La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su más enérgico repudio por la brutal agresión de la cual fuera objeto Carlos López, miembro de la comunidad qom del Lote 503 de Formosa, por parte de ocho personas, mientras se encontraba pescando en una laguna situada en tierras ancestrales de la mencionada comunidad.

Señor presidente:

El día 1º de diciembre, Carlos López, miembro de la Comunidad qom del Lote 503 del Departamento Patiño (Formosa) fue objeto de brutales agresiones por parte de un grupo de ocho personas, mientras se hallaba pescando en una laguna de la zona. Dicha laguna, a la cual acude cotidianamente en procura de alimento, se encuentra a pocos kilómetros de su domicilio y está situada en un área de ocupación tradicional de la comunidad qom. Cabe aclarar que desde hace varios años, el terrateniente Héctor Amargan viene ocupando las tierras dentro de las cuales se ubica la laguna e intentó cerrar todos los accesos, para impedir que los qom pudieran pescar en ella.

La crónica del ataque al miembro de la comunidad del Lote 503 fue detallada a distintos medios gráficos por Valentín Suárez, líder qom de Riacho de Oro, quien recogió el testimonio de Carlos López, poco después de haber sido víctima del violento episodio. De acuerdo a lo relatado por Suárez, la agresión se produjo en las inmediaciones de la laguna cuando la víctima se aprestaba a volver a su casa luego de su habitual jornada de pesca. En ese momento fue interceptado por ocho criollos (entre los cuales López distinguió a "Chingolo" Albornoz, mecánico de Estanislao del Campo), quienes intentaron ahogarlo tras un violento forcejeo. "Le pegaron con golpes y patadas", detalló Suárez, ante lo cual "...Carlos tiró su bolsa con pescado a la laguna para poder defenderse. Trataba de que nadie lo toque pero lo agarraron del cuello y de las manos. Le sacaron la ropa, lo desnudaron. Fue ahí que lo metieron al agua para ahogarlo y él se metía más al fondo para poder salvarse. Cuando no daba más, agarró a uno de sus agresores y se metía más al fondo con él. Entonces, los otros agresores retrocedieron a la playada". Valentín Suárez prosigue el relato detallando como los agresores intentaron disparar sobre Carlos López: "Albornoz , se fue a donde estaba estacionada su camioneta. Allí tomó su arma y apuntaba con ella a la laguna donde estaba Carlos. Otros criollos estaban en la playada y con pistolas le apuntaban también". Como uno de los atacantes se encontraba dispuesto en un lugar en el cual interfería involuntariamente el blanco, el resto le gritaba que se corriera para poder acertar a López. "Al escuchar esto (continúa Suárez) Carlos lo tomó a modo de escudo para poder defenderse de los inminentes disparos, arrastrándolo dentro del agua, lo cual impidió que descargaran sus armas". Una vez que el resto de los agresores retrocedieron, Carlos López lo soltó.

Valentín Suárez comentó que luego del brutal ataque, los ocho sujetos se retiraron del lugar, tras lo cual la víctima se dispuso a regresar a su hogar despojado de sus pertenencias, desnudo y con el cuerpo lleno de magullones y hematomas. Acompañado por hermanos de su comunidad se dirigió casi de inmediato a la comisaría del Lote 503 a fin de radicar la denuncia, pero sorpresivamente se encontraron con la dependencia policial cerrada y sin ningún agente que los recibiera.

Este nuevo hecho repudiable se suma a las agresiones reiteradas que vienen sufriendo los miembros de las comunidades indígenas de nuestro país cada vez que intentan defender sus tierras ancestrales o sencillamente hacer uso de ellas para procurarse su diario sustento. En el caso particular de Formosa el ataque a Carlos López se produce apenas una semana después de la brutal represión policial ejercida sobre la Comunidad Navogogh de Colonia La Primavera, que dejó como saldo trágico dos muertos y decenas de heridos.

Todos estos ataques, vengan de mano de particulares o de funcionarios provinciales, tienen una clara y única motivación que es la de despojar a las comunidades indígenas de sus tierras ancestrales. Constituyéndose en intentos de franca violación a la Ley Nº 26160, la cual prohíbe hasta 2013, los desalojos de las tierras que "tradicionalmente ocupan las comunidades indígenas originarias del país". Así como a la Ley 24071 (norma ratificatoria del Convenio 169 de la OIT), en cuyo artículo 14 se expresa que: "deberán tomarse medidas para salvaguardar el derecho de los pueblos interesados a utilizar tierras que no estén exclusivamente ocupadas por ellos, pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso para sus actividades tradicionales y de subsistencia".

En el caso particular de Formosa estamos convencidos de que sucesos como la represión de la comunidad qom de Colonia la Primavera o la agresión sufrida por Carlos López, independientemente de la escala y la alternancia de sus ejecutores, no son más que derivaciones de un mismo fenómeno. Esto es, de la connivencia del poder político provincial con intereses privados respecto de la necesidad de "disciplinar con sangre" a quienes reclaman no se les vulnere el derecho a sus tierras ancestrales.

Respecto de la modalidad del ataque sufrido por Carlos López, un mero ejercicio de sentido común nos indica que una partida de cobardes, de "Chirinos sin uniforme", difícilmente se aventuraría a atacar un individuo sin percibir cierta impunidad, sin presumir una clara indiferencia del poder político local ante el asesinato de un indígena. Evidentemente, en el caso de Formosa, un derecho tan fundamental como es el derecho a la vida, está muy lejos de encontrarse garantizado, máxime cuando se trata de personas que pertenecen a comunidades indígenas. Hecho que ameritaría, sin más, la intervención federal de la mencionada provincia a fin de preservar la integridad física de los ciudadanos que la habitan, la continuidad del estado de derecho y la garantía de la forma republicana de gobierno.

Por todo lo precedente, solicito a mis pares que acompañen el presente proyecto con su voto afirmativo.