La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que, a través de los Ministerios de: Industria; y de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, informen a la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, sobre los siguientes puntos, vinculados a la situación de la imprenta Donnelley ubicada en la ciudad de Garín (partido de Escobar), Provincia de Buenos Aires.

1. Referir qué decisiones políticas se han tomado o se encuentran en análisis a efectos de evitar el inminente despido de más de 400 personas en Garín y el cierre de la importante planta editorial de la firma Donnelley.

2. Especificar cuáles han sido las medidas de reconversión, promoción y facilitación de las actividades de la industria editorial que el gobierno nacional ha aplicado en general y para la empresa Donnelley en particular, en los últimos tres años.

3. Indicar qué tipo de medidas se han adoptado o se encuentran en estudio destinadas a evitar la reiteración de suspensiones y despidos que han comenzado hace un tiempo en todo el país, se multiplican y evidencian recesión en la generalidad de las actividades productivas y comerciales.

4.- Explicitar las razones por las cuales el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social desestimó el pedido de la empresa Donnelley de iniciar un procedimiento de crisis y por qué motivos no se puso en contacto de inmediato con el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires a efectos de evitar el cierre de la planta, coordinando acciones.

Señor presidente:

En medio de protestas y cortes en la autopista Panamericana- algo que se ha tornado desgraciadamente cotidiano -, la imprenta Donnelley cerró ayer su planta de Garín y dejó a más de 400 empleados en la calle. Las autoridades de la empresa, líder a nivel mundial en su rubro, dialogaron en la tarde-noche del 11 de agosto de 2014 con los delegados de la planta en la sede del Ministerio de Trabajo bonaerense. La reunión proseguirá para intentar arribar a una solución.

El día 11 de agosto por la mañana, los trabajadores que se disponían a ingresar a la planta de la empresa gráfica de Escobar se encontraron con un cartel que informaba que la filial argentina de la compañía norteamericana pedirá la quiebra y cerrará definitivamente sus puertas. Tras una asamblea, los trabajadores decidieron cortar la colectora de la autopista Panamericana.

El cierre de la empresa no tomó por sorpresa a la mayoría de los trabajadores. Es que hacía varios meses que existía un conflicto dentro de la empresa, que había intentado infructuosamente ejecutar un procedimiento de crisis que, según dijeron representantes gremiales, contemplaba más de un centenar de despidos (entre un total de 407 empleados) y la reducción generalizada de sueldos.

El conflicto en Donnelley se sumó así al que se había disparado en mayo último, cuando la empresa autopartista Lear decidió suspender a 330 operarios y luego despidió a un tercio de éstos. Los conflictos gremiales se agravaron en los primeros días de este mes, con manifestaciones en reclamo de la reincorporación de los cesanteados y el anuncio de la compañía de que cerraría sus puertas por dos semanas.

De hecho, también los trabajadores de Lear habían cortado la misma colectora en su protesta por los despidos. Ese conflicto, en el que intervino el Ministerio de Trabajo de la Nación, aún sigue abierto, con una veintena de trabajadores que reclaman su reincorporación.

Aunque el cierre de Donnelley no se había anunciado, las autoridades ya sabían que iba a ocurrir, según explicó al diario La Nación el ministro de Trabajo provincial, Oscar Cuartango. Ocurre que el viernes 8 de agosto la cartera laboral nacional había rechazado el pedido de Donnelley de establecer un procedimiento de crisis, porque se entendió que la competencia era de jurisdicción bonaerense.

De esa manera, la Casa Rosada trasladó el conflicto a la administración de Daniel Scioli, que rápidamente citó a las partes a una reunión en la sede de Trabajo, en La Plata. El día lunes 11 se supo que la imprenta ya presentó en Tribunales el pedido de quiebra.

En tiempos de crisis recesiva lo peor es tensar la cuerda. Los delegados gremiales deben extremar la flexibilidad en aras de preservar los puestos de trabajo; las autoridades concurrir con todos los instrumentos que prevé y establece la ley para casos críticos; y los empresarios, asumiendo su responsabilidad social. Esta triple concurrencia debe estar articulada por la armonía en medio del conflicto. Si las partes, contrastando con lo antedicho, echan leña al fuego, el problema inexorablemente se agudiza.

Por todo lo expuesto solicito el acompañamiento de mis pares a fin de sancionar este pedido de informes.