La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su preocupación ante la intención del Gobierno de la Provincia de San Luis de apropiarse del Parque Nacional Sierra de las Quijadas.

Señor presidente:

El Parque Nacional "Sierra de las Quijadas", ubicado en los departamentos de Belgrano y Ayacucho, noroeste de la Provincia de San Luis, fue creado en 1991 a fin de preservar ambientes representativos del ecotono de la Ecoregión del Monte, de llanuras y de mesetas, y del Chaco Seco árido.

Esta área protegida responde al carácter de Categoría II de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), cuyo objetivo es proteger la biodiversidad natural junto con la estructura ecológica subyacente y los procesos ambientales sobre los que se apoya y promover la educación y el uso recreativo, y también de AICA, es decir de Área Importante para la Conservación de Aves. Por otra parte, contiene yacimientos arqueológicos y paleontológicos de enorme valor y un recurso paisajístico de excepción. Comprende unas 75.000 hectáreas que hacen de zona núcleo y otras 75.000 hectáreas corresponden a la "Reserva Provincial Sierra de las Quijadas" que actúan como zona de interfase o amortiguamiento del Parque.

Se destaca desde el punto de vista turístico el Potrero de la Aguada y las sierras del mismo nombre, con acantilados, cornisas y terrazas de color rojizo, de entre 150 y 300 metros de altura, que delimitan un inmenso anfiteatro natural, de unas 4.000 hectáreas, que se pueden observar desde un punto panorámico del denominado Circuito Superior del Parque.

Aunque la denominación del lugar no debe llamar a equívocos, en la zona hay muy poca o nula presencia de agua y el río, o más bien torrente, que recorre el área, solo lleva agua las pocas que veces que llueve, generalmente en verano, el resto del año es solo arena y rocas. El clima es marcadamente seco, árido, templado y con gran amplitud térmica entre el día y la noche y entre las estaciones.

Las Sierras de las Quijadas en San Luis, se orientan de norte a sur en una extensión de unos 35 kilómetros de largo y 15 kilómetros de ancho y conforman una región de especiales características geológicas. Al oeste de las mismas corre el Río Desaguadero, que a su vez es límite interprovincial entre Mendoza y San Luis, que tiene su origen en el complejo lagunar de Guanacache, debido a los aportes, principalmente, de los ríos San Juan y Mendoza.

Este Parque Nacional resguarda árboles muy conspicuos de la República, como el quebracho blanco, los algarrobos, la brea, el chañar, el piquillín, las jarillas, etc. vegetación típica de la ecorregión denominada monte, y en Quijadas se destaca con particularidad la presencia de un endemismo argentino la "chica" (Ramorinoa girolae), arbustos con copa muy ramificada, sin hojas, pequeñas flores amarillas que producen un fruto comestible, de alto contenido proteico, parecido al maní, pero cuya característica mas interesante es su madera, que resulta durísima y es utilizada para confeccionar ganchos irrompibles, mangos de herramientas y otros.

Hay tres endemismos típicos de Quijadas (especies vegetales únicas en el mundo) que son la zampa puntana (Gomphrena colocasana), la zampa (Atriplex quixadensis) y la margarita puntana (Senecio hualtaranensis).

En cuanto a la fauna se destacan las aves, ya se mencionó que es un sitio AICA, es decir de especial interés para la conservación de las aves. Está confirmada la presencia de 153 especies de aves, que algunos estudios elevan hasta 190, incluyendo el ñandú americano, la martineta común -en constante disminución-, el cóndor andino, el halcón peregrino y las raras águilas coronadas -consideradas vulnerables a nivel mundial-, entre las más conocidas y los cada vez más disminuidos pájaros, debido al comercio de fauna, como lo son el cardenal amarillo y la reina mora. Hay 23 especies de mamíferos y en esta área están los últimos registros puntanos del yaguareté o tigre americano, ya extinto en todo el área central de Argentina, hay zorros, gatos monteses, pumas, guanacos, pecaríes de collar -con la población más importante de San Luis-, vizcachas y otros. Hay también nueve especies de reptiles comprobados, como el lagarto colorado y la tortuga terrestre (también amenazada por el comercio de fauna como mascota) y 5 especies de lagartijas o "chelcos", aunque es probable que la investigación encuentre más especies e incluso algunos endemismos.

Toda esta riqueza biológica se complementa con variados recursos paleontológicos. La Sierra de las Quijadas abarca el periodo Triásico, gran parte del Cretácico inferior y probablemente del Jurásico. Se destaca la formación "El Jume" la más antigua, de 120 millones de años aproximadamente, que constituye el área del Potrero de la Aguada. Allí se obtuvieron raíces y troncos petrificados y se han hallado importantes huellas de dinosaurios. Se estima que las formaciones "El Toscal" y "La Cruz" tienen una antigüedad de 110 millones de años, aunque hasta ahora se han encontrado en ella pocos registros de fósiles. Otra formación de gran importancia, de unos 100 millones de años, se llama "Lagarcito" y es la más importante en restos fósiles, destacándose un reptil volador (Pterosaurios o "lagartos alados") único en el mundo, que fue denominado Pterodaustro guinazui, y también hay fósiles de peces, crustáceos y otros. Vale decir que en este Parque Nacional es posible estudiar la evolución de la diversidad biológica, lo que le otorga al sitio un valor científico de singular importancia, no solo local, sino en el orden mundial. Este parque compone la denominada "ruta de los dinosaurios" juntamente con los Parques Nacionales de Talampaya en la Rioja y el Parque Provincial Ischigualasto o Valle de la Luna en San Juan, que abarcan distintos períodos de las diversas eras geológicas, con lo que se puede completar un circuito, con distancias no muy importantes, de alto valor científico, pero también de mucho interés turístico por el auge que han tenido los dinosaurios en la cultura popular.

Esta área también contiene una importante riqueza arqueológica, particularmente en el sector pedemontano. En el camino de acceso a la Portada en Hualtarán, hay evidencia de antiguas ocupaciones humanas, especialmente de los huarpes, dado que en lugar se encuentran unos 25 hornos de tierra u hornillos con forma de tinaja o botijas. Algunos autores estiman que eran para cocinar alimentos y otros para la producción de piezas de cerámica, que por los fragmentos encontrados era muy bien elaborada, de color gris, paredes finas y de cocción pareja, con decoración incisa en doble línea perimetral.

Mediante ley provincial 4.844 de 1989 la Provincia de San Luis declaró esta área de interés público y cedió el dominio y la jurisdicción a la Nación Argentina, que a través de la ley nacional 24.015 de 1991 lo declaró Parque Nacional en las 75.000 hectáreas previstas, quedando desde entonces bajo el manejo de la Administración de Parques Nacionales (APN).

El Gobierno de la Provincia de San Luis puso en vigor el 2 de agosto de 2010 la ley provincial 721/2010 declarando de utilidad pública y sujeto a expropiación, los derechos cedidos al Estado Nacional mediante convenio celebrado entre el Gobierno Provincial y la Administración de Parques Nacionales en 1989 relativo al actual Parque Nacional Sierra de Las Quijadas.

Numerosos miembros del Comité Argentino de la Unión Mundial para la Naturaleza rechazaron la disolución del Parque Nacional Sierra de las Quijadas: Asociación Civil Los Algarrobos, Centro Desarrollo y Pesca Sustentable (CeDePesca), Centro de Derechos Humanos y Ambiente (CEDHA), Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Fundación Ambientalista Sanjuanina, Fundación Hábitat y Desarrollo, Fundación Red Informática Ecologista (RIE), Fundación Patagonia Natural (FPN), Fundación PROTEGER, Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA), además de las ONGs Aves Argentinas y Fundación Biodiversidad.

Cabe destacar que como consecuencia de esta acción unilateral de la Provincia, la credibilidad de la política de conservación de República Argentina quedaría afectada internacionalmente, ya que transfiere un área natural protegida con Categoría II de la IUCN al rango de simple reserva provincial.

El Poder Ejecutivo provincial justificó la medida acusando al Poder Ejecutivo nacional de negarse a restituir las tierras de Sierras de las Quijadas a sus dueños originales, los huarpes, a la Administración de Parques Nacionales de desidia, por no realizar obras destinadas a mejorar la afluencia turística al lugar y a las autoridades nacionales del área turismo de ineficacia, por no promocionar el sitio lo suficiente.

Creemos oportuno aclarar estas alegaciones. En primer lugar, el área en consideración abarca 150.000 hectáreas, concebidas en un diseño realizado por especialistas, donde solamente el núcleo (75.000 hectáreas) fueron cedidas a Parques Nacionales. La jurisdicción y dominio de las otras 75.000 hectáreas corresponde a la Provincia de San Luis y están destinadas como área de reserva o de amortiguamiento para el resguardo del efecto que puede producir el turismo en un área particularmente frágil. De modo que si la Provincia de San Luis tiene intenciones de restituir 75.000 hectáreas de tierras a la comunidad huarpe, no hay ningún impedimento para que afecte a tal propósito las áreas de reserva bajo su dominio y jurisdicción, las que prácticamente rodean todo el Parque Nacional, sin necesidad de incurrir en contradicciones abiertas a lo dispuesto en una ley nacional.

En segundo lugar, como se mencionó, el clima de la región es marcadamente árido. Llueve muy poco y los recursos biológicos resultan escasos, de modo que la restitución de las tierras a los huarpes resulta en gran medida simbólica, porque en el parque no se puede desarrollar con éxito ninguna actividad sustentable, caza, cultivo, extracción de madera o cualquier otra explotación de recursos naturales, con la única excepción del turismo. Cabe señalar que la Administración de Parques Nacionales está en condiciones de llevar adelante esta actividad, co-manejando el área con el pueblo originario de los huarpes, además que les ofrecería capacitación, les brindaría mayores oportunidades y otras ventajas. Actualmente APN co-maneja el Parque Nacional Lanín con el pueblo originario de los mapuches, donde incluso se permite la extracción de madera nativa, y esta es la forma que en toda América latina y África se beneficia a los antiguos pobladores del área, caracterizando a la zona bajo el "paraguas" de la figura de área protegida, garantizando con ello la conservación integral del área y su biodiversidad y el resguardo palentológico y arquelógico del sitio.

En tercer lugar, si bien es cierto que la APN no ha realizado en el Parque Nacional las obras previstas, no menos cierto resulta que las mismas estaban concatenadas a que la Provincia realice un acueducto y tendido eléctrico, ya que en la zona no hay agua ni energía eléctrica. Para darse una idea, actualmente hay un solo teléfono satelital en el pueblo de La Chañarienta, a diez kilómetros de Hualtarán yendo hacia el norte. Los servicios de información turística aconsejan a los visitantes del Parque Nacional estar bien aprovisionados de combustible porque tampoco existen estaciones de servicio en las inmediaciones. A 20 kilómetros de la entrada al Parque, hacia el sur está la población más importante del área, el pueblo de San Antonio, que cuenta con energía eléctrica y agua y un par de almacenes de ramos generales donde se puede el turista aprovisionar, pero carece de combustible.

Cabe remarcar que el desarrollo de esta zona es muy factible mediante la explotación turística, pero es difícil que ésta tenga éxito sin una acción conjunta entre el Ministerio de Turismo de la Nación, la Administración de Parques Nacionales, la Provincia de San Luis y la comunidad del pueblo originario huarpe, interactuando de conjunto y asumiendo cada uno las responsabilidades en forma integral. El avance de la Provincia de San Luis sobre los derechos que corresponden legalmente a la Nación conspira gravemente contra este propósito.

Por todo lo expuesto, y por las razones que se darán en oportunidad de su tratamiento, solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.