La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional, para que a través de los Organismos que correspondan, se sirva informar las siguientes cuestiones referidas a la propiedad de la tierra en Santiago del Estero:

1-¿Cuántos son los predios rurales que se reclaman en Santiago de Estero conforme al derecho de posesión veinteñal consagrado en el Código Civil?. Detallar, de ser posible, la superficie de las parcelas y en qué departamentos se encuentran.

2-¿Cuántos predios se han otorgado de forma definitiva a personas que alegaban la posesión veinteñal?

3-¿Cuántos de los terrenos reclamados son tierras fiscales y cuántos implican una situación de litigio entre privados?

4-¿Cuáles son las medidas concretas que se han tomado, desde el nivel nacional o provincial, para avanzar en una regularización definitiva de la situación dominial en Santiago del Estero?

Señor presidente:

Desde hace años los campesinos santiagueños son víctimas de actos de violencia y apremios ilegales destinados a despojarlos de la tierra que ocuparon por décadas. La enorme mayoría de ellos descienden de los hacheros que trabajaban en los grandes obrajes forestales durante los siglos XIX y XX, los cuales tras el abandono de las tierras por parte de los emporios madereros siguieron afincados en ellas dedicándose a la agricultura familiar y a la cría de animales.

En esos mismos parajes construyeron sus ranchos, abrieron caminos, levantaron escuelas y se establecieron definitivamente con sus familias. Aspectos que no sólo reflejan el sentido de pertenencia y el amor al terruño, sino que constituyen indudables actos posesorios de las tierras, de acuerdo a la propiedad veinteñal consagrada por la legislación argentina. De ahí que el reclamo en pos de la propiedad definitiva de los predios que ocupan tenga una legitimidad incuestionable; y esto atendiendo tanto a aspectos espirituales, el "sentirse parte de la tierra" como materiales, la introducción de mejoras de todo tipo en tierras que ocupan desde hace más de dos decenios.

Estas condiciones son las mismas que motivaron la constitución de organizaciones campesinas orientadas a garantizar definitivamente el derecho a la tierra de sus miembros y resistir, paralelamente, los crecientes intentos de desalojo de los cuales eran objeto. Entre estas organizaciones se destaca el MOCASE (Movimiento Campesino de Santiago del Estero) creado en 1989, el cual nuclea actualmente a unas 8500 familias campesinas que reclaman la mencionada posesión veinteñal de la tierra.

Un hito dentro del accionar del MOCASE lo constituye la instalación en 1998 de la carpa negra en el paraje La Simona, a fin de resistir el desalojo de las familias campesinas por parte de la firma Mimbre S.A. En aquel momento la comunidad campesina resistió exitosamente el avance de las topadoras sobre un predio de 3600 hectáreas, habitado por numerosas familias durante más de sesenta años. Este hecho fue reflejado por algunos medios nacionales, lo cual dio una mayor repercusión al accionar del MOCASE y a los reclamos de los campesinos santiagueños.

Es necesario remarcar que a partir de la década del noventa la revolución agrícola inaugurada con la introducción de la soja transgénica y la consecuente expansión de la frontera agrícola, marcan el ritmo de los conflictos por la posesión de la tierra en Santiago del Estero. Es a partir de este momento donde prolifera la especulación inmobiliaria y la venta de enormes extensiones de tierras, muchas veces ocupadas por campesinos y hasta comunidades enteras. Paralelamente los noventa comienzan a revelar un acelerado proceso de desmonte orientado a la implantación de soja, impulsado generalmente por grandes capitales dedicados a la agricultura de "escala industrial" o fondos de inversión agrícolas procedentes del mercado financiero, decididos a diversificar el "portfolio" incursionando en la producción primaria.

En síntesis, actores económicos incapaces de disociar cuestiones meramente rentísticas, del sentido de pertenencia a la tierra y de la función social que entraña la producción de alimentos, nociones presentes en el espíritu de los auténticos productores argentinos, llámense campesinos santiagueños o chacareros pampeanos.

Resulta indispensable, por tanto, facilitar el acceso a la tierra a quienes la habitan y trabajan desde hace décadas, como es el caso de los campesinos santiagueños. La acción estatal debe orientarse a resguardar los derechos de éstos acelerando la concesión definitiva de los predios conforme a la posesión veinteñal que los ampara. Del mismo modo que debe responder con presteza y severidad a los innumerables atropellos de los cuales los campesinos son víctimas.

Por todo lo antedicho pido a mis pares que acompañen este proyecto con su voto afirmativo.