La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Dirigirse al Poder ejecutivo para que a través del organismo que corresponda, conjuntamente con el Gobierno de la Provincia de Tucumán, ordene realizar investigaciones sobre el tratamiento que reciben los líquidos cloacales en la capital tucumana.

Señor presidente:

Las jurisdicciones locales en su mayoría, concesionan los servicios de distribución de agua potable y recolección de líquidos cloacales y su tratamiento. Es así que en el país esos servicios son prestados por empresas públicas, privadas, mixtas e incluso cooperativas.

Ahora bien, el principal problema que plantea esta prestación de servicios es la capacidad de infraestructura, que muchas empresas concesionarias no han desarrollado en la medida de su compromiso. Los compuestos orgánicos e inorgánicos vertidos a los ecosistemas desde diversas fuentes y entre ellas fuentes industriales, urbanas o agrícolas ocasionan serios riesgos ambientales.

En Tucumán, existe hace más de treinta (30) años una planta de tratamiento ubicada en la localidad de San Felipe, donde se procesa los efluentes de 200.000 de los más de 600.000 habitantes de la capital, consecuentemente el resto va al río en forma cruda, esto es sin tratamiento. Esta planta es la única instalación depuradora del Gran San Miguel de Tucumán, cuya población llega a un millón de habitantes.

Pero la planta de San Felipe, en particular no efectúa el tratamiento completo, esto quiere decir que sólo desarrolla las dos etapas iniciales de purificación del agua, pues en una tercera instancia los restos deberían ser trasladados a un digestor donde la materia orgánica se transforma en gas, ciclos estos que se están obviando. Ello debido a que su infraestructura está deteriorada y a la falta de inversión.

Por otro lado, los residuos cloacales de las ciudades de Alderetes, Banda del Rio Sali, Las Talitas y Villa Carmela son volcados al cauce del Salí. Yerba Buena envía líquidos cloacales a la planta depuradora de El Manantial y Tafi Viejo los descarga en una laguna de tratamiento anaeróbico y luego los deriva al arroyo Nueva Esperanza.

Imaginemos entonces el impacto que todo ello genera en el medio ambiente, al ámbito urbano y consecuentemente a la salud de los tucumanos.

Es por ello, que queremos plasmar la onda preocupación que esta situación genera, porque repercute directamente en la calidad de vida de los ciudadanos, es imprescindible un estudio exhaustivo para determinar el grado de contaminación, por la falta de tratamiento adecuado de los líquidos cloacales y disponer de los medios y asistencia necesaria para llevar a cabo el tratamiento completo de manera de evitar contaminar los ríos y lagunas. Este pedido asume el carácter de insistencia frente a otros que hiciera el presentante en anteriores periodos, durante su labor legislativa.

Es responsabilidad de todos, el bienestar de nuestros ciudadanos y dar respuesta urgente a esta problemática, es por lo expuesto que solicito a mis pares la aprobación de este proyecto.-