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El acceso a la enseñanza del folklore es un derecho personal y social, garantizado por el Estado.

La educación y el conocimiento del folklore constituyen un bien público en razón de su aporte a la formación de la identidad y el patrimonio cultural de la Nación.

Las escuelas de nivel inicial, primario y secundario en sus distintas modalidades, incluirán en forma obligatoria una propuesta curricular para la enseñanza del folklore.

El Ministerio de Educación, en acuerdo con el Consejo Federal de Educación, elaborarán los lineamientos curriculares correspondientes a cada nivel, teniendo en consideración lo dispuesto por los artículos 54 de la Ley 26.206 -de Educación Nacional.

El Ministerio de Educación de la Nación, por intermedio de los organismos citados por los artículos 101 y 102 de la Ley 26.206, promoverá el desarrollo de programas no convencionales de enseñanza del folklore en el marco de la educación permanente.

Impulsar, en los términos establecidos por el artículo 119 inciso C de la Ley 26.206, la participación del Consejo de Actualización Curricular, a fin de optimizar el objetivo señalado en el artículo 4° de la presente Ley.

El Ministerio de Educación de la Nación, en acuerdo con el Consejo Federal de Educación, en su carácter de autoridad de aplicación de la presente ley, formulará un plan para su implementación, dentro del plazo máximo de UN (1) año desde su publicación, con la secuencia y gradualidad que se resuelva.

Invítase a las provincias y a la ciudad de Buenos Aires a formular su adhesión a la presente ley.

Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Señor presidente:

Como bien se sabe la cultura que hay en el país es muy rica, pero se está perdiendo y extranjerizando, es por ello imperativo su rescate para evitar su extinción. Este fenómeno no solo sucede en nuestro país, sino también en otras partes del mundo. Se deben tomar medidas educativas de raíz, para no dejar caer en el olvido el patrimonio cultural inmaterial riquísimo que tenemos.

Cada año desde el 2003 en el mes de agosto se realiza "El Festival y Mundial de Tango", esto es un orgullo para nosotros ya que fortalece el compromiso con el patrimonio histórico, el crecimiento y la proyección del tango en todas sus expresiones, tanto a nivel nacional como internacional. El crecimiento, proyección e importancia del tango en el mundo ha logrado tal magnitud que en diciembre de 2009 fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por decisión del Comité Intergubernamental de la UNESCO. Del mismo modo y desde febrero de 2010 el Tango tiene una sala oficial y exclusiva en la Ciudad: el Teatro de la Ribera, en el barrio de La Boca. Allí toda la programación está dedicada exclusivamente a la música porteña, con milongas, shows, clases y exposiciones.

Pero el tango no es el único representante de nuestra cultura, y de acuerdo a donde nos posicionemos en el mapa de la República tendremos una riqueza cultural asombrosa en danzas, música, mitos, leyendas y costumbres.

La enseñanza de folklore desarrolla los lazos de comunicación y la interacción con el otro y el crecimiento social, fomenta el trabajo en grupo y fortalece la confianza en los niños, tanto la de uno como, la de confiar en otro. Además acrecienta el vínculo nacional.

En cada Provincia se lleva a cabo en distintas épocas del año eventos folklóricos algunos de índole nacional y otros, llevados por la provincia a nivel internacional, tales como: el "Certamen Interamericano de Danza" en Villa Carlos Paz que se lleva a cabo en mes de octubre. El "Internacional de Folklore" que se lleva cabo en Río Hondo, Santiago del Estero, en el mes de julio; y durante el mes de enero son en: Chajarí, Entre Ríos y Rio Turbio, Santa Cruz. El "Encuentro Internacional de Folklore Infantil" en la ciudad de San Martín, provincia de Mendoza en el mes de septiembre; y en enero "Fiesta Nacional del Chamamé y del Mercosur" en la provincia de Corrientes.

La enseñanza de folklore no se origina en el capricho o interés coyuntural de quienes tienen la misión de gobernar. La Constitución Nacional en su artículo 75, inciso 19 se la atribuye al Congreso de la Nación. En efecto, dicho inciso, inmediatamente después de reconocerle el poder de "Sancionar leyes de organización y de base de la educación que consoliden la unidad nacional respetando las particularidades provinciales", añade a dicho poder el de: "Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural, la libre creación y circulación de las obras del autor; el patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales".

Por su parte, la "CONVENCIÓN PARA LA SALVAGUARDA DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL, de la UNESCO", del diecisiete de octubre de 2003, suscripta por nuestro país a través de la Ley 26.118, afirma en su artículo 11 como Funciones de los Estados Parte: a) adoptar las medidas necesarias para garantizar la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial presente en su territorio; (...)

Es bien sabido, que se deben reconocer como constituyentes del patrimonio folklórico todas aquellas costumbres y valores culturales que definen una identidad comunitaria, entre las que se cuentan la música, la danza, las fiestas, las celebraciones y rituales, la literatura en sus múltiples formas (de los dichos a la poesía), el mito, la leyenda, las artesanías, las expresiones plásticas costumbristas, la gastronomía, en síntesis, todas las expresiones de la cultura tradicional vigente del país en sus versiones regionales y locales.

La educación, entendida como proceso de construcción permanente en lo social, lo político, lo pedagógico, lo cultural y lo científico, apunta en este horizonte a la reconstrucción y apropiación de la identidad nacional, es una herramienta para la reafirmación de las identidades locales, provinciales, regionales, como lo expresa el artículo 11 de la Ley de Educación Nacional, 26.206.

Es importante capacitar a los docentes con los contenidos culturales, implícitos en nuestras tradiciones, se debe tener en cuenta que las vivencias, los bienes y valores del acervo de la cultura popular, pueden llegar a ser el punto de partida para el desarrollo de las distintas disciplinas del currículo escolar, puesto que en la actualidad, y a excepción de algunas parciales y breves experiencias desarrolladas en unos pocos centros escolares, el folclore, en sentido estricto, no es una materia curricular.

Pero claro, no se pretende, en este caso producir cantantes folklóricos ni danzarines profesionales. Existen otros objetivos. Dentro de la danza, por ejemplo, hay aspectos que superan el hecho folklórico. Por ejemplo la Zamba es un ritual romántico, donde un caballero corteja a una dama con elegancia y ella le responde con simpática sensualidad. Es la clave de un contacto civilizado sin tocarse, respeto por el otro, intento y límite, el juego del amor.

Si analizamos la importancia del folklore en la educación, nos daremos cuenta verdaderamente que una de las funciones de la escuela es la transmisión de la herencia social de los pueblos. Porque la educación debería realizarse a partir de esas raíces que posee el pueblo, de vivencias autóctonas de sus familiares o antepasados, en distintos ámbitos como el musical, artesanal y el baile entre otros.

La Educación estaría además al servicio del rescate, enriqueciendo culturalmente a alumnos, docentes y toda la comunidad, con el más firme propósito de preservar y difundir ese patrimonio ancestral que encierra la genuina sabiduría popular.

Sabemos que la sociedad de consumo impuesta por la globalización y debido a los medios de comunicación inciden en los niños y jóvenes quitándoles todo interés o entusiasmo hacia nuestra cultura autóctona, ya que los inducen a consumir producciones o culturas, venidas de otra parte del mundo y la falta de incentivos para cultivar lo nuestro, desde la escuela, desde los hogares, y de desde diversos ámbitos sociales que generan políticas irresponsables hacen más difícil lo que debe ser.

Es por eso que una primaria solución sería integrar dinámicamente las actividades curriculares con el folklore, promover la interacción grupal, el aprendizaje a través de la música, la danza, los cuentos, leyendas, poesía, costumbres, coplas y refranes con la finalidad de estrechar lazos entre la escuela, lo social y la comunidad, intervendría en mejorar y rescatar la transferencia generacional donde abuelos, padres e hijos podrían vincularse culturalmente, propender al rescate de la sabiduría popular dentro de la escuela y su comunidad.