La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar enérgica condena y repudio ante los atentados terroristas perpetrados contra la población civil, en Bombay (India), los días 25, 26 y 27 de noviembre.

Manifestar nuestra solidaridad al dolor del pueblo y el gobierno de la India principalmente a los familiares de las víctimas indias y del resto de las nacionalidades fallecidos en dichos atentados.

Señor presidente:

Durante los días 25, 26 y 27 de noviembre del corriente año, la ciudad Bombay, capital financiera e industrial de la India, fue nuevamente escenario de violentos atentados terroristas con un saldo aproximado de 197 víctimas y mas de 300 heridos. A diferencia de los anteriores de septiembre pasado que fueron reivindicados por unos desconocidos Muyaidines, estos ataques han sido reclamados por grupos muyaidines semidesconocidos, autotitulados Deccan Muyaidin. Ello implicaría que India aportaría a su propio terrorismo extremista islámico, otro incipiente enraizado en el fanatismo hindú.

Los terroristas de esta aparente nueva cédula demostraron poseer un alto grado de entrenamiento con una disciplina y una sincronía bastante elaboradas propias de las organizaciones terroristas de amplia experiencia. En su accionar quedó evidenciado el manejo de nuevas tácticas y de armamento más sofisticado. Este salto cualitativo le permitió a sólo diez terroristas atemorizar durante tres días a una ciudad de 20 millones de habitantes. Los atacantes entraron disparando indiscriminadamente en tres de los hoteles más lujosos de la ciudad, en un cine, en un restaurante famoso, en una atestada estación de trenes e incluso sitiar un cuartel de policía. Luego, se atrincheraron en algunos de esos lugares tomando a cientos de rehenes así como ocupar un centro ortodoxo judío donde mataron a todos sus ocupantes.

Según manifestaciones de los testigos, los ataques habrían estado dirigidos principalmente a turistas, hombres de negocios y representantes gubernamentales de países como Estados Unidos y Gran Bretaña más intereses judíos. No obstante, la mayoría de las víctimas resultaron ser ciudadanos indios civiles.

Estos atentados en Bombay merecen la mayor de las condenas y el más repudio de la comunidad internacional porque el ataque indiscriminado a civiles constituye una severa escalada en la violación de los derechos humanos que atenta contra los valores democráticos y la paz mundial. Por lo expuesto, solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.