La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar un profundo pesar por el fallecimiento del ex presidente de la Nación Néstor Carlos Kirchner, a los 60 años de edad, después de dejar una marca indeleble en los últimos siete años de la his- toria argentina. Este hecho tuvo lugar en El Calafate, el 28 de octubre de 2010, a las 9.15 de la mañana.

Señor presidente:

El dolor y la congoja nos embargan, nos ha dejado un gran hombre, un patriota, que no dudó a la hora de tomar medi- das que todos veníamos pidiendo a gritos. Un hombre al que todos vamos a extra- ñar hasta lo indecible.

Nació en Río Gallegos, en 1950. Fue miembro de la Juventud Peronista. Estudió derecho en la Universidad Nacional de La Plata y en 1975 se casó con la también militante justicialista Cristina Fernández. En 1976, recibió el título de abogado y regresó a su ciudad natal junto con su es- posa para ejercer la profesión. Fue designado presidente de la Caja de Previsión Social de Río Gallegos y durante los siete años de la dictadura se mantuvo alejado de la política, aunque fue encarcelado en una ocasión confusa.

En 1987, fue elegido intendente de Río Gallegos. Debido al éxito de su gestión, fue propuesto por el Partido Justicialis- ta como candidato a gobernador de la provincia de Santa Cruz, cargo que obtuvo con el 61% de los votos, el 8 de septiembre de 1991.

En 2003, llega a la presidencia de la Nación tras el anuncio de Carlos Saúl Menem de que no iba a presentarse a la se- gunda vuelta. Y ya antes de asumir, visitó Brasilia y Santiago de Chile, donde ob- tuvo el respaldo de los presidentes Lula da Silva y Ricardo Lagos, para intentar la recuperación económica continental. En su discurso de investidura, Kirchner re- afirmó el papel del estado, prometió una lucha implacable contra la corrupción y anunció la idea de reforzar el Mercado Común del Sur (Mercosur).

Fue en su gobierno, o en la continua- ción de Cristina Fernández, que se cambió la política pública de Derechos Humanos en la Argentina, pero no en una forma declarativa, sino que la empezó y fue con- secuente hasta el final: logró la nulidad de las leyes que impedía conocer la verdad y castigar a los culpables del genocidio. Cambió la Corte Suprema de Justicia y re- abrió archivos de los servicios secretos para ir hasta el fondo en los atentados su- fridos por la comunidad judía en nuestro país.

Recuperó para nuestro país el control del Correo, Aguas y Aerolíneas. Cambió la política de Defensa de una manera radi- cal, lo que nos permite tener hoy unas Fuerzas Armadas sometidas al poder políti- co.

Cambió la Ley Federal de Educación por la actual, que es democrática e inclusiva, y reorientó la política educativa. Ini- ció, además, una gestión diferente en la Cultura extendida a todo el país y no solo a la Capital.

Renegoció la deuda externa y terminó con el dictado del FMI de las políticas que debían seguirse. Ahora el Banco Central es el baluarte de una verdadera política nacional y tiene récord de divisas. Recom- puso la situación de los jubilados y terminó el infame negocio de la AFJP, al recu- perar para el Estado la previsión social.

Cambió la política exterior, terminan- do con posiciones humillantes y de claudicación. Limitó el poder de las corporacio- nes mediáticas con la Ley de Medios, e incluyó a muchos con la Ley de matrimonio igualitario, en una política antidiscriminatoria inédita.

Comenzó una verdadera reforma fis- cal y logró un crecimiento económico de los más altos del mundo, con una recupe- ración industrial evidente, estabilidad y un descenso marcado en el desem- pleo.

Ningún presidente en los últimos cin- cuenta años produjo tantos cambios tan profundos, cambios positivos para la vida nacional y, sobre todo, para los más humildes, los más desprotegidos.

Estos son solo algunos de los méritos de este hombre que nos ha dejado, pero que con su impronta ha marcado la vida de los argentinos para siempre, porque ya no se podrá volver atrás en muchos de los aspectos que hemos mencionado y solo cabe seguir avanzando en ese mismo sentido. En ese proyecto de país, en una América latina unida, sin ceder un centí- metro, sin dar pasos hacia atrás.

Por lo expuesto, solicito a mis pares me acompañen en la aprobación del presente proyecto de resolución.