La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

SE SOLICITA AL PODER EJECUTIVO NACIONAL QUE INFORME A ESTA CÁMARA DE DIPUTADOS, A TRAVÉS DEL MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES Y DEL MINISTERIO DE DEFENSA, SOBRE EL CORRIMIENTO EN "EL VALLE DEL SILENCIO" UBICADO EN EL DEPARTAMENTO SANTA VICTORIA OESTE, EN NUESTRA PROVINCIA DE SALTA, DEL HITO DEMARCATORIO DEL LÍMITE DE NUESTRO PAÍS CON BOLIVIA Y QUE REPRESENTARÍA LA PÉRDIDA DE POR LOS MENOS 600 KM2 Y EL DESPLAZAMIENTO DE APROXIMADAMENTE CINCUNTA( 50 ) FAMILIAS ARGENTINAS; ESPECÍFICAMENTE INFORME SOBRE QUÉ BASE LEGAL SE HA REALIZADO TAL DESPLAZAMIENTO, REMITIENDO LA DOCUMENTACIÓN PERTINENTE, Y POR QUÉ NO SE HA DADO PARTICIPACIÓN EN EL TEMA A ESTA CÁMARA NI HA TENIDO PUBLICIDAD ALGUNA, CONFIGURANDO UN CASO DE LLAMATIVO E INEXPLICABLE SECRETISMO. ASIMISMO, INFORME SI EL P.E.N. HA TOMADO CONOCIMIENTO SOBRE EL ATROPELLO PERPETRADO POR LAS AUTORIDADES BOLIVIANAS DE TARIJA, LAS CUALES SE ENCONTRARÌAN INTIMANDO A NUESTROS COMPATRIOTAS SALTEÑOS DE LA REGIÓN PARA QUE ADOPTEN LA CIUDADANIA BOLIVIANA O SE RETIREN DEL TERRITORIO.

Señor presidente:

Desde 1810 nuestro país ha sufrido una continua pérdida de territorios que históricamente le han pertenecido. La pérdida de las Provincias del Alto Perú, territorios que fueron fundadores del Virreinato del Río de la Plata y luego activos protagonistas de la Independencia nacional, con numerosa representación en el Congreso que la declaró hace casi 198 años, debido a las ambiciones del Mariscal Sucre y la indiferencia o la preferencia de desprenderse de territorios que le eran difíciles de controlar, manifiesta propensión del gobierno de Bernardino Rivadavia, son un claro ejemplo de cómo la falta de conciencia territorial - esa que sí tuvieron y tienen Chile y Brasil, por consignar a dos conocido hermanos y vecinos-, de muchos de nuestros gobernantes y la constante ambición de gobiernos extranjeros han atentado contra la unidad de nuestro territorio. Cuando nuestro gobierno decidió desprenderse de las provincias Alto Peruanas incluso entregó Tarija a pesar de las protestas y argumentos del General Arenales, dado que este espacio siempre había pertenecido a la Provincia de Salta. Protestas que incluyeron a los propios tarijeños que aspiraban ostensiblemente a pertenecer a la naciente Argentina.

Este proceso de falta de valoración del espacio por parte de nuestros gobiernos tendría hoy su correlato con la pérdida de otros 600 km2 y la potencial expulsión de dicho territorio de hasta 50 familias argentinas que lo habitan históricamente y para las cuales no es sólo su hogar, sino también la fuente de su sustento. Este hecho que se está dando en el norte de nuestro país y que es informado por diversos medios de prensa - entre ellos el conocido diario salteño El Tribuno, en su edición del 28 de enero de 2014, es de una gravedad inusitada y debe ser explicado ampliamente por el P.E.N. informando sobre qué bases se siguen entregando territorios, en este caso, una superficie tres veces superior a la de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, librando prácticamente a su suerte a 50 familias de compatriotas.

No sólo esta cuestión amerita una urgente explicación, sino que exige que sea revertida devolviendo el hito corrido indebidamente a su original ubicación. Además debe exigirse al gobierno boliviano que sus autoridades se abstengan de intimar y/u hostigar a ciudadanos argentinos y sus familias habitantes de sitio.

Los pueblos que ven achicarse su territorio caminan hacia la desaparición. Es nuestra obligación que este proceso de desmembramiento territorial se revierta.

En nada modifica este reclamo la proverbial búsqueda de integración argentino-boliviana. A la integración en todos los planos no se llega haciendo jirones y mutilaciones de nuestro territorio, sino a partir del respeto mutuo y de la convicción de la unidad de destino.

Por esto solicito la aprobación del presente.