La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su profunda preocupación por la autorización del gobierno chileno al buque de guerra británico HMS Gloucester para participar en la Exponaval 2010, VII Exposición y Conferencia Internacional Marítima y Naval para Latinoamérica, desarrollada Valparaíso, Chile, del 30 de Noviembre al 03 de Diciembre de 2010.

Señor presidente:

Desconociendo y contrariando la declaración de la Unasur del 26 de noviembre pasado, Chile invitó y recibió al buque de guerra británico HMS Gloucester que realiza ejercicios militares en las Islas Malvinas. Se trata de un buque de guerra Tipo 42, que en septiembre pasado no había podido abastecerse en Uruguay por la negativa del propio presidente José Mujica, quien se lo impidió cumpliendo en ese momento con un acuerdo internacional firmado con Argentina en 2006.

Mientras los cancilleres participantes de la Cumbre Iberoamericana de Mar del Plata aprobaban una cláusula democrática y apoyo al reclamo argentino sobre Malvinas, el buque británico se exhibía obscenamente en Valparaíso, rememorando la dolorosa alianza anglo-chilena durante el conflicto del Atlántico Sur de 1982.

El 26 de noviembre último, durante la reunión de UNASUR en Guyana, los presidentes que integran el organismo regional firmaron una declaración en la que se comprometieron a "impedir el ingreso a sus puertos de los buques que enarbolen la bandera ilegal de las Islas Malvinas e "informar al Gobierno Argentino sobre aquellos buques o artefactos navales con derroteros que incluyan las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur con cargas destinadas a las actividades hidrocarburíferas y/o mineras ilegales en la plataforma continental argentina y de este modo, prevenir o evitar que dichas actividades se consoliden".

Pese a ello, Chile recibió al buque que hace dos meses fue rechazado por Uruguay y que había participado días atrás de un ejercicio en Malvinas, denominado "Cape Bayonet", donde participaron la fuerza aérea, naval y terrestre, con el objetivo de "defender las Malvinas" de un posible ataque argentino.

Tras dichos ejercicios militares, el HMS Gloucester, invitado por el gobierno de Chile, se dirigió a Valparaiso para participar de la Exponaval 2010, VII Exposición y Conferencia Internacional Marítima y Naval para Latinoamérica, que contó con la asistencia de 150 expositores de 18 países y 34 delegaciones de Armadas extranjeras invitadas y se desarrolló desde el 30 de noviembre hasta el 3 de diciembre pasados. Es más, en la propia página oficial de la Exponaval se destaca la participación del HMS Gloucester "en la Guerra del Golfo Pérsico de 1991" y aclara que "actualmente está desplegado en las Islas Malvinas".

En función de lo expuesto, creemos necesario que el mandatario chileno, Sebastián Piñera, explique por qué el país vecino recibió en sus costas a un buque de guerra británico que realizó operaciones militares en las islas Malvinas, dado que decisiones como ésta y la designación del ex embajador Otero, constituyen medidas que nos remontan al pinochetismo y nos recuerdan con mucho dolor el apoyo que dio Chile a Gran Bretaña durante la guerra de Malvinas.

Resulta por demás contradictorio que, mientras la Cumbre Iberoamericana de Mar del Plata apoyaba el reclamo de soberanía argentina en Malvinas, Chile permitía una obscena demostración de poderío militar de quienes ocupan ilegalmente nuestro territorio.

Medidas como ésta no sólo dificultan, sino que deliberadamente obstaculizan el franco proceso de cooperación e integración de países hermanos, como lo son Argentina y Chile.

¿Cómo podemos firmar un Memorando de Entendimiento de la Fuerza de Paz Binacional "Cruz del Sur" con un país que paralelamente asiste a las fuerzas de ocupación británica de Malvinas?

Esta fuerza de paz combinada y conjunta significa un proceso de cinco años de planeamiento, conformación, desarrollo de doctrina, alistamiento, equipamiento y entrenamiento, el cual, frente a acontecimientos como el descripto, hacen dudar seriamente de su utilidad, conveniencia y oportunidad.

Nos parece oportuno, por último, reclamar también una mayor consistencia y coherencia en la política exterior de ambos países, dado que con contradicciones como la que motiva el presente proyecto, difícilmente podamos avanzar en la necesaria integración de ambos países.

Por todo lo expuesto, solicito a mis pares me acompañen en la aprobación del presente proyecto de declaración.