La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Vería con agrado que el Poder Ejecutivo asigne recursos comprendidos en fondos nacionales a proyectos de investigación científica, para el desarrollo y la producción de una vacuna contra la enfermedad de Chagas.

Señor presidente:

La enfermedad de Chagas, producida por el parásito Trypanosoma cruzi, afecta a poblaciones semirurales y rurales que habitan las tierras cálidas de América Latina. Las estimaciones señalan que 20 millones de latinoamericanos la padecen y en nuestro país aproximadamente 4 millones de personas se encuentran infectadas. Este mal puede ocasionar un gran perjuicio a sus portadores, debido a lesiones del corazón y de otros órganos vitales.

En Latinoamérica alrededor de diez mil individuos mueren cada año a causa de este mal, mientras que el número anual de nuevos casos debido a la transmisión vectorial asciende a 41.200 y el de Chagas congénito a 14.385 por año. Estas cifras convierten a la enfermedad de Chagas en uno de los problemas de salud pública más graves de toda Latinoamérica.

La disminución de la prevalencia de la infección y la disminución o desaparición en algunas áreas, señalan que luego de más de 40 años de programas sociales, es factible el control de la transmisión del Chagas. Sin embargo, en América Latina el impacto social y económico es todavía enorme, ya que esta enfermedad es incurable en la mayoría de los casos y hasta el momento no hay disponibilidad de una vacuna efectiva para prevenirla.

En este contexto creemos oportuno diseñar nuevas estrategias para dar soluciones definitivas al mal de Chagas. Esto podría lograrse con el desarrollo de una vacuna con uso profiláctico y terapéutico.

Cabe destacar que Argentina lidera las investigaciones en pos del desarrollo de una vacuna y en la producción de fármacos para el tratamiento del Chagas en toda América Latina. Hasta el momento las iniciativas científicas en nuestro país avanzaron exitosamente en el desarrollo de un prototipo de vacuna (en base a lípidos extraídos de

arquibacterias no patógenas, del género Halorubrum, procedentes de la Patagonia) que ha mostrado gran eficacia en las pruebas en roedores. Sin embargo, para completar los estudios de seguridad y eficacia que certifiquen la aplicación en humanos, se hace indispensable la inversión efectiva de recursos. Es una paradoja que teniendo los recursos humanos con la altísima capacitación científica que requieren estos procedimientos, la falta de recursos económicos obstaculicen su pleno desarrollo tecnológico.

Los científicos argentinos plantean, además, que los laboratorios extranjeros dejaron de interesarse en el mal Chagas o en desarrollar una fórmula efectiva de vacuna. El Chagas es "un mal de pobres" por lo que no presentaría incentivo económico suficiente para que el mercado invierta lo necesario en recursos humanos, instalaciones, insumos, equipos, etc.

Por ello, consideramos que se hace indispensable la participación del Estado con las inversiones necesarias a fin de equilibrar la calidad de vida de todos los ciudadanos. El fortalecimiento del papel de la ciencia en pos de un mundo más equitativo requiere revisar las prioridades y cuantías en materia de inversión.

Se espera que esta inmunoterapia tenga eficacia para prevenir o retrasar el inicio de la cardiomiopatía chagásica en infectados, ya sea con serología positiva o que ya presentan evidencias tempranas de la enfermedad, como son las alteraciones electrocardiográficas o ecocardiográfica.

Por las razones expuestas es que solicitamos al Poder Ejecutivo que a través de La Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, organismo nacional dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, dedicado a promover el financiamiento de proyectos tendientes a mejorar las condiciones sociales, económicas y culturales en la Argentina, y por intermedio de los Programas de Fondos FONARSEC, FONTAC, o los que considere, asigne los recursos necesarios para el desarrollo y la producción de una vacuna contra la enfermedad de Chagas.