La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su más enérgico repudio al accionar del Servicio Penitenciario Federal, responsable por los malos tratos y condiciones de detención a las que fue sometido Matías Cejas que lo llevaron a suicidarse en su celda el día 28 de agosto de 2013.

Señor presidente:

El caso de Matías Cejas es un síntoma de una realidad extremadamente preocupante en los centros de detención, pertenecientes al Servicio Penitenciario Federal. Se trata de un caso entre muchos pero particularmente llamativo por la gravedad de los sucesos y porque resultó en el suicidio de un interno, aun cuando se habían dado una serie de señales de alarma. En definitiva, se trata de una muerte cuya responsabilidad le cabe a quienes tienen a su cargo la custodia de las personas privadas de la libertad.

Matías Cejas fue trasladado en junio a la cárcel de Ezeiza desde la U7 de Chaco, tras haber denunciado torturas y una violación. Se trataba de una persona que merecía una especial protección en razón de estas denuncias en contra del Servicio Penitenciario y de ahí su traslado. Sin embargo, y a pesar de haberse solicitado judicialmente su traslado a una unidad psiquiátrica, se ahorcó en su celda de castigo.

Toda la historia de Matías Cejas demuestra una cadena de falencias del Servicio Penitenciario, desde las torturas iniciales, hasta la falta de protección que le siguieron, al rechazo a la internación en una unidad psiquiátrica, y finalmente a su suicidio en una celda de castigo cuando se trataba de un interno que merecía especial resguardo.

De acuerdo al artículo 18 de la Constitución Nacional, a los artículos 5 y 7 de la Convención Americana de Derechos Humanos y a las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos, las personas privadas de la libertad tienen derecho a condiciones de detención que respeten su integridad personal, su derecho a una vida digna, con lo cual además de una serie de derechos con respecto al espacio, la atención médica, la alimentación, entre otras cuestiones, merecen un trato libre de violencia y torturas.

A su vez, el Sistema de Coordinación y Seguimiento de Control Judicial de Unidades Carcelarias en su primera recomendación ha informado que el número de muertes en centros de detención dependientes del Servicio Penitenciario Federal ha aumentado en los últimos años "pues las estadísticas revelan que en el año 2010 se registraron 32 muertes; en 2011, 39 muertes; en 2012, 57 muertes, y en lo que va de este año, 29 muertes". (http://www.ppn.gov.ar/sites/default/files/Recomendaci%C3%B3n.pdf)

Por otro lado, la Procuración Penitenciaria registra en su página web 429 casos de torturas y malos tratos investigados y documentados en 2012 y en hasta el 1 de mayo de 2013 unos 367 casos.

Todos estos números no hacen más que reflejar que la historia de Matías Cejas es una más entre múltiples casos, con lo cual es preciso poner el foco en la actuación del Servicio Penitenciario Federal y llamar la atención sobre su accionar que en definitiva implica violaciones a los derechos humanos.

Por último, es preciso poner de resalto que desde la sanción de la ley que crea el Mecanismo de Prevención de la Tortura a fines del año pasado, éste todavía no se puso en funcionamiento. Un caso como el que venimos a repudiar debería impulsar urgentemente la composición del Comité de Prevención.

Por los motivos expuestos, les solicito a mis colegas que me acompañen con su firma.