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PROYECTO DE TP


Expediente 6279-D-2014
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO SOBRE DIVERSAS CUESTIONES RELACIONADAS CON LA SITUACION GENERAL DEL SUBSECTOR ELECTRICO.
Fecha: 13/08/2014
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 101
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que por intermedio de quien corresponda informe a esta Honorable Cámara respecto de:
La situación general del subsector eléctrico en los siguientes aspectos:
- La estructura de precios efectivamente vigente en los distintos segmentos del subsector eléctrico y la desagregación de los mismos por fuente de generación.
- Si la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA), en cabeza de la administración general del sector, registra deudas con el segmento de empresas generadoras de energía eléctrica. Si así fuere, monto global de las deudas y razones de la persistencia de las anomalías económico-financieras.
- Evolución del índice de indisponibilidad térmica del parque de generación térmico instalado en la Argentina.
- Niveles de inversión efectivamente registrados en materia de generación y transmisión de energía eléctrica entre 2004 y 2013 en la República Argentina.
- Situación del estado patrimonial de las empresas prestadoras del servicio público de electricidad en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires.
- Razones de la puesta en marcha de un programa de convergencia y adecuación de tarifas eléctricas entre todos los distritos del país. Compromisos específicos que adquiere el Estado nacional en relación a los Estados provinciales en lo que respecta al estado general del servicio eléctrico.
- Niveles de ejecución del programa denominado Energía Plus, vigente desde 2006 a partir de la Resolución 1281 de la Secretaría de Energía de la Nación.
- Existencia de evaluaciones técnicas, económicas y financieras relativas a posibles readecuaciones y/o aumentos de los cuadros tarifarios del servicio público de electricidad.
En lo que respecta al servicio público de electricidad brindado por Edenor S.A. y
Edesur S.A. en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires, y en
el contexto de la grave crisis de distribución eléctrica que se ha vivido entre diciembre
de 2013 y enero de 2014, se requieren precisiones sobre los siguientes aspectos:
- La existencia de planes integrales de obras realizados en la red de distribución eléctrica en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires y la forma en que los mismos fueron comunicados a la opinión pública.
- Detalle de las obras efectivamente realizadas hasta el momento en cada una de las comunas en lo que se refiere a mantenimiento de redes, funcionamiento de subestaciones, cámaras y transformadores en toda la red de infraestructura de distribución manejada por Edenor y Edesur.
- Información específica, concreta y en tiempo real sobre el funcionamiento del Sistema de Monitoreo Vehicular Continuo que las empresas comprometieron a poner en marcha a los efectos de ubicar las cuadrillas en las zonas de trabajo comprometidas.
- Brindar detalles sobre el despliegue de los equipos de trabajos en las zonas en las que se efectuaran reparaciones y/o obras de mantenimiento y de reemplazo de infraestructura y material eléctrico, incluyendo tanto los guarda reclamos (de baja tensión), como las guardias, cuadrillas de mantenimiento y de obras, y equipos de localización de falla (en todos los casos, para baja y media tensión).
- Informar fehacientemente sobre los tiempos y modalidades de contratación de personal excedente para su afectación a los trabajos de reparación y mantenimiento de la red que, en función de lo establecido, deberán representar no menos de un 20% de la fuerza de trabajo actualmente en actividad por parte de las dos empresas prestadoras del servicio público de electricidad.
- Especificar la forma y los tiempos en que se realizarán los estudios de factibilidad que deberán determinar si la incorporación de los nuevos requerimientos a la red que superen los 50 kilowatt no producen modificaciones "que afecten la calidad del servicio", de acuerdo con los respectivos contratos de concesión.
- Precisar las características de los informes técnicos y operativos que obran en poder de la Comisión Técnica creada a través de la Resolución 266/2014 del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios- publicada el pasado 24 de enero de 2014 en el Boletín Oficial- según la cual debe prestarse toda la asistencia técnica y operativa a la Subsecretaría de Coordinación y Control de Gestión del Ministerio de Planificación Federal, a los efectos de llevar adelante todas las obras necesarias en la red de distribución atendida por las compañías prestadoras del servicio.
- Especificar si los montos remanentes reunidos por las compañías distribuidoras en la cuenta especial creada por la Resolución 347/2012- por medio de la cual se aumentaron los cargos fijos cobrados a los usuarios residenciales y comerciales en las facturas del servicio eléctrico a los efectos de canalizarlos a las obras de mantenimiento de la red-, han sido debidamente utilizados para los fines establecidos y, si así hubiere sido, en qué tipo de obras y en qué barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Es importante tener en cuenta que, según se precisa en la Resolución 3/2014 del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios- publicada en el Boletín Oficial el pasado 3 de enero de 2014- la referida cuenta tenía un remanente acumulado, al 20 de diciembre de 2013, de $54.347.803,82 correspondientes a Edesur S.A. y de $161.027.770,17, correspondientes a Edenor S.A.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Mediante la Resolución 95 del 22 de marzo de 2013, la Secretaría de Energía de la Nación, determinó una nueva estructura de costos a partir de la cual regirían nuevas remuneraciones para los distintos actores integrantes del subsector eléctrico: empresas generadoras, transportistas y distribuidoras.
Esa medida, estaba íntimamente vinculada a serios desajustes estructurales en el funcionamiento del sector eléctrico en la Argentina, y que se habían acumulado durante más de diez años, con profundas consecuencias técnico-operativas y económico-financieras en todas las unidades en las que el subsector fue dividido en 1992 a partir de la aprobación de la Ley N° 24.065, que cristalizó un nuevo funcionamiento segmentado y una estructura regulatoria que fue puesta en cabeza de un Ente creado a tales efectos, el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE).
En efecto, en la citada medida, el Poder Ejecutivo Nacional, a través de la Secretaría de Energía de la Nación, consumó dos decisiones fundamentales:
1- Cambiar el esquema de funcionamiento del sector generación.
2- Cambiar el modo de cálculo de las remuneraciones destinadas a las generadoras.
En lo que respecta al primer punto, el Estado pasó a controlar directamente la comercialización de energía a grandes usuarios ( unos 6.000 divididos a su vez en dos categorías discriminadas por consumo). Esto lo instrumentará a través de CAMMESA, que es la SA administradora del mercado eléctrico mayorista desde la nueva regulación del sector establecida en 1992.
En este esquema, las generadoras le venden la energía disponible al Estado, quien la comercializa a los grandes usuarios a través del denominado Organismo Encargado del Despacho (OED). Esta reorganización del sector, abarcaría a todos los generadores y autogeneradores que proveen de energía al sistema y quedarían exceptuados los contratos ya existentes que se hubieran transado en el Mercado a Término (lo cual es refrendado, año a año por resoluciones de la Secretaría de Energía) y la energía generada por las Centrales Hidroeléctricas Binacionales Yacyretá y Salto Grande y las centrales nucleares Embalse y Atucha I.
También se establecería un valor determinado de disponibilidad de energía que cada generador deberá garantizar, y que resultará del promedio de los últimos tres años. Este dato no es menor, ya que se lo ha utilizado, seguramente, para determinar las remuneraciones correspondientes a cada agente generador. Esta resolución abarcaría las tecnologías termoeléctricas disponibles (las centrales Turbo Gas, Turbo Vapor y Ciclo Combinado) y las hidroeléctricas.
En lo que refiere al segundo punto, la forma de remunerar la generación de energía eléctrica, es donde se pautaron cambios importantes que, en principio, apuntaron a garantizarles a los generadores un aumento de las remuneraciones. En ese sentido, se establecieron tres instancias de costos.
Por un lado, la remuneración de los costos fijos, que está en función de la Potencia Puesta a Disposición (PPAD). Aquí cobre relevancia lo afirmado anteriormente, ya que para tener derecho al cobro total de ese monto fijo, las generadoras deberán asegurar una disponiblidad siempre mayor al 80% de la disponibilidad media de los últimos tres años. Si no se llegara a esta cifra, cobrarán montos menores en relación a la potencia que puedan garantizar. Igualmente, se establecería un piso mínimo que todas cobrarían. Es importante aclarar que los costos fijos son diferentes en virtud del tipo de generación que se trate y la cantidad de Megavatios que puedan volcar al sistema. La unidad de medida es siempre el MW/h.
Por otro lado, se previó una remuneración de costos variables, que ponderaría indicadores de operación y mantenimiento de las centrales. Por cierto, cómo se consideraría, en este esquema, el costo de los combustibles, era y sigue siendo un aspecto crucial, ya que, como es sabido, a causa de la caída estructural en la oferta de gas natural, buena parte del parque termoeléctrico funciona, desde hace varios años, con crecientes cantidades de combustibles líquidos- sobre todo, fuel oil y gas oil-, cuyos costos operativos no sólo son más caros que su sustituto más eficiente- el gas natural- sino que, además, provocan externalidades medioambientales que impactan a través de mayores emisiones de carbono a la atmósfera.
En ese momento, se tomaron precios de referencia del combustible que se tratare, más los costos de transporte y distribución de gas natural. Aquí podría entrar en el juego YPF, que se haría cargo de la entrega de los combustibles a las centrales. No es una cuestión menor el hecho que los costos del gas natural, carbón y del diesel o gas oil que se queman también para su uso en las centrales térmicas, difieren y mucho entre sí.
Por ende, no es claro hasta qué punto esto se ha visto reflejado plenamente en la remuneración de costos variables. Sí se sabe que se les ha reconocido, con seguridad, mayores remuneraciones variables a las centrales que funcionan con combustibles líquidos y carbón, dado los mayores costos que afrontarían, en relación a las otras.
Por último, se creó una remuneración adicional, que tendría dos destinos. Una parte, iría a los generadores directamente y la otra integraría un fideicomiso para financiar nuevos proyectos de infraestructura. Esta remuneración adicional se determinaría mensualmente en función de la energía total generada por cada compañía. Si así fuera, suena mucho a película vista en el sector hidrocarburos ( recuérdese los esquemas de Petróleo y Gas Plus, que remuneraban en función de mayores niveles de extracción y los fideicomisos), por lo cual, es de imaginar que por este valor adicional, vendría el aumento de las remuneraciones destinadas a los generadores.
Ahora, cuánto ha ido directamente a las empresas y cuánto a ese fondo, es algo que, posiblemente, haya quedado bajo el arbitrio ("discrecionalidad", y, otra vez, nada nuevo bajo el sol) de la Secretaría de Energía. También, será importante ver cómo fueron premiadas las generadoras, ya que, de preverse una mayor remuneración adicional para las hidroeléctricas, ello daría una señal en favor de aumentar la participación de la hidroelectricidad en la matriz total de generación primaria de energía eléctrica.
Por ende, la remuneración final que le correspondería a cada agente, era función de los costos fijos, los variables y la remuneración adicional. Se estableció que es la Secretaría de Energía la que debía definir los procedimientos de cálculos. Este sí es un tema central, ya que, hasta ahora, veníamos de un esquema de remuneraciones al sector de generación que estaba en línea con el escenario de congelamiento de tarifas vigentes en todo el sector eléctrico, y que establecía valores referenciales que estaban cada vez más lejos de los costos reales de operación que venía subsidiando CAMMESA hasta el momento
Todas estas medidas, parecían dirigidas a generar más ruido, confusión y arbitrariedad, aunque ya con un férreo control del Estado que, en tal sentido, podría seguir avanzando en el futuro cercano con los otros dos sectores, el transporte y la distribución, que, en principio, no fueron incluidos en esos anuncios.
Sin embargo, huelga decir que, con esta medida, se cambió sustancialmente el esquema de funcionamiento del sector eléctrico, pautado en el Marco Regulatorio sancionado en 1992 a través de la Ley 24.065. Se reproduce, así, un accionar permanente del gobierno argentino en materia energética: resoluciones que modifican leyes, marcos normativos con derogaciones parciales y adendas, lo cual agrava más todavía el desbarajuste normativo en el sector.
En definitiva, el Estado, a través de CAMMESA, pasó a controlar la compra y venta de energía eléctrica, con YPF como proveedora de los combustibles necesarios para la operación de las centrales termoeléctricas y con nuevos esquemas de determinación de las remuneraciones que se pagarían a las generadoras por la electricidad que vuelquen al sistema.
Un año después de este nuevo esquema de funcionamiento del sector, se establecieron, a fines de mayo de 2014, nuevas remuneraciones a todas las unidades generadoras disponibles del parque térmico e hidroeléctrico, con promedios de aumentos que han oscilado entre un 40% a un 60% aproximado en cada una de las instancias de costos creadas por la resolución 95 de 2013.
En efecto, esta medida se estableció a través de la Resolución 529/2014, publicada en el Boletín Oficial el pasado 23 de mayo y agregó, además, una innovación, ya que creó una nueva categoría de medición de costos, llamada remuneración de mantenimientos no recurrentes, que persigue el objetivo de incentivar a los generadores a aumentar la oferta total de energía puesta a disposición del sistema.
Sin embargo, aún no conocemos la forma en que este nuevo esquema funcionará, más aún si se tiene en cuenta que uno de los problemas estructurales más acuciantes del sector eléctrico, es el crecimiento del índice de indisponibilidad térmica, que mide la cantidad de MW/h en las distintas unidades de generación que, por motivos de mantenimiento o problemas operativos diversos, no están disponibles en el con junto de la oferta final de energía. Este valor ha subido en los últimos años al compás de la insuficiente inversión en el sector, a tal punto que, a comienzos de 2014, se calcula que un 30% del parque térmico disponible- algo más de 6.000 MW/h- están técnicamente indisponibles en la oferta final, lo cual se agrava por la virtual inexistencia de reservas técnicas- que no son mayores al 2% del total, cuando deberían ubicarse en no menos del 15% del total de la oferta- para cubrir situaciones de contingencia vinculadas a aumentos de demanda, tal como ocurre permanentemente en los veranos e inviernos en nuestro país en los últimos años.
Por otro lado, en los primeros meses de 2014, se han cerrado acuerdos con la mayoría de las jurisdicciones provinciales, con el objetivo de congelar las tarifas finales de transporte y distribución de las empresas del interior del país, en un contexto en el que parece inminente la toma de decisiones en relación a reasignaciones de subsidios y aumentos de tarifas en la región metropolitana del país, donde operan Edenor y Edesur y que son las empresas que, en términos comparativos, tienen los mayores atrasos tarifarios. A cambio de este avenimiento de los gobiernos provinciales, se espera que el Gobierno nacional destine algo más de 4.000 millones de pesos en 2014 y 2015, a los efectos de ser destinados a obras de generación adicional, mantenimiento operativo integral y reemplazo de infraestructuras obsoletas. Todo ello, perseguiría, además, la paulatina adecuación de las tarifas finales de todas las empresas prestadoras del servicio eléctrico en todo el país.
Lo cierto es que, en todo este contexto de cambios institucionales provisorios en materia de administración del subsector eléctrico, en los últimos meses, se han renovado las típicas situaciones de crisis de suministro eléctrico que asolaron con particular intensidad a nuestra población en el verano 2013/2014.
Tal es así que, en los primeros días de enero del corriente año, y luego de los estragos causados a miles y miles de vecinos de la Ciudad de Buenos Aires durante diciembre de 2013 por los reiterados y prolongados cortes en el servicio de distribución eléctrica que brindan las concesionarias Edenor y Edesur, el Ministerio de Planificación Federal, Obras, Inversiones y Servicios Públicos junto con el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), han establecido una serie de pautas a partir de las cuales se dispusieron multas y resarcimientos que las empresas prestadoras del servicio deben honrar a los efectos de comenzar a paliar algunas de las desastrosas consecuencias de los cortes de suministro acaecidos.
Más allá de lo insuficiente de los montos establecidos en materia de resarcimientos, se informó seguidamente que se encararía sin más demora un plan integral de obras por un valor cercano a los $4.000 millones de pesos que debían ejecutarse con la mayor celeridad posible en las zonas más afectadas por los cortes de suministro en las áreas de la Ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires en donde Edenor y Edesur prestan el servicio público de electricidad.
En líneas generales, se informó que se realizarían un conjunto de 205 obras de mantenimiento de diverso tipo, con reemplazo de más de 250 kilómetros de cables subterráneos de media y baja tensión y la repotenciación de más de 90 centros de distribución, reparación de cámaras de distribución y cambio de transformadores, entre otras cuestiones.
En ese sentido, entre el lunes 13 y el jueves 16 de enero del corriente, se dieron a conocer estas informaciones por diversos medios de comunicación y se explicitó, de boca de distintos funcionarios gubernamentales, que se exigiría celeridad a las empresas en la ejecución de estas obras.
En forma simultánea, se informó que se publicarían tres resoluciones del ENRE en las que se establecerían que las empresas deberían informar con partes diarios sobre los distintos tipos de arreglos y mantenimiento en la red eléctrica que realizaran en los barrios, como así también, la incorporación de un 20% adicional de trabajadores en las cuadrillas operativas, la instalación de un monitoreo satelital que permitiría, en tiempo real, ubicar las zonas en las que las cuadrillas estuvieran trabajando y el establecimiento de estudios de factibilidad ante nuevos pedidos de suministro a partir del conocido estado de precariedad de las instalaciones en general.
En este punto, es importante destacar que estas medidas jamás fueron publicadas en el Boletín Oficial, lo cual ha ido de la mano de una virtual carencia informativa que, desde marzo de 2014 en adelante, ha hecho que sea prácticamente imposible saber el estado de situación de las obras que supuestamente se habrían comenzado a encarar. Sí, se ha conocido, que la responsabilidad última por el avance de estos planes de obras integrales, recaería en manos de la Subsecretaría de Coordinación y Control de Gestión del Ministerio de Planificación Federal, según consta en la Resolución 266/14, del citado Ministerio.
A su vez, es importante recordar que, el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) que, de acuerdo a lo establecido por la mencionada Ley N° 24.065, es el organismo responsable por el control y la auditoría de la calidad del servicio prestado por las empresas distribuidoras, transportistas y generadoras, se encuentra intervenido hace ya unos años por el Poder Ejecutivo Nacional, lo cual configura una anomalía inexplicable que se sigue consumando al compás del agravamiento del deficiente funcionamiento del sector eléctrico en todas sus unidades de gestión.
Finalmente, nos parece importante hacer un breve balance de la situación patrimonial de Edenor y Edesur, que son las dos principales prestadoras del servicio eléctrico en nuestro país y que, además, ostentan los peores números en términos de su capacidad y resultados operativos, situación que se sigue agravando conforme pasa el tiempo. En efecto, el estado financiero y operativo de las empresas, ha sido un aspecto relevante en el continuo deterioro del servicio en estos años, y, por todo lo que hemos visto, este derrotero- que se consumó a través de años de desinversión en la calidad del servicio- parece ser la contracara de la decisión política de haber mantenido el congelamiento tarifario durante más de diez años por parte de la Administración Kirchner.
Desde el año 2010, las empresas Edenor y Edesur han acumulado pérdidas operativas que, en los últimos dos años se han acentuado seriamente, al punto que han impactado en el balance del patrimonio neto de ambas compañías.
Así, si tomamos el indicador Resultado neto para los años 2010-2012, a valores constantes, estos son los números. Asimismo, se destacan los resultados al cierre del año 2001, al momento de la salida de la convertibilidad.
Cuadro N° 1. Resultado neto.
Tabla descriptiva
Fuente: elaboración propia en base a datos de los balances de las empresas.
Es importante destacar que Edenor ha tenido mayores pérdidas que Edesur, a causa de mayores costos de explotación y mayores cargas financieras, ya que han tenido niveles de ventas más o menos similares.
El promedio de aumento de ventas en el 2012 está en torno al 3% a causa de la mayor demanda, pero los costos han crecido en forma importante por las remuneraciones, los servicios contratados y los insumos, en un contexto de tarifas que han seguido son variaciones en el tramo final del precio, que es el de la distribución. También las compañías han afrontado mayores multas y sanciones por cortes de energía.
Un detalle relevante a tener en cuenta, es que, desde fines de 2006 cuando se acordó una renegociación integral de tarifas, que nunca se aplicó finalmente, se había estructurado un Mecanismo de Monitoreo de Costos (MMC), que se debería haber aplicado entre mayo de 2008 y octubre de 2012, a los efectos de comenzar a atender las problemáticas vinculadas a los desfasajes crecientes en los costos de explotación y operación de las redes. Este esquema, justamente, se había fijado en el Acta Acuerdo Provisoria que había sido firmada en 2006 por el Gobierno y las empresas distribuidoras.
Al no haberse aplicado, entonces, este esquema, hacia mayo de 2013 el Gobierno nacional decidió autorizar a las empresas Edenor y Edesur a retener fondos del Programa de Uso Racional de la Energía Eléctrica (PUREE), que se acumulaban en cuentas como créditos provenientes de las multas y penalizaciones aplicadas a usuarios por excesos de consumo, medida que rige desde 2005. Desde la Secretaría de Energía calcularon que las acreencias a favor de las empresas por la no aplicación de ajustes tarifarios desde 2007 en adelante, están en torno a los $2.200 millones para cada una de ellas. A partir de esta situación, se habilitó entonces a las empresas a echar mano a los fondos reunidos en el PUREE a los efectos de cancelar pasivos y mejorar su situación patrimonial.
Esto sirvió a modo de paliativo, aunque fue una medida que, nuevamente, lleva el sello de la provisional y lo discrecional. Se calcula que se destinaron unos 2.700 millones de pesos en total, provenientes de las transferencias de ese fondo, que fueron a parar a las empresas y que sirvieron para paliar los resultados operativos negativos acumulados hasta el 2013. El fondo del PUREE cuenta con algo más de 3.000 millones de pesos aproximadamente.
Veamos otro indicador clave, el que muestra el patrimonio neto de las empresas. Usamos los mismos años de referencia del cuadro anterior.
Cuadro N° 2. Patrimonio neto.
Tabla descriptiva
Fuente: elaboración propia en base a datos de los balances de las empresas.
El índice de solvencia (patrimonio neto sobre Pasivos), registra valores menores a 1, tanto para Edenor como para Edesur, lo cual significa que tienen importantes niveles de endeudamiento.
EDENOR es la que está en peor situación, ya que tiene un apalancamiento (pasivo total sobre activo total) del 93%, con un índice de solvencia de 0,08. Algo mejor es la situación de EDESUR, aunque bastante cercana a su prima hermana. Es decir, que afrontan problemas de liquidez y situaciones financieras complejas.
Finalmente, debe agregarse que las empresas de distribución tienen acordado con CAMMESSA, la empresa operadora del mercado mayorista de electricidad y la responsable de toda la operatoria, planes de pago por las compras de energía eléctrica al Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), ya que venían registrando abultadas deudas con las generadoras por la compra de energía. Incluso, luego de la publicación de la citada Resolución 529, de mayo de 2014, por parte de la Secretaría de Energía de la Nación, a través de la cual se aumentan las remuneraciones de costos destinadas a las empresas generadoras, podría contemplarse una reedición de un mecanismo de pago de las acreencias y deudas acumuladas por venta de energía entre todos los segmentos operativos ya que, en la situación actual, impera una virtual ruptura de la cadena de pagos.
Un dato contundente sirve para ver el grado de desfasaje que hay en el sistema en lo atinente a precios. Se calcula que, para fines de 2013, el precio promedio de generación de 1 MW, está en torno a los $400, mientras que la mayor parte de los sectores demandantes de energía están pagando en promedio unos $70 a $100 por ese mismo MW. Estas son distorsiones bastante serias y hacen a una de las problemáticas centrales del sector eléctrico.
Es importante tener en cuenta que CAMMESSA, ha erogado entre enero y diciembre de 2013, unos 38.000 millones de pesos, destinados en parte a la compra de combustibles líquidos que reemplazan el gas faltante para la centrales termoeléctricas y a los subsidios a sectores residenciales, comerciales y a parte de los usuarios industriales. En este sentido, las distribuidoras en sí no reciben subsidios directamente, aunque se han visto beneficiadas por las transferencias del Programa de Uso Racional de la Energía Eléctrica, citado anteriormente. Asimismo, las erogaciones que CAMMESSA ha realizado en el primer trimestre de 2014, superan en más de un 60% a las realizadas en el mismo período de 2013, lo que implica que el Poder Ejecutivo Nacional ha devengado, sólo en el primer trimestre de 2014, más de un 60% de lo destinado por las partidas presupuestarias para todo el año.
Por otro lado, hacia noviembre de 2012, el Gobierno nacional emitió la Resolución 347/12, por medio de la cual se habían establecido aumentos en los cargos fijos de la tarifa que iban entre los 4 y los 150 pesos. Se calcula que hay no menos de 500 a 700 millones de dólares que se han recaudado por ese Fideicomiso que debía ser destinado por las compañías a encarar obras de mantenimiento e inversiones nuevas. Ligado a ello, desde Edenor y Edesur sostienen que, durante 2013 han invertido una suma cercana a los 1.000 millones de pesos para afrontar estas inversiones. Sin embargo, no se ha conocido desde el Ministerio de Planificación, la Secretaría de Energía o el ENRE, un informe completo sobre los montos reunidos por ese aumento en los cargos fijos, sobre las inversiones supuestamente realizadas por las compañías y, en concreto, sobre las perspectivas de planes de inversiones para 2014 en adelante.
Por último, a todo el cuadro de anomalías presentes en el sector, se debe agregar el dato no menor que el Poder Ejecutivo Nacional tiene presencia en los directorios de ambas empresas licenciatarias del servicio público de distribución de electricidad, a tal punto que ello configuraría una especia de intervención híbrida o una coadministración, lo cual no es descabellado si se tiene en cuenta la intervención discrecional del ENRE y la opaca e ineficiente administración de todo el subsector eléctrico.
Por todo lo expuesto, Señor Presidente, y dada la gravedad institucional de las cuestiones tratadas, le solicito la aprobación del presente proyecto.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
LOZANO, CLAUDIO RAUL CIUDAD de BUENOS AIRES UNIDAD POPULAR
RIESTRA, ANTONIO SABINO SANTA FE UNIDAD POPULAR
DONDA PEREZ, VICTORIA ANALIA BUENOS AIRES LIBRES DEL SUR
DUCLOS, OMAR ARNALDO BUENOS AIRES GEN
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
ENERGIA Y COMBUSTIBLES (Primera Competencia)