La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su beneplácito por la obtención de un envase activo antimicrobiano producto del desarrollo de tecnologías emergentes para la preservación de productos alimenticios, elaborado en los laboratorios del INTI en colaboración con el Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA) del CONICET.

Señor presidente:

La necesidad de proteger la salud de los consumidores, y preservar a los alimentos de peligrosas contaminaciones por las que deban ser desechados antes de su consumo durante la cadena de distribución, los productos necesitan estar muy bien protegidos del deterioro físico, químico y microbiológico.

Con este objetivo, profesionales del Centro INTI-Plásticos, en colaboración con el Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA) del CONICET, desarrollaron un envase activo capaz de inhibir el crecimiento de Listeria en productos cárnicos.

La Listeria monocytogenes es una bacteria que puede encontrarse tanto en alimentos crudos, como procesados. Este microorganismo es causante de la listeriosis, una enfermedad que afecta principalmente a mujeres embarazadas, personas de edad avanzada o cuyo sistema inmunológico esté debilitado.

El envase activo antimicrobiano fue probado en salchichas contaminadas y obtuvo exitosos resultados por desarrollar alguna función adicional a la de proteger a los alimentos de las condiciones externas, asegurando la extensión de la vida útil y/o la preservación de la calidad higiénico-sanitaria de los mismos.

Al respecto, la licenciada Mariana Blanco Massani, miembro del Centro INTI-Plásticos, explicó los alcances del proyecto de elaboración de este envase activo, al expresar: "Este desarrollo se originó a partir de la necesidad de estudiar nuevas tecnologías en materia de seguridad alimentaria. La incorporación de un agente antimicrobiano en un plástico permite que su efecto se localice a nivel superficial, donde puede ocurrir la contaminación del alimento. El uso de tecnologías emergentes de preservación en productos alimenticios contribuye con un mercado de alimentos más sustentable, protegiendo la salud pública y evitando que los alimentos sean desechados antes de su consumo. A través del trabajo de Tesis Doctoral de mi autoría, bajo la dirección de la doctora Graciela Vignolo (CERELA), y codirección de la doctora Patricia Eisenberg (INTI-Plásticos), se estudió la obtención y caracterización de un material plástico con actividad antimicrobiana."

La capacidad antimicrobiana del envase proviene del

hecho de que algunos microorganismos, como las bacterias lácticas que forman parte de la flora natural de alimentos fermentados y derivados lácteos, son capaces de producir péptidos antimicrobianos denominados bacteriocinas. Las mismas son proteínas o péptidos producidos por algunas bacterias y que poseen actividad antimicrobiana, letal o inhibidora, frente a grupos bacterianos estrechamente relacionados con los que las producen. Su naturaleza química permite que puedan ser consideradas conservadores naturales. En particular, Lactobacillus curvatus CRL705, aislado de la flora natural de salames artesanales argentinos, produce al menos dos bacteriocinas que han demostrado habilidad para inhibir patógenos y contaminantes en sistemas y productos cárnicos. El plástico activo obtenido contiene las bacteriocinas producidas por Lactobacillus curvatus CRL705 como agentes antimicrobianos.

La utilización de este tipo de envases implicará beneficios para los productores de alimentos, al evitar pérdidas por retiro de productos del mercado cuando estos se deterioran o se produce contaminación con patógenos; y desde el punto de vista del consumidor, le permitirá tener mayor confianza en el producto que está consumiendo, así como tener la opción de alimentos con menos cantidad de conservantes.

Este promisorio envase aún se encuentra en etapa de desarrollo para su aplicación en alimentos, ya que las bacteriocinas producidas por L. curvatus CRL705 aún no están aceptadas como aditivos alimentarios. No obstante, la investigación de éstas como biopreservantes resulta en un gran aporte para su potencial aprobación, ya que estas bacteriocinas presentaron mayor capacidad inhibitoria en estudios de laboratorio respecto a la nisina (bacteriocina aprobada para su uso alimentario).

Por las razones expuestas, señor Presidente, y por la importancia de garantizar la seguridad alimentaria que contribuya a un mercado de alimentos más sustentable, solicito el acompañamiento de mis pares para la aprobación del presente proyecto.