La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Declarar su más enérgico repudio al ataque sufrido por el legislador de Tucumán Jesús Salim y mostrar preocupación por este tipo de hechos cuando se están cumpliendo 30 años ininterrumpidos de democracia.

Señor presidente:

Hemos recibido con suma preocupación la noticia de que la casa del legislador de la provincia de Tucumán, Jesús Salim, ha sido atacada a balazos, en lo que significa un ataque directo a Salim y una forma de querer amedrentarlo por su actividad política.

Para peor, este hecho ocurrido en Tucumán llega después del episodio de similares características sufridas por el gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti.

Si bien ambas causas judiciales están en pleno proceso, es de suponer que los ataques tendrían que ver con el accionar de grupos mafiosos que intentan amedrentar a funcionarios o legisladores que tocan sus intereses espurios en beneficio del interés público y el bienestar general.

En definitiva, se ve claramente como el accionar del Estado y de la política chocan con estos grupos delictivos que sin duda se sentirían mucho más cómodos con Estados pequeños, con la gente en sus casas y no con los militantes políticos en los barrios, luchando contra las mafias en favor de los derechos de los más vulnerables. Y peor para ellos, cuando esos militantes políticos llegan a ocupar lugares dentro del propio Estado, como el caso de Salim.

Estos 30 años ininterrumpidos de democracia que estamos cumpliendo, con sus aciertos y errores, no dejan más margen para que sucedan este tipo de cosas que intentan poner a las organizaciones criminales por encima de las propias instituciones democráticas, ya que son antagónicas a éstas.

Por eso, las propias instituciones de la democracia, como esta Cámara de Diputados de la Nación, tienen que actuar con mucha firmeza en el repudio de esta clase de hechos, sea quien fuera la víctima y el sector político al que representa.

Es por eso que les pido a mis colegas diputados que me acompañen con este proyecto de resolución para que nadie tenga ninguna duda sobre la elección que hemos hecho los argentinos: que las disputas de deben dar en el marco de las instituciones democráticas, donde no hay lugar para la violencia de ningún tipo.