La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su más enérgico repudio y preocupación ante la inminente llegada de la plataforma petrolera Ocean Guardian a las Malvinas para iniciar trabajos de exploración petrolera.

Señor presidente:

Como es de dominio público, el Gobierno Nacional a través de la Cancillería envió al Gobierno de la Gran Bretaña una nota de reclamo en la que expresa su "más enérgica protesta" ante la inminente llegada de la plataforma petrolera Ocean Guardian a las Malvinas para iniciar trabajos de exploración petrolera en alta mar, tareas que los isleños ya habían intentado sin éxito los '90.

Asimismo, el Canciller Argentino, Jorge Taiana, convocó a la embajadora británica, Shan Morgan, mediante una nota que le fue entregada por el jefe de Gabinete del Canciller, Alberto D'Alotto, al encargado de negocios de la embajada británica en Buenos Aires, Simon Thomas, por encontrarse la funcionaria fuera de Buenos Aires. En la misma, nuestra Cancillería expresa que el Gobierno "rechaza firmemente la pretensión del Reino Unido de autorizar la realización de operaciones de exploración y explotación de hidrocarburos en el área de la plataforma continental argentina", por considerarlas acciones unilaterales. Se reafirma el derecho de soberanía sobre las islas que enfrentaron a los dos países en la guerra de 1982, y se recuerda que en 2007, Argentina dio por terminados los acuerdos de cooperación en materia de hidrocarburos que habían firmado Londres y Buenos Aires en 1995.

En tal sentido, fuentes de la embajada británicas confirmaron la recepción de la nota de protesta argentina, manifestando que "El gobierno de las islas Falklands tiene derecho a desarrollar su industria de hidrocarburos en sus aguas", al tiempo que ratificaron que para el Reino Unido no hay dudas de su soberanía sobre las islas. Evidentemente estas declaraciones resultan inaceptables, toda una provocación en lo que respecta al derecho internacional público.

La gravedad de los hechos planteados demanda una clara y urgente expresión de repudio de todo el cuerpo político argentino, sin distinción partidaria o ideológica, toda vez que en las actuales circunstancias no sólo el gobierno de Gran Bretaña se arroga unilateralmente el derecho de autorizar la exploración de petróleo en Malvinas, sino también que las empresas usarían las licencias que las mismas autoridades políticas de las islas entregan y que nuestro gobierno obviamente desconoce como tales.

Se trata de una nueva provocación en este caso de fuerte sesgo no sólo económico, sino también simbólico frente a nuestro legitimo reclamo de soberanía sobre las Islas. La instalación de la plataforma semi sumergible que la empresa Desire Petroleum contrató para explorar petróleo en Malvinas, autorizada por el gobierno británico, y las licencias entregadas por las autoridades políticas de las Islas a empresas como Rockhopper Exploration, Border & Southern Petroleum y BHP Billiton (esta última líder en el mercado de los minerales y los metales), representan un paso tremendamente importante en la decisión unilateral del gobierno británico por desconocer nuestros legítimos derechos sobre el archipiélago o bien de continuar la negociación en el marco del derecho internacional.

La dimensión económica del conflicto que se avecina habla de la presunta existencia de miles de millones de barriles en la zona. Los números más generosos estimados en la década de los 90 hablan de una reserva de 60.000 millones, lo suficiente como para darles larga autonomía de gestión a las islas que estarían en condiciones de pedir su autodeterminación, situación que nos remitiría a la dimensión político simbólica del conflicto.

La escalada simbólica del conflicto se vio incrementada últimamente, luego de conocerse información publicada por el diario Financial Times, en la cual se dejaba trascender que el primer ministro Gordon Brown estaba preocupado por una eventual escalada del conflicto que ambos países mantienen por la soberanía de las islas Malvinas.

Mientras el gobierno británico intenta asumir en el ámbito internacional su apoyo al desarrollo de la explotación de hidrocarburos en las islas Malvinas, entendemos que toda la dirigencia política argentina debe expresar su repudio ante tal ilegitima pretensión. En esa dirección se vienen expresando los gobernadores de las provincias argentinas, tal es caso de el gobernador neuquino (que por medio del decreto 126/10 no sólo respaldó las acciones de la Cancillería frente a la fricción diplomática por las islas Malvinas, sino que ratificó la negativa de cualquier pretensión británica sobre territorio nacional), como el de la gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos (quien advierte que Gran Bretaña "no debe avanzar con la exploración de hidrocarburos en territorio argentino"), entre otros.

El objetivo de este proyecto es que todo el Congreso de la Nación exprese de manera institucional su más enérgico repudio y preocupación ante la inminente llegada de la plataforma petrolera Ocean Guardian a las Malvinas para iniciar trabajos de exploración petrolera.

Por las razones expuestas, solicitamos a esta Honorable Cámara de Diputados de la Nación la aprobación de este proyecto de Resolución.