La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

1-Su más enérgico rechazo a las expresiones del Primer Ministro Italiano, Silvio Berlusconi, en las que, en forma irrespetuosa e inadmisible, pretendió burlarse de los 'vuelos de la muerte' que integraron la práctica habitual de exterminio de los genocidas que encaramados en el ejercicio ilegítimo e ilegal del poder, instrumentaron y aplicaron el Terrorismo de Estado en la República Argentina en el período 1976/1983, violando en forma masiva y sistemática los derechos humanos de la población a través de la comisión reiterada de lo que la comunidad internacional denomina 'delitos de lesa humanidad'.

2-Su solidaridad permanente con las víctimas de la represión ilegal, sus familiares y los Organismos de DDHH que con voluntad inquebrantable han luchado durante todos estos años por la memoria, la verdad y la Justicia en nuestro país, apelando a métodos irreprochables que tanto los alejan de la brutalidad del gobierno militar de entonces cuanto de los gestos descomedidos de quienes, no haciendo honor a sus responsabilidades políticas y al decoro que las mismas exigen, no trepidan en incurrir en actitudes reñidas con el respeto que les deben a aquellos que padecieron una de las más sangrientas persecuciones de que registre memoria la Historia Argentina.

3-Su apoyo a la inmediata reacción del Gobierno Argentino, que a través de su Canciller, Lic. Jorge Taiana, convocó de urgencia al embajador italiano en nuestro país a fin de que brinde las explicaciones, aclaraciones y/o rectificaciones a que hubiere lugar en relación con la desafortunada conducta del Primer Ministro Berlusconi.

Señor presidente:

En una reciente conferencia de prensa, el Primer Ministro Italiano, Silvio Berlusconi, expresó textualmente: "De mí dijeron de todo, que soy como Hitler, como Mussolini, que soy como el dictador argentino que se sacaba de encima a sus opositores llevándolos en aviones con una pelota, les abría la puerta, arrojaba la pelota y les decía: `Afuera hay un hermoso día, vayan un rato a jugar`, que hace reír, aunque es dramático".

La irrespetuosidad inadmisible de tales declaraciones, reñidas con el respeto debido a las víctimas del Terrorismo de Estado en nuestro país, que llevó a la desaparición de decenas de miles de argentinos y de ciudadanos de distintas nacionalidades, que sufrieron en carne propia la aberración y atrocidad de los 'delitos de lesa humanidad', condenados por el Derecho y por la comunidad internacional, no resisten la pretendida excusa alegada con posterioridad por voceros del gobierno italiano en el sentido de que aquellas fueron sacadas de contexto.

La particularidad de los 'vuelos de la muerte', descriptos detalladamente por el periodista y escritor Horacio Verbitsky en su libro ' El Vuelo', donde entrevistó al 'supuesto' arrepentido Adolfo Scilingo-hoy condenado a cadena perpetua en España-, dan cuenta de la cobardía, perversión y salvajismo de los militares, y de sus cómplices civiles, que participaron de la eliminación física de sus víctimas -previa tortura y, en casos, desapoderamiento de bienes y sustracción de menores-, en lo que constituyó el `modus operandi` de quienes haciendo base en la tristemente célebre Escuela de Mecánica de la Armada(ESMA) inyectaron con pentotal a prisioneros indefensos y los arrojaron al mar o al Río de la Plata, como expresión de un poder abyecto y subhumano.

Quien esto suscribe no solo sufrió prisión y tormentos, sino que perdió a su madre -Angela María Aieta de Gullo- y a su hermano -Jorge Salvador Gullo- en las garras de los monstruos que usurparon el poder político e impusieron a través del terror un proyecto neoliberal de dependencia en nuestro país, al servicio de intereses económicos foráneos y de los grupos transnacionales de mayor poderío económico- financiero.

Pero, y vale la pena decirlo, la afrenta concretada por el Primer Ministro Berlusconi no solo ofende a las víctimas de las violaciones, a sus familiares y a las ONG`'s de Derechos Humanos que han bregado todos estos años por la memoria, la verdad y la Justicia, sino también a toda la sociedad argentina como a la conciencia civilizada de la humanidad. Y por cierto, a nadie en su sano jucio puede 'hacer reir'.

Por ello, nuestra solidaridad con las víctimas, sus familias y los organismos, los que demostrando una madurez cívica ejemplar nunca reclamaron la 'ley del talión', sino que siempre recurrieron a las vías institucionales y democráticas que con estricto respeto a la Constitución Nacional llevaran a la investigación y sanción de los responsables de las violaciones masivas de los derechos humanos ocurridas en nuestro país.

También merece nuestro apoyo la rápida reacción del Gobierno Nacional, que a través de su Canciller, Lic. Jorge Taiana, reclamó en forma inmediata las aclaraciones pertinentes convocando al embajador italiano en la Argentina.

Por estas razones y por el respeto que merece la memoria de los 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos, solicito la aprobación por mis pares del presente proyecto.