El Senado y Cámara de Diputados...

Artículo 1º: Derógase la declaración de "sujetas a privatización" efectuada por la Ley Nº 24.045, de la FÁBRICA MILITAR DE PÓLVORAS Y EXPLOSIVOS "AZUL"; la FÁBRICA MILITAR "FRAY LUIS BELTRÁN"; la FÁBRICA MILITAR "RIO TERCERO" y la FABRICA MILITAR DE POLVORAS Y EXPLOSIVOS "VILLA MARÍA", entidades que conforman la Dirección General de Fabricaciones Militares dependiente del Ministerio de Defensa de la Nación.

Artículo 2º: De forma.

Señor presidente:

Las privatizaciones y concesiones llevadas a cabo durante la década de los noventa resultaron -para el grueso de los observadores- las más salvajes del mundo. Primero por hacer desaparecer a la empresa pública y segundo porque transfirieron sin límites: el suelo, el subsuelo y el espacio aéreo argentino con permisos de explotación más allá de lo permitido por la doctrina y legislación comparada. En ese sentido contrariaron los intereses del país, de la población trabajadora y de los consumidores, terminando, en consecuencia, de fragmentar y desnacionalizar la estructura productiva del país.

Muchos de sus resultados negativos están a la vista: Desocupación, pueblos fantasmas, destrucción de un proyecto industrialista.

El modelo de la década de los ´90 puso de manifiesto que en la Argentina, el gobierno había renunciado a la formulación de un planeamiento a largo plazo, capaz de coordinar y orientar las inversiones productivas, de generar valor agregado, de transformar un país agroexportador en una país capaz de insertarse al orden mundial con una variedad de productos, bienes e insumos que tienen en el mercado mundial una importancia superlativa.

El Complejo Industrial de la Dirección General de Fabricaciones Militares, que se distribuyó a lo largo y ancho del país, constituyó la columna vertebral de un proyecto metalmecánico que permitió desde su instalación y puesta en marcha, modificar las fisonomías de los lugares y convertir pueblos en verdaderas ciudades.

La Dirección General de Fabricaciones Militares llegó a contar con 14 establecimientos productivos y con la participación en 8 sociedades industriales como SOMISA, ATANOR y Petroquímica Río Tercero. Llegó a emplear entre sus establecimientos propios a 15 mil trabajadores y en sus sociedades industriales a otros 20 mil.

El paso de la simple explotación rural a proyectos de carácter estratégico generó también el asentamiento de personal altamente calificado, que prestaba su servicio en esas empresas que eran orgullo para cada una de las provincias donde se asentaron las fábricas militares, para la Argentina y para Sudamérica.

Desde mediados de la década del '70, durante la última dictadura militar, la economía argentina atravesó un profundo proceso de apertura y desregulación, con una retirada creciente del Estado en las actividades productivas (privatizaciones, cierres de empresas públicas) y un fuerte retroceso en la industrialización.

A esas políticas, se suma la utilización de las empresas del Estado para un proceso de endeudamiento externo del país con el cual se sostuvo esa política de apertura económica que devino en perjuicio de la nación. Fabricaciones Militares no estuvo exenta de ello y fue una de las perjudicadas. Para fundamentar este planteo, destacamos el análisis del trabajo de investigación y denuncia penal de Alejandro Olmos sobre la deuda externa:

"Es importante señalar que los peritos determinaron casos -cuya gravedad no puede desconocerse- en que a pesar de incrementarse el endeudamiento externo por parte de algunas empresas públicas, se registraron en las mismas disminuciones de sus bienes de uso. Tal es el caso de ELMA en 1979; ENCOTel en 1980; Fabricaciones Militares entre 1977 y 1980; y Ferrocarriles Argentinos entre 1976 y 1980. "Tales situaciones, afirman los peritos, suponen retiros de bienes de uso por importes mayores a las adquisiciones". En el caso de Fabricaciones Militares -señalan- los hechos se reiteraron en demasía."

Lo anteriormente expuesto ocasionó la pérdida de capacidades técnicas, de conocimiento específico y de eslabonamientos estratégicos en las cadenas productivas nacionales. No ajena a ese contexto, FM fue conducida a una continua desarticulación y desintegración, con cierres y privatizaciones de fábricas y sociedades estratégicas en las cuales tenía participación.

Poco importó el impacto económico-social, demográfico y tecnológico que estas políticas iban a generar, cuando se pensó en que las empresas podían ser "sujetas a privatización". Lo que prevaleció fue un intento perverso de fragmentar toda inversión de alto contenido tecnológico, de extrema importancia para la producción de insumos que hoy podríamos estar elaborando y exportando, en lugar de recurrir a las importaciones, como acontece en la actualidad.

Cierto es, que escasa atención les hemos prestado a las demandas de los municipios de Villa María y de Río Tercero, pero lo que es más grave aún, escasa atención le prestamos a la necesidad de formular proyectos de inversión productiva a largo plazo para que la Argentina pueda en este milenio, plagado de contradicciones, insertarse en la división internacional del trabajo que exige calidad, eficiencia y tecnología ; y así poder aprovechar los nichos que se le ofrecen para exportar valor agregado y no sólo productos que están desfertilizando nuestro suelo y condenando a nuestra tierra y a las futuras generaciones a vivir en verdaderos páramos.

Derogar el carácter de "sujetas a privatizaciones" a las Fábricas Militares de Pólvoras y Explosivos de Villa María, Fray Luis Beltrán, Azul y Río Tercero, no es un hecho arbitrario, encuentra su fundamento en que no podemos desperdiciar la capacidad ya desarrollada; no se requiere ni contamos con una coyuntura internacional que nos permita pensar en proyectos faraónicos- muy por el contrario-sólo se necesita que se revierta y que se pongan a funcionar empresas que ya están instaladas y que posibilitaron hace unos años diversificar nuestra producción.

Estas empresas demandan mano de obra calificada, con la cual la Argentina aún cuenta, que son capaces de generar trabajo genuino y que, con sólo refuncionalizarlas, podrían convertir a las localidades y sus regiones circundantes en verdaderos polos de desarrollo, con las implicancias multiplicadoras que este tipo de actividades genera.

Por las razones expuestas, solicito la aprobación del presente proyecto de ley.