La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Homenajear al poeta santafesino José Pedroni y a su obra literaria, en el 41º aniversario de su fa- llecimiento.

Señor presidente:

José Bartolomé Pedroni nos ha legado una vasta obra poética, retratando la vida en el interior del país, en el seno de una gran familia, describiendo sentimientos, paisajes y sensaciones con profunda simplicidad y belleza.

Nació el 21 de septiembre de 1899 en Gálvez (Santa Fe). Sus padres, Gaspar Pedroni y Felisa Fantino, fueron inmigrantes italianos como muchos en aquellos tiempos.

Creció, entonces, en una ciudad pequeña, en contacto con el campo, la tranquilidad, los juegos, el amor de la familia y el oficio de su padre. Fue el octavo de once hermanos. Realizó sus estudios primarios en la escuela fiscal de Gálvez, hoy Escuela Nº 290 Simón de Iriondo. Simultáneamente, trabajó con su padre como ayudante de albañil.

"Mi escuela, aquella escuela no tenía ni nombre ni linaje, y ya no existe. Si digo que la quise, mentiría. Fue ella quien amó a su niño triste. Para alegrarme abría su ventana por donde entraba el campo con su aroma; se ponía a reír en la campana o se echaba a volar con la paloma". En 1912 se radicó en Rosario, donde estudió en la Escuela Superior de Comercio y aprendió inglés y francés, obteniendo el título de Bachiller en 1916. Fue en esos años que comenzó a publicar sus primeras poesías en diarios y revistas. Fueron también años de experimentar la vida en una gran ciudad, en épocas de movimientos obreros socialistas y anarquistas, signadas por el Grito de Alcorta (primera huelga agraria del país) y el asesinato del abogado Francisco Netri.

En 1918 se trasladó a San Carlos Norte y luego a Sa Pereira, siempre movido por cuestiones laborales. Allí trabajó como contador en la cerealera de Alejo Chautemps. Allí, también, conoció a Elena, la hija de Chautemps, con quien contrajo enlace el 26 de marzo de 1920.

El 17 de marzo de 1921 nació Omar Tulio, su primer hijo. En abril recibió la baja como conscripto militar. Ya desafectado del servicio y junto a esposa e hijo, se mudó a la ciudad de Esperanza, donde durante 35 años trabajó como contador en la fábrica de arados de Nicolás Schneider (h).

Su obra proliferó a partir de entonces. En 1923 publicó su primer libro, La gota de agua, con poemas sobre los hijos, la mujer amada, el obrero, el hombre y la tierra. En 1925 dio a conocer Gracia plena, con poemas inspirados por la llegada de su segundo hijo, José María.

"Un día, un dulce día, con manso sufrimiento, te romperás cargada como una rama al viento.

Y será el regocijo

De besarte las manos, y de hallar en el hijo

Tu misma frente simple, tu boca, tu mirada,

Y un poco de mis ojos, un poco, casi nada..."

Por la dulzura y calidez de este libro, Pedroni fue intensamente elogiado. Un hecho relevante en este sentido aconteció el 13 de junio de 1926 cuando La Nación publicó una nota en la que Leopoldo Lugones destacaba la obra de Pedroni, bautizándolo "el hermano luminoso".

En 1928 nació Juan Carlos, el tercer hijo y en 1930, Ana María, la única hija del matrimonio.

En 1937 publicó Diez mujeres; en 1941, El plan nuestro; en 1944, Nueve cantos. En 1956 presentó Monsieur Joaquín, homenajeando a los inmigrantes fundadores de la primera colonia agrícola organizada del país: Esperanza. En 1960 publicó Cantos del hombre y Canto a Cuba. En 1964, La hoja voladora y en 1963 El nivel y su lágrima, su último libro.

El 4 de febrero de 1968 falleció en la ciudad de Mar del Plata, a causa de una descompensación cardíaca.

Aún hoy, a 41 años de su fallecimiento, sus poemas siguen conmoviendo a los lectores. La vigencia innegable de la obra de un gran poeta santafecino merece nuestro homenaje, es por ello que solicito a mis colegas me acompañen en la aprobación del presente Proyecto de Declaración.