ARTICULO 1°: Declárese Monumento Histórico Nacional al edificio de la "Escuela Jerónimo Luís de Cabrera"- I.P.E.M N° 138-, inmueble ubicado en la calle Santa Rosa 650 de la ciudad de Córdoba.

ARTICULO 2°: La Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, de conformidad a lo establecido en las leyes N° 12.665 y N° 24.252, instrumentará lo dispuesto en el artículo 1° de la presente ley.

ARTICULO 3°: Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Señor presidente:

El 24 de septiembre de 1907, se creo en la ciudad de Córdoba, Provincia de Córdoba, la primera escuela secundaria modelo con orientación originaria en tenedores de libros contables, y peritos mercantiles (I.P.E.M. 138) "Jerónimo Luís de Cabrera". Con esta iniciativa, se cumplía con una de las necesidades primordiales de una provincia tan pujante como lo era Córdoba a principios del siglo pasado.

.........................Por decreto del 8 de enero de 1909, el Ministerio de Hacienda, Colonia y Obras Públicas de la provincia, encargó el proyecto para el edificio de la Escuela al ingeniero Elías Senestrarí, quien se encontraba al frente de la Dirección de Arquitectura de la Provincia de Córdoba. El ingeniero Senestrarí concluyó con su propuesta en marzo de ese año, acompañándola con los planos, memoria descriptiva, entre otras cosas. Para la confección del mismo, hizo notar en la memoria descriptiva del proyecto que se había considerado como base principal, el reglamento vigente para la construcción escolar en Bélgica, reconocido hasta el día de hoy como uno de los más adelantados en la materia.

Sin duda resulta el edificio escolar más bello de la época en la ciudad, donde el "carácter" desborda en todo su tratamiento con sobria maestría compositiva.

El autor aplicó los órdenes arquitectónicos dentro del manierismo renacentista, que formuló la gramática de la antigüedad.

Un juego de volúmenes entrantes y salientes con columnas de fundición de bases y capiteles decorados por un perímetro de artesanales rejas neocoloniales, dan a la fachada del colegio su propio espacio, que asoma al discurso urbano con un lenguaje señorial y florido.

Se jerarquizó el ingreso con una gran abertura "Trinphale" rematada en arco, que cubre las dos plantas y, aunque se mantiene retirada junto a gran parte del edificio, a esta la abrazan dos pares de columnas a cada lado. Comienza en la planta baja con un orden jónico iniciado a la manera de "le fút á bossage" con el entablamento que sostiene la base de las columnas corintias del piso posterior bien definidas y ricamente labradas, cuyo entablamento sostiene el ático donde se deposita un grupo escultórico alegórico, propio de esta tipología.

Este recurso de superposición de órdenes tiene su ejemplo más conspicuo, tan estudiado por los hombres del renacimiento, en el Coliseo Romano donde se usa esta composición. Se comienza por el Dórico, y al igual que allí, se continúa con el Jónico y luego el Corintio; siempre en esta disposición.

En las esquinas se adelantan dos fuertes volúmenes que remarcan simetría y le dan un bello toque de conjunto, acercándose a la línea municipal que continúa cerrando el espacio libre con una reja de alta calidad.

No aparece casi el almohadillado de los muros ya que se cubre la totalidad de la fachada con ventanales y pilastras entre ellas. En el diseño de las mismas se utilizó la llamada "ventana veneciana" compuesta de un triple vano en el que el central es más ancho y se lo remata con un arco y los laterales adintelados, mientras que en la planta baja son solamente adintelados.

En la planta, rodeando totalmente el patio central, se construyó una galería perimetral, por donde se accede a las aulas, (desde donde emergen las columnas de la fundición de P. Vasena e Hijos), éstas ventilan por los patios de servicios ubicados sobre las medianeras, lo que la diferencia de otros establecimientos escolares. Existe también, un primer cuerpo que lo divide del resto y que va anunciando su monumental presencia en la fachada.

Aprobado el proyecto el 31 de marzo de 1909 se llamó a licitación para el 31 de abril. Se presentaron en la oportunidad Federico Belgrano, Antonio Payer y Mariano Guell. Este último fue quien tomó la obra, realizándose el contrato dos meses después. A partir del 2 de abril de 1909 la escuela lleva el nombre del fundador de Córdoba.

La declaración de esta destacada Escuela como Monumento Histórico, no solo le corresponde por su belleza edilicia, sino también por el significativo rol que ha desempeñado en la historia de Córdoba.

Por lo expuesto precedentemente, solicito a la Honorable Cámara de Diputados que adhiera al presente proyecto.