La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Declarar su satisfacción por la decisión del gobierno brasilero de la Presidenta Dilma Rousseff de exhumar los restos del ex presidente João Goulart, con el fin de esclarecer las circunstancias de su muerte ocurrida durante su exilio en la Argentina en diciembre de 1976, y que podría haber ocurrido por envenenamiento en el marco del Plan Cóndor implementado por las dictaduras del cono sur durante la década del 70.

Señor presidente:

La creación por parte del Gobierno de la República Federativa del Brasil en diciembre del 2011 de una Comisión de la Verdad para investigar las violaciones de los derechos humanos, torturas y asesinatos durante la dictadura militar (1964-1985) en ese país, constituyó una decisión política de enorme trascendencia que tiene implicancias no sólo en Brasil, sino que también repercute en las políticas de derechos humanos de toda la región continental. La exhumación del ex presidente Goulart, también conocido como Jango, es una muestra de ello.

Cada país de la región ha procesado las violaciones masivas y sistemáticas a los derechos humanos perpetradas por las dictaduras cívico-militares de acuerdo a sus propios tiempos e intereses políticos, pero la lección que el cono sur puede ofrecer al resto del planeta, es que tarde o temprano se deben enfrentar las consecuencias de esos actos atroces y los desafíos en términos de búsqueda de la verdad y de acción de la justicia que ellos acarrean. Así es como se consolida la institucionalidad democrática.

Creo que nuestra región no tenía otra manera de asumir esas obligaciones internacionales y morales, en tanto que además de haber sufrido el mismo tipo de prácticas aberrantes, nuestras poblaciones sudamericanas se vieron sometidas a un operativo coordinado entre las dictaduras militares, que fue denominado Plan Cóndor.

Ahora, y gracias a la iniciativa del gobierno y el pueblo de Brasil de enfrentar el pasado, tenemos ante nosotros la dramática probabilidad de que en el marco de ese operativo Cóndor, el ex presidente Goulart haya sido asesinado por fuerzas represivas mientras se encontraba sufriendo el exilio en la República Argentina.

De confirmarse esta situación, los familiares de Goulart podrán conocer finalmente la verdad acerca de lo sucedido con el ex presidente y eventualmente procurar la acción de la justicia. Pero en el orden político, un hecho de estas características vendría a reconfirmar la enorme magnitud del plan de represión orquestado en el cono sur, que como ha quedado demostrado por distintas evidencias, como por ejemplo la formación de dictadores en la Escuela de las Américas, contó con el apoyo estratégico de los Estados Unidos.

Los investigadores en Brasil señalan que existen indicios concluyentes de que el ex presidente fue vigilado durante el exilio en el marco del operativo Cóndor, por lo que resulta ser una posibilidad sería el hecho de que haya sido asesinado mediante el uso de sustancias tóxicas. A su vez, la familia de Goulart sospecha que el ex presidente fue envenenado por un agente argentino por orden del comisario Sergio Fleury, uno de los principales represores de la dictadura brasileña. Esta versión fue respaldada por el ex agente uruguayo Mario Neira Barreto, detenido desde 2003 en Brasil por asalto a un banco y tráfico de armas, quien aseguró que participó en la colocación de una pastilla con potasio y cloruro deshidratado en uno de los medicamentos que ingería diariamente el ex mandatario para tratar sus problemas cardíacos, mientras se encontraba en la Provincia de Corrientes.

Peritos argentinos, cubanos y uruguayos colaboraron con los expertos brasileños, que retiraron el cuerpo del cementerio de su ciudad natal, São Borja, en el estado de Rio Grande do Sul. El cuerpo fue llevado a Brasilia, donde fue recibido con honores fúnebres por la presidenta Dilma Rousseff y ex mandatarios, honor que le había sido negado por los militares que lo había derrocado.

Vale hacer referencia a las palabras del nieto del ex presidente, João Marcelo Goulart, quien afirmó: "Es un momento histórico no sólo para la familia, sino también para el país y para todas las familias de muertos, desaparecidos, torturados y exiliados de la dictadura militar".

Durante el procedimiento, además de la actuación de los distintos organismos públicos de Brasil, incluyendo el Ministerio de Derechos Humanos, también se movilizaron los residentes de São Borja y varios representantes de partidos políticos, los medios de comunicación y la sociedad en general.

En este sentido, la Ministra de Derechos Humanos resaltó que los actos en Brasilia servirán para recuperar la memoria de la población.

Señor Presidente aun cuando debido al paso del tiempo no sea posible establecer definitivamente las causas de la muerte del ex presidente Goulart, estas iniciativas políticas que está ejecutando el Gobierno de Brasil en materia de derechos humanos, y de búsqueda de la verdad y la justicia, deben ser interpretadas como una excelente noticia que engarzan con la políticas de derechos humanos de nuestro país y de otros países de la región, y que constituyen un invaluable y categórico sesgo histórico que será patrimonio irrevocable de las generaciones futuras latinoamericanas.