trabaja, en la factibilidad, un yacimiento para poner todos los números económicos, también hay que trabajar todo el sistema, que no es nuevo en la Argentina solamente, sino en todo el mundo. Hay que tomar muchas experiencias de distintos países para justamente modelar ese sistema de licencia para operar; más aún, en un país donde no ha habido una tradición minera, que siempre ha mirado la pampa húmeda y el puerto, como es nuestro antecedente histórico.

Dicho esto, y habiendo tomado nota de que ayer se anunció que pueden llegar inversiones del orden de los 20.000 millones de dólares para los próximos cinco o seis años -tema que relativizo-, con un aumento de las exportaciones que también podría ascender a los 25.000 o 28.000 millones de dólares en los próximos seis años, ese es el panorama que tenemos hoy en la Argentina. Hablamos de una industria que está en movimiento, con proyectos que ya están decayendo en su producción. No hay nuevos proyectos, pero sí los suficientes para justificar estas expectativas económicas y hay un potencial exploratorio muy importante, que lo que necesita son varios años y varios miles de millones de dólares de inversión para ser descubiertos y puestos en relevancia como proyectos de factibilidad.

Esta ha sido la introducción; vayamos ahora a los temas que ustedes quieran considerar.

SR. MARTÍNEZ Justamente, en el último comentario que hice hablé de la factibilidad técnico-económica de un proyecto. Así como un dique o una ruta, de mucho costo de capital, está sujeto a un proyecto de factibilidad donde se valora todo, hasta lo subjetivo que puede ser la utilización del turismo en una central hidroeléctrica y en un dique asociado -no del flujo de carga, en una ruta-, todo tiene un número, que con mayor o menor subjetividad se le asigna a un costo y a un producto. Esa es la misma situación para cualquier proyecto minero, y normalmente esas factibilidades están sujetas a sensibilidades, justamente en aquellos temas que sean más subjetivos.

Hoy en la Argentina todavía tenemos una alta susceptibilidad por esto que estaba hablando: el tema de la licencia social, la licencia para operar en otros países y, fundamentalmente -tenemos que hacer un poquito de mea culpa-, los cambios. La Argentina siempre estuvo acostumbrada a los cambios; los argentinos estamos acostumbrados a cambios de rumbo pequeños y drásticos. Eso es un peligro o una amenaza que las empresas valoran como una posibilidad y también lo consideran en los ensayos de susceptibilidad o sensibilidad.

Cuando hablo de revisiones que tiene la ley de inversiones mineras, me refiero a la amortización de capital, a la doble deducción de ganancias durante la etapa de exploración, que son todas herramientas puestas en aquel momento para privilegiar la inversión rápida de la exploración y que luego -estaba pensado y así ha sido-, cuando llegara la parte de explotación, se transformaran básicamente en una S.A. o en una sociedad argentina con todas las obligaciones y los derechos.

Para ser más simple y hacer concreta la respuesta, hoy una empresa que produce oro en Jáchal, provincia de San Juan, después de las retenciones, paga entre el 47 y el 48 por ciento por cada dólar o peso que le entra en concepto de impuestos. Como en todas las industrias, esos impuestos están divididos en nacionales y provinciales. En la etapa de las retenciones, esa masa impositiva alcanzaba el 52 o 53 por ciento. Los costos de trabajo o de la producción orillan entre el 35 y el 42 por ciento, de acuerdo con el caso o la zona dentro de la mina; pero más o menos como número estable podemos hablar de un 40 por ciento. Eso deja a la empresa con una rentabilidad, luego de los impuestos, del orden del 10 por ciento. Esa es la regla de tres simple, auditada; todas estas empresas están sujetas a auditorias. Por experiencia propia he visto balances de ese tipo en varias empresas y esos son números normales.

¿Qué puede suceder? Hablo del caso específico y concreto de una empresa en San Juan. Puede suceder que el plan de mina de una empresa tenga la suerte, como le pasó a Veladero, de tener el año de pico de producción, que fue 2011, que coincida con el año de pico del precio del valor del oro. Veladero produce normalmente en el orden de 600 a 700 mil onzas de oro por año. En ese año justo el pico fue 1 millón, casi 1 millón cien, y justo el pico de valor del oro se dio en ese año en 1.870, creo que ese fue el promedio. Esas son cosas casuales que, por suerte, le tocó a este proyecto.

Así, en otros años también le ha tocado, por ejemplo, a la Alumbrera, que empezó con el oro a 250 dólares, luego subió a 500 y después bajó a 300. Entonces, todos estos proyectos en su vida útil de quince a veinte años, tienen esos altibajos previstos, que pueden estar desfasados o desconexos en el estudio de factibilidad inicial, porque estamos previendo a veinte años. Convengamos que en la Argentina es difícil prever a veinte años. Esto hace que la industria sea específicamente difícil, ya que está muy relacionada con estos vaivenes de la economía a los que estamos acostumbrados; obviamente, podemos extender o acortar los plazos de explotación en virtud de estos cambios.

Para resumir: estamos hablando, más o menos, de un 50 por ciento de costo impositivo, sumando todos los impuestos, nacionales y provinciales; ojo que la mayoría de los impuestos de ese 50 por ciento, son nacionales, y vuelven a las provincias dueñas de los recursos exclusivamente vía coparticipación federal. Eso ha hecho que en algunas provincias se gatillen, entre comillas, impuestos o contribuciones especiales, como han sido los fideicomisos para obras de inversión o algún tipo de tasa especial que se ha combinado o coordinado de mutuo acuerdo con las empresas, porque justamente mucho de ese dinero de las coparticipaciones viene en su misma medida, haya o no minería. Por lo tanto, es un poco injusto. Entonces, la figura sería 50-40-10.

SR. MARTÍNEZ Justamente, se han hecho tablas con mucha información en los últimos años a nivel de comparar este encuadre impositivo del que hablábamos recién, y esa masa de recopilación de 50-40-10 en otros países; por ejemplo, en Chile es del orden de 40-40-20 o 45-35-18, en ese orden. Sin embargo, la presión fiscal es significativamente menor en Chile, y en Perú ronda cerca del 40 por ciento; en Australia, el 45 por ciento; en Canadá, depende de las regiones, porque hay Estados canadienses que tienen deducciones específicas, toda la costa Este y Norte tienen deducciones específicas por lejanía, situaciones complejas, climáticas, y ellos pueden estar un poco más abajo, alrededor del 38 o 40 por ciento.

SR. MARTÍNEZ Exactamente; hay un estudio de una persona que trabaja hoy para el Estado, que se llama Daniel Jeréz. Es una rara mezcla porque es geólogo, contador y economista; ahora trabaja en la Secretaría de Minería, es profesor de la Universidad de Córdoba, creo que tengo algo de lo que publicó, si no, pueden buscarlo en internet. Él publicó varios estudios para la OLAMI -Organismo Latinoamericano de Minería-, donde compara el mismo proyecto técnico -que es ficticio-, tomando un pórfido de cobre, con una ley determinada, una concentración de mineral, etcétera, con el mismo plan de mina en Argentina, Chile y Perú, y coteja justamente, las expectativas de pago de impuestos en estos países con números absolutos. Luego hace lo mismo, para ese mismo proyecto, en distintas provincias de la Argentina, de acuerdo con lo que hablábamos de este encuadre impositivo, estas reglas especiales o pseudo impuestos, como son los fideicomisos, otros impuestos que en algún momento existieron, por ejemplo, en Santa Cruz que -como ustedes saben- tuvo un impuesto o una renta inmobiliaria minera que se derogó, o algunos impuestos específicos que surgieron en la provincia de Catamarca, etcétera.

Él pone el proyecto en los distintos lugares y va dando todas las variables económicas. En ese estudio comparativo se observa exactamente lo que tú dices, Eduardo. Un proyecto, para el año 2015, paga mucho más en Argentina que en Chile y en Perú.

SR. PRESIDENTE CÁCERES ¿Algún diputado tiene alguna pregunta que formular?



SR. MARTÍNEZ Primero aclaro algo que es normativa internacional y por suerte está en la parte buena de internet. Internet tiene sus páginas fiables y no tan fiables.

Umberto Eco, un periodista italiano que murió hace poco -perdón por apartarme del tema, ya vuelvo a las preguntas- dijo que internet convirtió al tonto del pueblo en un sabio. Hay mucha gente que maneja exclusivamente información de internet y puede ser muy sabia si navega en páginas que son coherentes, auditadas y tienen buena información, pero hay otras que tergiversan o deforman mucho la información. Esto significa que todo lo que digo puede ser chequeado en las páginas correctas de internet, en las páginas oficiales del gobierno canadiense, el gobierno australiano, el gobierno peruano, el gobierno chileno, etcétera, en este tema.

La normativa minero-ambiental en la Argentina tuvo un privilegio y un fracaso; un privilegio primigenio, original, que fue porque la minería metalífera o la mega minería -ya vamos a hablar de ese término que no existe como tal, pero que se usa permanentemente, el nombre correcto sería "minería a gran escala"- surgió mucho después que en países desarrollados como Canadá, Estados Unidos, Australia. Siempre quedó latente la situación de que esto se usa ahora acá, porque allá se prohibió. Aclaro enfáticamente que la minería de gran escala a cielo abierto, con utilización o no de cianuro, y toda esta situación, no está prohibida en ningún país del mundo.

Hace cuatro años hubo un proyecto en la Unión Europea para prohibir el uso del cianuro, muy alentado por entidades medioambientalistas extremas, fundamentalistas. El parlamento de la Unión Europea dio una primera sanción a favor de esa prohibición y luego la retrajo; o sea, la situación está igual que siempre. No está prohibido ni siquiera en Europa donde hubo accidentes con cianuro, por ejemplo, en Bulgaria, en España hace varios años atrás, y en otros países. En Centroamérica también hubo accidentes, como el último caso -no sé si están familiarizados- que sucedió en Brasil con ese flujo, se llevó un dique donde había cianuro y hubo problemas con los peces y algunas especies de vegetales, no con la gente.

Fundamentalmente, aclaro que no está prohibida la minería a cielo abierto en ningún país del mundo. La escala de los proyectos es regulada por el nivel de información medioambiental, y el tipo y el detalle de los informes de impacto ambiental que se tienen que hacer previos a cualquier movimiento, incluso a mover una pala de tierra.

La ventaja de la Argentina es que en 1995 pudo copiar toda la legislación mundial comparada y hacer una ley -la 24.585-, de impacto ambiental minero, que en su momento fue la única industria que tuvo una ley de impacto ambiental promulgada en forma prácticamente contemporánea al inicio de la actividad. Por lo tanto, eso nos dejó un país prácticamente sin pasivos ambientales. Lo mismo pasó en Chile y en Perú, pero ya tenían una minería desde la época de los jesuitas, que sí dejó pasivos ambientales, que han ido siendo mitigados y reparados.

Por otro lado, ¿cuál fue el fracaso de la situación medio ambiental? Aquí nosotros y todos los argentinos tenemos que hacer un mea culpa. ¿Cuánto creemos los argentinos en las instituciones de control? Ayer, se publicó una encuesta de Poliarquía Consultores que dice que el 71 por ciento de la gente normal de a pie, no cree en el otro; o sea, ante la pregunta: ¿crees en el otro?, la gente responde que no. Otra encuesta arroja que el 68 por ciento de la gente no cree en los controles del Estado. En esta sala somos todos argentinos, creo que no hay ningún extranjero, así que todos debemos hacer un mea culpa. Ese es el punto: no supimos capitalizar o prepararnos consecuentemente con la ley para saber cómo ejercerla y que de alguna manera fuera más creíble de lo que es. Eso se hace con la publicidad y la buena comunicación. Los mineros no hicimos buena publicidad o quizás hicimos publicidad, pero no buena comunicación. ¿Es responsabilidad nuestra? Sí, en gran medida. ¿Es ciento por ciento nuestra responsabilidad? No.

Voy a contar una anécdota que viene al caso. Yo soy sanjuanino y vengo a Buenos Aires seguido, a veces me quedo en un hotel, aunque esta vez estoy en el departamento de mi hija, pero me cuesta dinero venir, porque nadie me paga por hacer esto, es un trabajo que uno hace relacionado con la profesión. Vinimos a Buenos Aires en la época en que se debatía la ley de glaciares, y en ese momento había un grupito de activistas ambientales que hablaba de la ley de glaciares en sentido contrario al nuestro, obviamente. Ellos iban a la producción de todos los noticieros e inmediatamente los maquillaban, los subían a escena y hacían el reportaje. Nosotros, que éramos de las instituciones intermedias, de cámaras provinciales o nacionales, primero nos hacían pasar por la oficina de producción. Creo que se entiende...

Es muy difícil hacer comunicación en forma tan desigual. Una noticia amarilla vende por la cantidad de muertos, la cantidad de heridos, la cantidad personas contaminadas y no por la explicación técnica y coherente que hay detrás de eso. Entonces, nos tenemos que hacer carne de una situación compleja porque, incluso, lo que diga un diputado en su provincia puede ser tergiversado o no, y tiene que salir a aclararlo; pero si no tiene los medios de prensa amigos que lo ayuden, está en un problema. Exactamente es el mismo sistema cuando justamente se le da el mote -la gente que hace antiminería ha sido específicamente aleccionada para esto- de empresa extrajera que se lleva todo. Eso, de entrada, ya suena totalmente antipático para cualquier persona.

Hace muchos años que doy de comer a mis hijos con el trabajo de la minería. No me creo un nacionalista extremo, pero tampoco soy un vende patria. Tengo en claro que en muchos casos la minería tendría que dejar mucho más en los lugares donde se asienta, pero es responsabilidad nuestra articular las formas, las leyes y los procedimientos para que eso suceda responsablemente.

También soy crítico de las empresas que permanentemente traen gerentes extranjeros. La Argentina es un país con una idiosincrasia especial, si se quiere; no somos lo mismo que Perú o Chile, desde el punto de vista de la idiosincrasia del argentino ante el liderazgo, por ejemplo. Necesitamos tener nuestros pares, gente con la que podamos hablar "a calzón quitado", como se dice. Muchas veces nos ha pasado en las propias cámaras que es difícil hablar con un extranjero, por más experiencia expatriada que tenga. Obviamente, les cuesta mucho interponerse ante un auditorio como este, por ejemplo, porque preguntan cosas que quizás no están acostumbrados a responder y a uno puede resultarle mucho más normal.

En función de toda esta situación que estamos describiendo, todo el público que piensa que la mega minería es mala, se lleva todo, no deja nada, es ambientalmente sucia y contamina, tiene razón de pensarlo. Eso es lo que comunicacional y preponderantemente se ha insinuado desde todos los medios. Mañana podríamos ir a Canal 13 y hacer una nota pro minera, ya sea porque pasamos por producción o un periodista con mucha realidad nos preguntó y aceptó las explicaciones; pero el día sábado, en TN Ecología, nos darán por la cabeza, ¿por qué? Porque esa es la línea editorial.

El jefe de comunicaciones de Barrick Gold me comentaba hace unos años que fueron tres periodistas del diario Clarín. Llegaron un día antes y los prepararon, porque hay que prepararlos para que tomen agua, tomen un diurético, para que puedan subir a la cordillera y no pasen dos días tirados con náuseas; hay una pequeña preparación previa. Una persona sana se adapta rápidamente. Entonces, los prepararon, la gente subió perfectamente, estuvieron tres días recorriendo y sacando fotos de todo. Uno de ellos pidió trabajo en la empresa. Dijo: "Me gustaría trabajar acá, porque esto es tan lindo, me gustaría hacer comunicaciones con ustedes...".

Esa gente volvió y a la semana siguiente se publicó un suplemento en el diario del domingo que fue letal; por poco se dijo que la gente andaba caminando como zombies y se moría en la mina. Entonces, quien me contaba la anécdota preguntó a la persona qué había pasado, si hasta le había pedido trabajo. El periodista le dijo que ellos habían hecho el artículo, pero que la línea editorial es la que fija, corta, modifica y hasta pone la foto. Lamentablemente, esto así, y no tengo que explicar a ustedes, que están en el tema de la comunicación política, cuan bravos son los medios de prensa en todo país.

Volviendo a la realidad, hay realidades que son importante de ver. Recién hablábamos con los diputados de San Juan para que hagamos una reunión de esta comisión en esa provincia, con una visita a un yacimiento. Por cuestiones de cercanía y de que no hay tanto apune, hay un yacimiento en una zona álgida bastante conocida, que utiliza cianuro y está a cien kilómetros de Jáchal. Vamos a hacer los arreglos posibles para que se pueda hacer la visita en comisión, los que quieran ir puedan hacerlo y compartan esa visita; es algo muy aleccionador. Esta gente ya ha llevado a diputados nacionales de otras comisiones anteriores, son los mismos dueños de la mina de Esquel, que está prohibida. Han llevado muchísima gente de Esquel; tienen un plan de visitas...

SR. MARTÍNEZ Porque la gente dijo que no; se hizo un plebiscito en 2003, y el resultado fue 80 a 20. Sin embargo, una encuesta de opiniones del año pasado ya dio 45 a 55, a favor de la minería.

SR. CÁCERES Ya enviaremos por mail la información respecto de la visita a San Juan, para concretarla durante la feria internacional de minería que se llevará a cabo del 8 al 10 de junio en dicha provincia. Haremos extensiva la invitación para que todos los que quieran ir, puedan hacerlo, conozcamos una mina, nos reciba el ministro de Minería..., unos buenos vinos, acota un diputado...

- Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. CÁCERES Tiene la palabra la señora diputada Gladys González.

SRA. GONZÁLEZ (G.) Gracias por haber venido.

Formo parte de esta comisión hace bastante y soy testigo no solamente de los medios, sino también de aquellos que levantan estas banderas y no escuchan razones. Con el ex presidente y el presidente actual nos ha pasado de invitar a especialistas, que saben muchísimo de estos temas, y a pesar de las explicaciones en profundidad, las razones no se escuchan porque hay gente que levanta la bandera de la antiminería y hace de eso la razón de su existencia. Entonces, me parece que hay que trabajar con la ciudadanía y no detenerse en ese juego, porque no vamos a tener éxito.

De todas maneras, coincido en el diagnóstico de que, en la minería, desde hace unos años, se viene trabajando en cambiar la comunicación. Cuando fue todo lo de la ley de glaciares, al tiempo vimos algunos spots de minería explicando para qué se utilizaban los metales, su importancia en nuestra vida y todo el tema del medioambiente, que es tan relevante. Creo que es cierto que se durmieron ahí y rápidamente el otro mensaje caló muy hondo en la gente.

Respecto de eso quería preguntarle, porque usted hacía mención recién al plebiscito y a este tipo de participación ciudadana. Nosotros venimos trabajando e incluso me toca en lo personal haber participado no tan activamente, pero sí de algunas reuniones de las mesas de diálogo y consenso entre ONG, pueblos originarios, representantes y también representantes del Estado y del sector. En esta mesa, nosotros desde acá también podríamos tomar la iniciativa o el Poder Ejecutivo tal vez podría hacerlo -son cuestiones a discutir-, cabe plantearse ¿de qué manera establecemos un procedimiento de participación ciudadana y de involucramiento de la comunidad que nos permita avanzar en los nuevos proyectos? No sé cómo se haría en los ya vigentes, en donde esa participación no se tuvo en cuenta; sería bueno ver cómo se trabaja después con la comunidad -si hay proyectos que son así o lo son todos-, en dos aspectos: explicar el proyecto inicial a la gente y construirlo en conjunto; y segundo, empezar a planificar qué pasa cuando la mina se cierra, porque muchos pueblos se crean o se han creado en función de la vida de la mina y, cuando se cierra, la gente no encuentra actividad sustentable para continuar.

Sé de algunas empresas, incluso de autoridades y del trabajo en conjunto de buscar actividades alternativas pensando en ese momento, pero siempre partiendo del voluntarismo: un buen empresario, aquel intendente que está, una ONG o tal vez -desconozco si lo hay- un programa en donde primero se establezca un mecanismo de participación ciudadana clarísimo y que sea casi condición obligatoria de que todos los proyectos hagan esto y, segundo, esto otro que le decía, que en ese proyecto también puedan planificarse las actividades futuras para que esa población no muera cuando la mina se cierra.

SR. MARTÍNEZ Sí, esto que usted conoce, y sé de su trabajo en las comisiones anteriores, es uno de los motivos de mayor preocupación que tenemos a nivel de la cámara nacional y de las cámaras provinciales. Todas las cámaras provinciales hemos integrado justamente ahora un Consejo Minero Industrial Federal, que tiene representación en el Comité Ejecutivo de CAEM. Incluso en las cámaras provinciales estamos dando cobijo a las subcámaras o cámaras regionales locales, porque se han constituido cámaras mineras, por ejemplo, la de Iglesia, en San Juan; los jachalleros tenían una cámara, pero después se disgregaron en dos, una de ellas es la famosa asamblea de "El agua no se toca".

Todo esto debe tener un marco regulatorio y un corolario final feliz con la sustentabilidad o el reemplazo de las actividades de la mina con actividades sustentables. Hago mención específica, porque usted tocó el tema, gracias a Dios no se han producido en la Argentina hasta el momento asentamientos específicos de pueblos de mineros. El único antecedente que existe, y que por suerte sigue, es el establecimiento de Minera Aguilar, que está en la puna jujeña.

SRA. GONZÁLEZ (G.) Pirquitas...

SR. MARTÍNEZ Pirquitas existía como pueblo originalmente. Vino la mina, se acrecentó el pueblo y se lo trasladó, porque se construyó la mina donde estaba el pueblo viejo.

Justamente, ahí se produce el fenómeno cultural que yo decía. A los collas de Jujuy nadie va a sacarlos o llevarlos, porque son pueblos originarios que vivieron ahí desde siempre. Entonces, esos pueblos pueden admitir una relocalización, como fue la de Pirquitas. Ese caso es importante.

Jáchal, por ejemplo, tiene 8.000 o 10.000 habitantes y tendrá 2.000 o 3.000 trabajando en la minería. Aun así, 50 personas movilizan toda una situación y son partícipes en los medios de un tema complejo. Después voy a hablar del accidente de cianuro de Veladero con el supuesto impacto en Jáchal.

Vuelvo al origen de la pregunta. Estamos tratando de generar, en el ámbito de la cámara, una institución, una representación institucional, en coordinación con la Secretaría de Minería y la Secretaría de Medioambiente de la Nación. No podemos seguir separados. Además de los vínculos lógicos de la naturaleza del trabajo, tenemos normas legales que apuntan a lo mismo, que es la ley de presupuestos mínimos y, por otro lado, la ley de impacto ambiental minero, que se superponen en algunas cosas y que la única forma de trabajar coherentemente es poniendo las dos autoridades en concurso. Si seguimos con esas autoridades separadas, fomentamos esto que usted está diciendo y el problema que seguimos teniendo. Entonces, se ha hablado con el ministro en la materia, el ministro de nuestra área, los secretarios, y se está trabajando: la autoridad, a través de horizontalizar formas de vinculación; y la industria, para establecer maneras de vinculación concretas.

¿Cuál es el extremo no deseado? Que terminemos con audiencias públicas que sean pelotones de fusilamiento, donde ningún proyecto va a pasar. Ese es un extremo. El otro extremo es lo que tuvimos en una época: no había audiencias públicas. Entonces, en el medio está el equilibrio que hay que obviamente lograr.

El activismo, el fundamentalismo o lo que se llama "ecolatría", sobre lo que se ha escrito mucho, es una actividad per se, no busca un desarrollo; o sea, impide en virtud de. Lamentablemente, me ha tocado conversar amigablemente y siempre les pregunto: "¿cuánto trabajo generás vos con tu conducta? Yo tengo empresas, pago quincenas y sueldos, y tengo un montón de gente trabajando en la actividad que yo desarrollo. ¿Cuántos tenés vos? No, son todos sin sueldo. ¿Cómo vive esa gente?" Ahí finaliza la discusión, se eleva el tono y termina en otra cosa.

Entonces, no generamos bienestar, no generamos trabajo digno, no generamos conductas sociales ordenadas, sino que generamos un piquete, una exposición de una bandera, y con eso no come nadie. Por lo tanto, busquemos la forma de racionalizar ese diálogo, de que lleguemos a un acuerdo, donde ellos tengan todas las garantías que precisan y nosotros podamos ejercer los derechos como se necesita, pero ese equilibrio no se ha dado. Creo que el Estado también tiene que marcar un poco la cancha en ese sentido, y llevarnos a un plano donde podamos discutir estas cosas y que no sea en los medios.

SR. CÁCERES Para ir finalizando, porque empiezan otras reuniones, sería bueno hacer algunos comentarios sobre el incidente de Veladero, que seguramente interesa a los señores diputados.

Tiene la palabra el señor diputado Pretto.

SR. PRETTO Recién analizabas el tema de los costos y hablabas del 50 por ciento aproximadamente de impuestos del resto de la producción y un margen de utilidad de aproximadamente el 10 por ciento.

La actividad agropecuaria tiene una alta carga impositiva también y se habla de que la rentabilidad final está entre el 7 y el 8 por ciento.

Entonces, la pregunta es: en la minería, luego de la exploración, donde se entiende que hay factibilidad, se hace un proyecto para determinar la viabilidad económica, pero está orientado hacia una actividad en la que, de alguna manera, están asegurados la extracción y el cálculo de rentabilidad más precisos, en los que el agente climático no juega un factor determinante; mientras que en la agricultura podés hacer todo ese estudio y luego dependés de si llueve o no, o si cae piedra. En consecuencia, es difícil comparar la actividad: una tiene mucho más riesgo, depende mucho del factor climático y tiene mayor carga impositiva. Esa es una inquietud.

Por otra parte, si está claro que no daña tanto el ambiente y nosotros hemos sido eficaces en dictar una norma, debe ser una de las pocas actividades que tiene una ley para determinar el impacto ambiental. En el resto, hay una legislación general y después en cada proyecto se determina el estudio de impacto. Acá hay una ley nacional que establece las condiciones del impacto ambiental.

Entonces, ¿cómo funciona? El tema del riesgo y por lo que acababas de decir de las entidades fundamentalistas. Lo que pasa es que son actividades que están basadas en dos planos muy distintos. Es muy efectiva su comunicación porque ellos sostienen que esta actividad, que es de producción, de generación de empleo y de desarrollo, daña el ambiente; y lo único que están diciendo es "nosotros queremos cuidar el ambiente". Entonces, su actividad es per se, pero está orientada como supuestamente un bien preciado por toda la sociedad; mientras que si vos sólo te dedicás a la producción, está bien que generás empleo y pagás sueldos, pero lo hacés con una finalidad de lucro. "Yo no persigo fines de lucro, quiero cuidar el ambiente; vos por producir, afectás el ambiente". Hay dos planos que son difíciles de comparar; es como que tienen más aire, más micrófono y vende más decir "yo cuido el ambiente; vos querés producir, porque querés ganar plata".

SR Habría que comunicar la auditoría del organismo de Naciones Unidas.

SR. MARTÍNEZ Se ha hecho...

SR. CÁCERES Hoy sale una página entera en Página 12.



SR. MARTÍNEZ Por eso, es como todo, es reactivo, y en estos casos, la información siempre debe ser proactiva. Es un tema complicado, pero no hubo peligro, no hay nada.

Les cuento una anécdota para que sepan hasta dónde, en la minería, estamos tratando de adelantarnos y ser proactivos. La semana antepasada fuimos a una exposición minera en Chile y nos reunimos con un contratista que daba de comer a más de cuarenta mil personas en la minería, que a su vez es el mismo contratista de comidas que tiene Veladero. El jefe de compras -porque íbamos una delegación de proveedores de San Juan-, dice: "tenemos un problema climático en Chile, si pueden conseguirnos datos de producción de cebolla, necesitamos comprar cebolla urgente en la Argentina". Yo me empecé a reír, porque el lugar de producción de cebolla más característico e histórico que hay en la Argentina se llama Jáchal. En ese lugar, hace pocas semanas -también soy productor agrícola, de modo que ya voy a contestar ese otro tema-, me estaban contando que estaban vendiendo, entre comillas, casi tirando la cebolla a 60 pesos la bolsa de 25 kilos, porque no hay precio.

Entonces, si los de "El agua no se toca" hubieran dicho en algún medio nacional "no tenemos trabajo, porque la cebolla no tiene precio", pero como ninguno trabaja, no sabían de eso... Quizás, si esta empresa o todos nosotros nos hubiéramos dado cuenta antes, habríamos hecho el link. Ahora se está procediendo a establecer un vínculo para que esta empresa importe la cebolla de Jáchal. Creo que Barrick Gold hará algún trabajo allí para ayudarles con la exportación, con los canales de comercialización para que lleguen y se solucione un problema de provisión de la comida de los mineros en Chile con cebolla de Jáchal. ¿Se imaginan si esto hubiera sucedido hace cuatro o cinco meses atrás?

Respecto del tema de la agricultura versus la minería: el plan de factibilidad se hace perfectamente, previo al proyecto. Yo también he hecho proyectos de prefactibilidad técnico-económica de la implantación y el cultivo de olivos para aceite. Tengo 450 hectáreas de olivos para aceite. La ecuación se cumple perfectamente algunos años. Por ejemplo, este año, mientras estaba yendo a Toronto a una reunión de minería, cayó piedra y "borró" 600 hectáreas de olivos, tanto a mí como a otros vecinos, no quedó nada. Ahora estamos queriendo cosechar lo poquito que quedó, pero llueve y llueve, y no podemos cosechar con lluvia, porque no aceptan la aceituna para moler si está muy mojada, ya que impacta en la calidad del aceite. La factibilidad del olivo estaba hecha con el mismo detalle que el de la minería.

- No se alcanzan a percibir las palabras pronunciadas fuera de micrófono.
SR. MARTÍNEZ No. ¿Qué pasa con los precios de la minería? La minería tiene picos y valles. Veladero tenía costos, en su momento, de 400 dólares por onza y vendía a 1.000. No era la factibilidad; era muy superior la ecuación de la factibilidad. Luego, tuvo momentos de costos de 1.200 y vendía a 1.000; no era lo que decía la factibilidad.

Toda la actividad económica está en un plano de variación a nivel mundial. En la Argentina, esas variaciones, esos valles y esos picos se hacen, a veces, más pronunciados. Conclusión: no estás seguro en ninguna actividad; todas las empresas diversifican y tienen minas de cobre, de oro, de plomo-zinc o incluso algunos otros proyectos multienergía y cosas que les hacen quedar mejor en el medioambiente, pero que también implican otra valoración de activos para las situaciones de los ciclos malos.

¿Qué es lo que viene? Una etapa de mayor estabilidad internacional; si nosotros podemos acompañar esta etapa con estabilidad, ahí se daría la brecha y el margen aproximado de 10, 12, 8, no lo sé. Establezcamos un parámetro. Eso es lo que atrae a las empresas: un parámetro más o menos seguro; si después se modifica, va para arriba o para abajo, se sabe que lo que en algún momento te perjudica en otro, te privilegia. Entonces, aceptan esos riesgos. Es como ocurre en todas las cosas.

SR. TOMAS Simplemente quiero agradecer al ingeniero Martínez su presencia en esta comisión.

Para nosotros el tema de la Comisión de Minería es justamente defender la industria de la minería. La minería es una industria y, como tal, la defendemos, la vivimos diariamente, porque la mayoría de los que somos miembros de esta comisión -muchos ahora no están- somos parte de la cordillera. No sé si muchos saben, pero, por ejemplo, el 80 por ciento de San Juan es montaña, sólo un 3 por ciento es cultivable y a partir de allí tenemos zonas desérticas.

Entonces, nuestro métier, nuestra posibilidad, es solamente la minería, que es de altísimo riesgo, ¿por qué? Porque no es solamente ir, encontrar el oro y sacarlo. Hay que tener años de exploración, de inversión de 200 o 300 millones de dólares, y por eso muchas veces dicen ¿por qué no invierten los inversores y empresarios argentinos? Porque no asumen esos riesgos. Por eso hay inversiones extranjeras y, después de mucho tiempo, cuando se determina que hay una ley importante de mineral para poder extraerlo, etcétera, comienza el recupero. El recupero no se hace en los primeros años de explotación, sino a veces en cinco, seis o siete años, como es el caso de Gualcamayo, que tenía diez o quince años, en general, y recién al sexto o séptimo comenzaba a recuperarse toda la inversión.

La minería no es una cuestión como la soja -no quiero compararlo, pero es lo más típico-, que se planta y se exporta, no sé si tienen una o dos cosechas al año. La minería tiene todo un proceso. ¿Qué hemos tratado de lograr? Una legislación y un marco que nos permita explotar y generar trabajo genuino y registrado, porque esto también lo planteamos cuando vino la CGT. Muchos de ellos hablan del trabajo, pero gran parte del trabajo en el campo y, sobre todo, en la pampa húmeda, es en negro. En la minería el trabajo es registrado, porque hay una ley que establece que debe presentarse un informe de impacto ambiental y, luego del análisis que hace el ingeniero Martínez de los distintos sectores multidisciplinarios, debe realizarse la declaración de impacto ambiental aprobada para empezar, y después vienen otros controles periódicos para que realmente se haga efectivo todo esto.

El tema del cianuro y de la minería lo comento a veces hasta con los taxistas. Si nosotros miramos todo lo que tenemos acá, advertimos que somos parte de la minería. Todo es minería: desde la pared que tiene cemento y cal hasta las sillas; la mayoría de las cosas que tienen colores negros, -corregime Ricardo, si me equivoco, porque sos ingeniero, y yo solamente soy abogado-, como los torpedos de los autos y los teléfonos tienen cianuro, ¿saben por qué? Porque sólo el 13 por ciento del cianuro de la Argentina se aplica en minería; el resto se aplica en las industrias petroquímicas.

No sé si hay alguien acá de Bahía Blanca. Tuve la oportunidad de viajar allí el año pasado, y ver las chimeneas de petroquímicas funcionando de día con humo y de noche con fuego, la contaminación del puerto con las grandes empresas de granos tirando granos para cargar a los barcos, y nadie habla de eso. Por ejemplo, nadie habla de lo que puede llegar a producir la contaminación del petróleo, porque todos los días nos subimos al auto, lo arrancamos y tenemos nafta; pero cuando nos falta o suben el precio, ahí empezamos a quejarnos.

Entonces, nosotros vivimos ahí, en la montaña, en un lugar donde no hay forma de plantar soja, no hay forma de hacer otra cosa, y diversificamos. Lo que no dice Ricardo es que su plantación de olivos -para nosotros 400 hectáreas es mucho, para cualquier lugar de la pampa húmeda es poco- la hace en un desierto. Él lo está haciendo en un desierto, en el límite entre Mendoza y San Juan, con riego por goteo, tiene que llevar "agüita por agüita" con todos los fertilizantes. Si nosotros tenemos un solo río, que es el río San Juan, lo que más pretendemos es justamente cuidarlo.

Por eso, yo creo que hay que partir de la base de que la Comisión de Minería es una comisión que pretende promover la minería, que es una industria y, como tal, vamos a defenderla y tratar de ver que no contamine, ejercer los mayores controles posibles y, en definitiva, genere trabajo para nuestra gente.

Nosotros somos 700.000; si llegáramos a más de 800.000, como la mayoría de las provincias del interior, tendrían que venir acá, a la villa 31. Entonces, lo que generamos es trabajo genuino, limpio y sustentable justamente para que no ocurran estas cosas y que federalmente cada una de las provincias alcance su desarrollo con lo que tiene. Esto es lo que quería decir sobre la comisión.

SR. CÁCERES Quisiera agregar a lo expresado por el señor diputado Tomas que en una oportunidad el juez Casanello citó a un especialista en ambiente a nivel internacional: Robert Moran. Lo hizo ir a Veladero a realizar unas averiguaciones para que efectuara algunos aportes a la investigación que él estaba realizando; después hubo una reunión en el Senado, por invitación del senador "Pino" Solanas. A Robert Moran, que venía de estar conviviendo dos días con la gente de la asamblea de "El agua no se toca", de Jáchal -inclusive, todos los de la asamblea estaban en el Senado-, se le hizo una pregunta respecto de si el cianuro era un método conveniente para la actividad, si existía otro mejor para la extracción del mineral y, en su caso, si había un país que lo estuviese utilizando en alguna explotación, para imitarlo. Robert Moran dijo que antes del cianuro existía el cloro, que era mucho más contaminante; que al día de hoy el cianuro era la única forma y que, inclusive, no estaba en la mentalidad de la contaminación, como está en la sociedad.

¿Con esto qué quiero decir? ¿Contamina la actividad minera? Claro que contamina, y afecta el medioambiente, como cualquier industria; el tema es cuánto. Es decir, ¿cuánto corre peligro la sociedad? Hoy no tenemos un informe de la Policía Federal o un informe privado sino uno de la Organización de las Naciones Unidas, con esas características, que está diciendo que en el incidente de Veladero, donde cayeron millones y millones de litros de solución cianurada, no corrió ningún peligro especie animal ni persona alguna.

Entonces, cuando el diputado Tomas, de San Juan, señala que esto genera trabajo, quiere decir que genera trabajo y dignidad. En estas provincias es la dignidad la que buscamos, cuando venimos a defender acá la actividad, con todo lo que significan los controles, que estamos a mitad de camino y que podemos seguir avanzando. Necesitamos que esto crezca, y estamos seguros de que si hacemos las cosas bien, exploramos y explotamos todos los recursos que tenemos, vamos a aportar mucho a nuestro país. La Argentina tiene tres patas para crecer: la energía, el campo y la minería. Todos los países serios han podido crecer, si tienen esos recursos. Esto es lo que quería agregar a lo dicho por el diputado Tomas respecto del espíritu de la comisión.

Haremos llegar los correos para ver si podemos organizar un viaje a San Juan y seguir hablando de esta temática. Muchas gracias a todos por estar acá.